lunes, 15 de febrero de 2016

San Pedro del Gallo (Durango). Artículo de la Enciclopedia.

San Pedro del Gallo (Durango). Artículo de la Enciclopedia.






San Pedro del Gallo (Durango)



San Pedro del Gallo, Durango.
San Pedro del Gallo es una localidad que se encuentra en la Entidad Federativa de Durango de los Estados Unidos Mexicanos



Índice

Geografía

Llanos y Montañas.
El ancho y monótono valle de San Pedro del Gallo esta formado por dos
elementos orográficos muy sencillos: llanos y montañas orientados en la
dirección Norte/Sur. Esta limitado al Oeste por los siguientes cerros y
montañas:



  • El cerro prieto valenciano
  • La sierras de huachichiles y de los lantenes
  • El cerro de cangilones
  • El cerro de las Cuevitas
  • El cerro de la Mula
  • La loma de Chico.
Vistos desde lejos por ejemplo desde el Gallo, estos cerros se
presentan como una loma larga, baja y monótona, pero en realidad se
trata de un complejo orográficamente bastante complicado y variado en
sus contornos.



El Volcan de los Berrendos.
El margen oriente, también orientado de norte a sur, está formado por los siguientes cerros:



  • El cerro Alto
  • El cerro del Las Tunas
  • El cerro del llorón
  • El Volcán de los Berrendos
  • El cerro del Altar
  • El cerro de la Cruz
  • La Sierrita reseca
Al oriente del valle de San Pedro del Gallo, existe otro valle
bastante ancho también, de laboríos de tierras de temporal conocidos
como: El Bajío del Burro, El Monte Grande, el Divisadero, San Antonio,
San Miguel, San Francisco, Los Berrendos, la Longaniza y La Gatuña.


Este valle está limitado al oriente por montañas de calizas y
rocas eruptivas entre las que se ecuentran la Sierra de los Lobos, Las
Tetas de Juana, la Sierra de los Berrendos, el Cerro Cortado, y las
impresionantes sierras de los Álamos y de los Indios, paralelas a la
Sierra del Rosario en el vecino municipio de Mapimi.



Sierra de los Alamos.
Por el rumbo del Oeste, a 1945 metros sobre el nivel del mar, se
levantan los cerros de Peñoles donde se encuentra el viejo mineral y
poblado del mismo nombre, (hoy Ejido Peñoles) que en el año de 1890 dio
una bonanza famosa en los anales de la minería durangueña, pues los
metales descubiertos y explotados eran clorobromuros y yoduros de plata,
que llegaron a producir hasta el 60% de este metal por medio de un
beneficio sumamente sencillo.


Esta bonanza no fue de larga duración pero dio una fortuna sólida
a varias personas. La compañía francesa que siguió a los primeros
propietarios, fue fundadora de la poderosa Compañía Minera de Peñoles,
que actualmente tiene sus oficinas en Torreón Cahuila y la Ciudad de
México y conserva este nombre histórico en recuerdo de su origen.



Al suroeste del municipio a 3225 metros sobre el nivel del mar, se
levanta el Picacho de las Peras. De acuerdo a la carta geográfica del
Estado de Durango, esta elevación de forma conífera, figura entre las
cimas volcánicas mas altas del sistema montañoso del estado y sirve de
mojonera entre los Municipios de Rodeo, San Luis de Cordero y San
Pedro del Gallo.



La topografía oscila desde planos que no exceden de una pendiente de
5% hasta terrenos y lomeríos bajos y medianos de aspecto suave y
redondeado con pendientes uniformes que van de 6 al 20%.



Ubicación esquemática

El municipio de San Pedro del Gallo esta situado en su mayor parte en
los terrenos altos de la meseta de La Zarca, tiene un superficie
territorial de 2,295.65 kilómetros cuadrados, con una latitud norte de
25º33´ y 104º17´ de longitud oeste del meridiano de Greenwich, con una
altura sobre el nivel del mar de 1660 metros. Su clima se clasifica como
seco estepario, propio de las regiones del semidesierto Mexicano.


La temperatura media anual es de 17.5º C. con una máxima de 42.5º
C. y una mínima de 7ºC. El suelo se clasifica como litosol y xerosol de
origen aluvial de profundidad media, de color castaño oscuro, textura
franco-arcillosa, con grava y pedregosidad no mayor de 6% P.H. y de 7.7 a
8.0 clasificado como alcalino; es un suelo que se encuentra en
cualquier clima y con muy diversos tipos de vegetación.



Hidrografía

El Arroyo Grande
Los arroyos que se forman en el valle de San Pedro del Gallo fluyen regularmente hacia el sur y desembocan en el Rio Nazas. De Oriente a Poniente podemos citar los siguientes:



  • El arroyo de los Álamos
  • El arroyo de Barrancas
  • El arroyo Seco
  • El arroyo del Rincón del Muerto
  • El arroyo de Jacales
  • El arroyo del Bajío
  • El arroyo del Aguaje
  • El arroyo de las Hilachas
Presita
En documentos antiguos se menciona la fundación del Presidio del
Gallo junto al arroyo de las Cruces. Este arroyo seguramente es el
arroyo de las Hilachas; es un pequeño arroyuelo de escaso caudal que
riega una pequeña parcela a las afueras del pueblo. Probablemente se le
llamaba el arroyo de las cruces por la existencia de algunas de
éstas que se acostumbraba poner en memoria de los difuntos en los
lugares donde habían muerto, casi siempre a manos de los indios
bárbaros. Continuando al poniente del pueblo, nos encontramos con el
arroyo Grande, el arroyo Colorado y el arroyo de Naicha.



La Presa de San Pedro del Gallo
En la época de la desaparición del Presidio en 1751, a los soldados y
vecinos del Gallo se les dotó de tierras para sembrar y terrenos de
agostadero para ser aprovechados en común. Asimismo se les ordenó la
construccion de una presa o jagüey para el abrebadero de los ganados. El
documento en que se contiene dicha orden es una acta de fecha 19 de
diciembre de 1752 y es parte del Archivo Municipal. Dice así: “En el
Real de Señor San Pedro del Gallo, a diecinueve días del mes de
diceimbre de mil setecientos cincuenta y dos, yo el Capitán Don Bernardo
Antonio de Bustamante y Tagle, que lo soy vitalicio de la Compañía
Volante de Campaña de este Reino de la Nueva Vizcaya y Comisario del
Excelentísimo Señor Conde de Revilla Gigedo, Virrey, Gobernador y
Capitán General de estos reinos de la Nueva España, para el
establecimiento de varios pueblos entre ellos el de este dicho real,
habiéndo visto la representación hecha por los vecinos de él, informes
que he tomado acerca de su conservación, con otras razones pulsadas en
razón de que se continúe y vaya adelante sin menoscabo este vecindario,
atendiéndo a ser el fin de lo prevenido y mandado por su Excelencia en
los despachos librados, con la mejor razón para el cumplimiento de ellos
en su observancia debida y a el citado efecto, Digo: que debía
adjudicar y adjudiqué a cada uno de los vecinos de este Real: en primer
lugar las casas en que actualmente viven y están poseyendo, con el
aditamento que de desocuparlas no puedan sacar de ellas con ningún
pretexto, material alguno de su construcción como son puertas, ventanas,
vigas, etc., ni demás cosas de su pertenencia, y lo mismo se entienda
con algunas que estuviesen desocupadas, para que pueden servir aquéllas y
éstas a otros que quieran incorporarse al pueblo,teniendo cuidado de
esto el Justicia y en lo posible de que no se derroquen ni desmerezcan.
Asimismo adjudicaba y adjudiqué las huertas cultivadas a los vecinos que
las han poseido y poseen, con tal que las que se hallan en el lado de
arriba se riegen de la pila de cantera que está junto al edificio del
antiguo Presidio y que han poseído los Capitanes que fueron en este
puesto, y las del lado de abajo del derramadero de la pila grande de
afuera, teniendo asimsmo cuidado el Justicia de que se forme un tanque o
presa en paraje cómodo y retirado para que sirva de refugio a la
caballada y ganados que tuviesen los vecinos a su servicio y utilidad a
el Real inmediato y no se perjudiquen atenuando el agua, y lo que es
más: no vayan a perjudicar el trajín del Camino Real, de recuas y
pasajeros con su falta.



Arroyo de Naycha
Laborcita del Arroyo de Naycha
Sistema de riego en el Arroyo de Naycha
En la misma conformidad adjudicaba y adjudiqué al referido pueblo las
tierras del Real Patrimonio contiguas a los charcos que hacen las aguas
en su tiempo en las inmediaciones de este Real y las del arroyo de
Naycha, desde el lugar que llaman el barranco blanco a tres leguas de él
para abajo, hasta la boca de dicho arroyo y las que hay frente del
Cerro Prieto que está distante como cinco leguas, sin que por ningún
pretexto por parte de Doña Juana Xaviera de Ugarte se les impida el uso
de éstas y las aguas del dicho arroyo, pues en caso de que le
pertenezcan lo así adjudicado, lo representará como le conviniere y como
tiene mandado Su Majestad (Dios le guarde), para lo que le dará el
Justicia los testimonios que le pidiere en esta razón. También
adjudicaba y adjudiqué las tierras que cada uno de ellos hasta ahora han
laboreado y sembrado en el paraje llamado “El Monte Grande” y su
derramadero que está a distancia de tres leguas de este Real, desde el
camino que va para Acatita hacia abajo y las que abrieren, laboraren y
sembraren otros en dicho territorio hasta en cantidad de una fanega de
sembradura cada uno, (respecto de haber en esta forma la suficiente para
todos y algunos otros que puedan agregarse al pueblo como se ha
representado). En la misma forma hacía e hice dicha adjudicación a los
expresados, poniendo por escrito señales en su pertenencia cada
individuo para que pidan titulos de ellos al Justicia del Real en la
forma y modo que mas adelante se ha de expresar, y asi mismo atenderá el
Justicia que se guarde y observe por los vecinos el capítulo segundo
del primero de dichos despachos que habla sobre estos pueblos y de los
privilegios que contiene, para cuyo efecto se razonará uno a la letra y
que ha de parar en el archivo del Real y que ha de estar a cargo del
dicho Justicia, quién no permitirá se quede por nuingún motivo el Real
desamparado y solo por los motivos que tienen los vecinos de salir a
diligencias de su conveniencia, en cuyo caso mientras vinieren unos
podrán salir otros y así se alternarán. En virtud de lo cual se les hará
notorio lo así determinado a dichos vecinos y para que conste lo firmé
por receptoría con testigos de asistencia a falta de escribano público.
Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle. De asistencia Pedro Coronado. De
asistencia Juan Antonio Gozález del Peral”.



Esbozo geológico

La región de San Pedro del Gallo, encierra especial interés para los estudiosos de la Geología por encontrarse en esta región un islote del Jurásico con rocas fósiles.
En la literatura geológica San Pedro del Gallo es conocido por el
trabajo clásico del Dr. Suizo Carlos Burckhardt (1869-1935), titulado: Faunes Jurassiques et Cretasiques de San Pedro del Gallo,
publicado por el Instituto Geológico de México en 1912. En este trabajo
de investigación el Dr. Burckhardt hace una descripción muy bien
ilustrada de los abundantes fósiles encontrados en los alrededores de la
Cabecera Municipal.



En el año de 1903, a solicitud de la Compañía Minera Peñoles, que creía haber encontrado indicios de carbón
de piedra en las inmediaciones de San Pedro del Gallo, el Doctor Phil
Ernesto Angermann del Instituto Geológico de México, realizó un estudio
de la región. De acuerdo con el plano Geológico realizado por Angermann,
en la constitución de la región de San Pedro del Gallo, participan las
siguientes formaciones Geológicas: Neojurásico, Cretácico, Neoterciario, Pleistoceno, Cuaternario.


Una cosa muy característica de la región, sobre todo de las
inmediaciones de la Cabecera Municipal y que se atribuye al Neojurásico,
es que entre las rocas apizarradas y arcillosas
se encuentran a veces unas piedras redondas o en forma de óvalos
elipsoidales, que al partirlas por su planicie de mayor diámetro
contienen en su centro un fósil
como núcleo. Otras veces están rellenadas de petrificaciones y
representan una fuente muy rica en la colección de fósiles existentes en
la región; la fauna que contienen es sobre todo cefalópodos y se conocen comunmente como piedras de caracol.


San Pedro del Gallo
En los cerros del Llorón y del Volcán se encuentra una composición petrográfica que parece formar parte del Cretácico: cuarcitas y areniscas blancas con manchas color de sangre en lajas
delgadas, muy conocidas y apreciadas en la región y llamadas comúnmente
piedras de amolar. Estos cerros forman un elemento muy característico
en el paisaje de la región por su color y por sus formas de erosión. Los
cerros de las Cuevitas y de la Mula están formados de rocas eruptivas
como andesitas, riolitas y dioritas, que son las rocas comunes de las
erupciones del Terciario. Las sierras de los Álamos y de los Indios están constituidas principalmente por calizas Mesozoicas.



Toba Calcarea
El Doctor Angermann atribuye al Pleistoceno una formación de
conglomerados o tepetates solidificados por un aglutinamiento calichoso
compuesto de fragmentos rodados de calizas del Cretácico y de andesitas y
riolitas, arrastradas principalmente de los cerros de la Mula y las
Cuevitas, lo que prueba que esta formación es más moderna. Es común
encontrar estos conglomerados a los 3 o 4 metros de profundidad al oeste
del Gallo. Estos depósitos poderosos de material acarreados por
corrientes de agua, prueban la existencia de ríos muy caudalosos que al
final del Terciario corrían por todo el valle de San Pedro del Gallo.
Estas aguas diluviales que depositaron estos conglomerados, se retiraron
poco a poco, probablemente por cambios en el clima y las condiciones
hidrológicas y dejaron cantidades enormes de material más fino que
forman la base del Cuaternario. La fuerza de las corrientes se disminuyó
hasta que al fin se acabaron y las aguas se reunieron en lagunas y pantanos.
Estas aguas tranquilas depositaron las arenas finas y arcillas que se
observan hoy en los valles y bajíos como los últimos depósitos.



Flora y fauna

Flora del Volcan de los Berrendos.
Por las condiciones climatológicas y orográficas del Municipio de San
Pedro del Gallo, propias de la región del semidesierto, la vegetación
se caracteriza por plantas espinosas y carnosas. Las montañas y cerros
de la región están cubiertos materialmente por agaves de maguey,
lechuguilla, sotol y varias especies de palmas como la samandoca. En
los lomeríos es abundante el ocotillo, la candelilla, el guayule y
varias especies que sirven de forraje para el ganado como la
engordacabra, la vara dulce, el tumbavaquero, el anillo, el chamizo, la
mariola, etc.



Flor de Ocotillo.
En las llanuras se desarrollan la gobernadora, el hoja-sen, el
gatuño, el gigantillo, vara prieta, las cuervillas y en todas partes
gran variedad de cactáceas como el cardenche, tasajillos, nopal cegador, nopal de tuna tapona, nopal duraznillo, viznagas múltiples y el algunas partes peyote.



Viznaga Multiple.
En las partes más altas como la sierra de los Álamos o de los lobos
encontramos tazcate, lantrisco, encino y chorrasquillo. Algunas de estas
variedades tienen cierta importancia industrial por sus fibras como la
lechuguilla, por sus gomas como el guayule y la candelilla por la cera que produce.



Ave Verdugo.
La fauna está representada por berrendos, venado bura y el cola
blanca, especies éstas en gran peligro de extinción por la caza furtiva,
por los pumas o león mexicano que últimamente al escasear los venados se alimentan sobre todo de potrillos y becerros; coyotes, jabalíes zorras, tejón ardillón, liebres, conejos, cuervos, zopilotes,
gavilanes, varias especies de palomas como la tórtola llanera y la
pedorra; el cenzontle (chenchos) y el corre-caminos. Como dato curioso,
en algunas rancherías domestican al correcaminos porque se alimenta de
reptiles y pequeños roedores y algunas veces sucede que se cruzan con
gallinas de corral de donde resultan unos pollo feos en extremo. Las grullas
son aves migratorias que vienen posiblemente de Canadá a principios del
invierno y causan severos daños en las parcelas porque se alimentan de
mazorcas de maíz.
Existe una gran variedad de reptiles como la víbora de cascabel, que
tiene la particularidad de tomar el color de la tierra donde vive, y que
últimamente ha sido muy perseguida por la creencia de que su carne
tiene propiedades curativas. Existe también chirrioneros, alicantres y
varias especies de lagartijas.



Caballito del Diablo.
Insectos.
Entre el mundo de los insectos encontramos a los pinacates, vinagrón,
alacrán, araña capulina, tarántulas, avispas, abejas y una gran
variedad de hormigas como las arrieras, las de hueso y los asqueles.



Toponimia

San Pedro del Gallo sigue siendo casi igual a como fue durante la
colonia y la independencia; ninguno de los vecinos guarda memoria de su
fundacion, ni existen papeles que lo relaten, con exepción de las
llamadas ¨Escrituras Virreinales¨ en el archivo del Comisariado Ejidal
que relatan la extinción del Presidio del Gallo en el año de 1751. Ahora
con la aparicion de las modernas herramientas electrónicas han ido
apareciendo diversos archivos que hablan de su fundacion en 1685. Como
está hoy en dia debió estar desde hace muchísimos años durmiendo
muellemente el decurso de los siglo que remansan ahi sus décadas. Nadie
recuerda tampoco las historias de sus prohombres, solo borrosamente,
perdidas entre brumas de relatos verbales transmitidos por los
bisabuelos muertos, se sabe vagamente de las incursiones de los apaches y
los comanches; tumultuosas irrupciones de los llamados indios bárbaros
que todavía a mediados del siglo XIX llegaban con sus hordas a perpetrar
depredaciones, a robar niños y mujeres y a arrancar cabelleras a los
hombres para colgarlos al cinto.


Una de las razones del apelativo ¨del Gallo¨es la siguiente: dice
la conseja que habiendo hecho noche unos arrieros en el paraje donde se
encontraba un ojo de agua entre el rio de Nazas y la Zarca, a uno de
ellos se le escapó un gallo que fue a dar precisamente tras unos
matorrales donde se habia escondió el animal y sorprendió cerca a un
espía de los indios Tobosos que acodado en los terrones del suelo y
agazapado, atisbaba los movimientos de los arrieros, su situación, su
número y las mejores posiciones de ataque y defensa, para irrumpir con
los suyos y entre alaridos de triunfo disfrutar del botin de las mujeres
y el despojo de las riquezas pertenecientes a los arrieros y caminantes
del llamado Camino Real de Teirra Adentro.


Fue así como un gallo salvó a los dichos arrieros, el cual se
volvió epónimo, tomando por agradecimiento de éstos el nombre del
paraje, y despues Presidio y pueblo de San Pedro del Gallo, pues vencido
en rápida y sorpresiva lucha el salvaje, y conducido ante los demas
arrieros y caminantes, estos pudieron apercibirse y recibir como se
merecía a la horda bárbara inflingiendole total derrota.


Perdido entre las sierras que atraviesan sus valles, San Pedro
del Gallo parece indemne al tiempo. Parece no aspirar al ajetreo moderno
que sacude los nervios y conturba la mente, no se inquieta por su
pasado ni quiere saber lo que fue ni lo que será, le basta con ser lo
que es: tranquilo como las imensidades solitarias que lo rodean y
confiando en la seguridad que le proporciona el ´Volcán de los
Berrendos¨ que lo mira sin temor al cielo al viento o a la lluvia.



Historia

En la región de San Pedro del Gallo encontramos evidencias de grupos
que desarrollaron una cultura regional basada en la apropiación de los
recursos naturales como la caza, pesca y recolección, así como también
la conjugación de éstos con agricultura incipiente y la explotación de
recursos minerales. Esto se evidencia muy claramente por la existencia
de campamentos estacionales al aire libre, representados por
concentraciones de rocas fragmentadas que forman círculos, cerca de
abrigos rocosos, así como habitaciones en cuevas con manifestaciones
rupestres como es el caso de las cuevas del Potreroen el Volcán de los berrendos, y la existencia de morteros esculpidos en la roca encontrados en la región de Maravillasy Salsipuedes.
Estas ocupaciones de cuevas y abrigos rocosos se encuentran de
preferencia cerca de los lugares donde existen aguajes naturales y
arroyos con corrientes de agua intermitentes.


Es muy común encontrar en los puertos y costados de las sierras los llamados Cocedores de indios.Eran
fogones utilizados por los pobladores de la región para la depuración
de metales, aunque hay quien asegura que eran utilizados para cocinar
ciertos agaves como sotol y maguey. Estos cocedores tienen un radio
entre dos y cuatro metros y en su centro se pueden encontrar todavía
cenizas. Por la región de la Sierra de los Álamos casi en cada puerto o
ladera existe uno de estos cocedores. Es muy común encontrar en toda la
región flechas y chuzos de pedernal que se utilizaban como armas.


A la llegada de los españoles la región del semidesierto
duranguense estaba poblada por los siguientes grupos indígenas: cabezas,
conchos, cocoyomes, mezcaleros, coahuilas, tobosos, tuiltecos y
zacatecos, todos ellos con costumbres más bien sedentarias y que se
establecían en derredor de los manantiales y a la orilla de las escasas
corrientes de agua. Estos grupos habitaban lo que hoy son los Municipios
de Nombre de Dios, Vicente Guerrero, Suchil, Poanas, Cuencame, Peñón
Blanco, Lerdo, Gómez Palacio, Mapimi, Ocampo, San Luis de Cordero, San
Pedro del Gallo, Tlahualilo, San Juan de Guadalupe, Santa Clara y Simón
Bolívar. Los zacatecos se extendían por esta región hasta Cerro Gordo e
Inde; sembraban maíz, frijol, chile y calabazas; en la temporada de
lluvias cuidaban de sus cultivos levantando chozas de adobe y troncos de
arboles y zacate cerca de los sembrados; pero el medio duro en que
vivían, la región reseca, pelada y gris, cubierta de nopales,
lechuguillas y espinos, los hizo también a ellos broncos y feroces.


