Septuaginta
más antiguos que las posteriores series de ediciones que siglos más
tarde fueron asentadas en la forma actual del texto hebreo-arameo del Tanaj o Biblia hebrea. Representa una síntesis en que se subraya el monoteísmo judío e israelita, así como el carácter universalista de su ética.1
La Biblia Septuaginta fue el texto utilizado por las comunidades
judías de todo el mundo antiguo más allá de Judea, y luego por la
iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griega.2 Junto con la Biblia hebrea, constituye la base y la fuente del Antiguo Testamento de la gran mayoría de las Biblias
cristianas. De hecho, la partición, la clasificación, el orden y los
nombres de los libros del Viejo Testamento de las Biblias cristianas
(cristianas ortodoxas en Oriente, católicas y protestantes en Occidente)
no viene del Tanaj o Biblia hebrea, sino que proviene de los códices
judíos y cristianos de la Septuaginta.
Índice
Etimología
El nombre de Septuaginta se debe a que solía redondearse a 70 el número total de sus 72 presuntos traductores. La Carta de Aristeas presenta como un hecho histórico una antigua versión de acuerdo con la cual, por instrucciones de Ptolomeo II Filadelfo(284-246 a. C.), monarca griego de Egipto, 72 sabios judíos enviados
por el Sumo sacerdote de Jerusalén, trabajaron por separado en la
traducción de los textos sagrados del pueblo judío. Según la misma
leyenda, la comparación del trabajo de todos reveló que los sabios
habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa.
Sin embargo, al presente sabemos que uno de los criterios de
autoridad más frecuentemente implementados en esos contextos
histórico-geográficos, consistía en atribuir a los textos sagrados algún
supuesto origen que se pudiera remontar a hechos extraordinarios.
Aunque en general se trataba de textos vertidos de lenguas semíticas
(hebreo y arameo), algunos de estos escritos fueron redactados de forma
originaria en lengua griega.3
En general se piensa que la LXX habría sido formada con el objetivo de cultivar la fe de las comunidades de israelitas piadosos que vivían en la Diáspora, y que se comunicaban en la lengua griega común (koiné).
En aquella época residía en Alejandría una muy nutrida y numerosa
comunidad de inmigrantes hebreos. Sin embargo, dado que la orden habría
provenido del rey Ptolomeo II Filadelfo, también es probable que el fin de la misma fuera proveer a la Biblioteca de Alejandría de una versión griega de los textos sagrados hebreos.
Proceso formativo
Para su formación, la mayoría de los escritos sagrados judíos debieron ser vertidos de sus originales hebreos y arameos al griego. Su traducción inició en el Siglo III a.C. (c. 280 a.C.), y concluyó hacia finales del Siglo II a.C. (c. 100 a.C.). Inicialmente fue traducida la Torá,4 Libro de la Ley o Pentateuco y el resto del trabajo se completó paulatinamente, en los dos o tres siglos siguientes. El filósofo judío Aristóbulo, quien vivió en Alejandría durante el reinado de Ptolomeo VI Filometor (181-145 a.C.), confirma este dato al referirse a ella en una carta al rey en los siguientes términos:“[…] la completa traducción de todos los Libros de la Ley (el Pentateuco), en los tiempos del rey Filadelfo, ancestro vuestro […]”Aunque no se conoce exactamente la fecha y el lugar de estas
traducciones, los estudiosos proponen que una escuela de traductores se
ocupó de verter el Libro de los Salmos de David, en Alejandría, hacia el año 185 a. C. Más tarde tradujeron los Libros de Ezequiel y Jeremías, así como el Dodecaprofetón, o Libro de los XII Profetas [Menores]. Más tarde tradujeron los escritos históricos: (Josué, Jueces y Reyes), y, luego, finalmente, el Libro de Isaías. El Libro de Daniel fue traducido alrededor del año 150 a. C. Los Libros de los Macabeos, Sabiduría y Eclesiástico, fueron incorporados en el curso de los Siglos II y I a.C. Algunos eruditos sitúan en Palestina, durante el Siglo I de la Era Cristiana, la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar de los Cantares, acaso por Aquila.4
Los escritos y textos hebreos y arameos, que sirvieron de base para la formación de la Biblia Septuaginta, carecían de gramemas
dotados de valores fonéticos vocales, capitalización (alternancia
mayúsculas/minúsculas), signos de puntuación y acentuación, algunos
ciertos tipos de conectores lógicos, y algunas conjunciones, artículos,
prefijos y sufijos adverbiales y/o preposicionales. (Más tarde, se
agregaron al idioma hebreo algunos signos con valores fonéticos
vocálicos, surgiendo así el llamado Texto Masorético.)
