sábado, 2 de abril de 2016

muro de las lamentaciones | Tumblr

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muro de las lamentaciones











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Ante el Muro Occidental de Jerusalén, el Papa Francisco se detuvo
algunos momentos en silencio para rezar apoyando su mano derecha en el
conocido Muro de las Lamentaciones y luego colocó en una rendija un
sobre, con un papel en el que el mismo Francisco escribió la oración del
Padre Nuestro, en español. Y explicó que lo hizo en esta lengua porque
es la lengua en la que aprendió de su mamá a rezar esta oración.



Ante el Muro Occidental de Jerusalén, el Papa Francisco se detuvo algunos momentos en silencio para…

Ante el Muro Occidental de Jerusalén, el Papa Francisco se detuvo
algunos momentos en silencio para rezar apoyando su mano derecha en el
conocido Muro de las Lamentaciones y luego colocó en una rendija un
sobre, con un papel en el que el mismo Francisco escribió la oración del
Padre Nuestro, en español.
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Verde y burdeos
“Va a venir un fotógrafo a explicaros la composición mañana a las 11, no lo olvidéis".

Que
muy bien, que me parece estupendo… No me apetecía nada de nada. He
estado a punto de saltármelo para preparar un trabajo de otra
asignatura.

 Pero J aparece, con ese aire de fotógrafo. Con un
chaleco verde y una cara que me recordaba a Mark Hamill en sus años
mozos. Y nos empieza a explicar cosas sobre sus fotografías.

Nos
explica que en Jerusalen los judíos no pueden entrar al lugar que es más
sagrado para ellos. Nos muestra fotografías del Muro de las
Lamentaciones. Hay niños rezando, con la kipá y los tirabuzones. Nos
explica que los más devotos se acercan a una esquina del muro, que se
supone es la más cercana a su mezquita, y que rezan allí.

Nos habla de que son una comunidad muy avanzada, aunque sus atuendos,
con los sombreros y los abrigos largos, haga pensar lo contrario.

Nos
habla del estudio de los murciélagos en Madagascar. Allí, se consume
muchísimo arroz por persona, pero las cosechas son malas muy a menudo
debido a las plagas. Y ahí entran en juego los murciélagos: estos
controlan las plagas de orugas, pero al mismo tiempo transmiten
enfermedades a la población. J se encargó de retratar el trabajo de un
grupo de científicos que intentaban mejorar la relación con los
murciélagos. ¿Y porqué? Nos muestra una foto de un niño con un
murciélago atado a una cuerda. En primer plano, el pobre bicho casi se
puede decir que agoniza. El niño sonríe, en segundo plano, desenfocado. Y
entonces nos suelta: “A ver, que si me pongo en su posición lo
entiendo. Tengo una cosa atada con una cuerda que vuela. Joer, qué
chulo. Pero claro…” No recuerdo que más nos explica de este tema, pero
las fotografías ilustran el trabajo de este grupo de científicos de
manera magnífica.

Nos
muestra fotos de Madagascar y de un reportaje para denunciar la quema
de bosques para plantar arroz. Le preguntamos cómo es que los aldeanos
que salen quemando bosques en sus fotografías le dejaron fotografiarles.
Cómo poco es curioso. “Ellos no tienen la percepción de estar haciendo
algo malo”.

Aparece
una fotografía en la que se ve el interior de un coche y unas piernas
atadas. “Yo llevaba un par de días en una aldea, cuando fueron atacados
por un grupo de bandidos. El caso es que pillaron a uno de los bandidos,
y lo torturaron como jamás me habría imaginado. Y después querían
quemarlo vivo a la entrada del pueblo […] Allí no hay leyes” Nos
quedamos mudos. Después me doy cuenta de que estoy poniendo una mueca de
horror, y cierro la boca. ¿Cómo es posible que le dejasen fotografiar
eso? “Cuando pasas un tiempo viviendo con una comunidad, acabas siendo
uno más” Son palabras duras. Duras porque piensas en lo que ha visto y
en la sangre fría que ha debido de tener.

Salen más fotos de
Jerusalén. Gente rezando en el muro con una metralleta colgada al
hombro. Y es que las metralletas se llevan como quien lleva una gorra.
Nos lo explica, fascinado aún. “Hace poco me pararon. Pasé dos veces por
el mismo sitio haciendo fotos y no les gustó nada. Se me puso un
guardia con una metralleta detrás y otro delante. El de delante me dio
la mano, me dijo su nombre, que era guardia de la zona y que se
encargaba de vigilar el edificio que tenía detrás. En seguida le
expliqué qué hacía y se quedó ahí. Pero la verdad es que fueron mucho
más educados que cualquier Mosso de Esquadra que me haya cruzado”.

Las
anécdotas de viajes no cesan. Las cuenta con ilusión, sin pedantería.
Te dan ganas de irte con él de viaje. “Estuve día y medio esperando a
que pasase alguien vestido de azul por una calle amarilla para conseguir
la foto que quería”. Es concienzudo.

Y cada cierto tiempo, una
foto en verde y burdeos. En fotografía se intenta evitar agrupar muchos
colores, distraen al espectador. Si los colores son complementarios,
mejor aún. Y si son verde y burdeos, ya ni te cuento.

(Madagascar)

Le
preguntamos cómo lo hace para fotografiar a la gente y que no le digan
nada. “Siempre intento entablar conversación, presentarme y si el clima
es propenso, entonces saco la cámara. A veces no te da tiempo a
preguntar, el momento es ese. Ves algo, apuntas, la otra persona te
mira, se cruzan las miradas, y se produce la magia” Nos reímos. Él sabe
que ha sonado cómo si corriese el peligro de que la otra persona le
fuese a hacer algo por no haber pedido permiso.

Al acabar, quiero que me lleve de viaje. Dónde sea.

(Fez, Marruecos)
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