martes, 23 de febrero de 2016

Manuelblas.Madrid: OBJETOS ENCONTRADOS EN LOS LIBROS

Manuelblas.Madrid: OBJETOS ENCONTRADOS EN LOS LIBROS
















































viernes, 14 de diciembre de 2012






OBJETOS ENCONTRADOS EN LOS LIBROS




¿Qué cosas se pueden encontrar
olvidadas entre las páginas de un libro? Entre las más frecuentes podemos citar
recortes de prensa, sellos de correos, tarjetas de visita, billetes de tren,
metro o autobús, postales, fotos, flores desecadas, hojas de árbol, notas de
estudio y un largo etcétera en el que caben las cosas más insospechadas.


Los libros son como un cajón de
sastre que guarda como tesorillo oculto objetos procedentes de la vida
cotidiana que hallados al cabo de los años nos facilitan información de cómo
vivían y sentían nuestros antepasados. Los libros son, me gusta la expresión,
cápsulas del tiempo y proporcionan, además del placer de la lectura, un conocimiento
y disfrute especial que no podemos hallar en los modernos e-books, por muy útiles
y convenientes que estos sean. 




Movido por mi curiosidad
“cinegética”, me he trasladado a la Ciudad Universitaria para visitar la
exposición “Cápsulas del tiempo. Objetos
encontrados en los libros
” en el hall de entrada de la Biblioteca María
Zambrano, junto a la Facultad de Geografía e Historia (el edificio de Filosofía
B de mis tiempos de estudiante), abierta del 3 de diciembre de 2012 al 21 de
enero de 2013, en horario continuado de 9 a 21 horas.


Para quien hace mucho tiempo que dejamos la Universidad, esta magna Biblioteca, la mayor de España,  impresiona. 
 Tres millones de libros, que se
dice pronto, una colección digital propia con más de 200.000 documentos en
acceso abierto, más de un millón de préstamos anuales, un fondo histórico
formado por incunables, manuscritos y libros de los siglos XVI a XIX, es decir
una maravilla al servicio de la comunidad universitaria que esperemos no
malogre completamente los recortes
[1].




En el proceso de catalogación de
estos fondos histórico se han encontrado entre las páginas de estos viejos
libros objetos varios, valiosos algunos, interesantes casi todos, bajo una
diversidad de materiales de todo tipo que son los que ahora se exponen a la
curiosidad de las gentes que nos gusta conocer la iconografía, los gustos, las
costumbres y modos de vida de los antiguos.




La exposición se organiza en
distintas vitrinas que guardan en su interior objetos agrupados por temas,
llevando cada uno de ellos una leyenda explicativa.  
 


La primera vitrina se denomina “Artistas entre páginas” y en ella se
muestran dibujos a pluma o a lápiz, de los siglos XVIII y XIX. Dos nos llaman particularmente
la atención: un dechado bordado sobre papel dedicado a don Juan Francisco
Camacho en el día de su santo, 24 de junio de 1894,su afma. c.p. y un dibujo
mordaz a lápiz de un bibliotecario en el libro “Rimas” del Dr. Bartolomé  Leonardo Argensola , impreso en Madrid en
1786, que lleva dos frases escritas “este es mi bibliotecario y “buen
puñetero”.   
 




La segunda “Eruditos y lectores” muestra notas de lectura en distintos idiomas
(castellano, latín, hebreo) de los siglos XVIII y XIX, papeletas de petición de
libros, fichas bibliográficas, impresos y manuscritos.




En la tercera vitrina “Jardines en los libros” vemos hojas de
herbario, plantas desecadas y, entre otros, un dibujo muy bien hecho, coloreado
y enmarcado, de la planta Aloisia Zitrodora, firmado por Josef Guio y fechado
en octubre de 1787.




Cuarta vitrina: “La vida en cifras”. Contiene recibos, una
lista de cobro a inquilinos, justificantes de deuda, pagarés, billetes de banco
de la II República,  cupones de giro
postal, billetes de tranvía y autobús y una colorista invitación para asistir a
un espectáculo taurino en la Plaza de las Arenas de Barcelona, ¡qué duda cabe
que aquellos eran otros tiempos!.