Estos antecedentes podrían contribuir a explicar algunas diferencias
interpretativas entre la Biblia griega de los LXX y el texto
hebreo-arameo conocido, y el hecho de que algún tiempo después, en
ambientes judíos, algunos revisores hubieran procedido a tratar de
“corregir” la Biblia alejandrina a fin de asimilarla a este último.
Esta compilación de textos y de escritos sagrados judíos traducidos
al griego fue, desde un principio, bastante socorrida para ilustrar la
fe de las comunidades judías e israelitas de la Diáspora,
permitiendo el acceso a los textos sagrados de sus padres y ancestros a
las comunidades de israelitas piadosos que no hablaban hebreo, ni arameo.
Y hay algunos indicios que sugieren que Cristo y sus discípulos habrían utilizado, además de los Tárgum arameos, la Septuaginta; tal como se desprende del hecho fácilmente comprobable de que la mayoría de las citas explícitas del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento reproducen el texto de la Versión LXX, y solamente una de cada siete citas ha sido retomada del Texto Masorético.
Historia del texto
Los manuscritos más antiguos de los LXX conocidos hasta ahora, son fragmentos del Siglo II a.C. del Levítico y el Deuteronomio (Rahlfs, Núms. 801, 819, y 957), y fragmentos del Siglo I a.C. del Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los profetas menores (Rahlfs, Núms. 802, 803, 805, 848, 942, y 943).En Qumrán fueron hallados rollos con fragmentos griegos de Éxodo (7Q1), Levítico (4Q119-120), Números (4Q121), y Deuteronomio (4Q120,122); así como porciones de algunos de los libros deuterocanónicos: las dos terceras partes de Sirácides (Gruta 2), porciones de Tobías (Gruta 4), de Baruc (Gruta 7), de la Epístola de Jeremías (7Q2), y, muy probablemente, de Susana (4Q551).
Al realizar el trabajo filológico, se observan variaciones, a veces
muy importantes, entre los textos encontrados en los diferentes códices
de la Septuaginta y entre estos y el Texto Masorético. Durante muchos
siglos, los estudiosos bíblicos pensaron que todas las variantes
textuales y estilísticas entre la Septuaginta y el Tanaj tan solo eran
producto de malas traducciones, del desconocimiento cabal del Tanaj, de
errores de copistas, o incluso de la falta de interés en la fidelidad al
texto hebreo-arameo.
Sin embargo, cuando a partir de los descubrimientos de Qumrán los
estudiosos finalmente tuvieron a su alcance los rollos manuscritos del
Mar Muerto, pudieron darse cuenta de que las variaciones propias de la
Septuaginta se hallaban reflejadas también en manuscritos hebreos y
arameos bastante más antiguos que las formas actuales del Tanaj judía;
las cuales se derivan del texto masorético, que data de los Siglos IV al VIII de la Era Cristiana.