Vivían siempre en guerra con los tepehuanos, y según cuentan
algunos de los conquistadores que pasaron por esta región, les gustaba
hervir la carne de sus enemigos para darse banquetes con lo que
celebraban sus hazañas. Comer la carne de sus enemigos les daba fuerza y
valor. Eran más bien feos, de nariz chata; andaban casi desnudos,
llevando calzones los hombres y las mujeres unas especies de jubón de
piel o de fibras de maguey.


Más al norte por el Bolson de Mapimi vivían los tobosos,
cocoyomes y cabezas de instinto feroz y cruel, y por la región de la
Laguna vivían los irritilas. El capitán Alonso de León en un informe que
data del año 1649 los describe de la siguiente manera:



Es gente cruel y vengativa, de baja estatura,
mentirosa y enemiga de todo lo creado; viven libres y en ociosidad, raíz
de todos los males en que están sepultados, comen el mezcal cociendo
como barbacoa el corazón y el principio de las pencas del maguey; en el
verano comen la flor de la tuna y la tuna misma de la que hacen
orejones, el mezquite el que muelen en su madurez, comen también flores
silvestres y raíces. Duermen donde los coge la noche, y hacen fuego
donde quieren. Grandes cazadores, no dejan cosa viva; no había aves ni
animales que dejasen de comer, hasta los ponzoñosos como las víboras.
Andan casi desnudos, cubiertos solo hasta la cintura con hidras
entretejidas o con una especie de falda de cuero de venado que les
cuelga por delante más de un palmo, y por detrás, más larga, les
arrastraba, lo que para ellos era un lujo; de aquellas colgaban cuentas,
frutillas duras o caracoles que hacían ruido al andar, lo que tenían a
gran gala. Eran más bien flojos y las mujeres eran las que de día o de
noche buscaban los alimentos mientra ellos dormían o paseaba.
El gobernador don Lope de Sierra Osorio, informaba en 1678:



...los indios viven más como bestias que como
racionales, bebiendo el agua sucia y corrompida de algunas escasas
lagunas y de los charcos que las lluvias dejan por algún tiempo en los
huecos de las rocas. Cuando esto falta se sostienen con el jugo de las
frutas silvestres, raíces y cortezas de plantas y arboles...y sin
embargo son duros al hambre, a la sed y a las inclemencias.
Al Oeste, por la región de la Sierra madre, vivían los Tepehuanos y
más al norte los Tarahumaras y por la región de las quebradas los acaxes
y xiximes.



Fundación del presidio del Gallo en el año de 1685

El año de 1685, siendo rey de España Carlos II, virrey de la Nueva
España el Conde de Paredes y gobernador de la Nueva Vizcaya Don Joseph
de Neyra y Quiroga, dio inicio la construcción de tres presidios
militares en los parajes de Cuencame, el Gallo y Conchos que
posteriormente serian conocidos como el Real Presidio de Nuestra Señora
de la Limpia Concepción del Pasaje, el Real Presidio de San Pedro del
Gallo y el Real Presidio de San Francisco de Conchos respectivamente, y
aunque la real cedula de 16 de junio de 1685 ordenaba la inmediata
construcción de tales presidios, no fue sino hasta 1686 que iniciaron
operaciones.



El Real Presidio de San Pedro del Gallo se construyó en el paraje hasta
entonces conocido como el aguaje del Gallo o el ojo del Gallo, que así
aparece mencionado en documentos anteriores al presidio, y era un lugar
obligado de descanso a lo largo del Camino Real entre el río de las
Nazas y la Zarca, y se tomo la decisión de construirlo en tal paraje por
su posición geográfica y estratégica, pues desde este punto podían
resguardarse las entradas y salidas de los indios barbaros y rebeldes a
la Corona Española desde las sierras de Mapimi hasta las inmediaciones
de la Sierra Madre. En una carta al Rey del año 1683, Don Lope de Sierra
Osorio exgobernador de la Nueva Vizcaya informaba:
“...parece
que por fines de febrero del año próximo pasado, yendo una cuadrilla de
carros que constaba de dieciocho, cargados de fardería y diferentes
géneros desde la Nueva España al Real de San Joseph del Parral y
convoyándolos ocho soldados y por su cabo el capitán Antonio Rodríguez
de Cangas, saliendo para su resguardo del paraje de Cuencamé, les
salieron al encuentro gran numero de indios entre los parajes del Gallo y
Santo Domingo y acometiéndolos con notable arrojo y osadía, hiriendo al
capitán y algunos de los soldados, se llevaron más de trescientas mulas
y desbalijaron ocho carros, retirando y llevándose la fardería de ellos
y tres indios y dos muchachos y muerto un negro y el no haber
conseguido el acabar con todos fue por haber sobrevenido la noche,
prorrumpiendo al tiempo de retirarse en palabras de ultraje contra
dichos soldados y demás gente, amenazando volverían la mañana siguiente
como lo hicieron, si bien no osaron el volver a acometer, por haberles
llegado (por diligencias que se hicieron aquella noche), socorro de
gente y bagaje del presidio de Cerro Gordo...
En la citada real cedula de 16 de junio de 1685 el Rey ordenaba 25
soldados para los presidios mencionados, y por una posterior de fecha 22
de diciembre de 1685 decretó que tuvieran a lo menos una dotación de 50
soldados cada uno y un capitán protector. La parte conducente de dicha
cedula real dice como sigue: ...y debiendo creer que en ejecución de
lo que os mandé por el despacho citado de diez y seis de junio de este
año, habréis dado la providencia necesaria para evitar tan perjudiciales
inconvenientes, y dispuesto se hagan los dichos presidios de a
veinticinco soldados cada uno en los presidios de Cuencamé y el Gallo,
he resuelto ahora se haga otro en el de San Francisco de Conchos y que
cada uno de ellos tenga por lo menos, numero de cincuenta soldados, pues
se considera que esto y más será necesario para reprimir la ferocidad
de aquellos indios, respecto de la dificultad que tiene el entrar a
hacerles guerra, especialmente a los tobosos y sus aliados, por la
aspereza de las tierras en que habitan, y que en más de cien leguas no
se encuentran ríos ni fuentes y que por medio de estos tres presidios se
aseguraran diferentes poblaciones de minas que están expuestas a sus
estragos
...



En un documento del Archivo de Parral de julio de 1687 aparece ya en funciones el presidio del Gallo
“En
el Real y Minas de San José del Parral, en catorce de Julio de mil
seiscientos ochenta y siete años, al señor General Don José de Neyra y
Quiroga, Caballero de la Orden de Santiago, y Capitán General de este
Reino, dijo: Que por cuanto en el auto que su Señoría proveyó el día
catorce de Junio próximo pasado, que están en las dos fojas
antecedentes, condenó a José Romo, Indio de nación Pima a dos años de
mortero y destierro de la Provincia de Sonora, por el delito que consta y
resulta en esta causa contra el susodicho y porque a ninguno de los
mineros de esta jurisdicción ha querido servir dicho indio, por tanto su
Señoría le conmuta la dicha pena de dos años de mortero en dos años de
presidio que sirva a su costa a su Majestad, en el que está fundado en
el Real de Cuencamé y es a cargo del Capitán Juan Bautista de Escorza o
en el Presidio del Gallo, que es del cargo del Capitán Luis de Quintana,
en cualquiera de ellos, en donde estará a las órdenes.
Durante los 65 años que permaneció establecido el Real Presidio de
San Pedro del Gallo estuvo a cargo de los siguientes capitanes: El
Sargento Mayor Don Luis de Quintana Calera (1687 a diciembre de 1693),
Don Francisco López de Talamantes (interino, diciembre de 1693 a 3 de
junio de 1694), El General Don Domingo Terán de los Ríos (4 de junio de
1694 a 30 de septiembre de 1695), Don Francisco López de Talamantes
(interino, 1 de octubre de 1695 a 31 de diciembre de 1695), Don Diego
Antonio de Landavazo (1 de enero de 1696 a 4 de marzo de 1704), Don Juan
Andrés de Alday (5 de marzo de 1704 a 14 de mayo de 1714), Don Joseph
Romualdo de Alday (interino, 15 de mayo de 1714 a 7 de octubre de 1714),
Don Juan Bautista de Leyzaola (8 de octubre de 1714 a 28 de diciembre
de 1745), Don Francisco Joseph de Leyzaola (29 de diciembre de 1745 a 1
de mayo de 1752).



Carta Juan Bautista de Leyzaola.
Carta Juan Bautista de Leyzaola
“Señor Gobernador y Capitán General Don Manuel San Juan de Santa Cruz.


Muy Señor mío y mi dueño: recibí la de Vuestra Señoría de 19 del
pasado en que me ordena se restituyan los soldados de la escuadra de
Durango, quienes fueron luego que pudieron pasar el Rio de Nazas, como
también los indios de la nación Tepehuana con su general, por haberme
representado los atrasos que se les seguían de su detención y lo mismo
los de el Rio de Nazas a pedimento de su Ministro el Reverendo Padre
Baltasar de la Peña que se hallaba en la ocasión en este Presidio, y
también Señor por no tener yo con que mantenerlos y por haber ya dado
cuenta a Vuestra Señoría de mi llegada a este Presidio y remitídole el
diario incluso. La Divina guarde a Vuestra Señoría muchos años. Presidio
de San Pedro del Gallo y febrero 15 de 1719 años. Señor Gobernador y
Capitán General. Besa la mano de Vuestra Señoría su más obligado
servidor. Juan Bautista de Leyzaola.



Parral y febrero 18 de 1719 años. Acumúlese esta carta del Real
Presidio de San Pedro del Gallo a los autos fechos sobre retirar la
escuadra de Durango a los contornos de aquella ciudad. Así lo decretó,
mandó y rubricó el Señor Don Manuel San Juan de Santa Cruz, Caballero
del Orden de Santiago, Gobernador y Capitán General de este Reino de la
Nueva Vizcaya, sus Provincias y Fronteras por el Rey Nuestro Señor. Ante
mi Mateo de Cuen, Escribano Real.”


De la dotación de 50 plazas con que dio inicio, en el año de 1692 le
fueron quitadas 5 para reponer los soldados del presidio de Cerro Gordo
que habían matado los indios, quedando con 45 y en 1711 le fueron
quitadas otras 6 para el repueble y construcción del presidio de
Santiago de Mapimi, quedando con el numero de 39 soldados con que se
mantuvo hasta su extinción en 1752.


Desde su establecimiento en 1687, el capitán del presidio tenía
un sueldo de 600 pesos al año y 450 los soldados, hasta la reforma de
1725 hecha por el visitador de presidios Don Pedro de Rivera que les
rebajó a los soldados 100 pesos de su sueldo quedando en 350. Cada año
se daba a cada soldado 6 libras de pólvora y estaban obligados a tener
por cuenta propia, como mínimo, siete caballos y una mula; su equipo
consistía en un traje especial con una cuera de gamuza con el nombre del
presidio bordado y el armamento constaba de una espada ancha, lanza,
adarga, arcabuz y dos pistolas y todo esto se les facilitaba para
descontárseles en abonos por el habilitador del presidio; además cada
soldado debía tener 8 libras de pólvora de repuesto y el equipo de
montar. El edificio del presidio era de forma cuadrangular con cuatro
salientes o torreones en las esquinas como puntos de observación y
defensa, una capilla para los servicios religiosos, corrales y bodegas
para almacenar alimento y elementos de guerra; la caballada, mulada y
ganados del presidio, agostaban en los parajes del arroyo de Naycha y
Casco, distantes 4 y 6 leguas.


En el año de 1752, por considerarse ya pacificada la región, el
Conde de Revillagigedo ordenó la extinción de los presidios del Gallo,
Conchos, Mapimi, Cerro Gordo y Valle de San Bartolomé, repartiéndoseles
tierras a los soldados, quedando como pueblos y vecindarios.



El Sargento Mayor Don Luis de Quintana Calera

Primer capitán del presidio de San Pedro del Gallo (1686-1693)

El primer capitán del Real Presidio de San Pedro Gallo fue el Sargento
Mayor Don Luis de Quintana Calera. Las primeras noticias que tenemos de
este personaje provienen de documentos del reino de Nuevo México. En
1680 lo encontramos como Alcalde Mayor del poblado Santa Cruz de la
Cañada (donde tenía algunas propiedades), pequeña población a unas 25
millas al noroeste de Santa Fe.



Firma de Don Luis de Quintana Calera.
En agosto de 1680 dio inicio la rebelión indígena de los llamados
indios Pueblos en los asentamientos de Santa Fe, gran movimiento de
violencia en contra de la presencia de los españoles. Los colonos de la
región de Santa Cruz de la Cañada abandonaron sus granjas y se reunieron
en la casa del Don Luis de Quintana. Esta rebelión dejó más de 400
colonos españoles, 21 predicadores franciscanos y 346 indios nativos
muertos. Santa Fe fue abandonada y 2000 españoles y 317 nativos se
refugiaron en el Paso y la Nueva Vizcaya.


En una declaración de Jose, indio Tegua, en averiguación hecha
por Don Antonio de Otermin, gobernador de Nuevo México, se le preguntó
quienes habían sido las principales cabezas motores del alzamiento para
faltar a la ley de Dios y a la obediencia de su Majestad, y dijo que
fueron cuatro indios: uno llamado el Popé, otro llamado el Taqu, otro de
Taos llamado el Zaca y otro de San Idelfonso llamado Francisco y que
las causas por las que se rebelaron fueron los malos tratamientos y
agravios que recibían de los oficiales de gobierno Francisco Xavier y
Alonso García y de los Sargentos Mayores Luis de Quintana y Diego López,
“porque los aporreaban y les quitaban lo que tenían y los hacían
trabajar y no les pagaban”



Después de la huida de los españoles hacia el sur encontramos algunos
militares españoles de Nuevo México en la Nueva Vizcaya. En 1681 el
Sargento Mayor Don Luis de Quintana, era un oficial en el Real Presidio
de Nuestra Señora del Pilar y Señor San Joseph del Paso del Rio del
Norte, y en 1686 fue nombrado por el Virrey Conde de Paredes como primer
capitán del Real Presidio de San Pedro del Gallo; sabemos también que
había nacido en España en 1656 y que su esposa fue Doña Juana López
Valverde y sus hijos Doña María Josefa de Quintana Calera y Don Joseph
de Quintana Calera. Un testigo de la época declaró:
“...que
sabe que el capitán Luis de Quintana, que lo fue vitalicio del Real
Presidio de San Pedro del Gallo, en cuyo empleo falleció, y que fue
casado con Doña Juana López Balverde y que Doña María Josefa de Quintana
Calera fue su hija legitima porque por tal se la vido criar y tener en
el dicho Real Presidio del Gallo y que habiendo ido a curarse a la
ciudad de México, llevó en su compañía a la dicha su mujer y su hija y
que en dicha ciudad le dió a la dicha su hija a don Juan de Chavarría
para que se la confirmase y como tal la confirmó el Señor Don Francisco
de Aguiar y Seijas y Ulloa, obispo de México, en cuya atención vio
llamar y tener por su compadre al dicho Don Juan de Chavarría a los
dichos Don Luis de Quintana y Doña Juana López Balverde.
Durante su gestión como capitán del presidio del Gallo, Don Luis de
Quintana participo con sus cincuenta soldados, en la pacificación de la
Tarahumara. Sin embargo el acontecimiento más triste que enfrentó fue la
muerte de catorce soldados del Gallo en el paraje nombrado de Los
Patos, entre Cerro Gordo y la Zarca, que fueron atacados por los indios
cuando regresaban de dejar el convoy de carretas y pasajeros.
En otra campaña contra los indios Cocoyomes, Chizos, Acloclames,
Zizimbres y Tripas Blancas, de la región de Sierra Mojada, organizada
en 1693 por el gobernador Don Isidro de Pardiñas Villar de Francos,
encontramos a Don Luis de Quintana ya muy achacoso por sus enfermedades,
si bien participaron los oficiales de su cargo el teniente Francisco
López de Talamantes, y el alférez Juan Andrés de Alday, con los demás
soldados del Presidio del Gallo. Don Luis de Quintana Calera falleció
en diciembre de 1693, quedando como capitán interino el teniente
Francisco López de Talamantes hasta el 4 de junio de 1694 en que se hizo
cargo del presidio del Gallo el General Don Domingo Terán de los Ríos.



Informe del Maestre de Campo Don Joseph Francisco Marín Cavallero en 1693

El año de 1693 el Virrey Conde de Galve envió al Maestre de Campo Don
Joseph Francisco Marín Caballero, en visita a los presidios del norte,
mirando la posibilidad de extinguirlos y sustituirlos por una Compañia
Volante que constantemente recorriera toda la Provincia de la Nueva
Vizcaya. En su informe de 30 de septiembre de 1693, menciona el estado
que guardaban los reales presidios desde la Ciudad de Durango hasta el
presidio de Janos:
“...De la ciudad de Durango a este
real de San Joseph del Parral (donde asisten los Gobernadores del
Reino); hay dos caminos el uno por Santa Catalina donde está el
Presidio de este nombre, que se compone de ocho plazas, y su capitán que
lo es Don Benito Pereda y Morales; hay setenta leguas con poca
diferencia, en cuyo paraje habita parte de la dilatada nación de
Tepehuanos, quienes de muchos años a esta parte han conservado segura
fidelidad, y obediencia; es poco seguro respecto de espiarle a menudo
algunas escuadras de Tobosos; el de Cuencame lo es más y muy cursado por
los tres presidios que le pueblan y los convoyes que suministran a los
pasajeros; cuenta cien leguas en esta forma: de Durango al presidio del
Pasaje treinta leguas y se compone de cincuenta plazas y la de su
capitán Juan Bautista de Escorza, de este al de San Pedro del Gallo
veinte y cuatro leguas, componese de otras cincuenta plazas y la de su
capitán Luis de Quintana, de aquí al de Cerro Gordo veinte y dos leguas y
contiene veinte y tres plazas y la de su capitán Martin de Ugalde, de
aquí al Real del Parral cuentan veinte y cuatro leguas donde asiste la
Campañía de Campaña con numero de otras cincuenta, aunque quince asisten
de ordinario en la ciudad de Durango para guarda de aquellos vasallos,
siendo su capitán Antonio de Medina; de dicho Real del Parral al
presidio de Conchos cuentan veinte leguas, componese de otras cincuenta
plazas y la de su capitán Juan Fernández de Retana, el de Janos situado
en la provincia de este nombre, se compone de otras cincuenta y la de su
capitán Juan Fernández de la Fuente, dista de este Real cien leguas y
cubre y defiende toda la Provincia de Sonora que se dilata en mas de
otras ciento y cincuenta leguas”
Añadía a su informe lo necesario que era el aumento de la población
colonizadora y que se mantuvieran los presidios como estaban.



El General Don Domingo Terán de los Ríos

Segundo capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo.(1694-1695)
La importancia que la Corona Española otorgaba al Real Presidio de San
Pedro del Gallo, quedó de manifiesto al nombrar el virrey Conde de Galve
en 1694 como su capitán protector al General Don Domingo Terán de los
Ríos, personaje poco conocido por la historia, el cual tenía una hoja
impresionante de servicios al Rey durante sus 55 años de vida, 35 de
ellos en América.


Nació en 1640 en Bioha, en el Valle de Piélagos en las montañas
de Santander de los reinos de Castilla. Fue hijo de Don Juan de Terán y
de Doña María de Vargas. Entró al servicio militar bajo el reinado de
Felipe IV y en 1660 emigró al virreinato del Perú a vivir con su tío
Juan de Terán, un ciudadano distinguido del Potosí. El 9 de septiembre
de 1661 recibió una comisión del virrey del Perú como alférez de una
compañía de infantería bajo el mando del capitán Don Felipe de Teranza
en Cuzco.


Durante los siguientes años lo encontramos en diversas
ocupaciones militares en El Callao, Potosí y Panamá. En 1681 llegó a
Veracruz como diputado del Consulado de Sevilla y posteriormente sirvió
como capitán de infantería en el castillo de San Juan de Ulúa. Entre
1686 y 1690 se desempeñó como Gobernador de la Provincia de Sonora y
Sinaloa donde el 13 de octubre de 1686 fundó el Real de Nuestra Señora
de Guadalupe y Santo Tomas de Paredes, hoy la ciudad de Álamos, Sonora.
Como gobernador de dicha provincia desarrolló con éxito la industria
minera y pacificó a los indios de la zona.


A la muerte de Alonso de León, gobernador de Coahuila, el virrey
Gaspar de la Cerda Sandoval, Conde de Galve, lo nombró el 23 de enero de
1691 gobernador de Coahuila y primer gobernador de la provincia de
Texas y le encargó realizar una expedición para fundar 7 misiones entre
los indios Texas, buscar y expulsar los franceses del territorio
español, catalogar el territorio, sus recursos naturales y sus gentes.
Don Domingo Terán de los Ríos salió el 16 de mayo de 1691 del Presidio
de Coahuila, cruzó el Río Grande el 28 mayo y el 13 de junio llego un
río al que bautizó como Rio San Antonio por haber llegado en su día.
Años después se fundó en ese lugar el Presidio de San Antonio que ahora
es el lugar donde ahora está la ciudad de San Antonio Texas. En esa
expedición los españoles visitaron por primera vez la región del actual
Austin. Llegó a la misión de San Francisco de los Texas que el año
anterior había fundado Alonso de León donde los indios se dedicaron a
robarle la caballada. Terán de los Ríos llamó a la región el Nuevo
Reino de las Montañas de Santander y Santillana. Abandonó Texas el 9
enero de 1692 y regresó a Veracruz el 15 de abril de dicho año. De
regreso en la ciudad de México fue nombrado Alcalde Mayor de San Luis
Potosí cargo en el que se desempeñó hasta 1694.


