domingo, 3 de abril de 2016

El horizonte lejano - Bo

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El horizonte lejano




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Para obtener una perspectiva sobre la lección de liderazgo que
presenta la Parashá de esta semana, suelo pedirles a las personas que
hagan un experimento mental. Imagínense que son los líderes de un pueblo
que ha sufrido el exilio por más de dos siglos y ha sido esclavizado y
oprimido. Ahora bien, luego de una serie de milagros el pueblo está a
punto de ser liberado. Los reúnen y van a dirigirse a ellos. Ellos
esperan con ansias sus palabras. Es un momento decisivo que nunca
olvidarán. ¿Qué les dirían?


La mayoría de las personas responderían: hablaríamos sobre la
libertad. Esa fue la decisión de Abraham Lincoln en su discurso en
Gattysburg, cuando invocó la memoria de “una nueva nación, concebida en
libertad”, y miró hacia adelante al “nuevo nacimiento de la libertad”.
Hay quienes sostienen que la inspiración pasa por hablar del destino que
aguarda adelante, “la tierra que mana leche y miel”. Sin embargo, otros
afirman que le advertirían al pueblo acerca de los peligros y los
desafíos que deberán enfrentar en lo que Nelson Mandela denominó “el
largo camino hacia la libertad”.


Cualquier de estas opciones hubiera sido considerada el gran discurso
de un gran líder. Guiado por Di-s, Moisés no hizo ninguna de las cosas
sugeridas. Fue precisamente eso lo que lo convirtió en un líder único.
Si analizamos el texto de la Parashá Bo, veremos que vuelve sobre el
mismo tema en tres oportunidades: los niños, la educación y el futuro
distante.


Cuando nuestros hijos nos preguntan “¿cuál es el significado de este
ritual?” debemos contestarles “corresponde al sacrificio de Pesaj que
hicimos en nombre de Di-s porque Él pasó sobre las casas de los
Israelitas en Egipto cuando golpeó a los egipcios, pero a nosotros nos
salvó”.1


Debemos explicarles a nuestros hijos ese día que lo hacemos “por lo que Di-s hizo por nosotros cuando nos liberó de Egipto”.2


La próxima vez que nuestros hijos nos pregunten “¿cuál es el
significado de esto?” debemos contestarles, “fue con mano gentil que
Di-s nos sacó de Egipto, de la tierra de esclavitud”. 3


Esto constituye uno de los actos de liderazgo más contrarios al
sentido común. Moisés no hablo acerca del presente o del mañana. Habló
del futuro distante y del deber de los padres de educar a sus hijos.
Incluso se aventuró a decir – como interpreta la tradición judía – que
debemos alentar a nuestros hijos a hacer preguntas, para que el legado
del judaísmo no sea un mero acto pasivo de aprendizaje, sino un dialogo
activo entre padres e hijos.


Entonces los judíos se convirtieron en el único pueblo en la historia
que predicó su propia supervivencia mediante la educación. El deber más
sagrado de todo padre era enseñar a sus hijos. Pesaj en sí mismo se
convirtió en un seminario constante en pos de la memoria. El judaísmo se
convirtió en la religión cuyos héroes eran maestros y cuya pasión era
estudiar y alimentar el conocimiento. Los mesopotámicos construían
Ziggurats. Los egipcios construían pirámides. Los griegos, el Panteón.
Los romanos, el Coliseo. Los judíos construyeron escuelas. Y este es el
motivo por el cual, de todas las civilizaciones del antiguo mundo, los
judíos son los únicos que siguen vivos y pujantes, continuando con la
vocación de sus ancestros y con su legado intacto.


La visión de Moisés era muy profunda. Sabía que no podía cambiar el
mundo con superficialidades, con monumentos arquitectónicos o con
ejércitos e imperios. Sabía que no debía usar la fuerza ni el poder.
¿Cuántos imperios han surgido y se han derrumbado mientras la condición
humana perdura inmutable?


Existe una sola forma de cambiar el mundo y es mediante la educación.
Debemos enseñarles a los niños la importancia de la justicia, la
rectitud, la gentileza y la compasión. Debemos enseñarles que la
libertad solo puede sostenerse por medio de leyes y hábitos de auto
restricción. Debemos recordarles constantemente acerca de nuestra
historia, “fuimos esclavos del Faraón en Egipto”, porque aquellos que se
olvidan de la amargura de la esclavitud eventualmente pierden el
compromiso y el coraje para luchar por la libertad. Y debemos alentar a
los niños a preguntar, desafiar y discutir. Debemos respetarlos si
queremos que respeten los valores que deseamos transmitirles.


Esta es una lección que la mayoría de las culturas aún no han
aprendido después de más de tres mil años. Las revoluciones, las
protestas y las guerras civiles alientan a las personas a creer que
derrocando a los tiranos o teniendo elecciones democráticas acabarán con
la corrupción, construirán la libertad y fomentaran la justicia y el
gobierno de la ley. Y se sorprenden cuando esto no ocurre. Lo único que
consiguen es cambiar algunas de las caras que transitan los corredores
del poder.