Una lectura atenta de los Códices griegos revela que los textos
asentados en la Biblia LXX representan fielmente, con certeza total,
textos en un estado “primitivo”, carente de un estilo pulido y acabado,
mucho más primario y primigenio, que el actual texto hebreo-arameo
masorético, bastante más pulido y editado en el curso de los siglos
posteriores. Y tales diferencias se perciben de un modo sumamente
especial en libros que presentan variantes consistentes en el orden de
versos, ideas inacabadas o faltas de pulido, presentes en la versión LXX
de los Libros de Samuel, Reyes, Ester, Job, Proverbios, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, y Daniel.
El actual texto hebreo-arameo masorético refleja numerosas correcciones
en términos de estilo, que incluyen variaciones en el orden de
numerosos versos y pasajes, y redondeo de ideas que no habían sido
asentadas de forma digerida, correcta o elegante en los antiguos textos
hebreos y arameos premasoréticos, de donde fue tomada, de forma más
temprana, la Biblia Septuaginta.
Ante las controversias suscitadas en torno de estos hechos, algunos
estudiosos señalan que, en numerosos casos, en Qumrán se han hallado
manuscritos hebreos que avalan la versión griega de los LXX, y otros que
respaldan al texto masorético. Se ha determinado finalmente, que
aquellos manuscritos que avalan la Septuaginta son mucho más antiguos
que aquellos que respaldan al texto masorético.5
Hacia el año 70 de la Era Cristiana, un grupo de rabinos que habían escapado del asedio de Jerusalén, se reunieron en Yamnia, y fundaron una escuela. Y hacia el 95 de la Era Cristiana, llegaron a un consenso sobre la lista (o canon) de los libros hebreos que habrían de ser parte del Tanaj judía, quedando establecido así el llamado Canon Palestinense para la mayoría de los judíos de habla y cultura hebrea, a principios del Siglo II
de la Era Cristiana. El Canon Palestinense significó el rechazo de una
serie de textos que grupos de maestros judíos de habla griega habían
incluido en el llamado Canon Alejandrino, o Biblia de los
Setenta, en los Siglos II y I a.C. El Canon Alejandrino sigue siendo
utilizado por la escuela rabínica de Alejandría. Por una tradición
histórica que data del Siglo XVI, se llama protocanónicos a todos los escritos comúnmente admitidos en el Tanaj hebreo, así como en la Biblia griega de los LXX, y deuterocanónicos
a todos los escritos presentes en la Biblia griega de los LXX, pero no
en el Tanaj. La voz “deuterocanónico” significa “del segundo canon”, en
contraposición a la voz “protocanónico”, que significa “del primer
canon”. Sin embargo, hoy se sabe que, en orden cronológico, el Canon
Alejandrino fue primero que el Palestinense.
Hacia fines del Siglo I, y principios del Siglo II, el judío Teodoción
hizo una revisión de la LXX, tratando en lo posible de hacerla
coincidir con los textos hebreo-arameos con ciertas ediciones propias de
esa época, los cuales hoy se llaman los “protomasoréticos” —debido a
que de ellos se derivan los “textos masoréticos” de siglos
subsecuentes—, los cuales ya incluían algunas importantes “revisiones”
tempranas de grupos de rabinos de esos siglos. Entre 123 d. C. y 130
d.C., Aquila de Sinope hizo una nueva traducción, siguiendo textos hebreos de manera literal. Símaco hizo una nueva traducción hacia el 170 d.C., en la que buscaba mejorar la calidad de la redacción griega.4 Hasta ese momento, todavía los libros más tarde compilados bajo el término “Biblia” solían circular por separado.