Don Domingo Terán de los Ríos se hizo cargo del Real Presidio de
San Pedro del Gallo el día 8 de julio de 1694. Llego procedente de San
Luis Potosí con una considerable hacienda consistente en 300 cabezas de
ganado mayor, 100 caballos y 60 mulas, el esclavo mulato Antonio con su
esposa Elvira y la esclava mulata María de la Encarnación con su hijo
Joseph.



Nota de Don Domingo Teran de los Rios 1695.
Nota de Don Domingo Teran de los Rios 1695
“La cuenta que el señor capitán Don Jacinto de Fuensaldaña ha de haber
al General Terán se reduce a una media arroba de pólvora de Granada, las
hebillas de oro, el aderezo de los estribos en casa del platero sordo,
el despacho al Fresnillo, su resulta, una arroba de chocolate rico, su
remisión a Atotonilco al capitán Don Fernando, que se paguen con lo
demás que le soy deudor si sale algún arriero un tercio de sebo y demás
telas. Real Presidio. Marzo 14 de 1695 años. Domingo de Terán.”
En junio de 1695 El general Don Gabriel del Castillo, Gobernador de
la Nueva Vizcaya, envió al General Don Domingo Terán de Los Ríos con 50
soldados para que junto con el capitán del Presidio de Janos Don Juan
Fernández de la Fuente pasaran a reparar los daños, muertes, robos de
caballada y ganados “y otras atrocidades” que estaban efectuado en los
parajes de Casas Grandes y la provincia de Sonora seis naciones de
indios coaligadas: Janos, Jácomes, Sumas, Mansos, Chinarras y Apaches,
que desde hacía catorce años tenían hostilizadas aquellas fronteras.


Después de varios enfrentamientos con dichas naciones en la
Sierra de Chiricagua y bajar a Sonora a pacificar a los Pimas que
también estaban alzados, el día 30 de septiembre de 1695, en el paraje
nombrado “Los Ojos de San Simón”, situado en el hoy estado de Arizona,
USA, murió el General Don Domingo Terán de los Ríos y el capitán Don
Juan Fernández de la Fuente ordenó a 7 soldados de Janos y San Pedro del
Gallo que “a toda diligencia, remudando en mulas y caballos”, pusieran
el cadáver de Don Domingo Terán de los Ríos en el presidio de Janos
distante 50 leguas, (más de 200 kilómetros) y con un recado al padre
capellán para que como a persona de tantas obligaciones se le hiciera el
entierro en sepultura arrimada al altar mayor de la capilla de dicho
presidio de Janos.



Don Diego Antonio de Landavazo

Tercer capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo. (1696-1704)
Después de la muerte del general don Domingo Terán de los Ríos, ocurrida
durante la jornada contra las naciones enemigas de las fronteras de
Janos y Sonora, el Gobernador de la Nueva Vizcaya Don Gabriel del
Castillo, nombró en diciembre de 1695 a Don Diego Antonio de Landavazo
como capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo, el
cual durante el tiempo de la ausencia de Terán de los Ríos, había
quedado a cargo del teniente Francisco López de Talamantes.


Don Diego Antonio de Landavazo nació en el año de 1644 en la
Villa de Bilbao, Señorío de los Reinos de Castilla, España, hijo de Don
Diego de Landavazo y de Doña María de la Cavex y Yrraurregui. Fue casado
con Doña Luisa de Quiroga y Valdez y al tiempo de ser nombrado capitán
propietario del Presidio de San Pedro del Gallo era un rico militar,
comerciante y minero de San Joseph del Parral, y una de las primeras
acciones llevadas a cabo por ordenes del Gobernador del Castillo, fue
actuar como depositario de los bienes que quedaron por fin y muerte del
General Don Domingo Terán de los Ríos, ya que la mayor parte de tales
bienes se encontraban en el Presidio de San Pedro del Gallo, y cuyo
juicio testamentario fue radicado en San Joseph del Parral a donde se
hizo necesario fueran remitidos todos los bienes mencionados, incluidos
los que llevó a la Jornada de Janos y Sonora y que trajeron los soldados
que fueron con él y el resto fue traído de Janos por el General Juan
Fernández de la Fuente.



El 27 de enero de 1696, Don Juan Isidro de Pardiñas Villar de Francos,
que habia sido gobernador de la Nueva Vizcaya, presentó demanda a los
bienes de Teran de los Ríos por la cantidad de un mil y setecientos y
noventa y cuatro pesos y dos tomines que le habia suplido para la
Jornada de Janos y Sonora y el gobernador Don Gabriel del Castillo dio
comisión a Don Diego Antonio de Landavazo para las diligencias
correspondientes:
Por presentada con el vale que se
refiere y en atención a lo que esta parte pide, Su Señoría mandó se
reciba la información que ofrece con los testigos que cita en su
pedimento y respecto de tener su asistencia en el Presidio de San Pedro
del Gallo en donde paran los bienes que quedaron por fin y muerte del
General Don Domingo Terán de los Ríos, capitán que fue de dicho
Presidio, da comisión Su Señoría, la que de derecho se requiere al
Capitán Don Diego Antonio de Landavazo que lo es actual de dicho
Presidio para que en virtud de este auto pase a recibir la información
que se pide con los testigos que van mencionados al tenor del pedimento y
constando la legitimación de la cantidad de pesos que esta parte
demanda, pasará a despachar mandamiento de ejecución con todos y
cualesquiera bienes que parecieren haber quedado por fin y muerte del
dicho General, haciendo trance y remate de ellos y de su valor y
procedido, haga entero y cumplido pago a la parte de la cantidad de
pesos que constare le deban dichos bienes de que otorgará esta parte
recibo en dichas diligencias, las cuales se remitirán originales a este
tribunal de Gobierno para que en todo tiempo conste. El señor Gobernador
Don Gabriel del Castillo, Caballero del Orden de Santiago, Gobernador y
Capitán General de este Reino y Provincias de la Nueva Vizcaya por Su
Majestad, lo mandó y firmó. Su Señoría Don Gabriel del Castillo. Ante mi
Miguel de Arandas. Secretario.
En el archivo histórico de San Joseph del Parral, encontramos, además
de las diligencias sobre el testamento de Terán de los Ríos, algunos
documentos referentes a Don Diego Antonio de Landavazo antes de ser
capitán del presidio del Gallo, aunque durante el periodo de su gestión
como capitán, de diciembre de 1695 a marzo de 1704, encontramos muy
poco sobre sus batallas y hechos de armas, si bien en documentos del
Gobernador Don Juan Bautista de Larrea y de los posteriores capitanes y
soldados del Presidio del Gallo, se le menciona participando activamente
en las correrías y alcances contra los indios rebeldes Cocoyomes,
Acloclames, Zizimbres y Chizos que desde antes de la erección de los
presidios del Pasaje, Gallo y Conchos, tenían ya en jaque a las
autoridades de la Nueva Vizcaya.


En una declaración de Don Juan Núñez, vecino de Indé, en el año
de 1745, dijo que el capitán Don Diego Antonio de Landavazo, en el año
de 1696, trató de comprarle a su padre Don Sebastián Núñez de Carvajal
las haciendas de Nuestra Señora de Guadalupe de Naycha y San Lorenzo del
Casco, para la manutención de la caballada, mulada y ganados del
Presidio del Gallo a lo cual se negó su padre diciendo que no podía
venderlas por ser él y algunos de sus hermanos dueños en mancomún de
dichas haciendas, pero que sin embargo desde el tiempo del capitán Don
Luis de Quintana, había hecho donación a Su Majestad de tales parajes de
Naycha y Casco para el Presidio mientras estuviera en funciones y que
si algún día llegaba a extinguirse dicho Presidio, los parajes
mencionados pasarían de nuevo al tronco de la familia.


En el Archivo General de la Nación encontramos una petición de
fecha 3 de diciembre de 1703, del capitán Landavazo dirigida el
Excelentísimo Señor Duque de Alburquerque, Virrey, Gobernador y Capitán
General de la Nueva España, en donde le representa que a los soldados
del Real Presidio de San Pedro del Gallo, se les están debiendo tres
tercios y el que va corriendo, que se cumplirá el 9 de febrero de 1704,
(las pagas de los soldados en esos años se hacían por tercios de 4 meses
al año), porque la Caja Real de Sombrerete donde tenían asignado sus
sueldos, se hallaba exhausta de medios por haber llegado sus minas a tal
cortedad que ya no podía con sus obligaciones, solicitándole que la
situación de la paga del Real Presidio de San Pedro del Gallo, se
cambiara a la Real Caja de Guanajuato o a la de Durango. Don Diego
Antonio de Landavazo se desempeñó como capitán del Real Presidio de San
Pedro del Gallo hasta el mes de marzo de 1704. Murió en el Real del
Parral el día 29 de noviembre de 1707 y fue sepultado dentro de la
Iglesia de San Joseph el día 30 de dicho mes y año.



Don Juan Andres de Alday

Cuarto capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo. (1704-1714)
Juan Andrés de Alday nació el 30 de noviembre de 1661 en Eskoriatza,
Provincia Guipazcoa del país Vasco, España; hijo de Don Martín de Alday y
Agüiriano y de Doña Catalina de Lamariano. Fue hermano de Don Martín
de Alday, capitán vitalicio del Real Presidio de Nuestra Señora de la
Limpia Concepción del Pasaje y Gobernador de la Provincia de la Nueva
Vizcaya de 1720 a 1723. Fue su primera esposa Doña Gregoria de Mier con
quien tuvo dos hijos: Don Joseph Romualdo de Alday y Doña Catalina de
Alday. En segundas nupcias contrajo matrimonio el 10 de noviembre de
1709, en San Luis Potosí con Doña Isabel Coronel.



Firma de Don Juan Andres de Alday.
Los hermanos Martín y Juan Andrés de Alday llegaron muy jóvenes a
América y muy pronto Martín inicio una brillante carrera militar
participando en la reconquista de Nuevo México y otros puestos militares
que lo llevaron hasta Gobernador y Capitán General del Reino de la
Nueva Vizcaya. Juan Andrés inicio su carrera militar en el Presidio de
Conchos y desde el principio de su carrera mostró especiales aptitudes y
valentía, y en premio de sus distinguidos servicios experimentados
contra las naciones Cocoyomes, Acloclames, Chizos, Gavilanes y demás
indios bárbaros y rebeldes que hostilizaban la provincia de la Nueva
Vizcaya, con aprobación de sus capitanes fue alternativamente promovido a
los empleos de sargento, alférez y teniente que solo se conferían a
soldados de acreditado valor y de sobresaliente experiencia en el modo
de lidiar con aquellos bárbaros y en marzo de 1704 fue nombrado capitán
del Real Presidio de San Pedro del Gallo.


En dicho año de 1704, siendo ya capitán del Presidio del Gallo,
compró junto con su hermano Martín, que a la sazón era capitán del
Presidio del Pasaje, la hacienda nombrada San Mateo de la Zarca que
incluía el paraje de Santo Domingo y registró a su nombre las haciendas
de Nuestra Señora de Guadalupe de Naycha y San Lorenzo del Casco, que
juntas hacían una superficie de más de 260,000 hectáreas, además de la
hacienda de Menores que poseían en el rio de las Nazas, convirtiéndose
así en terratenientes y militares de los más poderosos e influyentes en
el Reino de la Nueva Vizcaya.


Durante el tiempo que ejerció como capitán, construyó la acequia
que corre por la Calle de los Fresnos (en la hoy cabecera municipal de
San Pedro del Gallo) para regar las huertas con el agua del derramadero
del ojo, como así mismo construyó las tarjeas (o atarjeas) que están al
final de dicha acequia para que bebieran las caballadas y muladas del
presidio, y las recuas de carretas y pasajeros que recorrían el Camino
Real de Tierra Adentro desde la capital de la Nueva España hasta Santa
Fe en el Reino de Nuevo México. El capitán Martín de Alday, en un
documento del Archivo Histórico de San Joseph del Parral dice que él
contó en un solo año más de 6,000 mulas cargadas de fardería que pasaron
por los Presidios del Pasaje y Gallo, y que tenían que detenerse “a
hacer noche” en tales parajes.


En el archivo mencionado encontramos abundante información sobre
algunos problemas a los que se enfrentó el capitán Juan Andrés de Alday,
entre otros la muerte del religioso Fray Jacinto López del Toral en
1705, una rebelión de los soldados del presidio del Gallo en 1707, una
demanda por secuestrar una cuadrilla de carros del Parral para acarrear
piedra para la construcción de las tarjeas en 1709, la entrega de 6
soldados del Gallo para el repueble de Santiago de Mapimí en 1711 y
algunos juicios entablados contra sus bienes a su muerte ocurrida el 14
de mayo de 1714 en el presidio del Gallo.



Don Juan Bautista de Leyzaola

Quinto capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo.(1714-1745)

A la muerte del capitán Don Juan Andrés de Alday, ocurrida el 14 de mayo
de 1714, se hizo cargo durante cinco meses, interinamente, del Presidio
del Gallo, el capitán Don Joseph Romualdo de Alday, hijo del anterior, y
el día 8 de octubre de dicho año, tomo posesión como capitán protector
vitalicio Don Juan Bautista de Leyzaola.



Firma de Don Juan Bautista de Leyzoala.
Juan Bautista de Leyzaola nació en El Motrico de la Provincia
Guipazcoa del País Vasco, España. Fue hijo de Don Pedro de Mendibelzua y
de Doña Ana de Leyzaola. Llegó a América muy joven invitado por los
hermanos Martín y Juan Andrés de Alday, sus paisanos, y en el año de
1700 inicio su carrera militar como soldado raso en el Real Presidio de
Nuestra Señora del Pilar y San Joseph del Paso (hoy el Paso Texas) y muy
pronto dio muestras de valor, inteligencia y sagacidad para lidiar con
las naciones de indios bárbaros y rebeldes de aquellas inmediaciones por
lo que muy pronto fue promovido a sargento y alférez y en 1714 se
retiró de aquel Presidio por las enfermedades que contrajo para
solicitar en otro lugar su curación y el capitán de dicho Presidio,
satisfecho de su buena conducta militar y acreditado valor le dio
certificación de sus servicios, hecha en el pueblo de Guadalupe del Paso
del Rio del Norte (hoy Ciudad Juárez Chihuahua), de fecha 18 de abril
de 1714 en que lo declara digno de que Su Majestad (Dios le guarde) le
confiera empleos correspondientes a su valor, meritos y sobresaliente
experiencia militar y el 4 de julio de dicho año el Duque de Linares,
Virrey de la Nueva España, le confirió el empleo y titulo de capitán
protector vitalicio de Real Presidio de San Pedro del Gallo, que Su
Majestad se dignó confirmar, tomando posesión el 8 de octubre del mismo
año, y el 23 de julio de 1715 contrajo matrimonio en San Joseph del
Parral con Doña Juliana Barbudo de Escudero, hija del Sargento Mayor
Don Alonso Barbudo de Escudero y de Doña Rosa Rojo Coronel.


Durante los 32 años que estuvo al frente del Real Presidio de San
Pedro Gallo, Don Juan Bautista de Leyzaola, con todo esfuerzo y
eficacia, se aplicó a evitar (en cuanto le era posible) las sangrientas
hostilidades de las naciones de los indios Cocoyomes, Acloclames,
Zizimbres y Coaguileños, que por aquellos años estuvieron amenazando el
Reino de la Nueva Vizcaya, ya en campaña, saliendo a buscarlos en las
serranías a donde se retiraban después de ejecutar sus insultos o ya
persiguiéndolos hasta sus propias habitaciones distantes mas de
doscientas leguas del Presidio del Gallo, en Sierra Mojada y hasta el
mismo Río del Norte (hoy el Rio Bravo) y anualmente realizaba una visita
a los pueblos de la Tepehuana y Tarahumara para observar sus
movimientos y evitar un posible levantamiento de estos pueblos ya
reducidos a la obediencia de Su Majestad.
El pueblo de San Pedro del Gallo le debe un tributo a Don Juan Bautista
de Leyzaola, pues además de ser quien edificó la Iglesia Parroquial que
hasta el día de hoy existe, por muchos años mantuvo un célebre pleito
(el cual ganó) con Doña Juana Xaviera de Ugarte, vecina del Parral y
dueña de las haciendas de Nuestra Señora de Guadalupe de Naycha y San
Mateo de la Zarca por los terrenos que pertenecían a tales haciendas y
que ahora son pequeñas propiedades de los vecinos del pueblo del Gallo.


Aunque el empleo de capitán era vitalicio, en 1745 por su
avanzada edad, Don Juan Bautista de Leyzaola solicitó al Conde de
Fuenclara, Virrey de la Nueva España la renuncia de su empleo, la cual
le fue aceptada y dicho Virrey otorgó, en consideración a los servicios
con que se había hecho acreedor para obtener el empleo de capitán a Don
Francisco Joseph de Leyzaola, hijo de Don Juan Bautista de Leyzaola.



Visita del Brigadir Pedro de Rivera en 1725

En el año de 1724 el Virrey Marques de Casa Fuerte encomendó al
Brigadier Don Pedro de Rivera la inspección de los presidios de tierra
adentro. El objetivo de dicha visita era remediar los abusos que a
menudo cometían los Capitanes de los presidios con sus soldados, los
que cometían los soldados con los viajeros del Camino Real, mejorar el
régimen de los presidios, su localización y la posible eliminación de
los que no fueran necesarios. En su informe sobre el Presidio del Gallo
Don Pedro de Rivera escribió lo siguiente:



Del Presidio del Pasaje pasé al del Gallo que hallé
guarnecido de una compañía con treinta y nueve soldados y un Capitán,
quien los tiene menos instruidos que el antecedente, no porque en su
ejercicio se aventajaban sino porque continuaban sus correrías aunque
sin fructo en ellas, manteniéndose comboyando los pasajeros y recuas hasta Serro Gordo con mediana conducta y sin extorsiones a los comboyados,
por recibir de ellos lo que buenamente les daban. En las cuentas que
estos tenían con el Aviador, constaba ser subido el precio a que les
ministraba los géneros, hallándose algunas faltas de muchas cosas que
les eran precisas así por los atrasos de dos tercias partes de un
pagamento que les debían, como por lo que se les escalfaba para la
recaudación de sus sueldos, siendo el que gozaban de cuatrocientos y
cincuenta pesos cada uno y el Capitán seiscientos pesos, sumando al año
el todo de aquella guarnición diez ocho mil ciento y cincuenta pesos...
Don Pedro de Rivera llegó al Real Presidio de San Pedro del Gallo el
10 de noviembre de 1725 y enseguida publicó un edicto en el que se
anunciaba la visita que se iba a realizar a esa guarnición, y para
averiguar los procedimientos del capitán Don Juan Bautista de Leyzaola
se formó un interrogatorio al tenor del cual serian examinados los
testigos que se consideraron suficientes para formar la sumaria secreta,
notificándole antes al capitán exhibiese los libros reales de asientos
de plazas y de cuentas y se le pidió se retirase del presidio a una
distancia de 20 leguas para que su persona no embarazase la diligencia.


En el libro de las cuentas que los soldados tenían con el capitán
resultó ser subido el precio al que éste les suministraba los géneros,
hallándose algunas faltas de muchas cosas que les eran necesarias, así
como el atraso de dos tercias partes de un pago que se les debía y lo
que se les quitaba con el nombre de costos, gastos, quites y escalfes
para la recaudación de sus sueldos, siendo el que gozaban el de 450
pesos cada uno y el capitán 600, sumando todo en el año el costo de la
guarnición de San Pedro del Gallo la cantidad de 18, 150 pesos al año.


Habiéndose examinado los testigos, resultaron de dicha sumaria
secreta los siguientes cargos al capitán Don Juan Bautista de Leyzaola:
1.- Primer cargo.- Primeramente que en perjuicio de los soldados y en
utilidad propia había excedido en el precio de 8 pesos en que les daba
las reses para su mantenimiento cuando el precio era de 5, ganándose 3
pesos en cada res, como asimismo se ganaba otros 3 pesos en cada caballo
que les vendía para su ejercicio en 7 pesos costando 4. 2.- Segundo
cargo.- Se le hizo cargo de tener algunos soldados faltos de cueras y
vestuario y a algunos de espadas por cuya razón no estaban aptos para
hacer el servicio. 3.- Tercer cargo: Se le hizo cargo de que en propia
utilidad había perjudicado a los soldados con los excesivos precios en
que les había vendido la ropa y géneros para su vestuario, constando de
los testigos examinados que les daba la vara de paño de la freira a 4
pesos, la de ruan florete a 10 y 12 reales, y los sombreros a 2 pesos.
4.- Cuarto cargo.- Se le hizo cargo de que faltando al buen estilo y
política militar que debía observar con los soldados, los había
maltratado de palabra y de obra, negándose a oír los descargos que
tenían que hacerle y le habían solicitado, como consta de la declaración
de un testigo.


De los dichos 4 cargos se le hizo culpa y se le dio el termino de
3 días para que alegara y probara lo que a su derecho conviniera como
lo ejecutó dando una información y presentando testigos, con lo cual en
juicio plenario quedaron los autos conclusos y el Brigadier Don Pedro de
Rivera proveyó una determinación en que declaró al capitán libre del
juicio de la visita.