La quinta vitrina está dedicada a
los “Dibujos y grabados científicos
y muestra, entre otros un perfecto dibujo anatómico del brazo, firmado por
Aureliano Maestro de San Juan, fechado en Madrid el 10 de abril de 1847. Del
mismo autor hay dibujos de los huesos del pie y 
de la mano. Además se exponen dibujos de figuras geométricas del siglo
XVIII y de instrumental quirúrgico del siglo XIX (dibujo a lápiz y litografía).




La sexta vitrina “Naipes y juegos de azar” muestra naipes
de barajas francesas y españolas algunos recortados para que sirvieran de
marcapáginas, del siglo XIX, y  décimos
de lotería de los siglos XIX y XX.




A dios rogando” es el título de la séptima vitrina que contiene una
oración devota y muy necesaria que
rezaba Santo Tomás antes de la celebración de la misa
” (hoja impresa en
latín de principios del siglo XVI); impresos de prácticas de devoción a la
Virgen; un curioso listado de tareas domésticas en un convento o institución
religiosa (siglo XVIII); recordatorios de primera comunión (siglo XIX) y muchas
estampas y grabados devocionales de santos de los siglos XVIII y XIX.




La vitrina octava “Documentos oficiales” contiene toda
clase de documentos administrativos: órdenes impresas, notificaciones,
comunicados, certificados, “besa a usted la mano” (antecedentes de los
“saludas”) etc.


La novena “Marcas comerciales y publicidad” nos sitúa en los albores de la
incipiente actividad publicitaria: prospectos, etiquetas de librillos de papel
de fumar, muy abundantes, tarjetas publicitarias de hoteles, cafés y
restaurantes así como de maestros artesanos.




Pasamos a la décima “Poesía de cada día” donde vates de los
siglos XVIII y XIX han dejado su huella poética, a veces anónima, incluso algún
fragmento de comedia en verso. La que más nos gusta, por su pretendida
ingenuidad, es la que figura a continuación.




La siguiente vitrina, ya hemos
perdido la cuenta, se dedica a “Correspondencia:
cartas, postales, telegramas
” y contiene 
en cantidad cartas manuscritas (algunas de finales del siglo XVII,
sobreescritos, sobres, tarjetas postales, telefonemas y telegramas.




Avanzamos “Marcapáginas para no perderse”. Pensaba que los marcapáginas eran
un “invento” moderno, pero los hay desde el siglo XVIII, recortados con
diferentes formas, decorados, artesanales, de filigrana…




Tarjetas de visita e invitaciones”. Las hay del siglo XVIII,
manuscritas, orladas, impresas etc.




La penúltima vitrina se dedica a
Grabados e ilustraciones” y
contiene, en una gran variedad, marcas tipográficas, grabados xilograficos,
retratos calcográficos, aleluyas populares, recortables.
 




La última vitrina de la
exposición es la más dolorosa “Balas y
letras. Libros con heridas de guerra en la Biblioteca Complutense
”. Libros
con heridas de arma blanca como el ejemplar de las obras de San Agustín (siglo
XVI) o de metralla. Junto a estos ejemplares mutilados se expone la carta de un
soldado del batallón de Comuneros de Castilla, fechada en la Facultad de
Filosofía y Letras el 4 de junio de 1937 aprovechando la hoja de guarda
anterior de un libro.


De vuelta a casa me he preguntado
que objetos se guardan entre  las páginas
de los libros comprados recientemente en los puestos de libros viejos y usados
del Rastro o de la Cuesta de Moyano. He hojeado algunos de estos ejemplares y
hallado lo siguiente:
 




Una felicitación de Pascual de
“Los del Servicio de Limpieza” del año 1951 (ya ha llovido).




Una invitación del Alcalde de
Madrid a una conferencia en el Salón de Tapices de la Casa de la Villa en 1971
(el tema de la conferencia parece interesante).
 
Un billete de entrada a la
Cartuja de la Asunción de Nuestra Señora (15 pesetas)




Y, por último, lo más original,
el esbozo de un cuentecillo, bastante triste, escrito a máquina sobre una hoja de cuaderno, que tiene como protagonista a una
niña, llamada Matilde y apodada Marmolillo, aficionada a coleccionar mariposas
y que acaba de mala manera por perversa.


Y vosotros,  amigos lectores,  ¿Me podeis contar qué cosas habéis encontrado entre las
páginas de un libro?




 
©Manuel Martínez Bargueño
Diciembre 2012





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