En el Siglo III, Orígenes compuso la Hexapla, en donde compara en forma de columnas seis versiones enteras del Antiguo Testamento,
la quinta de las cuales corresponde a la Septuaginta. A partir de esta,
y tras cotejarla con nuevas traducciones, Orígenes editó una versión
completa, en la cual indicó las diferencias con el texto masorético
hebreo-arameo, llenando los pasajes omitidos de forma primigenia con
textos procedentes de la edición tardía (del Siglo II) del judío Teodoción.4 Aunque la Hexapla como conjunto se perdió, se conservan fragmentos importantes. Otras ediciones de la Septuaginta, han sido atribuidas a Hesiquio de Jerusalén y a Luciano de Antioquía.6
Los manuscritos bíblicos extensos más antiguos que incluyen la
Versión de los LXX en la parte de sus textos correspondiente al Antiguo
Testamento de las Biblias cristianas, son el Códex Sinaíticus y el Codex Vaticanus, del Siglo IV, y el Códex Alexandrinus, de la primera mitad del Siglo V. Existen algunas diferencias textuales, de número y de orden de los libros, entre estos tres Códices: El Códex Sinaíticus omite algunos textos, aún protocanónicos, e incluye I y IV Macabeos. El Códex Vaticanus omite los cuatro Libros de los Macabeos, e incluye algunas partes y pasajes propios del texto griego conocido del Libro de Enoc.7 Y el Códex Alexandrinus incluye los cuatro Libros de los Macabeos, el Libro de las Odas y el Libro de los Salmos de Salomón.4
El “Plus de los LXX”
La Biblia Septuaginta contiene los 24 libros que conforman el canon del Tanajjudío (Biblia hebrea-aramea), los cuales, ordenados según la usanza
griega y reparticionados, llegando a un total de 39, constituyen los
textos más comúnmente aceptados del Antiguo Testamento de las Biblias
cristianas (católica, ortodoxa, protestante, etc.).
Además de los textos del Tanaj o Biblia hebrea, la Biblia Septuaginta
incluye algunos otros que no son incluidos en aquella. Estos textos
reciben varias nomenclaturas: las iglesias cristianas ortodoxas los
llaman “anagignoscomenos”, y la iglesia católica romana los llama “deuterocanónicos”. La mayoría de las iglesias protestantes actuales, sin embargo, los consideran apócrifos. Fueron leídos por maestros judíos de habla griega y por comunidades judías de habla y cultura griega de los Siglos II a.C. a I,
e incorporados a los códices de la Biblia desde entonces y en siglos
subsecuentes, con diferencias regionales, por las comunidades cristianas
primitivas.4
La mayoría son reconocidos como canónicos e incluidos en la Biblia
hasta la actualidad por todas las iglesias cristianas ortodoxas
(calcedonianas y no calcedonianas), y también por la iglesia católica
romana, aunque con algunas diferencias entre los libros aceptados por
una u otra iglesia. Algunas ramas del protestantismo, como los luteranos y anglicanos,
incluyen estos libros en sus Biblias, y los consideran lecturas
recomendables ricas en enseñanzas, aunque no como textos de autoridad
normativa o dogmática.8 9
Existen cuando menos unos cinco libros en la Biblia LXX que -por
influencia de Jerónimo- no son reconocidos por la Iglesia católica
romana como deuterocanónicos. Ellos son 1 Esdras (llamado en la Vulgata 3 Esdras), 3 Macabeos, 4 Macabeos, Odas y Salmos de Salomón. Los primeros dos libros, sin embargo, sí son reconocidos por la Iglesia ortodoxa.
Dichas series de textos, algunos de los cuales fueron redactados de
forma original en lengua griega, hoy son reconocidas y agrupadas por
múltiples autores bajo el nombre conjunto de “Plus de los LXX” o “Plus de la Septuaginta”.