Se les ajustaron las cuentas a los soldados y no hallando en
ellas colusión alguna por la claridad en que estaban, se pasó a la
revista de inspección y se aplicó el remedio que en ella se advirtió
necesitarse. El reglamento que para el gobierno de los soldados del
Presidio del Gallo hizo el Brigadier Don Pedro de Rivera fue en la misma
forma que el que se les puso a los soldados del Pasaje, como asimismo
un auto de providencia que se les dejó para que los bastimentos y reses
para su manutención y los géneros para su vestuario y caballos para su
ejercicio se les suministraran a los precios que se señalaron por ser
crecidos a los que hasta entonces se les habían dado, así como de los
costos, gastos y escalfes que de los sueldos se les hacían para el
presidio del Rio Grande y del capítulo 24 del reglamento de la Habana
que decía lo siguiente: “Se tendrá entendido que se han señalado sueldos
crecidos a los oficiales y soldados que me sirven en la Habana en
atención a la carestía de los géneros y de los comestibles de aquella
ciudad. Y es mi ánimo que cuando se trate de establecer este reglamento
en otras provincias de la América, se moderen según lo permitiere la
conveniencia de los precios”.


Se les señaló a los soldados un sueldo de 350 pesos y seis libras
de pólvora al año y una escopeta cada 2, que con los 600 pesos que
gozaba el capitán, harían anualmente la cantidad de 14, 150 pesos, que
fue el estado en que quedó el Real Presidio de San Pedro del Gallo
concluida la visita.



El Cordón de Recuas y Pasajeros

A lo largo del llamado “Camino Real de Tierra Adentro”, el Fuerte o
Presidio militar de San Pedro del Gallo, estaba considerado como
frontera entre las tierras consideradas como ya reducidas y civilizadas
del sur y las tierras del norte peligrosas y de indios hostiles, por lo
que se consideraba que cruzando dicho Presidio del Gallo hacia el norte
era “Tierra Adentro” y hacia el sur era “Tierra Afuera”.


Después del destierro de los Cocoyomes y Coagüileños, sobrevino
en la Nueva Vizcaya y en sus Presidios una cierta calma y quietud,
llegando solo de vez en cuando la noticia de algún ataque en los pueblos
del norte, de indios de los que alguna vez fueron aliados de los
Cocoyomes como los Chizos y Zizimbres. Esta monotonía era interrumpida
una vez al mes con la llegada y salida del llamado cordón de recuas y
pasajeros que entraban o salían hacia tierra adentro o hacia tierra
afuera, y que debía ser escoltado por 20 soldados y 20 indios auxiliares
de presidio en presidio.
Cada mes pasaban por los presidios de la Nueva Vizcaya cientos de mulas y
carretas provenientes de Nuevo México, el Paso, Chihuahua y Parral con
rumbo a Durango y la ciudad de México, cargadas de plata, cueros, sebo,
vinos del Paso y harina, las mismas que más tarde regresaban por el
mismo camino portando toda clase de géneros europeos introducidos por
Veracruz: hierro, acero y mercurio para el beneficio de las minas y
lanas de las fabricas de Querétaro y Puebla. El tráfico de carretas no
estaba aun del todo regularizado por la mala calidad de los caminos y se
prefería para el transporte de estos géneros el lomo de las mulas.


Estos grandes trenes de mulas se dividían en otros grupos menores
o “atajos” compuestos por unas 20 o 40 bestias guiadas por las mulas
maestras o “caponeras”. Tanto las grandes caravanas como los atajos que
las componían eran conducidas por lo general por indios o mestizos que
preferían esa vida vagabunda a cualquier otra ocupación, pasando la
noche a campo raso o en casas de comunidad cuando llegaban a los
presidios. Como por lo general siempre transportaban mercancías
valiosas, iban armados y en compañía de perros y en las tierras del
norte eran convoyados por los soldados de los presidios.


Anualmente pasaban por el Real Presidio de San Pedro del Gallo de
6,000 a 8,000 mulas que cargaban cada una alrededor de 300 libras (unos
130 o 140 kilos). La ruta desde la ciudad de México hasta Santa Fe del
Nuevo México, cubría más de 500 leguas, (unos 2,000 kilómetros más o
menos). El transporte era pesado, largo y lógicamente costoso, en
proporción al lugar del destino. Pero el trasporte a través de la ruta
se hacía normalmente soportable para los arrieros, cuyas vidas
trascurrían monótonas y lentas cruzando campos, ríos y desiertos al lado
de unos animales que por lo general no eran suyos. Esta monotonía se
rompía cuando las caravanas eran atacadas por los indios hostiles y
rebeldes.


Los soldados del Real Presidio de San Pedro del Gallo, por
disposición de los Virreyes y Gobernadores, además de las operaciones de
guerra, tenían la obligación de convoyar mensualmente este cordón de
recuas, carretas y pasajeros: cuando provenían del norte hasta el
presidio de Nuestra Señora del Pasaje, a 25 leguas del Gallo (unos 100
kilómetros) y cuando iban hacia el norte hasta el Presidio de San Miguel
de Cerro Gordo a 22 leguas. (Hoy Villa Hidalgo, Dgo., a unos 88
kilómetros). Por lo general en una jornada se recorrían unas 10 leguas



Las Haciendas de la Zarca y Naycha

El 2 de septiembre de 1704, en la ciudad de México, Don Juan Andrés
de Alday, capitán del Real Presidio de San Pedro del Gallo, otorgó a Don
Juan de Basoco, vecino de dicha ciudad, un poder especial para que a su
nombre y a su crédito, recibiera un préstamo por veinte mil pesos en
oro común de cualesquiera persona, comunidad, cofradía, obras pías,
capellanías u otros particulares, para comprar en compañía de su hermano
Don Martín de Alday, capitán del Real Presidio del Pasaje, la hacienda
de San Mateo de la Zarca cuyas tierras incluían lo que hoy en día son la
Colonia Lorenzo Avalos, parte del ejido Peñoles, el Ejido Santo
Domingo, parte del ejido Cinco de Mayo y todos los terrenos que ahora
son pequeñas propiedades como Dury, Peñuelas Apantita, La Trinidad,
etc., llegando los linderos de dicha hacienda hasta el Presidio del
Gallo y al serle otorgado dicho préstamo, los hermanos Alday compraron
la Zarca al Licenciado Don Juan de Arteaga y Levario.


Al tiempo de fundarse el Presidio del Gallo e iniciar operaciones
en 1686, la Hacienda de Nuestra Señora de Guadalupe de Naycha
pertenecía al capitán Don Sebastián Núñez de Carvajal y el primer
capitán de dicho Presidio el Sargento Mayor Don Luis de Quintana Calera
solicitó comprar tal hacienda para la manutención de la caballada y
ganados del Presidio, contestando Don Sebastián Núñez que no podía
venderlos por ser algunos hermanos los interesados pero que sin embargo
podía hacer uso de tales terrenos mientras el Presidio estuviera en
funciones pero que si un día llegaba a extinguirse volverían al tronco
de la familia. Años después el segundo capitán Don Diego Antonio de
Landavazo volvió de nuevo a tratar de comprar dichos terrenos,
contestando Don Sebastián Núñez lo mismo que le dijo al primer capitán.


Los terrenos de la hacienda de Naycha incluían lo que hoy en día
son los ejidos el Casco, parte de Peñoles, Cuba, Boquilla de Gerardo,
Los Ángeles, San Vicente y las pequeñas propiedades del actual Naycha,
Santa Ana de José Revueltas, La Jarita, Boquilla de Mimbres, las
Laborcitas, etc., y buena parte de los Municipios de San Luis de Cordero
y Rodeo. Juntas las haciendas de la Zarca y Naycha hacían un total de
casi trescientas mil hectáreas.


Durante el tiempo en que fungió como capitán del Presidio del
Gallo Don Juan Andrés de Alday, registró a su nombre los terrenos de la
hacienda de Naycha que incluía San Lorenzo del Casco. Lo que nunca se
supo (y que tampoco pudo descubrir años después Don Juan Bautista de
Leyzaola) es de que medios se valió dicho capitán para hacer tal
registro o si lo compró a los herederos de Don Sebastián Núñez, el caso
es que a la muerte de Don Juan Andrés de Alday en 1714, quedaron como
sus herederos y dueños de tales terrenos sus hijos Don Joseph Romualdo
de Alday y Doña Catalina Tecla de Alday.


El General Don Martín de Alday, que había sido capitán del
Presidio del Pasaje por más de 20 años y Gobernador de la Nueva Vizcaya
por 3, murió sin hijos en 1724 por lo que sus sobrinos Don Joseph
Romualdo y Dona Catalina Tecla de Alday quedaron como sus herederos
universales y dueños de las dichas dos haciendas, y en 1730 murió
(también sin hijos) Don Joseph Romualdo, quien se había desempeñado
hasta dicho año como capitán del Presidio del Pasaje, quedando como
única heredera y dueña Doña Catalina Tecla de Alday, esposa de Juan de
Veitia.


El 24 de septiembre de 1739, Doña Catalina Tecla de Alday, ante
el capitán del Presidio del Pasaje Don Ignacio de Ibargoyen, otorgó
poder a su esposo Don Juan de Veitia para que solicitara compradores de
las haciendas de la Zarca y Naycha …“con todas sus tierras, casas,
aguajes, pastos, abrevaderos, sitios de ganado mayor y menor, ganados
mayores y menores y con todos los demás aperos, pertrechos y cosas que a
ellas son anexas y les pertenecen, las cuales heredó en compañía de su
hermano el capitán Don Joseph Romualdo de Alday, difunto, del Capitán
Don Juan Andrés de Alday, su padre, quien los dejó por sus bienes y se
mantuvieron por indivisos hasta que falleció dicho Capitán Don Joseph
Romualdo a quien también heredó la parte que le tocaba”
. El 2 de
octubre de 1739 Don Juan de Veitia vendió a Doña Juana Xaviera de
Ugarte, vecina del Parral las dichas dos haciendas de San Mateo de la
Zarca y Nuestra Señora de Guadalupe de Naycha y es aquí cuando comienza
un largo litigio entre Don Juan Bautista de Leyzaola y Doña Juana
Xaviera de Ugarte por la posesión de los terrenos donde hasta entonces
habían pastado las caballadas y ganados del Presidio del Gallo.



Don Francisco Joseph de Leyzaola

Sexto capitán propietario del Presidio de San Pedro del Gallo. (1745-1752)
Nació en San Joseph del Parral el 2 de abril de 1724, hijo del capitán
Don Juan Bautista de Leyzaola y de Doña Juliana Barbudo de Escudero. Fue
bautizado con el nombre de Francisco Joseph de Paula de Leyzaola
Barbudo de Escudero en la iglesia parroquial de San Joseph del Parral el
día 8 del mismo mes y año y fueron sus padrinos el capitán Don Alonso
Barbudo de Escudero, su abuelo materno, y Doña Antonia de la Campa
Valdez. El año de 1740 a la edad de 16 años fue nombrado por su padre el
capitán Don Juan Bautista de Leyzaola, teniente del Presidio del Gallo
por haber salido a curar de sus enfermedades el titular Don Pedro de la
Riva Soria, nombramiento que se dignó aprobar el Señor Don Juan Antonio
Vizarrón y Eguiarreta, Virrey de la Nueva España.



Firma de Don Francisco Joseph de Leyzaola.
En 1745 Don Juan Bautista de Leyzaola renunció a su empleo de capitán
por su avanzada edad, y en atención a los servicios prestados a su
Majestad (que Dios guarde), por Don Francisco Joseph de Leyzaola como
soldado raso, alférez y teniente, el Virrey Don Pedro de Cebrián y
Agustín, Conde de Fuenclara, el 29 de diciembre de 1745 se sirvió
nombrarlo capitán propietario del Real Presidio de San Pedro del Gallo,
nombramiento que fue aprobado por el Rey por cedula real dada en
Aranjuez de fecha 20 de junio de 1746. En carta de marzo de 1746 un
amigo de Don Juan Bautista de Leyzaola lo felicita por el nuevo empleo
de su hijo:



Señor Don Juan Bautista de Leyzaola. Muy señor mío.
Por la de vuestra merced de 3 del que corre aprecio su buena salud con
la de esa mi señora cuyos pies beso, que juntas con la del señor Don
Francisco pido a Dios las dilate en toda felicidad muchos años; la buena
que yo tengo queda a su disposición deseoso de ejercerla en cuanto sea
de su agrado mandarme. Visto el contexto, aprecio como propio el nuevo
empleo de capitán vitalicio del señor Don Francisco, a quien considero,
así por su persona y meritos, muy acreedor a mayores puestos. Dios le
conserve a vuestra merced mucha vida para que en su compañía disfrute
del nuevo empleo. Por carta suplicatoria puede ocurrir vuestra merced
cuando gustare al juez de este partido que con mucho gusto serviré a
vuestra merced, quien no necesita de mandato de justicia, pues para mí
no hay otro que servirle con buena voluntad. Pido a Dios guarde a
vuestra merced muchos años. De esta suya y marzo 2 de 1746 años. Besa la
mano de vuestra merced su mayor servidor Jacinto Lorenzo de Jereda
Tagle...
En cada uno de los dichos empleos de soldado, alférez, teniente y
capitán, siempre desempeñó sus obligaciones con una gran
responsabilidad, valentía y honestidad, ganándose la confianza y
aprobación de los señores gobernadores de la Nueva Vizcaya y de los
Excelentísimos Señores Virreyes de la Nueva España, así como de los
oficiales y soldados que en las campañas le asistian, pues con
frecuencia salía del presidio del Gallo a observar si en los puertos y
fronteras de la Nueva Vizcaya aparecían indios Apaches rebeldes que las
hostilizaran, evitando de este modo sus insultos y conservar pacifico
el terreno.


Por los años de mil setecientos cuarenta y nueve y cincuenta hizo
dos campañas, una a las fronteras del norte distante doscientas leguas
del presidio del Gallo (mas de 800 kilometros) para sujetar las naciones
de Apaches y Gileños que por aquellos años invadieron la provincia y
otra en busca de algunos indios apostatas y rebeldes que después de
haber estado prisioneros en el Real Presidio de San Francisco de Conchos
huyeron de la prisión y estuvieron hostilizando la provincia por
espacio de tiempo, consiguiéndose su prisión y castigo.


El capitán Don Francisco Joseph de Leyzaola sirvió como capitán
del Presidio de San Pedro del Gallo hasta el día primero de mayo de
1752, fecha en que fue extinguido dicho presidio, junto con los de
Mapimí, Conchos, Cerro Gordo y Valle de San Bartolomé.


En 1760 fue nombrado por el Virrey Don Francisco Cagigal de la
Vega como capitán propietario del Presidio de San Phelipe y Santiago de
Janos, cargo en el que se mantuvo hasta el día 15 de noviembre de 1772,
fecha de su fallecimiento en un ataque que dieron los indios Apaches y
Gileños al Presidio de Janos.



Extinción del Presidio del Gallo en 1751

En el año de 1751, Don Francisco de Guemes y Horcacitas, primer Conde
de Revillagigedo, Teniente General de los Reales Ejercitos, gentil
hombre de la Real Cámara de su Majestad, Virrey Gobernador y Capitán
General de la Nueva España, por despacho de 14 de mayo de ese año, y de
acuerdo con La Real Junta de Hacienda y Guerra, decidió suprimir los
presidios de San Pedro del Gallo, Mapimí, Cerro Gordo, Valle de San
Bartolomé y Conchos por considerarlos “superfluos e inutiles, libres de
hostilidades, remotos y distantes”, ya que se pensaba que por entonces
la región estaba pacificada y además representaban una carga para la
Real Hacienda.


En ese mismo despacho, además de la orden de suprimir los
presidios mencionados, se concedió facultades extraordinarias al Capitán
Don Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle, capitán del presidio de
Cerro Gordo, para formar una “Compañía Volante” que tendría asiento en
el presidio que para tal efecto se fundaría en el paraje conocido como
“Guajuquilla” (hoy Ciudad Jimenez, Chihuahua), y tendría la misión de
resguardar el Camino Real desde el Río Nazas y a los dos costados del
camino: al oriente hasta la vecina Gobernación de Coahuila y al poniente
hasta las tierras de la Topia y Tarahumara.


Además de la orden de extinguir los presidios, en dicho despacho
se ordenó al Capitán Bustamante repartir tierras, aguas y pastos a los
soldados y vecinos de los presidios desalojados. En el caso de San Pedro
del Gallo, desde la fundación del presidio, los soldados adscritos al
mismo, empezaron a abrir tierras para cultivo y a utilizar las tierras
colindantes para cría de animales para ayudarse en su economía. Ya para
la fecha de la extinción del presidio contaban con una considerable
extensión de tierras de cultivo y agostadero.


Aquí se hace necesario mencionar un célebre pleito que
sostuvieron por muchos años los Capitanes del presidio del Gallo con
Doña Juana Xaviera de Ugarte, dueña de las haciendas de Naycha y la
Zarca, por la posesión de los terrenos colindantes con el pueblo y
presidio del Gallo.


En la Biblioteca Benson de la Universidad de Austin, Texas se
guardan unos valiosos documentos conocidos como; “Presidio de San Felipe
y Santiago de Janos Records, 1706-1858, Benson Latin American
Collection”, que pertenecieron al archivo del Presidio de Janos y fueron
donados a la Colección Latinoamericana Benson en la década de 1940 por
J. Evetts Haley, que a su vez los había recibido de un general mexicano
desconocido.


En ese archivo está muy bien documentado ese célebre pleito entre
Don Juan Baptista de Leizaola, capitán del Real Presidio del Gallo y
Doña Juana Xaviera de Ugarte por la cuestión de tierras y linderos.
Contiene además esa coleccion de documentos, algunas listas de soldados
del presidio del Gallo y otros documentos de importancia para la
historia de San Pedro del Gallo.


Todas las diligencias que practicó el capitan Bustamante para dar
cumplimiento a las instruciones del Virrey: la extinción de los
presidios, la formación de la Compañia Volante, la fundación del nuevo
presidio de Guajuquilla, y los repartos de tierras a los vecinos de los
presidios extinguidos, estan asentadas en un archivo que se guarda en
las oficinas del Comisariado Ejidal de San Pedro del Gallo y son
conocidas con el singular nombre de “Las Escrituras Virreinales”



Soldados y fundadores del reformado pueblo del Gallo en 1752

Después de la extinción del Presidio, el pueblo del Gallo era
conocido como "El Presidio Reformado de San Pedro del Gallo". De acuerdo
con "Las Escrituras Virreinales" los soldados del antiguo Presidio y
vecinos que decidieron quedarse de pobladores y que recibieron títulos
de sus casas y "una fanega de sembradura cada uno", son los que van a
continuación: Don Pedro de la Riva, Miguel Gonzalez Rey, Miguel de la
Riva, Tadeo Gonzalez Rey, Cristóbal Gonzalez Rey, Agustín de Alarcón,
Juan José de Alvarado, Nicolás Carrillo, Felipe Carrillo, Julián
Carrillo, Felipe Carrillo el mozo, Nicolás Carrillo el mozo, Juan Manuel
Medina, Juan Francisco Gándara, Juan Luciano Alarcón, Francisco Antonio
Villegas, Manuel de Villa, Tadeo Castro, Nicolás Castro, Joaquín de
Castro, Juan Moreno, Vicente Méndez, Ramón de Villa, Isidro López,
Antonio de Rivera, Nicolás de Rivera, Felipe de Rivera, José de la Riva,
Pedro Alarcón, Juan Gonzalez, Francisco Rodallegas, Francisco Pérez,
Cayetano Antunes, Juan Medrano, Nicolás Felix, Juan Palma, Francisco
Requejo, Miguel Angel Valdez, Francisco Méndez, Antonio de Avila.



Visita del Obispo Pedro Tamaron y Romeral en 1761

Firma del Obispo Pedro Tamaron y Romeral.
Don Pedro Tamarón y Romeral fue originario de Toledo, España. Fue
nombrado Obispo por el Papa Benedicto XIV y está considerado como uno
de los más renombrados Obispos de la Nueva Vizcaya. Es conocido como el
“Obispo andariego”, por haber recorrido exhaustivamente las tierras
norteñas de su Diócesis, llegando hasta Santa Fe Nuevo México.


Fue el único obispo que visitó toda su Diócesis entre los años
1759-1768, sin contar su última visita que no alcanzó a reseñar por
haber muerto en ella. Este obispo recorrió un total de 2,768 leguas
castellanas, que equivalen a 11,531 kilómetros, Tomó posesión el 22 de
marzo de 1759 y falleció el 21 de diciembre de 1768 en Bamoa, Sinaloa.
Sus restos están en la Catedral de Durango.


Su fama se debe también a que dejó una detallada descripción de
los lugares que recorrió en sus por lo menos ocho visitas que hizo que
van de 1759 a 1764. Ese relato, escrito y publicado en 1765 con el
título Demostración del vastísimo obispado de la Nueva Vizcaya,
constituye una valiosa y abundante información para conocer la historia
de las poblaciones de la Nueva Vizcaya del siglo XVIII.


En Enero de 1761 el Obispo Tamarón Y Romeral visitó el Real de
San Pedro del Gallo donde realizó algunas actividades propias de su
investidura. La correspondiente acta de la visita Pastoral se encuentra
en el archivo parroquial y reza de la siguiente manera.