En uno de los grandes discursos del siglo XX, un juez americano muy distinguido, el Juez Learned Hand, dijo:


“Con frecuencia me pregunta si no depositamos demasiado nuestras
esperanzas en la constitución, en las leyes y en los tribunales. Estas
son falsas esperanzas; créanme, lo son. La libertad yace en el corazón
de los hombres y las mujeres; cuando muere no hay constitución ni ley ni
tribunal que pueda salvarlo, y no hay nada que puedan hacer para
ayudarnos.” 4


Lo que Di-s le enseñó a Moisés, fue que el verdadero cambio no
radicaba en obtener la libertad, sino en sostenerla, manteniendo su
espíritu vivo en el corazón de las generaciones futuras. Esto solo puede
lograrse mediante un proceso educativo sostenido en el tiempo. Y esto
tampoco es algo que se pueda delegar a los maestros y a las escuelas. Un
gran porcentaje debe permanecer en manos de la familia, en el hogar, y
con la obligación sagrada que deriva del deber religioso. Nadie vio esto
con más claridad que Moisés y solo por su enseñanza es que los judíos y
el judaísmo han sobrevivido.


Lo que hace grandes a los líderes es que pueden anticiparse a los
hechos, preocupándose no por el mañana o por el próximo año o la próxima
década. En uno de sus primeros discursos, Robert F. Kennedy hablo sobre
el poder de los líderes para transformar el mundo cuando tiene una
visión clara de un futuro posible:


“Algunos creen que no existe nada que un hombre o una mujer pueda
hacer contra el abanico enorme de miserias del mundo- la ignorancia, la
injusticia, la violencia. Sin embargo, muchos de los mayores movimientos
del mundo, de pensamiento y acción, han nacido del trabajo de una sola
persona. Un joven monje comenzó la reforma Protestante, un joven general
extendió un imperio de Macedonia a las fronteras del mundo, una joven
mujer recupero el territorio de Francia. Fue un joven italiano quien
exploro en Nuevo Mundo, y Thomas Jefferson, de solo 32 años proclamó que
todos los hombres son creados iguales. “Denme un lugar donde pararme”,
dijo Arquímedes, “y moveré el mundo”. Estos hombre movieron el mundo, y
lo mismo podemos hacer todos nosotros.” 5


El liderazgo visionario es parte intrínseca del judaísmo. Como dice el libro de Proverbios “sin una visión [jazón], el pueblo perece.”6
Esa visión en la mente de los profetas fue la de un futuro a largo
plazo. Di-s le dijo a Ezequiel que el profeta es un guardián, aquel que
asciende a un lugar privilegiado para observar el peligro que hay a la
distancia, antes que el resto pueda percibirlo desde la llanura. 7 Los sabios dicen “¿Quién es sabio? Aquel que ve las consecuencias a largo plazo [ha-nolad]. 8
Dos de los grandes líderes del siglo XX, Churchill y Ben Gurion,
también fueron reconocidos historiadores. Conociendo el pasado pudieron
anticiparse al futuro. Eran como maestros del ajedrez que, como habían
estudiado cientos de jugadas, reconocían casi de inmediato los peligros y
las oportunidades de cualquier configuración de las piezas en el
tablero. Sabían lo que ocurriría si movían tal o cual pieza.


Si queremos ser grandes líderes, no importa en qué terreno, ya sea
que seamos primeros ministros o padres, es esencial que pensemos en el
largo plazo. Nunca debemos elegir la opción más fácil porque sea simple o
rápida o porque nos provea satisfacción inmediata. A la larga,
terminaremos pagando un precio muy alto por ello.


Moisés fue un gran líder porque nos enseñó a futuro, más que
cualquier otro líder. Sabía que el verdadero cambio en el comportamiento
humano es fruto del trabajo de muchas generaciones. Por lo tanto,
debemos considerar la educación de nuestros hijos como la mayor
prioridad, para que ellos continúen lo que nosotros comenzamos, hasta
que el mundo cambie porque nosotros hemos cambiado. Él sabía que si
quería planificar para un año, debía plantar arroz. Si quería planificar
para una década, debía plantar árboles. Y si quería planificar para la
posteridad, debía educar a los niños. 9 La enseñanza de Moisés, de más de 33 siglos, aún está vigente.


Notas al Pie
1.
Éxodo 12:26-27.
2.
Éxodo 13:8
3.
Éxodo 13:14
4.
“The
spirit of libety”, discurso pronunciado en la ceremonia “I am an
American Day”, Central Park , Nueva York, (21 de mayo de 1994)
5.
The Kennedys: America´s Front-Page Family, pagina 112
6.
Proverbios, 29:18.
7.
Ezequiel 33:1-6
8.
Talmud, Tamid 32a
9.
Refran atribuido a Confucio.
Por Rabino Jonathan Sacks
El lord Rabino Jonathan Sacks fue durante más de 30 años el gran rabino de Gran Bretaña y el Commonwealth británico.
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Discusión (4)
27 Enero, 2015
Un metodo simple
Excelente resumen de la posicion del que
quiere llegar lejos, apoyado en las herramientas fisicas y espirituales
otorgadas por Hashem para brindar ayuda a otros.
Detras de cada
desafio terrenal o espiritual, el aspirante a "ser humano lider" debe,
inspirarse en lo correcto (equilibrio de bondad y rigor), para ver la
oportunidad de "dar " al projimo de forma que ambas partes obtengan la
riqueza respectiva.
irene
c
24 Enero, 2015
Maravilloso y profundo artículo que nos
permite aprender a reflexionar como padres y lo que realmente les
conviene a nuestros hijos para que sean exitosos.
El estudio de la
Torah es uno de los principios que se debe instaurar en casa para que
nuestros hijos conozcan quienes somos y hacia donde queremos ir.
Felicitaciones
Shalom
Sarah
Guayaquil-Ecuador
23 Enero, 2015
gracias
una maravillosa enseñanza que permite reflexionar y autoanalizarse.
Verónica
México
23 Enero, 2015
Me ha parecido muy interrsante y acertada.
maria dolores




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