Para efectos de estudio, en las siguientes líneas se ha desarrollado de
forma detallada un listado muy primario de estos documentos:
- El Libro III de Esdras [E]10 11
- El Libro de Tobit —en algunas versiones llamado “Libro de Tobías”— [EW]
- El Libro de Judit [EW]
- El Libro de la Sabiduría [EW]
- El Libro del Eclesiástico
—en algunas versiones llamado “Libro de Sirácides”, o “Libro del
Sirácida”—, junto a su respectivo “Prólogo del traductor griego”
(Capítulo 1a)12 [EW] - El Libro de Baruc propiamente dicho (Baruc 1:15'—5:9), junto a su respectivo Exordio (Baruc 1:1-15') [EW]
- La Epístola de Jeremías —nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 6” del Libro de Baruc—, junto a su respectivo Epígrafe (Verso 1a, o 1bis) [EW]
- Los Libros I y II de los Macabeos [EW]
- Los Libros III y IV de los Macabeos [E]
- El Libro de las Odas; que incluye la Oración de Manasés [C] y el Himno Matutino [C], y otros 13 textos [C] retomados de otros libros bíblicos canónicos, junto con sus epígrafes [C]
- El Libro de los Salmos de Salomón, junto con sus Epígrafes [C]
- Numerosas variantes aditivas, substractivas y ordinales a varios de
los libros protocanónicos del Antiguo Testamento, más o menos mayores en
el caso del texto de los Libros de Samuel, los Reyes, Ester, Job, los
Salmos de David, los Proverbios, Isaías, Jeremías, y las Lamentaciones
[EH]
- Variantes aditivas, substractivas y/o substitutivas mayores consistentes al Libro de Ester —comúnmente agrupadas bajo el nombre conjunto de “Resto de Ester”—, junto a su respectivo Colofón (Ester 10:3l, o 10:14) [EW]
- El Resto del Epílogo al Libro de Job (Job 42:17a-17e, o 42:18-22) [E]
- Varios de los Epígrafes propios de los Capítulos del Libro de los Salmos de David13 [E]
- El Salmo 151 o Capítulo 151 del Libro de los Salmos de David, junto a su respectivo Epígrafe (Salmos 151:1a) [E]
- El Introito del Libro de las Lamentaciones (Lamentaciones 1:1a) [E]
- El texto griego antiguo, OG,14
del Libro de Daniel, conteniendo variantes aditivas, substractivas y
ordinales más o menos mayores a varios de los textos, pasajes y
capítulos de dicho documento [CH]
- El texto griego antiguo, OG, del pasaje Daniel 3:24bis-90; que incluye la Oración de Azarías y el Himno de los 3 Jóvenes, junto a sus respectivas Notas complementarias [EWT]
- El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Susana
—nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 13” del Libro de
Daniel—, junto a su respectivo Epílogo (Verso 63 OG, según el numeral de
Alfred Rahlfs) [EWT] - El texto griego antiguo, OG, de la Historia de Bel y el Dragón
—nomenclaturada, en la Biblia Latina, “Capítulo 14” del Libro de
Daniel—, junto a su respectivo Epígrafe (Verso 1 OG, según el numeral de
Alfred Rahlfs) [EWT]
así mismo, las partes y pasajes propios del texto griego conocido de:
- El Libro de Enoc [C]
- El Libro de los Jubileos [C]
- Las Apocalipsis de Baruc [C]
- Los Paralipómenos de Baruc [C]
- [C] Incluido completo en uno alguno de los Códices de la Biblia LXX,
aunque no recibido de forma consensual por todos los Patriarcados que
forman parte de la Iglesia Ortodoxa. Algunos de estos textos han sido
recibidos por algunos de ellos, y/o también por algunas Iglesias ortodoxas orientales. - [E] Incluido completo en el Canon Amplio Oriental del Antiguo
Testamento, seguido por las Biblias propias de la Iglesia Ortodoxa.
Todos estos libros están dentro del canon de las iglesias nestorianas y
del canon de la Iglesia Copta. - [W] Incluido completo en el Canon Amplio Occidental del Antiguo
Testamento, seguido por las Biblias propias de la iglesia católica
latina occidental.
es decir, son algo más tardíos que el resto de los libros del Antiguo
Testamento, y algo más tempranos que los escritos propios del Nuevo
Testamento; por lo cual representan cierta continuidad lógica y
necesaria, y suplen las lagunas culturales de otra forma existentes
entre ambos Testamentos. De la misma manera, algunos de estos textos
representan creencias y valores ancestrales de tribus israelitas no
judías; es decir, que existieron fuera del judaísmo de Judá, o Judea.