Firma del Obispo Pedro Tamaron y Romeral (detalle).
...“En el real Presidio de San Pedro del Gallo en
veinte y uno de enero de mil setecientos sesenta y uno, Su Señoría
Ilustrísima Don Pedro Tamarón, obispo de Durango, habiendo pasado a la
Iglesia Parroquial de dicho Real Presidio, como a las ocho de la mañana y
revestido de medio Pontifical, asistió a la Misa que cantó el cura
interino Barón Don Antonio de Ibarra y acabado que fue el primer
Evangelio y leído el edicto de pecados públicos, su señoría Ilustrísima
predicó el Santo Evangelio y explicó el interés de su visita y acabada
que fue la Misa visitó la Iglesia, altares, aras, pila bautismal, santos
oleos y sagrado crisma, sacristía, ornamentos y vasos sagrados, que
todo halló arreglado y conforme, haciendo asimismo la procesión de
animas como corresponde según dispone el Ritual Romano. El dicho cura
presentó el libro de partidas de entierros, casamientos, velaciones con
el de bautismos, en el que constan los que ha hecho desde el tiempo que
está en la administración de este Real Presidio y estando como están
arreglados dichos libros y sus partidas su Señoría Ilustrísima dispuso
que los aprobaba y aprobó, daba y dió por visitados en debida forma de
derecho y mandaba y mandó a dicho cura y sus tenientes, que las fechas
de otras partidas, las pongan en letra y no en numero, llenando las que
fueren poniéndose en la mayor conformidad y expresiones que las
antecedentes y que también prediquen el Santo Evangelio, explicando la
doctrina cristiana todos los días de frente a sus feligreses para el
mayor bien espiritual de sus almas y haciendo inventario de los bienes y
altares de dicha Iglesia que se pondrá a continuación de este auto y
asimismo deberá dicho cura poner un nuevo libro para en él asentar todas
las personas que su Señoría Ilustrísima ha confirmado y las que en
adelante se confirmasen y por cuanto su Señoría Ilustrísima así lo
proveyó, mandó y firmó de lo que doy fe. Pedro Obispo de Durango.
(Firma)”.

San Pedro del Gallo en el año 1777

En el año de 1776 el Rey de España nombró al Caballero Don Teodoro de
Croix, Comandante General de las Provincias Internas que eran: Sonora,
Sinaloa, Nueva Vizcaya, Nuevo México, Coahuila, Texas y las Californias.


El titulo que ostentaba Don Teodoro de Croix era el
siguiente:Caballero de Croix, del Orden Teutónico, Brigadier de los
Reales Ejércitos, Segundo Teniente de la Compañía Flamenca de Reales
Guardias de Corps, Gobernador y Comandante General de las Provincias
Internas de Nueva España, Superintendente General de la Real Hacienda.


De Croix al tomar posesión de su alto cargo tuvo el cuidado de
hacer un minucioso recorrido de estudios e inspección a todas las
provincias de su gobierno. Inició su viaje el 4 de agosto de 1777 en la
Ciudad de México y se hizo acompañar del Padre Franciscano Fray Agustín
de Morfi, quién escribió el libro Viaje de Indios y Diario del Nuevo México
en el que detalla todos los incidentes del recorrido así como los
incidentes y particularidades que se presentaron a su observación.


La comitiva del Señor Comandante de Croix llegó a San Pedro del
Gallo el día 4 de noviembre de 1777. Aquí un pasaje de lo que escribió
de Morfi sobre San Pedro del Gallo.



..."El pueblo y reformado presidio de San Pedro del
Gallo esta situado según la observación del brigadier Don Pedro de
Rivera en los 23º3’ de latitud boreal y al pie de varias sierritas y un
corto llano con varias tierras de labor de temporal...” ...“La casa
fuerte o antiguo presidio nada tiene de solidez y comodidad, está en la
mayor parte destruida y lo que está amenazando ruina, que no tardarían
mucho en caer por ser también de adobes".
En la actualidad del edificio del viejo presidio solo restan partes
del torreón y los cimientos en un grave estado de deterioro. Sin embargo
estos restos del presidio, al igual que las señales que quedan del
antiguo Camino Real de Tierra Adentro, siguen representando dignamente
el avance hispano hacia las regiones mas septentrionales.



Los Indios bárbaros en el Gallo

Durante la época del Presidio, los habitantes del Gallo siempre
estuvieron expuestos a la angustia y zozobra provocada por las
constantes incursiones de los llamados indios bárbaros entre los cuales
se pueden mencionar los Cocoyomes, Acoclames, Chizos y Zizimbres. Los
habitantes se mostraban temerosos hasta de asomarse a las puertas de sus
casas porque diariamente se tenían noticias de masacres y asaltos.


El año de 1722 el Gobernador Don Martín de Alday apresó a los
Cocoyomes y sus aliados Acoclames y Coahuileños y los envio en collera a
disposición del Virrey. Cuando parecia pacificada la region aparecieron
a partir de 1732 los Apaches y Comanches cuyas correrías y asaltos
aumentaron todavía mas después de haberse suprimido los presidios del
Gallo, Mapimí, Conchos y Cerro Gordo que habían mantenido a raya a estos
salvajes. Los últimos años del siglo XVIII fueron de una intensa
actividad. Los Apaches habían invadido la Nueva Vizcaya y los informes
que recibían las autoridades sobre invasiones llegaban de todas partes,
principalmente de San Juan del Río, Guatimapé, Canatlán y San Pedro del
Gallo.


Posteriormente, ya durante el México independiente, se dio otra
gran oleada de ataques de los bárbaros, principalmente entre los años
1830 a 1860, años estos de tremendos sucesos de violencia, destrucción,
perdidas de ganado vacuno, robo de bestias caballares y mulares y lo
peor: el sacrificio de inumerables vidas.


Los Apaches venían de Arizona y Nuevo México cabalgando en
caballos mesteños descendientes de los caballos españoles que se
reproducían salvajes en las inmensidades del territorio norteño; eran
excelentes jinetes, incluso mejores que muchos españoles y criollos.


En el archivo Parroquial de San Pedro del Gallo existe un curioso
documento que habla sobre estos acontecimientos y textualmente dice:
"El Señor Comandante General de estas Provincias, con fecha 17 del que
nos rige, me comunica haber tenido noticia en el Presidio de
Guajuquilla, que el indio bárbaro Rafael con sus compañeros, había
asesinado cruelmente a dos hombres, tres mujeres y tres niños que en su
compañía conducían de los pueblos de Baquiriachic, Tecorichic y
Guaravachic para que se bautizaran en la parroquia de San Pedro
Guejotita. Este acontecimiento tiene afligido su corazón y el mío y el
de todos debe hallarse consternado con el horror de tanto estrago y
muertas que causa este inhumano y feroz hombre. Este hecho con otros
antecedentes de que hay noticia, persuaden que no alcanzan ya las
oportunas y eficaces providencias que ha tomado el gobierno y estamos en
el caso de ocurrir a implorar la misericordia de Dios; por lo que mando
a V.V. que inmediatamente que reciban este, avisen a sus feligreses,
para que asistan a una misa que en el primer día festivo se cantará con
la mayor solemnidad y al último la letanía de los Santos, poniéndolos
por intercesores para que Dios Nuestro Señor nos libre de este feroz
hombre y nos socorra en tan grande necesidad. Y leída y trasladada, pase
de curato en curato según el orden del margen, devolviéndola del último
a mi Secretaría de Cámara y Gobierno. Dios guarde a V.V. muchos años.
Durango, octubre 28 de 1806. Francisco, Obispo de Durango".



Fray Agustín de Morfi menciona las incursiones de los apaches por San Pedro del Gallo en su libro citado:
Se
fundó este pueblo con treinta familias de soldados reformados del mismo
presidio; hoy asciende su población como a ochocientas personas que
habitan en casas bajas de adobe y con alguna aunque poca regularidad son
aplicados a la labranza, pero las frecuentes irrupciones de los apaches
no les dejan prosperar como merecían"."
La misma comitiva del Caballero de Croix fue atacada por los apaches al dejar San Pedro del Gallo, según nos refiere de Morfi:
"El día 6 de noviembre a las seis de la mañana salimos del Gallo por
entre el cerro de la Cruz y el pueblo, dejando a la izquierda el camino
de la Zarca que conduce a Chihuahua. Subimos al norte por las faldas de
los cerros del potrero donde el Capitán Lozada con once de sus dragones y
algunos vecinos, salió al encuentro de los apaches, les hizo fuego y
los obligó a retirarse con pérdida. Subimos a la loma que llaman La
Larga y lo es en efecto"
.
Los Apaches y los Comanches incursionaron por el estado de Durango
desde el siglo XVIII, debido a la impotencia del gobierno Virreinal para
perseguirlos y lo mismo sucedió durante los primeros cuarenta años del
México independiente. Pasada la guerra de 1847 con los Estados Unidos,
el gobierno estadounidense los persiguió tenazmente hasta reducirlos a
vivir pacíficamente en reservaciones. En México siguieron con sus
correrías hasta 1860 en que el gobierno de Benito Juarez logró con la
ayuda de Estados Unidos, rechazarlos a sus aduares. Se calcula que en el
lapso de 1830 a 1865 el número de victimas fue de 5884 muertos y 743
cautivos.


En los libros del archivo parroquial correspondiente a
defunciones, abundan los asentamientos de muertes causadas por los
indios bárbaros. En una de sus últimas correrías por San Pedro del
Gallo, el 31 de enero de 1860, dieron muerte en el Arroyo Grande a Don
Bruno Rivas y a Don Juan Carrillo, así como a dos hijos de este último:
Pedro y Victoriano Carrillo.



San Pedro del Gallo durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo

La vigencia del Estado Federal se vio interrumpida durante el efímero
Imperio de Maximiliano de Habsburgo al decretar el Emperador el 10 de
abril de 1865 la Ley de División Territorial del Imperio Mexicano que
dividió al país en 50 departamentos.


El estado de Durango se dividió en dos departamentos: el de
Durango y el de Nazas y estos a su vez en Distritos. El Imperio nombró a
Don Buenaventura G. Saravia Prefecto Político Superior del departamento
de Durango el cual realizó una gira por los partidos de Cuencamé,
Mapimí y Nazas para poner las cosas en orden ya que en dichos partidos
se habían organizado levantamientos en contra del Imperio.


Don Buenaventura realizó una reunión con las personas "notables"
de Nazas, San Luis de Cordero y San pedro del Gallo, en donde habló de
las primicias del nuevo orden de cosas establecido, e instigó a los
instruidos y honrados para que tomaran parte en los puestos públicos.
Después de integrar debidamente el Ayuntamiento, se levantó la
correspondiente acta que por su interés histórico nos permitimos
transcribir.


Acta de adhesión al Imperio de Maximiliano de las personas notables del Partido de Nazas:



...En la ciudad de Nazas, cabecera del partido del
mismo nombre, del departamento de Durango, a los catorce días del mes de
octubre de mil ochocientos sesenta y cuatro, reunidos sus vecinos a
invitación del señor Prefecto Político Superior de dicho Departamento,
manifestó este señor que el objeto con que han sido citados, es el de
que espontáneamente digan si se adhieren y obedecen al gobierno
establecido en la Capital del Imperio, ya reconocido por la mayoría de
la Nación, y que si han de cooperar al sostén de la guarnición que debe
quedar en esta cabecera; acordaron adherirse francamente al nuevo orden
de cosas, teniendo en consideración:
1.-La completa desorganización en que ha dejado al antiguo Estado el
exgobierno del señor Patoni, sin haber elegido al retirarse otro
gobierno que diera orden y garantías, sino que en lugar de esto han
quedado los pueblos en manos del vandalismo.
2.-Que este estado de cosas no podrá producir sino la total destrucción
de las poblaciones.
3.-Que el nuevo gobierno del Imperio ofrece toda clase de garantías, no
tan solo para mantener la paz en todo el país sino para hacer la
felicidad del mismo.



4.-Que por lo dispuesto declaran solemnemente adherirse y obedecer
espontáneamente al gobierno establecido en la capital del Imperio y
demás departamentos de que se compone, prestando su cooperación para que
la fuerza que aquí quede de guarnición, ponga a cubierto este partido
de las depredaciones ejercidas por el repetido vandalismo. Con lo que se
concluyó esta acta que firmaron los vecinos. (Firman el acta 58
"notables" de Nazas, San Luis de Cordero y San Pedro del Gallo)...

Batalla entre el Ejército Francés y guerrilleros leales a la República en el Gallo

Con motivo de la invasión Francesa y el avance del Imperio de
Maximiliano hacia el norte, en algunos lugares del país surgieron grupos
que se enfrentaron al nuevo gobierno establecido. La región de la
Laguna no fue la excepción y el 19 de diciembre de 1865 un grupo de
guerrilleros encabezados por Don Pedro de Los Ríos, tomaron la Ciudad de
Nazas y ahí mantuvieron en jaque a las autoridades Imperiales hasta que
la evacuaron el 4 de enero de 1866 al tener noticia que una columna del
Ejercito Francés había salido de la ciudad de Durango para
desalojarlos.


Los guerrilleros al dejar la ciudad de Nazas se dividieron en dos
grupos, uno tomó el rumbo del cañón de Santa Rosa y el otro tomó el
camino del Gallo, donde permanecieron el día 5 hasta las 6 de la tarde
en que fueron sorprendidos por el Capitán Francés D'Aigrabaux. Los
guerrilleros se dispersaron por diferentes direcciones dejando caballos,
carruajes y municiones, que según el informe rendido habían robado de
Nazas.


El General Castagny jefe de las fuerzas francesas en Durango
rindió el siguiente informa al Prefecto político Buenaventura G.
Saravia:



...INFORME DEL GENERAL CASTAGNY SOBRE LA EVACUACIÓN DE
LOS REBELDES DE LA LAGUNA EN LA CIUDAD DE NAZAS. CUERPO EXPEDICIONARIO
DE MÉXICO, SEGUNDA DIVISIÓN DE INFANTERÍA. ESTADO MAYOR NO. 1244.
DURANGO 13 DE ENERO DE 1866. SEÑOR PREFECTO POLÍTICO: Los rebeldes de la
laguna, que se habían instalado casi permanentemente en Nazas desde el
día 19 de diciembre último, sabiendo que una columna Francesa que salió
de Durango se dirigía a Santa Rosa, se replegaron con toda violencia
hacia la Laguna por el valle del río; pero estando muy malo el camino
que seguían, los bandidos debieron hacer pasar por El Gallo el botín
robado en Nazas: 250 caballos escoltaban este convoy. El señor Capitán
D´Aigrevaux, Comandante de la Compañía Francesa del 95 de línea, supo de
este movimiento en la Zarca donde se encontraba, y en la jornada del 5
de enero se trasladó de la Zarca al Gallo, atacó la escolta del convoy y
la dispersó en un momento. Después de haberle matado 9 hombres y haber
herido 25 o 30, les quitó todo lo que había sido robado en Nazas por
esas gavillas. El Capitán D´Aigrebaux, llegó al día siguiente a Nazas,
donde sobre el campo devolvió a la población lo que le había sido robado
en días anteriores por las gentes de la Laguna. Tengo el honor de
suplicaros hagáis insertar estos acontecimientos en el próximo numero
del Diario de Durango. Recibid señor Prefecto Político la seguridad de
mi mas alta consideración. El general de División D´Castagny...

Reparto de tierras del Presidente Benito Juárez García

El Presidente de la República Benito Juárez García había pernoctado
en San Pedro del Gallo el día 25 de septiembre de 1864 en su
peregrinación hacia el norte a causa de la invasión francesa. Dos años
después a su regreso de Paso del Norte y ya con la República triunfante y
los franceses abandonando el país, el Presidente volvió a pasar por el
Gallo el 21 de diciembre de 1866, situación que aprovecharon los vecinos
para solicitarle que las tierras que poseían en común desde la época
del Presidio, fueran reducidas a propiedad particular y que a cada
cabeza de familia se le entregase una porción de tierra de temporal y
agostadero.


El Presidente Juárez García por conducto de su Ministro de
Hacienda y Crédito Publico Don José María Iglesias, que lo acompañó en
todo su viaje al norte de la República, les contestó afirmativamente por
medio del siguiente oficio que es parte del archivo municipal:



El Acordonamiento.
MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PUBLICO.- Sección 2. Hoy digo al C.
Jefe Político de ese Partido lo que sigue: Varios vecinos del pueblo del
Gallo, han solicitado al C. Presidente de la República que se redujesen
a propiedad particular los terrenos que pertenecen hoy en común a
aquella municipalidad. Como esta solicitud está arreglada a lo
establecido en las leyes vigentes, no hay dificultad en acceder a ella;
mas a fin de hacerla con el orden y la justificación que corresponden,
el C. Presidente se ha servido acordar que proceda esa jefatura por sí o
por persona de su confianza a dividir en lotes los terrenos de que se
trata para repartirlos enseguida entre los que los están y han cultivado
y entre los demás vecinos del Gallo que sean cabezas de familia, bajo
el concepto de que si los terrenos de la municipalidad no fueren
suficientes para el objeto indicado, podrán tomarse los demás que se
necesiten de los baldíos que hubiere contiguos. De los resultados de las
operaciones que se practiquen dará usted cuenta a este Ministerio para
la aprobación de ellos y para que se expida a cada interesado el
correspondiente titulo de propiedad. Lo transcribo a usted como
resultado de su ocurso relativo de fecha de ayer. Independencia,
Libertad y Reforma. Nazas, diciembre 21 de 1866. José María Iglesias
(rúbrica)


Para estar en condiciones de repartir sin problemas entre los
vecinos los terrenos solicitados se hizo necesario hacer un
reconocimiento de los terrenos pertenecientes a la Municipalidad del
Gallo, que los vecinos poseínan desde el primer reparto de 1751 hecho
por el Capitán Bustamante.


Finalmente se entregó un lote de tierra de temporal y agostadero a
242 cabezas de familia. Toda la documentación del procedimiento que se
llevó a cabo para hacer este reparto, se guarda en el Archivo de la
Presidencia Municipal y es conocido con el nombre de "El
Acordonamiento".



Monumentos y lugares de interés

Templo Parroquial

Templo a San Pedro Apostol.
Altar del Templo a San Pedro Apostol.
En el año de 1745, “a devoción de bienhechores”, según reza la placa
colocada encima de la puerta principal, se terminó de construir el
templo católico de San Pedro del Gallo y la torre se terminó durante la
época en que fue párroco el Presbítero Don Arnulfo Ruelas, en el año
1892.



Cruz del Templo a San Pedro Apostol.
San Nicolas, Templo a San Pedro Apostol.
Agustín de Morfi en 1777, menciona dos clérigos hermanos,
propietarios de la Hacienda de la Cadena: El Barón Don Manuel Gutiérrez
de San Juan y el Barón Don Domingo Gutiérrez de San Juan, el primero
cura del Gallo y el segundo misionero en Sonora y residente en Mapimí
por entonces.


El Barón Don Manuel Gutiérrez de San Juan, estuvo encargado del
Curato del Gallo desde 1772 hasta 1785. Todavía en 1797 lo encontramos
como encargado del Curato de Mapimí a cuya jurisdicción pertenecía por
entonces el pueblo del Gallo.



De Morfi sobre El Templo Parroquial de San Pedro del Gallo asentó:
"La
iglesia es un cañón mal hecho y peor construido con dos altares
infelices, los ornamentos sucios y rotos, no se conserva en ella El
Santísimo, dice el cura que por la pobreza de los vecinos que no pueden
sufragar los gastos del aceite de la lampara"

El Señor de los Pobres

El Señor de los Pobres.
El Señor de los Pobres.
Templo a San Pedro Apostol.
Una de las imágenes mas queridas y veneradas por los habitantes de
San Pedro del Gallo es un Cristo crucificado conocido por la fe popular
como "El Señor de los Pobres". En años pasados dicha imagen era sacada
del templo para recorrer todas las rancherías del municipio para
solicitar de La Divina Providencia el beneficio de la lluvias.


En el año de 1798 esta imagen ya es mencionada en un inventario
del Barón Don Manuel Gutiérrez de San Juan de la siguiente manera: "Un
Jesús crucificado de poco mas de dos varas de alto, muy mal formado y
su hechura muy ridícula, con su cruz de palo, con potencias y clavos de
plata, tiene su cabellera y su sendal de cambrai y un cinto de listón de
tela abotonado"



El señor Don Miguel Angel de la Riva hace también mención de dicha imagen del Señor de los Pobres en un apunte del año 1800:



..."Labor de Santa Barbara y Junio de 1800. Digo yo:
Don Miguel Angel de la Riva que los listones que tiene la lampara del
Santísimo que está en la Iglesia de San Pedro del Gallo, yo se los mandé
poner por el mismo platero que la hizo por haber salido cortas las
cadenillas, para que no se ajumara el resplandor de arriba; digo
asimismo que el Señor de los Pobres nunca ha tenido clavos de plata y si
de palo con la cabeza de dichos clavos plateados. También digo que
formulario no ha habido en dicha Iglesia y solo ostiario. Digo además
que una imagen de Santa Rosa que se halla en la sacristía, cuando yo fui
Mayordomo de fabrica en los años de 1780 hasta el de 1785, ya estaba
muy destruida y quebrada y para que conste doy el presente y lo firmé.
Miguel Angel de la Riva"...

El Archivo parroquial

Detalle del Archivo Parroquial.
El archivo parroquial contiene documentos sumamente interesantes no
solo para la historia local sino para la de nuestra patria, si tomamos
en cuenta que dichos documentos fueron girados en la época en que estos
lugares pertenecían a los dominios de los Reyes de España y que todos
los habitantes de estas tierras eran sus vasallos.




Un ejemplo de lo anterior es un documento girado por un tal Don Manuel
Godoy, conocido como “El Príncipe de la Paz”, y es considerado por los
historiadores como el personaje con más influencia sobre el rey y dueño
de la voluntad de Carlos IV por muchos años, así como autor de las
desastrosas políticas que ocasionaron la caída de España y su rey en
manos de los franceses. En este documento pide a los españoles y a los
habitantes de la Nueva España, resistir los ataques de los ingleses y no
participar en el contrabando y fue enviado por el obispo de Durango a
los párrocos de su jurisdicción. Dice así.