Ediciones impresas
- La editio princeps es la Biblia políglota complutense basada en manuscritos ahora perdidos, parece transmitir versiones muy antiguas.16
- La Edición Aldina, iniciada por Aldo Manucio, apareció en Venecia en 1518. El texto es más cercano al Codex Vaticanus que al de la Complutense.
- Más utilizada ha sido la Edición Romana, o Sixtina, la cual reproduce el Codex Vaticanus. Fue publicada en 1586, bajo la dirección del Cardenal Caraffa, por orden del papa Sixto V, para apoyar la traducción de la Vulgata, ordenada por el Concilio de Trento. Ha sido reeditada varias veces.
- La Edición de Grabe fue publicada en Oxford, de 1707 a 1720, y se basa en el Codex Alexandrinus, que se encuentra en el Museo Británico de Londres.
- La Edición de Swete, conocida de forma común y familiar como Biblia de Cambridge, se basa de manera preferente en el Códex Vaticanus,
si bien teniendo en cuenta variantes y porciones retomadas de numerosos
Códices, mayores y menores. Fue impresa y editada por la Universidad de Cambridge,
y dada a conocer en tres gruesos volúmenes que fueron siendo publicados
en los años de 1887, 1891 y 1894. Algunas reediciones de la misma,
aunque no la primera, incluyen ciertas partes y pasajes propios del
texto griego conocido del Libro de Enoc, cuya edición se basa en el Códex Vaticanus, así como en el Códex Panopolitanus. - La Edición de Tischendorf, conocida de forma común y familiar como Biblia de Oxford, se basa en el Códex Sinaíticus. Fue impresa y editada por la Universidad de Oxford, y publicada en el año de 1922. (Constantino de Tischendorf ya había publicado, con anterioridad, el Nuevo Testamento del Códex Sinaíticus en 1911.)
- Alfred Rahlfs, estudioso alemán que dedicó varias décadas de su vida al rescate del texto de la Biblia Septuaginta, en Gotinga, Sajonia, comenzó su Edición en 1917, la cual una vez completa fue publicada en 1935. Se basa de manera preferente en el Códex Alexandrinus, el más completo de los tres grandes códices griegos, si bien incluye algunas series de variantes del Códex Vaticanus, el Códex Sinaíticus, y algunas otras fuentes, y ofrece notas críticas respecto a las variantes de las distintas fuentes.17 Se realizaron numerosas ediciones: 1.ªEd. 1935; 3.ªEd. 1949; 4.ªEd. 1950; 5.ªEd. 1952; 6.ªEd. 1959; 7.ªEd. 1962; 8.ªEd. 1965.
- The Göttingen Septuagint (Vetus Testamentum Graecum: Auctoritate Academiae Scientiarum Gottingensis editum)
es considerada la mejor edición crítica. Ha sido publicada por
Volúmenes, entre 1931 y 2006, y aún no está completa. Presenta numerosas
variantes de muy distintas fuentes.18 - En 2006, la Sociedad Bíblica Alemana publicó una revisión de la Edición de Rahlfs, revisada por Robert Hanhart. Esta editio altera incluye miles de variantes respecto a la edición original.19
Traducciones impresas
- En el año de 1851, Sir Lancelot C.L. Brenton publicó la primera Traducción Inglesa de la Biblia Septuaginta Griega.
Esta versión se ciñe al Canon Amplio Oriental, seguido por las Biblias
cristianas ortodoxas, que incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés,20 y los Libros III de Esdras, y III y IV de los Macabeos. - En el año 2007, un equipo de estudiosos de la Organización Internacional para Estudios de la Septuaginta y Afines publicó una Nueva Traducción Inglesa de la Septuaginta.
Esta versión incluye, junto a los habituales del Canon Ortodoxo, el
Libro de los Salmos de Salomón, y versiones alternas comparadas de
textos paralelos de los libros de Josué, los Jueces, Tobías, Daniel,
Susana, y Bel y el Dragón. - En el año de 1986, un equipo de estudiosos de La Sorbona de París comenzó a publicar, por entregas de Tomos y Volúmenes, La Bible d'Alexandrie, traducción al francés de la Biblia LXX. Esta versión francesa no ha sido terminada hasta la fecha.
- En el ámbito hispánico, desde 1928 existe la Biblia de Jünemann, una traducción literal de la Biblia griega al español hecha por el sacerdote de origen alemán Guillermo Jünemann.
El Antiguo Testamento de esta versión está basado en gran parte de la
Septuaginta. La Biblia de Jünemann se ciñe al Canon Amplio Occidental,
seguido por las Biblias católicas romanas, aunque en Versión OG.14 - Un equipo de traductores dirigido por Natalio Fernández Marcos y María Victoria Spottorno Díaz-Caro, del CSIC,
ha realizado una traducción al español de la Septuaginta a partir de
las últimas ediciones críticas. En 2008 apareció el primer volumen de
los cuatro previstos: La Biblia griega – Septuaginta, I: Pentateuco (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 125), Ediciones Sígueme, Salamanca. A finales de 2011 apareció el segundo volumen: La Biblia griega - Septuaginta, II: Libros históricos (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 126). En noviembre de 2013, el tercero: La Biblia griega - Septuaginta, III: Libros poéticos y sapienciales (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 127). Y finalmente, en octubre de 2015, se publica el cuarto y último volumen: La Biblia griega - Septuaginta, IV: Libros proféticos (Colección Biblioteca de Estudios Bíblicos 128).
Archivos informáticos
- La Edición de Swete del Antiguo Testamento Según los LXX, se encuentra disponible en formato de archivo escanográfico en el sitio de Christian Classics Ethereal Library.
- El archivo de texto más completo de la Edición de Rahlfs de la Biblia Septuaginta, en griego koiné original, ha sido el capturado por un equipo de estudiosos del Centro de Análisis Computarizado de Textos (CCAT) de la Universidad de Pensilvania, y está disponible en formato de estudio morfológico en el sitio del CCAT, y en formato navegable (HTML) en el sitio de Thesaurus Indogermanischer Text und Sprachmaterialien (TITUS), auspiciado por la Universidad Johann Wolfgang Goethe, de Fráncfort del Meno, y en Internet Sacred Text Archive (en este último sitio, con opción a compra en formato propietario).
Este archivo contiene las 6 variantes más notorias del documento
histórico, que son dos diferentes versiones de Josué, de los Jueces, de
Tobit, de Daniel, de Susana, y de Bel y el Dragón. - La Traducción Inglesa de Brenton, es posible encontrarla en formato navegable, con opción a compra en formato propietario, en el sitio de la English Translation of the Greek Septuagint Bible.
- La Nueva Traducción Inglesa, es posible encontrarla para ser descargada por partes en formato propietario de archivos PDF en el sitio de la NETS (New English Translation of the Septuagint).
- Así mismo, es posible descargar gratuitamente, en formato propietario, el archivo CCAT sobre el texto de Rahlfs,
hasta en 8 distintas opciones de mapeo, partición y acentuación del
mismo (con ciertas omisiones, sin embargo, con respecto del texto del
CCAT, como son las versiones alternas más tardías de 6 de los escritos
doblemente vertidos), desde The Unbound Bible, un proyecto de Biola University, así como el archivo de La Sagrada Biblia de Don Guillermo Jünemann, que ha sido creado por VE Multimedios.
Véase también
Referencias
- (Capítulo
extraído del Libro de las Odas, y, en esta traducción, en ausencia del
resto de este documento, agregado al final del Libro de los Salmos de
David.)