Acompaño a v.v. el oficio y manifiesto del
Genaralísimo de las Reales Armas de su Majestad El Principe de la Paz,
,para que impuestos de su contenido procedan a seguir sus principios y
lo difundan entre sus feligreses, procurando persuadirlos de la intima
conexión que tiene la pureza de esta Santa Religión con la defensa del
Reino, a fin de que cada uno con la mayor eficacia contribuya a que
tengan efecto las soberanas y sanas intenciones del Rey y juntamente
haciéndoles ver lo ilicito del contrabando, empeñándolos a que tomen con
emulación y empeño la parte que les sea posible al servicio de Su
majestad, honor de sus armas y gloria de sus dominios; previniendo a
v.v. que copiando este oficio, del Señor Principe de la Paz y su
manifiesto, siga con la mayor brevedad posible el orden de la cordillera
del margen; y del último Curato vuelva el original a mi Scretaría
Episcopal de esta Ciudad. Dios guarde a v.v. muchos años. Durango,
Septiembre 2 de 185, Francisco, Obis[po de Durango.
El rey se ha dignado encargarme como Generalísimo que
soy de sus Reales Armas, la dirección de esta nueva Guerra contra la
Gran Bretaña, y quiere que todos los jefes de sus dominios se entiendan
directa y privativamente conmigo, en cuantos asuntos ocurriesen
relativos a ella.
Para corresponder a esta Soberana confianza y al honroso empeño en
que me hallo, por tener al mando de sus valerosas tropas, debo desplegar
todos los resortes de mi ardiente celo y dirigir mis ideas a cuantos
deben concurrir para realizarlas.


Es público y notorio que hallándonos en paz con Inglaterra y sin
medir declaración alguna que la interrumpiese, ha empezado las
hostilidades tomando tre fragatas del Rey, volando una y haciendo
prisionero un regimiento de infantería que iba para Mallorca, apresando a
otros muchos buques cargados de trigo y hechando a pique los menores de
cien toneladas.



Pero cuando se cometían estos robos, traiciones y asesinatos; cuando
nuestro Soberano admitía los buques Ingleses al comercio y socorría
desde sus puertos a los de Guerra, ¡Que iniquidad por una parte¡ ¡Que
nobleza y buena fe por la otra¡. Al ver esta perfidia, ¿habrá español
que no se irrite?, ¿habrá soldado que no corra a las armas?...

Sacerdotes Católicos en la Parroquia de San Pedro del Gallo desde 1760 a 2010

El Barón Don Juan Antonio de Ibarra (1760-1762). El Barón Don Carlos de
Cuen (1762). El Barón Don Manuel Gutiérrez de San Juan (1762-1784). El
Barón Don José Isaac Mijares Solórzano (1784). El Barón Don Andrés Josef
de Villalba (1784-1789). El Barón Don Manuel Gutierrez de San Juan
(1790-1798). El Barón Don Juan José de Sida (1799). Don José Ignacio
Lobo y Valenzuela (1799-1803). Don Pantalión Real y Vázquez (1803). Don
José Toribio Molina (1803-1811). Don Jose María Santamarina (1811-1812).
Don José Antonio Villalobos (1812). Don José Eulalio Rada (1812-1814).
Don José Romualdo Mora (1814-1815). Don Manuel Murga (1815-1828). Don
Estanislao Culebro (1828-1829). Don Ignacio Robles (1829-1831). Don
Mariano Fuentes de Sierra (1831-1835). Don Marcos Barela (1835-1836).
Don José Ernesto Vergara (1836-1838). Don José Guadalupe Sariñana
(1838-1839). Don José María Montoya (1839-1841). Don Casimiro Hernandez
(1841-1842). Don Juan Hernandez (1842-1849). Don Dionisio Zuñiga
(1849-1864). Don Manuel Diaz de Alvarado (1864-1870). Don Carlos G.
Magnu (1870-1872). Don Manuel R. Rocha (1872). Don Pascual Cazares
(1872-1874). Don Miguel M. de la Garza (1874-1889). Don Francisco Rojas
Murga (1889-1890). Don Felipe Arellano (1890-1894). Don Jesús Ruelas
(1894-1895) Don Arnulfo Ruelas (1895-1897). Don Manuel Gallegos (1897)
Don Florencio Cárdenas (1897-1898). Don Francisco Barrera (1898). Don
Miguel E. de la Garza (1898). Don Jesús Solis (1898). Don José María
Sosa (1898-1907). Don Jesús Ruelas (1907-1908). Don Rafael Retana
(1908-1912). Don Pedro López (1912). Don Margarito Barraza (1912-1914).
Don José Guadalupe Rentería (1914). Don Luis Barraza (1914-1917). Don
Francisco Vazquez (1917-1920). Don Margarito Barraza (1920-1922). Don
Antonio Heredia (1922). Don Abundio de Jesús Najera (1922-1929). Don
Heriberto Morales (1929-1931) Don Leocadio Flores Salcido (1931-1933).
Don Antonio Heredia ( 1933-1934). Don Eduardo Cortés (1934-1935). Don
José Trinidad Casas (1935). Don Nicolás Agustín Hernandez (1935). Don
Miguel Andrade (1935-1937). Don José Ascensión Deras (1937-1946). Don
Antonio Delgado (1946-1955) Lino de la Rosa (1955-1958). Simón Esquivel
(1958-1964). Herman Jiménez González (1964-1977) Pedro Gamboa Castañeda
(1977-1980). Miguel Sarmiento (1980-1984) Rogelio Tovar Pérez
(1984-1988). Pedro Roacho Ortiz (1988-1992). Mario Vega de Santiago
(1992-1994) Jorge Frausto Becerril (1994-1998). Leopoldo Marentes
Mireles (1998-2004). Guadalupe Cárdenas (2004-2010)



Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe

Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
En
el año de 1903, se inició la construcción del Santuario dedicado a la
Virgen de Guadalupe y se terminó al año siguiente. El Acta de la
colocación de la primera piedra dice así: “ A los ocho días del mes de
septiembre de mil novecientos tres, con licencia del Ilustrísimo y
Reverendísimo Señor Arzobispo de Durango, a las siete de la mañana, se
bendijo la piedra fundamental y cimientos del Santuario dedicado a
Nuestra Señora de Guadalupe con motivo de quincuagésimo aniversario de
la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios María Santísima.
El 10 de Noviembre de 1904, el nuevo Santuario fue bendecido por el
Señor Arzobispo de Durango Doctor Don Santiago Zubiría y Manzanera. El
acta de tal acontecimiento se ncuentra en el archivo parroquial y reza
de la siguiente manera: “ACTA DE LA SANTA VISITA PASTORAL. A los cinco
días del mes de Noviembre de mil novecientos cuatro, llegó a esta
Parroquia de San Pedro del Gallo, nuestro Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Arzobispo Doctor Don Santiago Zubiría y Manzanera, siendo recibido
por todos los fieles sus muy amados hijos con demostraciones las mas
afectuosas de gozo, amor y veneracion.



Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Durante
los días de esta tercera visita, nuestro Ilustrísimo Prelado ha
permanecido atendiendo las funciones de su Sagrado Ministerio en la
predicación, el confesionario y administración de la Sagrada Eucaristía a
la mayor parte de este religioso pueblo.
Torres del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
También
ha administrado el sacramento de la Confirmación por mañana y tarde.
Muy complacido se ha manifestado por el celo incansable del actual Señor
Cura Párroco Don José María Sosa de mantener el aseo y ornato del
templo parroquial.
Mas lo que llenó de regocijo a su Señoría Ilustrísima y
Reverendísima, fue la feliz terminación del Santuario dedicado a Nuestra
Madre Santísima de Guadalupe, obra que emprendida por el Señor Cura
Sosa, fue terminada en un año.


El Santuario tiene sus dos torres triangulares esbeltas y el
templete interior de la misma forma; se haya bien decorado y como está
edificado sobre una colina presenta una vista bellísima.



Sitio del Vía Crucis en la colina del Santuario.
Obsequiando los deseos del Señor Cura, el día diez de este mismo mes
de noviembre el Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo hizo la muy
solemne bendición del nuevo Santuario Guadalupano, asistiendo todo el
pueblo y siendo Padrinos del acto los señores Don Cosme Alvarado, Don
Manuel Martínez, Don Ignacio Quezada, Don Pedro Franco, Don José Grado,
Don Marino Filerio, Don Simón Valles, Don Victoriano Martinez, Don José
Carrillo, así como las señoras Doña Manuela Guevara de Moreno, Doña
María de Jesús Chavarría de Alvarado, Doña Adelaida Monreal, Doña
Agustina Compeán y las señoritas Concepción Guevara, Soledad Martínez,
Lina Alvarado, Elisa Segovia, María Filerio y Guadalupe Filerio.


También bendijo nuestro Ilustrísimo Prelado en el mismo día las
campanas que servirán al nuevo Santuario, nombrándose la mayor de San
Joaquín de la Beatísima Trinidad, la segunda de la Inmaculada
Concepción, la tercera de Señor San José y la cuarta de San Felipe de
Jesús.


Nuestro Ilustrísimo Señor Arzobispo se informó con complacencia
que se cunple con exactitud su disposición de enseñar la Doctrina
Cristiana a los niños y niñas de esta población. Y para la debida
constancia de todo lo contenido en la presente acta, su Señoría
Ilustrísima se dignó autorizarla con su firma. Doy fe. Santiago,
Arzobispo de Durango.



12 de Diciembre

La fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe se celebra el 12 de
diciembre, precedida de novenario con rosario de alborada a las cinco
de la mañana y por la tarde procesión acompañada de los "matachines" que
termina en el Santuario con la celebración de la Misa.


La víspera de la fiesta, el 11 de diciembre, se celebra en el
Santuario Misa de gallo precedida de las tradicionales mañanitas con
mariachi y la participación de indígenas danzantes. El día 12 se
celebran varias Misas a lo largo del día y todo el pueblo se da cita en
el Santuario para estar cerca de la Virgen. Los matachines durante todo
el día realizan sus bailes tradicionales y se colocan puestos de comida y
golosinas, constituyéndose en la colina del Santuario una simpática
romería.


A medio día se ofrece comida para todo el pueblo y por la tarde
se celebra Solemne Procesión Eucarística con carros alegóricos por las
calles del lugar para terminar con la ultima misa del día en el
Santuario.


En este día algunas familias conservan una antigua tradición
conocida como "reliquia", que consiste en el rezo del rosario en la casa
del oferente y al final se reparte atole de grano o "champurrado"
acompañado de ricos panecillos de fabricación casera a los asistentes.



Panteón de San Pedro del Gallo

Cruz sobre una tumba
El
Panteón de San Pedro del Gallo se encuentra al poniente de la Cabecera
Municipal y el dia 2 de noviembre se celebra como en toda la Republica
Mexicana la fiesta de los fieles difuntos.
En este día se acostumbra visitar el panteón en donde descansan los
restos de los seres queridos. Varios dias antes de esa fecha un grupo de
mujeres del pueblo se da a la tarea de limpiar y desyerbar el Panteón
para que ofrezca una vista decente a los numerosos visitantes que vienen
de muchas partes de la República, dada la cantidad de personas
sepultadas en este lugar y cuyos familiares han emigrado a otras partes.



En este día se llevan ofrendas florales a los familiares difuntos
y se les rezan "los responsos" en las remozadas tumbas después de la
celebración de la Santa Misa. La celebración de estos actos piadosos
trae consigo el establecimiento de puestos y fondas que exponen a la
venta ramos de flores naturales, coronas elaboradas con flores
artificiales, listones de colores, además de alimentos y golosinas como
cañas de azucar, constituyendo un pintoresco conglomerado.


Algunas tumbas datan del siglo XIX y se pueden encontrar
verdaderas obras de arte aunque últimamente han sido robadas para
venderse a coleccionistas de obras de este tipo.



Mina de Riscos de San Pedro del Gallo

Dos kilómetros al norte de la Cabecera Municipal, en el cerro del
Llorón, existe una gruta natural conocida por los pobladores como “La
mina de riscos”. Fue decubierta en los años veinte del pasado siglo y
seguramente ya era conocida desde antiguo porque al destaparla se
encontraron restos humanos en su interior.


Esta gruta prueba la existencia de un río subterráneo porque en
su interior se escucha correr agua. Esta caverna que contiene
estalactitas y estalagmitas puede adecuarse como atracción turística o
con una exploración mas a fondo se podría obtener agua para regadío o
consumo humano.


Según los estudiosos, la formacion de este tipo de cavernas en
las rocas calizas en las que predomina el carbonato de calcio (Ca Co3),
se debe a la infiltración de agua en presencia de bióxido de carbono
(Co2); el proceso sería el siguiente: Gas Co2 + Agua H2O = ácido
carbónico H2Co3. La reacción entre al ácido carbónico y el carbonato de
calcio, provoca la disolución de este último: Ca CO3 + H2 CO3 = Ca +
2HCO3.


La disolución que se produce en las fisuras de la rocas calizas
en la superficie de la tierra por alguna grieta, con el tiempo se va
ampliando y de milímetros puede crecer a centímetros, a metros y a
cientos de miles de metros de diámetro. Algunos especialistas has
establecido una disolución de la roca caliza por este proceso de 139
milímetros en mil años.


Estas grutas de San Pedro del Gallo no son aptas por ahora para
recibir al turismo por carecer de alumbrado y ser muy abruptas y solo
son indicadas para el excursionismo. El acceso es un tanto dificil pues
se requieren escaleras y cables auxiliares para decender a los hoyancos y
poder entrar a las galerias que son estrechas e irregulares y los
callejones corren en direcciones opuestas y hasta divergentes.



Folclore y costumbres

Durante muchas generaciones la vida en San Pedro del Gallo ha
transcurrido tranquila y placentera, apacible y monótona, consecuencia
del tenaz esfuerzo y dedicación de sus habitantes para hacer
productivas las tierras de temporal y agostadero, así como la cría de
ganado vacuno, caprino, caballar, mular, cerdos y aves de corral.


Las tradiciones y costumbres de San Pedro del Gallo se parecen a
las de muchos pueblos pequeños de la República Mexicana, entre las que
destacan las tradiciones religiosas y las fiestas para conmemorar
acontecimientos de la historia de México tales como el aniversario de la
independencia conocidas también como "fiestas patrias" que comienzan
con la ceremonia del "Grito" a las once de la noche del 15 de septiembre
en la Plaza de Armas, para continuar al día siguiente 16 de septiembre,
con el desfile por las principales calles del pueblo que hacen los
alumnos de las escuelas del lugar, al que asisten desde luego el Señor
Presidente Municipal acompañado de los miembros del H. Ayuntamiento, y
las autoridades ejidales. Termina el desfile en la Plaza con un acto
cívico y el discurso oficial, ademas de bailables, declamaciones, coros,
poemas y canciones alusivas a la fecha, ejecutadas por alumnos de las
escuelas y por la tarde juegos como el gallo enterrado, las argollas,
verbena y por la noche bailes populares.


Otras fechas cívicas de importancia son: 20 de noviembre,
aniversario de la Revolución Mexicana, 24 de febrero, día de la bandera,
y el 5 de mayo, aniversario de la batalla de Puebla. En estos días es
tradición celebrar tambien una fiesta y desfile similar al mencionado
lineas arriba.


Dentro de las costumbres ancestrales, podemos citar las de
carácter religioso como "La Pastorela" que se presenta noche a noche
desde el 16 al 24 de diciembre, que trata de evocaciones al nacimiento
del Niño Dios, haciendo resaltar esos actos solemnes y alegres con
villancicos. No pueden faltar en estas fechas los tamales, el
champurrado, y los buñuelos, así como las piñatas y los bolos, todo
ejecutado con sana y respetuosa alegría.


Ademas de lo anterior se puede citar la celebración del "año
Nuevo" a la media noche del 31 de diciembre, la cuaresma que empieza con
el miércoles de ceniza hasta culminar con la Semana Santa, con sus
respectivas celebraciones religiosas y las vigilias de los llamados
"viernes de cuaresma, que consisten en la abstención de consumir
alimentos preparados con carnes rojas y por lo mismo se procuran potajes
preparados con pescado, camarón, nopalitos tiernos, capirotada, pipián,
y los chuales.



San Pedro del Gallo en los años 50s.

Lino de la Rosa llegó a hacerse cargo de la Parroquia de San Pedro
del Gallo en diciembre de 1955 y permaneció en ella hasta 1958. Poseedor
de una inteligencia fuera de lo común, este sacerdote dejó plasmadas en
su libro de gobierno las experiencias vividas durante su estancia en el
Gallo y nos relata de forma muy amena las tradiciones y celebraciones
del pueblo, mismas que desde esa fecha han cambiado muy poco.


Un acontecimiento memorable durante la estancia de Lino de la
Rosa fue la electrificación del Templo Parroquial y la Plaza de Armas.
Por esas fechas los habitantes de San Pedro del Gallo ni remotamente
tenían la idea de lo que era tener luz eléctrica, porque todo mundo se
alumbraba con quinqués de petróleo y "cachimbas". Mucho menos se usaba
el gas doméstico porque se cocinaba con leña traída en burros de los
montes aledaños al pueblo. No existía un solo aparato electrodoméstico,
hasta que empezaron a aparecer años después, los radios de baterías.



Este acontecimiento de la electrificación lo relata Lino de la Rosa de la siguiente manera:
"El día 18 de febrero de 1956 tuvo su planta de luz esta Parroquia;
planta marca "Onan" de tres kilowats y medio, 35 focos de cien bujías.
El pueblo la recibió con inusitado entusiasmo. Se hizo la promesa de
emplear la fuerza sobrante en la Plaza de Armas del Municipio, mientras
el suscrito fuese Párroco de este lugar. Inmediatamente dieron inicio
los trabajos de instalación. El costo total fue de diez mil pesos; se
dieron por lo pronto dos mil. El aparato de sonido, dos bocinas,
amplificador, micrófono y pie se habían adquirido ya con anterioridad un
mes antes. La luz brilló en la obscuridad por primera vez el día 20 de
febrero de 1956"

Cambio de Gobierno en el Municipio en 1956

Un acontecimiento de carácter civil que llamó la atención de Lino de
la Rosa, fue el cambio de autoridades municipales en el año de 1956,
fecha en que dejó el cargo Don Arturo Astorga Barrera y lo asumió el
Señor Alfonso Martinez, personajes que todavía son recordados con cariño
y admiración por los habitantes del Gallo. Dicho acontecimiento lo
relata de la siguiente forma:



Don Arturo Astorga
"Se me pasaba dejar consignado en este libro de
gobierno el cambio de poderes municipales. En este día la Presidencia
Municipal pasó de manos del Señor Arturo Astorga al Señor Alfonso
Martinez. Don Arturo, hombre sencillo y del pueblo, terminó su gestión
administrativa. Durante su periodo se llevaron a cabo las obras de la
pavimentación de la Plaza Municipal y otras actividades de menor
cuantía. Supo servir a su pueblo y no opuso obstáculo positivo a su
desenvolvimiento. Parece que fue un hombre de propio criterio en su
administración y de mas o menos energía. El pueblo ni estuvo con él ni
en contra de él. El Señor Alfonso Martinez es un hombre bueno,
ampliamente conocido en la región, falto de energía y de criterio
propio. Su administración será consignada en las páginas de este libro.
En San Luis de Cordero dejó la Presidencia el Señor Jesús Jimenez,
hombre que mostró buena voluntad para la Parroquia, pero que vivió
públicamente en amasiato. Su sucesor es el Señor Pedro Jimenez, quien
con el tiempo será consignada en las páginas de este libro su función
administrativa"

Personajes importantes en la historia de San Pedro del Gallo

En San Pedro del Gallo confluían dos ramales importantes del Camino
Real de Tierra Adentro. Uno continuaba al norte hasta Santa Fe, pasando
por Parral, Chihuahua y el Paso, y el otro para el oriente, pasando por
el Real de Mapimi, se llegaba hasta la vecina gobernación de Coahuila y
Texas.


Este hecho colocaba a San Pedro del Gallo como un punto de
referencia, ya sea que se viajara a cualquiera de los dos rumbos, y
esto hizo que muchos personajes importantes de la historia de nuestro
país, pasaron por este lugar.


En este capítulo se presentan algunos de estos personajes de los
cuales existen referencias de su estancia y paso por este Municipio.



Juan de Oñate

Juan de Oñate fue hijo de Cristóbal de Oñate, fundador del Real de
Zacatecas; era uno de los hombres más ricos y principales del Nuevo
Reino de Galicia. Estaba casado con Doña Isabel, hija de Juan de Tolosa,
nieta de Hernán Cortés y bisnieta de Moctezuma.


El 21 de septiembre de 1595 se presentó ante el virrey Don Luís
de Velasco, solicitando capitulaciones para descubrir, conquistar y
poblar el reino de Nuevo México, ofreciendo llevar a esta empresa más de
doscientos hombres "aderezados de todo lo necesario y bastimentos,
hasta haber llegado a las poblaciones, todo a su costa y de los dichos
soldados, sin que Su Magestad diese sueldo a ninguno, más del que Don
Juan de Oñate quisiere darles de en voluntad de su hacienda ; y asi
mismo llevaría, bastimentos, armas, pertrechos y municiones, caballos,
mulas, carretas, carros y otras cosas. "


Aceptó de Velasco estas condiciones, pero en los momentos en que
se preparaba la expedición, llegó a Nueva España, Don Gaspar de Zuñiga y
Acevedo, conde de Monterrey, nombrado virrey en sustitución de Luis de
Velasco, quien a su vez fue promovido al vireinato del Perú.



Minas del Caxco.
Poblado "El Casco".
Desde el mes de Junio de 1596, y concertada ya la marcha de la
expedición, la gente de Oñate, que había salido de algunas poblaciones
de Nueva Vizcaya, se había estado reuniendo en las minas de Caxco, (hoy
poblado y ejido El Casco, Municipio de San Pedro del Gallo).


Por estos días el nuevo virrey dio comisión a Don Lope de Ulloa y
Lemos para que pasara visita a la gente, caballos, armas, municiones y
pertrechos que Oñate había reunido en el Casco y que tenía dispuestos
para aquella expedición, y para que sacase la gente fuera del poblado
para que no hiciese daño.


Parece que Don Lope de Ulloa encontró conformes todos los
preparativos, y sólo dio auto para que llevase quinientos escudos de
medicinas, en lo que convino Oñate sin dificultad. Pero el 12 de Agosto
se comisionó al mismo Ulloa para que alcanzase a Oñate y le notificase
que se suspendía la expedición en virtud de una cédula real que asi lo
disponía de fecha 8 de Mayo de 1596.


Esta nueva dificultad hizo detener a Oñate, y a pesar de que
representó los grandes perjuicios que se le seguían, porque la gente
empezó a desertar, a huir la caballada y los bueyes, y empezaron a
perderse bastimentos y otras muchas cosas que llevaba, no consiguió
permiso para continuar su marcha hasta diez y seis meses después.


Salió por fin el día 26 de Enero de 1598 de las minas de Caxco,
con doscientos y un hombres; el día 20 de abril cruzó el río Grande del
Norte y fundó El Paso del Río del Norte, abreviadamente El Paso, (hoy El
Paso Texas) y de ahí a la conquista del reino de Nuevo México. El Paso
fue desde su fundación, el punto de enlace entre Nuevo México con Nueva
Vizcaya.



Don Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle

Don Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle nació en Santander, España
en el año de 1708. En 1728, en Nuevo México, casó con Doña Feliciana de
la Vega Lazo Vique y Coca. Por muchos años se desempeñó como Teniente
Gobernador de Nuevo México, bajo el gobierno de Don Juan Domingo de
Bustamante. Participó en la fundación de algunos pueblos de Nuevo México
y Arizona, entre otros el pueblo de Sandía al este del Río Grande y al
norte de la actual ciudad de Alburquerque.


En el año de 1751, siendo Capitán del Presidio de Cerro Gordo
(Villa Hidalgo, Dgo.) fue comisionado por el Virrey Conde de Revilla
Gigedo para que extinguiera los presidios de San Pedro del Gallo,
Mapimi, Cerro Gordo, Valle de San Bartolomé y Conchos, por considerarlos
inútiles y superfluos, así como la creación de una Compañía Volante de
Campaña y el Presidio para su asiento. Al tiempo de ocuparse de estas
tareas Don Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle, ostentaba los
siguientes nombramientos: Teniente de Capitán del Castillo Presidial de
la Exaltación de la Santa Cruz en el Reino de Nuevo México, Teniente
General por su Majestad del Real Presidio de Cerro Gordo, Juez
Comisionado del Virrey y Capitán Vitalicio de la Nueva Real Compañía
Volante. En el año de 1752 Don Bernardo Antonio ejecutó las órdenes del
Virrey procediendo a la extinción de los presidios arriba mencionados,
el nombramiento de autoridades civiles y reparto de tierras a los
soldados y pobladores de los presidios extinguidos.


El 4 de enero de 1753, fundó en las márgenes del río Florido, en
el paraje conocido como Guajuquilla, el Presidio Militar para la nueva
Compañía Volante, bajo el titulo y advocación de Nuestra Señora de las
Caldas, debido a que las aguas termales que se encuentran en ese sitio,
eran similares a las que se encontraban en su tierra natal Santander,
España. El Presidio de Guajuquilla después sería la actual Ciudad
Jiménez, Chihuahua.


Don Bernardo Antonio de Bustamante y Tagle, murió en el Presidio
de Guajuquilla el 17 de enero de 1773. Sus restos fueron sepultados en
el Presbiterio de la Parroquia. Este personaje, aunque poco conocido por
la historia, hizo mucho bien a las poblaciones de los Presidios
extinguidos de la antigua Nueva Vizcaya, por los repartos de tierras que
hizo, así como por las medidas que mandó se adoptaran para un mejor
gobierno y felicidad de los habitantes de pueblos que ahora son parte de
los Estados de Durango y Chihuahua.



Acta de Defunción de Don Bernardo Antonio de Bustamante Tagle.
“En esta Real Parroquia de Guajuquilla, a diez y siete días del mes de
Enero de 1773, yo el Barón Don Félix Bergara, enterré en el Presbiterio
con Cruz Alta a Don Bernardo Antonio de Bustamante, Capitán Vitalicio y
fundador de este Real Presidio. Le administre todos los Sacramentos e
hizo disposición testamentaria dejando por heredero a Don Juan Antonio
Velarde en el Reino de España y ordeno se pusiese finca perpetua para el
azufre, cera y misa mensual del Santísimo Sacramento en esta Iglesia y
que se cantasen anualmente dos Novenarios, uno a Nuestra Señora de los
Doloras y otro a la Madre Santísima de la Luz en sus respectivos altares
y también que mensualmente se cantasen dos misas de Réquiem: una por su
alma y otra por la de su esposa Dona Feliciana Lazo de la Vega, y que
en el pueblo de Atotonilco se cantasen anualmente otros dos Novenarios
el uno a nuestra Señora de Guadalupe y el otro a la Purísima Concepción
de María Santísima y para que conste lo firme. Baron Joseph Felix
Bergara. ”

Teodoro de Croix

Teodoro de Croix nació en el castillo de Prevoté, cerca de Lille, el
30 de junio de 1730. Fue el tercer hijo de los marqueses de Heuchín y
desde muy joven pasó a la corte de Madrid. En 1756 ingresó en la Orden
Militar Teutónica, hecho por el que recibió su título de caballero y
también su celibato. Su carrera se movió en los ámbitos peninsulares y
europeos hasta 1765, fecha en que, contando treinta y cinco años de
edad, y con calidad de exento en su compañía flamenca, don Carlos
Francisco de Croix, marqués de Croix, quien recién había sido nombrado
virrey de Nueva España, solicitó del rey el permiso necesario para
poder traerlo a México.



Por una Real Orden de Carlos III, del 22 de agosto de 1776, se creó
la Comandancia General de las Provincias Internas que abarcaba de oeste a
este las provincias de: California, Sonora, Nueva Vizcaya, Nuevo
México, Coahuila y Texas, "con sus poblaciones, presidios y todo los
demás que se hallen situados en el cordón a la linea establecida de
ellos desde el Golfo de las Californias hasta la Bahia del Espiritu
Santo
", las cuales quedaron bajo el gobierno de un Comandante
General y Capitán General que dependía directamente del rey y era a la
vez Superintendente General de la Real Hacienda.


En diciembre de 1776, Teodoro de Croix recibió la Real Cédula de
constitución y nombramiento como Primer Comandante General de las
Provincias Internas que le confería oficialmente el mando de la nueva
demarcación territorial y con facultades equiparables a las del virrey
de Nueva España. Permaneció cinco años en el gobierno de las Provincia
Internas hasta que fue promovido al virreinato del Perú.


Durante su viaje de recorrido para reconocer los territorios que
pasaban a su mando, De Croix realizó algunas diligencias en San Pedro
del Gallo como nos refiere Agustín de Morfi:



“El día 5 fue necesario detenernos en este pueblo para
contestar el correo de las Provincias, tomar algunas providencias y
despachar algunos recursos. Entre otros, se presentó un infeliz,
quejándose de que un yerno del Alcalde le había usurpado sus tierras: se
citaron las partes y se averiguó que el actor debía un caballo al
acusado y éste para cobrarse le quitó su laborcita. Pagó el caballo el
Señor Comandante por el precio que quiso ponerle su dueño, y mandó que
se le volviesen sus tierras al vecino; con lo que se retiraron los dos
contentos, pero no tanto que al siguiente día no volviese el vecino
diciendo que el caballo en cuestión se le había perdido y pidiendo como
de justicia se le diese otro. Se entretuvo un rato el Señor Comandante
en ver a estos milicianos tirar al blanco con bala y a los indios con
flecha”

Don Francisco Ponchaux y Doña Josefa Espinoza de Ponchaux

En el año de 1873 aparece en la historia del Gallo Don Francisco
Ponchaux (Don Pancho Ponchaux), caballero francés que según versión era
un soldado desertor del ejercito de Maximiliano durante la invasión
francesa. Otra versión, quizá la correcta, dice que Don Pancho emigró de
su país por la situación de guerra imperante. Lo cierto es que una vez
en San Pedro del Gallo, contrajo matrimonio con Josefa Espinoza el día
19 de junio de 1873.



Acta de Bautizo de Josefa Espinoza de Ponchaux.
Josefa Espinoza nació en San Pedro del Gallo el día 2 de diciembre de
1848. Fue hija de Don Encarnación Espinoza y de Doña María del Refugio
Flores.


El acta de bautizo de Josefa Espinoza dice como sigue:



“En esta Vice-Parroquia de San Pedro del Gallo, a los
cuatro días del mes de Diciembre de 1848, yo el Presbítero Don Juan
Hernandez, cura de esta feligresía, Bauticé Solemnemente, puse Santo
Oleo y Sagrado Crisma a una niña que nació en este lugar el día dos del
corriente mes, a quien puse por nombre María Josefa de Jesús, hija
legítima de Encarnación Espinoza y Refugio Flores. Abuelos paternos
Marcelo Espinoza y María Hilaria Hernandez. Abuelos maternos Francisco
Flores y Patra Rivas, Padrinos Miguel Becerra y Máxima Rivas, a quienes
advertí el parentezco espiritual y demas obligaciones, y para que conste
lo firmé yo el cura Vicario. Juan Hernandez.”
Acta de matrimonio de Francisco Ponchaux y Josefa Espinoza.
El matrimonio Ponchaux era sumamente religioso, tanto que donaron a
la Parroquia una hermosa escultura de Señor San Pedro que trajeron de
Francia y que hasta la fecha se conserva en el altar mayor del templo
parroquial.


El acta de matrimonio de Francisco Ponchaux y Josefa Espinoza dice como sigue:



“Don Francisco Ponchaux y Doña Josefa Espinoza,
casados y no velados por ser viuda y velada la pretenza en primer
matrimonio." Al Centro: "En esta Vice Parroquia de San Pedro del Gallo, a
los diez y nueve días del mes junio de mil ochocientos setenta y tres,
yo el Presbítero Don Pascual Cazares, Teniente Cura de la misma,
practicada la información correspondiente de libertad y soltería,
catolicidad y demás requisitos necesarios, se ocurrió a nuestro
Ilustrísimo Prelado Doctor Don José Vicente Salinas, dignísimo Obispo de
esta Diócesis en demanda de la dispensa del ocurso ultramarino y de las
tres Canónicas Moniciones a solicitud de los contrayentes Don Francisco
Ponchaux, francés de nación y Doña Josefa Espinoza; y habiendo su
Señoría Ilustrísima concedido dicha dispensa como consta por el
documento presente, procedí a precenciar dicho matrimonio, previa la
confesión sacramental y para que conste lo firmé. Don Pascual Cazares.”
Escultura francesa en altar a San Pedro Apostol, donada por el matrimonio Ponchaux.
En el año de 1894, por motivos de salud Doña Josefa Espinoza de
Ponchaux se hospedó por unos días en una pequeña clínica que la
congregación de las hermanas Josefinas poseían en la entonces Villa de
Lerdo, Durango. Fué ahí donde surgió la iniciativa del matrimonio
Ponchaux de fundar una escuela donde la niñez y la juventud de la Villa
de Lerdo contaran con una educación cristiana, para lo cual solicitaron a
dicha congregación, personal capacitado para tal empresa.


En respuesta afirmativa, la superiora General Hermana Josefa
Perez, tuvo a bien enviar un grupo de hermanas que a su juicio eran las
mas idóneas para emprender el camino del saber en los pequeños de Lerdo.
Fué así como nació el Colegio "Josefa Espinoza de Ponchaux" que hasta
el día de hoy cuenta con gran aceptación en la sociedad de Cd. Lerdo por
su bien preparada planta de maestros y sus excelentes instalaciones en
las que se imparte educación primaria, secundaria y preparatoria.


El Colegio "Josefa Espinoza de Ponchaux" es el más antiguo de la
comarca lagunera y se ha caracterizado por sus continuos éxitos
académicos entre los mejores lugares en los diferentes concursos y
demostraciones y actividades cívicas y culturales a nivel regional y
Estatal.


Adjunto al Colegio se encuentra un Templo dedicado a Señor San
José que don Francisco Ponchaux mandó construir para memoria de su
señora esposa y para que los alumnos tuvieran un lugar cerca para los
actos religiosos.


Don Francisco Ponchaux fue dueño de la Hacienda "Dury", que hoy
en día es uno de los ranchos criadores de ganado mas importantes del
Municipio.


Este francés y su esposa hicieron mucho bien a los habitantes de
San Pedro del Gallo y Ciudad Lerdo, por lo que todavía se les recuerda
con cariño y admiración.



John Reed

El Panteon de Santo Domingo.
John Reed nació en Portland, Oregon, el 22 de octubre de 1887 y murió
en Moscú, Rusia el 19 de octubre de 1920. Estudió en la Universidad de
Harvard. Fue un destacado periodista, escritor y dirigente obrero
estadounidense. Entre sus obras mas importantes destacan: “Diez días que
conmovieron al mundo” sobre la revolución rusa de 1917 y "México
Insurgente", sobre la revolución mexicana de 1910.


En noviembre de 1913 fue contratado como corresponsal de guerra
por el Metropolitan Magazine de Nueva York para cubrir información
sobre la revolución mexicana. Acompañó a las tropas revolucionarias
Villistas al mando de Tomas Urbina desde Parral, pasando por las Nieves,
Canutillo, la Zarca, Santo Domingo y la Cadena.


Con un estilo directo, poético y ameno, Reed muestra paisajes,
estilos de vida y costumbres de los poblados del norte mexicano entre
los que se encuentran la hacienda de Santo Domingo (Hoy ejido y poblado
de Santo Domingo, Municipio de San Pedro del Gallo), la hacienda de la
Cadena y San Pedro del Gallo.
Sobre la llegada del grupo revolucionario al poblado de Santo Domingo
escribió:



Alamos Centenarios, John Reed.
Alamos Centenarios, John Reed.
“Fue al final de la tarde que viramos en un recodo del
desierto y vimos, al frente gigantescos álamos cenizos flanqueando la
corriente del río de la hacienda de Santo Domingo. Un pilar de polvo
café como el humo de una ciudad en llamas, se levantaba en el corral
donde los vaqueros lazaban caballos. Desolada y solitaria se erguía la
casa grande que Cheche Campa había quemado hacía un año. Junto al río,
al pie de los álamos una docena de buhoneros vagabundos se acuclillaban
alrededor del fuego, sus burros rumiaban maíz. Desde la fuente hasta las
casas de adobe y de regreso, se movía una interminable cadena de
cargadoras de agua, el símbolo del norte de México”
Sobre una fugaz visita a San Pedro del Gallo escribió:
“Don
Petronilo había confiscado varios coches en la campaña, que cinco de
nosotros le tomamos prestados para excursiones. Una vez fue un viaje a
San Pedro del Gallo para ver una pelea de gallos, bastante apropiada.
Otra vez Gino Guereca y yo fuimos a ver las inmensamente ricas minas
perdidas de los españoles, que él conocía, pero nunca pasamos de
Boruquilla, solo nos tiramos bajo la sombra de los arboles y comimos
queso todo el día”
Posteriormente John Reed acompañó a Pancho Villa en la toma de Gómez
Palacio y Torreón y conoció a Venustiano Carranza. Cubriendo la
primera Guerra Mundial como corresponsal de guerra llegó a Rusia.
Conoció a Lenin, y estuvo presente en San Petersburgo durante las
jornadas de octubre-noviembre de 1917 en las que tuvo lugar el II
Congreso de los Soviets de Obreros.


John Reed junto con otros amigos formó el Partido Comunista de
Estados Unidos. Acusado de espionaje, escapó a la Unión Soviética,
donde murió atacado por el tifus, y fue enterrado en el Kremlin, junto
con otros líderes bolcheviques. Es el único extranjero sepultado en el
Kremlin.



Religión

Fiesta Patronal: 29 de junio

Cabalgata del 29 de Junio.
Desde
la fundación del Presidio del Gallo, la religión Católica es la que se
ha venido practicando, y como en la mayoría de los pueblos de México,
muchas tradiciones y costumbres están ligadas a fechas y actos
religiosos. La principal celebración del año es la Fiesta Patronal que
se celebra el 29 de junio fiesta de San Pedro y San Pablo.
Esta festividad inicia desde el 20 de junio con un “novenario”, en el
cual los principales grupos sociales de la población toman un día para
peregrinar. Este desfile o procesión se realiza todos los días por la
tarde y recorre las principales calles del pueblo, acompañado del grupo
de danzantes o “matachines”, con carros alegóricos y rezando el rosario,
cantando alabanzas y lanzando al aire cohetes. Todas las mañanas a las
cinco A.M. se reza el rosario de alborada, y recorre la calle de "Los
Fresnos" para llegar al Templo Parroquial donde se celebra la Misa.


La fiesta grande empieza el día 28 con la Misa de Gallo a la
media noche, para continuar con las tradicionales mañanitas a Señor San
Pedro. El día 29 a las diez de la mañana se celebra Misa de primeras
comuniones y a las doce del medio día la Misa Solemne concelebrada por
un buen número de sacerdotes visitantes y en ocasiones con la presencia
del Señor Arzobispo. En este día el Templo Parroquial luce sus mejores
galas.


Después de la Misa Solemne se ofrece a todo el pueblo y
visitantes una comida preparada por los grupos parroquiales y por la
tarde se lleva a cabo por las principales calles del pueblo una Solemne
Procesión Eucaristica con carros alegorícos, para terminar a las 8 de
la noche con la última Misa del día, y después todo el pueblo se alegra
con la quema de vistosos fuegos pirotécnicos.



Carreras de Caballos.
Aunque
el día de San Pedro siempre se consideró como una fiesta estrictamente
religiosa, de un tiempo para acá, se ha hecho tradición que esta fecha
sea considerada como una especie de feria anual del pueblo. Desde tres
días antes del 29 se lleva a cabo una Gran cabalgata en la que
participan las autoridades municipales de los municipios hermanos de San
Pedro del Gallo y San Luis de Cordero, las uniones ganaderas y todo los
vecinon de ambas municipalidades que en este día quieren lucir sus
cabalgaduras; hay también exposiciones ganaderas, carreras de caballos,
peleas de gallos y bailes amenizados por grupos musicales.

Semana Santa

De una gran importancia dentro de las tradiciones religiosas de San
Pedro del Gallo, está la celebración de la Semana Santa o Semana Mayor,
que se inicia el Domingo de Ramos. Este día se celebra una procesión
desde algún lugar escogido de antemano, por lo regular desde la colina
del Santuario, y en la cual un muchacho del pueblo montado en un burro,
hace la caracterización de Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén.
Todas las personas portan ramos de flores y palma bendita, para hacer
señales de júbilo y entonan "Que viva mi Cristo que viva mi Rey".


Durante todos los días de la semana se celebra la Misa y el
miércoles por la noche se escenifica por muchachos del pueblo el
prendimieto de Jesús en el huerto de los olivos. El Jueves Santo por la
tarde se celebra la Misa vespertina de la Cena del Señor, con el
lavatorio de los pies a los discipulos representados por vecinos del
lugar y al final de la Misa se reparte pan bendito. Este día el altar
del templo luce arreglado de manera muy especial. Por la noche se
celebra la Hora Santa y la Adoración Nocturna durante toda la noche.


El Viernes Santo a las diez de la mañana se celebra el vía crucis
viviente por las principales calles del pueblo, con todos los
personajes caracterizados por muchachos del pueblo y culmina en la
colina del Santuario con la crucifixión de Jesús y los dos ladrones. Por
la tarde se lleva a cabo la celebración de las siete palabras y la
adoración de la Cruz y por la noche la procesión del silencio por las
obscuras calles del pueblo para terminar con el Rosario de pésame.


El Sabado Santo no hay celebraciones sino hasta las diez de la
noche. La gran celebración de la resurrección de Jesús inicia con la
bendición del fuego nuevo, la bendición del Cirio Pascual y la Misa de
Resurrección. Este día es aprovechado por los vecinos para acudir a
algún lugar de recreo cercano como la presa de San Pedro, la presa del 5
de mayo, el arroyo de Naycha o el Río Nazas.


El Domingo de Resurrección se celebra de manera vistosa y alegre
la quema de Judas en la plaza de armas. Previamente se pasea a este
personaje por todas las calles del pueblo y culmina con la lectura de un
supuesto testamento de Judas Iscariote en el que, a las personas más
representativas del lugar y en forma de verso, Judas les deja algunas de
sus posesiones terrenales o les da algunos consejos a los destinatarios
de los mismos para que no caigan en los mismos errores cometidos por
él. Esta ceremonia culmina con la colocación de cartuchos de dinamita en
el interior del personaje para después hacerlos estallar lanzando por
los aires partes de Judas con el consiguiente júbilo de niños y adultos.


La noche anterior a la quema de Judas, los miembros del grupo
organizador se dan a la tarea de recoger todos los animales que vagan
sueltos por las calles del pueblo, por lo general burros y vacas, para
pedir una multa o rescate a sus dueños, cantidad que sirve para sufragar
los gastos de la fabricación del personaje, la compra de los cartuchos
de dinamita y la ceremonia de la quema.


Es también tradición antiquísima que en los días de la Semana
Santa se preparen comidas propias del tiempo de cuaresma como pescados,
pipián, nopalitos tiernos, las migas, las torrejas, las tortas de
camarón, los chuales y en la mayor parte de las casa se fabrica pan y
gorditas de horno, semitas, maizcrudos, etc.



Aspectos Políticos y de Gobierno de San Pedro del Gallo

Presidencia Municipal de San Pedro del Gallo, Durango.

Don Pedro de la Riva Soria, 1ª autoridad civil en en año 1752

Después de la extinción del Presidio en el año de 1752, se hizo
necesario el nombramiento de una autoridad civil, si se tiene en cuenta
que hasta entonces el pueblo se había regido por la autoridad militar
del Presidio representada por su Capitán.


El 20 de septiembre de 1752 el Capitán Don Bernardo Antonio de
Bustamante y Tagle, convocó a los vecinos del Gallo en el edificio del
viejo Presidio para reconocer el numero de personas que se quisieran
quedar avecindados en el pueblo y para el efecto de que nombraran "Justicia".


Después de Misa Mayor se congregaron 49 vecinos y dijeron en "solidium"
que querían quedarse de pobladores en este puesto de San Pedro del
Gallo, “mientras las tierras por falta de lluvias no los echase de
ellas”.


En el acta levantada y que forma parte del legajo de las llamadas
"Escrituras Virreinales", se menciona el nombramiento de "Justicia" de
la siguiente manera: "Estando todos juntos y congregados les volví a
leer el Superior Despacho del Excelentísimo Señor Conde de Revillagigedo
y en su conformidad procedieron a la elección de Justicia, haciéndolo
todos de mancomún y a la voz de uno en la persona de Don Pedro de la
Riva, en quien concurren todas las circunstancias necesarias y las de
haber servido a su Majestad (Dios le guarde) por muchos años en el Real
Presidio de San Pedro del Gallo y ser Padre de la Patria. Estando
presente el mencionado Don Pedro de la Riva, sin embargo, y a pesar de
haber representado su avanzada edad y enfermedades que padece, dijo que
por ahora aceptaba y aceptó dicho cargo y prometió usar bien de él y
legalmente su oficio a su saber y entender, y defender y amparar a los
nuevos pobladores del derecho de alcabala y demás excenciones con que
los favorecen las Leyes Reales de Indias"



Miguel Angel Valdez, 2ª autoridad civil

Tres meses después del nombramiento de Don Pedro de la Riva, el 20 de
diciembre de 1752, en una reunión con el Capitán Bustamante, el
"Justicia" nombrado hizo saber a la asamblea de vecinos "...que por su
avanzada edad y enfermedades que padece, no se halla con fuerzas
competentes a desempeñar las obligaciones de su cargo por lo que
suplicaba que se le exonerase de ella".


En esta virtud los vecinos procedieron a la elección de nueva
autoridad. La correspondiente acta contenida en "Las Escrituras
Virreinales", dice como sigue: "Los pobladores usando del privilegio
concedido a ellos por su Excelencia, hicieron elección para el empleo de
Justicia de este Real, unánimes y conformes en la persona de Miguel
Angel Valdez, en quien concurren las partes y calidades necesarias a la
administración de ella, y estando presente el referido, aceptó dicho
cargo y en consecuencia juró por Dios Nuestro Señor y la Señal de la
Santa Cruz, usarlo bien y fielmente, distribuyendo justicia con igualdad
en lo que lo tuvieren, cumpliendo en todo con lo que le tocare por
razón de su empleo. Y vista por mí el Capitán Comisario de su
Excelencia, la elección, aceptación y juramento del citado Miguel Angel
Valdez, en nombre de su Majestad (Dios le guarde), lo entré en posesión
del expresado oficio, entregándole como le entregué la insignia y vara
de la Real Justicia, y la aprehendió quieta y pacíficamente sin
contradicción alguna, en cuya virtud firmaron esta diligencia el
aposesionado y los vecinos que supieron hacerlo, conmigo y testigos de
asistencia (Rúbricas). Miguel Angel Valdez fue Justicia del pueblo del
Gallo por un corto tiempo y luego volvio a hacerse cargo Don Pedro de la
Riva Soria.



San Pedro del Gallo en la época independiente

Al inicio de la guerra por la independencia, la provincia de la Nueva
Vizcaya constituía la división territorial heredada de la Colonia.
Posteriormente en el año de 1823, ya en el México Indpendiente, el
territorio de dividió en dos provincias: una con el nombre de Durango y
la otra con el nombre de Chihuahua. El 22 de mayo de 1824, Durango entró
a formar parte de la nueva Federación. El primer Congreso Constituyente
del Estado de Durango quedó instalado el 30 de junio de 1824 y entre
las leyes más importantes aprobadas por ese cuerpo legislativo estaba la
Constitucion Política del Estado Libre y Soberano de Durango de 1º de
septiembre de 1824 que en su artículo 4ºseñalaba:



“...Su territorio se divide ahora en diez partidos que
serán: Durango, Villa de Nombre de Dios, San Juan del Río, Villa de
Cinco Señores que se extenderá al mineral de Mapimi y al vecindario del
Gallo, Cuencamé, Santa María del Oro, Indé que se extenderá a Cerro
Gordo, Santiago Papasquiaro, Tamazula y Guarisamey.”

Se crea la municipalidad de San Pedro del Gallo en el año 1847

El 14 de noviembre de 1847 por decreto de Marcelino Castañeda,
Presidente del Supremo Tribunal de Justicia y encargado del Gobierno del
Estado de Durango por ministerio de ley, se cambió el nombre de Partido
de Cinco Señores del Río de las Nazas por el de Partido de Nazas. En
ese mismo decreto en su articulo 10 se declara la Municipalidad de San
Pedro del Gallo, con cabecera en el pueblo del mismo nombre.



Ley territorial de 1905

En la Ley Territorial del Estado de Durango de fecha 20 de diciembre
de 1905, se mencionan todos los lugares habitados que correspondían a la
Municipalidad del Gallo.
“Articulo 8º...
III.- La Municipalidad de San Pedro del Gallo comprende su Cabecera, el
pueblo de San Pedro del Gallo. Congregación: La Trinidad. Haciendas:
Apantita, Cerro Redondo, Cinco de Mayo, Dury y Naycha.
Ranchos: Los Alamos, El Aguajito, Barrancas, El Bajío del Burro, El
Cerro Redondo, Cuba, La Cieneguilla, El Divisadero, La Jarita, La
Laborcita fue de las familias Antunez y Valenzuela, Las Lagunitas, El
Llano, Las Mostrencas, Monte Grande, Peñuelas, El Refugio, El Ranchito,
Santo Domingo, San Francisco, Santa Ana, San Antonio, Sarita, San
Isidro, Santa Cruz, San José del Alto, Tepalcates, Terán, La Tinaja y
Urique. Mineral: Peñoles.”



Capitanes del Presidio, Autoridades Civiles y Presidentes Municipales de 1686 a 2016

Salon de Cabildos.
Las siguientes personas han estado al frente de la administración del
pueblo de San Pedro del Gallo: Capitanes del Presidio: Sargento Mayor
Don Luis de Quintana Calera (1686-1693). General Don Domingo Teran de
los Rios (1694-1695). Don Diego Antonio de Landavazo (1696-1704). Don
Juan Andres de Alday (1704-1714). Don Juan Bautista de Leyzaola
(1714-1745). Don Francisco Joseph de Leyzaola (1745-1752). Autoridades
Civiles: Don Pedro de la Riva Soria (1752). Miguel Angel Valdez
(1752-1753). Don Pedro de la Riva Soria (1753-1762). Manuel Venancio de
la Riva (1801). Manuel Campa (1868). Manuel Martinez (1894). Prisciliano
Lopez (1897). Federico Guevara (1898). Encarnación Valenzuela
(1899-1904) Pedro Franco y Ortiz (1904) Rodrigo García (1905-1907).
Manuel Martinez (1907). Refugio Armendariz (1910). Teodocio Solis
(1914). Fortunanto Martinez (1919-1920. Lucas Lopez (1921-1923).
Cipriano Martinez (1924). Pedro Franco y Ortiz (1925). Odón Valles
(1926). Cosme Compeán (1926). Santos Barrera (1926). Cosme Compean
(1927). Florentino Grado (1928-1929). Pedro Franco y Ortiz (1929-1931).
Ramón Cosio (1931-1932). Eulogio Compeán (1932-1934). Patricio Soria
(1935-1936). Ignacio Vivero (1937-1938). Jesus Solís (1939-1940).
Jacinto Martinez (1941-1942). Inocente Romero (1942-1943). Isidro
Chaires (1943-1944). Cipriano Martinez (1944). Cosme Compeán
(1945-1946). Santos Barrera (1947-1949). Jose Trinidad Segovia
(1950-1952). Arturo Astorga Barrera (1953-1956). Alfonso Martínez
(1956-1959). Miguel Alvarado Espinoza (1959-1962). José Ascensión
Barraza (1962-1965). Margarito Avila (1965-1966) Jesús Amaya
(1966-1968). José Ascensión García (1968-1971). Ladislao Carrillo Ortiz
(1971-1974). Rufino Villegas Pérez (1974-1977). José Pantoja Franco
(1977-1980). José Luis Filerio Antunes (1980-1983). Antonio Quezada
Rodriguez (1983-1986). José Refugio Vargas Cisneros (1986-1989). Hector
Nuñez Valdez (1989-1992) Jesús Torres Ríos (1992-1995). Apolonio
Carrillo Valdez (1995-1998). María Elena Astorga Carrillo (1998-2001).
Alfredo Carrillo Valdez (2001-2004). Hector Nuñez Valdez (2004-2007).
Jesús Enrique Segovia Avila (2007-2010). Patricio Valdez Antunes
(2010-2013). Reginaldo Carrillo Valdez (2013-2016)



Características demográficas de San Pedro del Gallo desde su fundación

El Presidio del Gallo inició con una población de 50 soldados y sus
familas. Un siglo después, de acuero con un censo de la época la
población del Gallo ascendía a 407 habitantes, de los cuales 162 eran
españoles, 120 mestizos, 69 indios, 39 mulatos y 18 coyotes.


En el año de 1777 el Padre Agustín de Morfi señalaba que la
población del Gallo era de 800 habitantes. Durante los siglos XVIII y
XIX las actividades mineras y agrícolas atrajeron a numerosas familias ,
y para el año de 1865 de acuerdo con un censo practicado por las
autoridades del Departamanto de Durango durante el Imperio de
Maximiliano de Austria, la población del Gallo era de 1852 almas.


El número de habitantes se fue incrementando y para los últimos
años del siglo XIX y principios del XX, la Cabecera Municipal contaba
con 1712 habitantes, haciendo un total de 3502 en el conjunto de
haciendas y rancherías.


Durante el periodo comprendido en los años de la Revolución
Mexicana, la tendencia demográfica se vió afectada por ese fenómeno
social y la población disminuyó considerablemente al frenarse el
desarrollo económico representado sobre todo por la agricultura y la
minería y además un aumento importante en la tasa de mortalidad
provocado por la epidemia de influenza española de los años 1918 y
1919.


A partir de la decada de 1920 cambia de nuevo la tasa de
crecimiento y la población empieza a aumentar, probablemnte por cambios
en el clima que favorecieron la agricultura, la ganadería y la
explotación del guayule durante los años de la Segunda Guerra Mundial.


Esta tendencia de crecimiento se mantuvo hasta la década
comprendida entre 1960 y 1970 en que se inica la migración de la
población hacia la zona metropolitana de la Región Lagunara, a Ciudad
Juarez, Chihuahua a Monterrey y a los Estados Unidos de América.


El número de habitantes se ha reducido considerablmente en los
últimos años y para 1995 el Municipio de San Pedro del Gallo, estaba
considerado, según el ordenamiento de los Municipios de Durango, como
el último, con una población de 2172 habitantes.



Casas abandonadas.
Esta tendencia negativa ha ido en aumento y para el año 2000 de
acuerdo con el XII Censo General de Población y Vivienda el número de
personas que vivían en el Municipio eran 1942.Esta tendencia con tasas
negativas se cree que irá en aumento y para el año 2010 se proyecta una
población de 1645 a menos que se implementen instrumentos, acciones y
programas de Gobierno que permitan la formulación de políticas de
desarrollo social, programas de previsión y servicios, de inversión, de
asistencia social y de fomento de desarrollo y combate a la pobreza.



Aspectos sociales del Municipio de San Pedro del Gallo

Alimentación y consumo

La población de San Pedro del Gallo, presenta características de
sub-alimentaciÓn, debido a que los dos principales productos que se
consumen son el maíz y el frijol que componen la dieta diaria, en
algunas ocasiones acompañada de carne, leche, huevo, sopas de pasta,
algo de frutas y verduras, las cuales con frecuencia escasean.


Existe además el problema de la distancia a los centros de
abasto, pues hay comunidades que tienen que recorrer 10 o 12 kilómetro
para abastecer la despensa semanal con el consiguiente encarecimeinto de
la misma. La mayoría de la población utiliza entre el 60 y 70% de sus
ingresos para cubrir sus necesidades de alimentación y nutrición.



Salud

Es característico de la región la falta de servicios médicos, sobre
todo en las comunidades rurales. Existen solo tres centros de salud: en
la Cabecera Municipal, en la comunidad del Casco y en la comunidad de
Santo Domingo, proporcionadas por la S.S.A. y el I.M.S.S.


Los habitantes de las comunidades restantes deben recorrer
distancias considerables para ser atendidos médicamente. Además de todo
esto, la carencia de medicamentos del cuadro básico de enfermedades
propias de la región entre las que sobresalen la diabetes mellitus y las
enfermedades respiratorias.



Vivienda

La mayor parte de las viviendas están construidas con materiales
propios de la región entre los que sobresalen las paredes de adobe,
techos de vigas, tierra, y pisos de cemento. Con la introducción de la
red de drenaje la calidad de las viviendas ha mejorado.



Educación

El Municipio de San Pedro del Gallo, cuenta con la infraestructura
necesaria para impartir educación en sus diferentes niveles con
excepción de la educación superior. Se cuenta en la actualidad con 8
escuelas primarias, 4 telescundarias, un Bachillerato General en la
Cabecera Municipal, así como edificios para educación preescolar.



Agua Potable y Alcantarillado

Todas las comunidades del Municipio con excepción de los ranchos
pequeños, cuentan con servicio de agua potable. Servicio de drenaje y
alcantarillado solo tiene la Cabecera Municipal. El resto de las
comunidades se sirven de fosas sépticas.







Electrificacion, Avenida Allende.

Electrificación

Las 8 comunidades mayores del Municipio cuentan con el servicio de
electricidad y a los ranchos pequeños se les ha acondicionado con
sistemas fotovoltáicos de energía solar.



Comunicaciones y Transportes

La Cabecera Municipal cuenta con sistema automatizado del servicio
telefónico y el resto de las poblaciones tienen sistemas de telefonía
celular por lo que se puede decir que prácticamente todo el Munucipio
cuenta con ese servicio.


El Municipio se encuentra bién comunicado con el resto del
Estado. Se cuenta con un camino pavimentado que conduce por una parte a
las Ciudades de Gomez Palacio y Torreón Coah., y por la otra pasando por
San Luis de Cordero y la Ciudad de Nazas, se llega a la capital del
Estado.



Principales Actividades Económicas

La agricultura y la ganadería son las principales actividades que
destacan en el Municipio. En los últimos años a causa de la sequía
recurrente, estas actividades han tenido una reducción importante y por
ende la disminucuón de ingresos de sus habitantes. Los hatos ganaderos
se han visto mermados y las tierras laborables ya no producen, lo que ha
generado el aumento de la migracion de las personas jóvenes.



Hacienda de Dury.
No obstante lo anterior, la ganadería de San Pedro del Gallo esta
considerada como de las mejores del Estado de Durango. Dentro del
municipio existen ranchos que se dedican a la cría, explotación y
mejoramiento de algunas razas de ganado como "La Compañía Ganadera
Revuelta", criadores de la raza Limousín, el Rancho "El Refugio" con
razas charolais, "Apantita" y "El Espejo" con razas brangus y el Rancho
"Dury", que alguna vez fue propiedad de Don Francisco Ponchaux.



Ganado Mular.
Los principales cultivos son: maíz, frijol, sorgo forrajero y de
grano, avena forrajera y en menor escala trigo y calabazas, asi como
algunos frutales como durazno, higo y membrillo.


Una actividad que se sigue practicando en San Pedro del Gallo
es la cría de ganado mular, el cual es utilizado sobre todo en las
labores del campo donde todavía no llega la maquinaria agrícola moderna o
en labores de montaña.


El ganado mular es el resultado de la cruza entre un burro y
una yegua cuyas crías se denominan machos o mulas, en tanto que las
crías procedentes de una burra y un potro se conocen como burdéganos,
aunque este último cruzamiento es más raro y requiere de mas trabajo
lograrlo.


Las mulas y machos son estériles. Esta esterilidad probablemente
tiene su origen en el hecho de que los cromosomas no forman pares y no
se dividen en forma equitativa durante la meiosis.


Las mulas son demasiado ariscas por lo que el proceso de
amansarlas requiere de varias horas al día y mucho trabajo. Por más
dóciles y obedientes que parezcan no son de confiar; muchos
propietarios de mulas o jinetes han sido arrastrados durante las labores
de siembra o en la montaña. Piernas rotas, manos destrozadas o
incluso la muerte son causados por estos animales si no se les maneja
con sumo cuidado.


Si bien es cierto que las mulas y machos son más fuertes que los
caballos y pisan más firme porque casi nunca chocan los cascos, los
jinetes deben cuidarse de ellos más que de los caballos porque son por
naturaleza miedosos y temen peligros en todas partes.


Durante muchos años existió la costumbre de criar mulas para
llevarlas a vender a los estados del sur de la República, lo cual se
realizaba por tierra, es decir, arriando partidas de cincuenta o cien
mulas en jornadas que llegaban a durar meses. Las mulas se vendían sobre
todo en estados como Zacatecas, Jalisco y Michoacán.


En la actualidad esta práctica ha venido a menos por la
utilización de la maquinaria agrícola moderna, pero aun así, el ganado
mular sigue siendo bien aceptado en algunos estados como Hidalgo u
otros lugares donde no es posible utilizar tractores.


Además de lo anterior las mulas siguen siendo muy codiciadas por
su enorme capacidad de carga, lo que se traduce en un alto
rendimiento, cualquiera sea la naturaleza del camino, ya sea llanos o
montañas. Pueden marchar durante jornadas agotadoras sin dar muestras de
cansancio y comen de lo que encuentran a su paso lo que no sucede con
el ganado caballar.



Diágnostico-Pronóstico

En los últimos años el Municipio de San Pedro del Gallo, ha sido
afectado recurrentemente por fenómenos climatológicos adversos como
sequías y heladas, que han sido causa de siniestros en las cosechas de
maíz, frijol y sorgo y diezmado los hatos ganaderos, así como los
recursos naturales de importancia económica, con los consiguientes daños
a la cubierta vegetal y a la economía familiar.


El futuro desarrollo de este pueblo requerirá de mano de obra
calificada, fuertes inversiones de capital y personal capacitado para
poder superar la calidad del aparato productivo, que a su vez eleve la
calidad de vida de sus habitantes, por lo que se requiere mejorar los
niveles de instrucción.


La falta de recursos económicos, educativos, fuentes de empleo,
centros deportivos y de recreación en donde la población joven pueda
canalizar sus energías, ha generado la problemática social local, la
cual debe atenderse prioritariamente, debido a su repercución en las
actividades educativas, recreativas y ocupacionales.


El comportamiento de la población del Municipio en los últimos
años con tasas negativas, representa un problema alarmante y se debe a
diferentes factores: políticos económicos y sociales.


Este problema se ha venido generando porque a lo largo de muchos
años, los habitantes no han encontrado las condiciones favorables de
trabajo para formar una familia, edificar una vivienda digna y seguridad
en lo económico.


La migración de la población en edad productiva es un factor que
se toma en cuenta en este gran problema, pues estadísticamente entre 60 a
70% de este sector dejan su lugar de origen para contratarse en los
Estados Unidos de America y en los centros industriales del Estado como
la región Lagunara y otros en el resto del Pais.


Con la generación de fuentes de empleo se proporcinaría ingresos a
los habitantes para que no dependieran solo de la agricultura de
temporal, y se daría en parte solución a este problema lo que a su vez
promovería el arraigo de la población económicamente activa, y esto
último propiciaría que se revierta la tendencia negativa a una
tendencia de crecimiento positiva.


De la problemática detectada podemos concluir que el Municipio de
San Pedro del Gallo, requiere de una política de impulso para su
desarrollo por lo cual, los tres niveles de Gobierno, deben establecer
acciones puntuales para reactivar la economía local.


Un pronóstico sombrío es que de no cumplirse en el mediano plazo
con los objetivos arriba señalados, ya sea por falta de recursos o por
falta de voluntad política, así como de la falta de apoyo de todos los
ciudadanos y grupos sociales, se puede ocasionar que San Pedro del Gallo
continúe estancado en su crecimiento económico, con la consiguiente
marginación para su población y con el riesgo latente de desaparecer
como Municipio Libre del Estado de Durango.



Hostelería

Gastronomía

Heráldica

Referencias

Bibliografía




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  • Archivo Histórico del Municipio de Janos Chihuahua. Fondo Colonial.
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  • Archivo Histórico del Municipio de Chihuahua. Fondo Colonial.
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    la Nueva Vizcaya-1765; Durango, Sinaloa, Sonora, Arizona, Nuevo México,
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    Antigua Librería Robredo, de José Porrúa e hijos, México, 1937.
  • TRUJILLO García, Dionisio, Los sitios arqueológicos en el Cordón de los Presidios, Centro INAH Durango, México, 1997.
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  • División Territorial del Estado de Durango de 1810 a 1995, INEGI.
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Notas










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