Bibliografía
- Martin Hengel (2004). Septuagint As Christian Scripture. Continuum. ISBN 9780567082879.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Septuaginta.
- The Septuagint Online (Introduction) (en inglés).
- The Septuagint Online (Texts & Translations) (en inglés).
Edición en griego de Henry Barclay Swete
- Christian Classics Ethereal Library (en inglés).
- Centro de Análisis Computarizado de Textos de la Universidad de Pensilvania (en inglés).
- Thesaurus Indogermanischer Text und Sprachmaterialien (TITUS) (en varios idiomas).
- Internet Sacred Text Archive (en inglés).
- The Unbound Bible (Downloads) (en inglés).
- Texto griego en el sitio de la Bibliotheca Augustana (Augsburgo).
- SOB: programa bíblico en línea – más de 200 traducciones de la biblia (15 en español), La Septuaginta Analítica. El AT griego con los números Strong y morfología (versión "יהוה"), La Septuaginta Analítica. El AT griego con los números Strong y morfología (versión "κυριος"), La Septuaginta (con o sin diacríticos), La Septuaginta (Alfred Rahlfs).
- English Translation of the Greek Septuagint Bible (en inglés).
- NETS New English Translation of the Septuagint (en inglés).
JERUSALÉN, Escuela Bíblica; Biblia de Jerusalén; Pp. varias; notas e
introducciones a los textos; Desclée de Brouwer; Madrid-Bilbao, España,
1975; ISBN 84-330-0022-5.
Carsten Peter; “The Dead Sea Scrolls and the Jewish Origins of
Christianity”; Acápite “A Greek surprise”, pp. 124-130; Lion Publishing,
Oxford, 2000; ISBN 978-970-777-245-8.
1809. Ver: Corriente, Federico y Antonio Piñero (1984) "Libro 1 de
Henoc. Introducción"; Apócrifos del Antiguo Testamento IV: 34. Madrid:
Ediciones Cristiandad.
o Libro IV de Esdras, comúnmente asociado a aquellos otros tres, jamás
constituyó parte de los escritos griegos de la Biblia, ni de la
Septuaginta. Sin embargo, aparece en múltiples versiones y ediciones no
griegas de la Biblia —entre las que destacan la Peshitta siríaca, la Vulgata
latina, y otras Biblias cristianas ortodoxas, e incluso protestantes—; y
es considerado de manera habitual como parte del Canon seguido por
algunas Biblias cristianas ortodoxas y orientales. La iglesia armenia lo incluye en la Biblia solamente como apéndice.
texto hebreo del Libro de Eclesiástico incluye un breve Salmo de
Alabanza de unos quince versos en Eclesiástico 51:12a-12p, y unas
Doxologías y Subscripciones en Eclesiástico 51:30a-30d. Y algunas
ediciones tardías medievales de la Biblia Latina agregan, al final del
Libro de Eclesiástico, un breve documento de sólo trece versos llamado Oración de Salomón
—nomenclaturada, en algunas ediciones de la Biblia Latina, “Capítulo
52” del Libro de Eclesiástico—. Ninguno de estos textos forma parte del
texto de la Biblia Septuaginta. Por otra parte, la Biblia de Cipriano de Valera, de 1602, y la Biblia de Jaime I de Inglaterra,
de 1611, en adición al “Prólogo del traductor griego”, comúnmente
presente en los códices griegos del Libro de Eclesiástico, agregan a
este libro otro curioso “Prólogo de un autor incierto”. Hay algunos
indicios de que éste se encuentra en al menos algunos viejos códices
griegos del Libro de Eclesiástico.
acuerdo al texto griego de ese libro bíblico, solamente los dos
primeros Salmos —nomenclaturados como los Capítulos 1 y 2 de dicha
colección— carecen de un Epígrafe, o Nota descriptiva aclaratoria sobre
su contenido y circunstancias.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario