domingo, 8 de mayo de 2016

Valoración de los Pacientes con Dolor Cervical

Valoración de los Pacientes con Dolor Cervical










VALORACIÓN DE LOS PACIENTES CON DOLOR CERVICAL


Donald R. Gore,
MD


[Medscape Orthopaedics & Sports Medicine 5(4), 2001. Medscape,
Inc.]





Abstract

La prevalencia del dolor cervical de origen no
traumático en los Estados Unidos es del 10%. El origen anatómico puede
ser miofascial, ligamentoso, óseo, neurológico, cutáneo o visceral.
Entre sus causas se encuentran: la compresión de estructuras
neurológicas; procesos inflamatorios, neoplásicos, infecciosos o
degenerativos así como la disrupción de los tejidos por un traumatismo.
Debe determinarse su localización exacta y describir las características
específicas del dolor, incluyendo su severidad, si es contínuo o
intermitente, cómo se modifica con la actividad y la posición del
cuerpo, y su descripción subjetiva por parte del paciente. La
exploración física consta de inspección, palpación y valoración de la
sensibilidad, rango de movimiento, fuerza y reflejos.




Introducción

Aunque el dolor lumbar es la afección más
frecuente de la columna, el dolor cervical también es visto con
frecuencia por los médicos de atención primaria y otros profesionales
sanitarios que tratan problemas musculoesqueléticos. Las raíces
nerviosas cervicales C5, C6 y C7 son las que se ven comprometidas con
mayor frecuencia y su afectación produce signos y síntomas
característicos en las extremidades superiores. La prevalencia del dolor
cervical de origen no traumático en los USA es del 10%.
Este artículo trata sobre la evaluación clínica y el diagnóstico del
dolor cervical en el paciente adulto. El dolor de cuello en los niños en
ausencia de traumatismo es raro y cuando se presenta las
consideraciones diagnósticas difieren respecto a los pacientes adultos.
Por tanto, no se discutirá aquí.





Etiología

El dolor puede estar originado por patología en
la columna cervical (primario) o puede ser referido desde otras partes
del cuerpo (secundario). Como en el dolor de cualquier otra
localización, el origen anatómico puede ser miofascial, ligamentoso,
óseo, neurológico, cutáneo o visceral. La causa puede ser la compresión
de estructuras neurológicas; procesos inflamatorios, neoplásicos,
infecciosos o degenerativos; o la disrupción de los tejidos secundaria a
un traumatismo.


El dolor es una sensación subjetiva causada por un estímulo
nocivo que actúa sobre el sistema nervioso. En el caso del dolor
cervical primario, el estímulo nocivo afecta a las terminaciones
nerviosas que se encuentran en las estructuras del soporte del esqueleto
cervical. Éstas incluyen: los músculos y sus inserciones, las cápsulas
articulares fibrosas de las articulaciones interapofisarias, y la
cápsula fibrosa de las articulaciones intervertebrales, que recibe el
nombre de anillo fibroso.


El compromiso directo de las estructuras neurales también puede
ser la causa del dolor. Una radiculopatía cervical se expresa como dolor
en la distribución de un nervio cervical y es el resultado de cualquier
proceso que comprima o irrita el nervio. Las causas más comunes son las
protrusiones del disco intervertebral u osteofitos en el agujero de
conjunción a través del cual el nervio abandona el canal raquídeo (Fig.
1). La médula espinal en sí misma es insensible, pero su cubierta dural
tiene terminaciones nerviosas libres que probablemente sean capaces de
recoger estímulos dolorosos, si bien las mielopatías cervicales
compresivas son en general relativamente indoloras. La cadena simpática
cervical se localiza justo por delante de los músculos flexores
paraespinales en ambos lados del cuello y algunos investigadores
sugieren que puede ser causa de cefaleas en presencia de patología;
aunque esto aún no se ha comprobado.[2]




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Figura 1A. Imagen de RMN en T-1. Gran protusión discal lateral en el segmento C5-C6 (flecha) que provoca dolor radicular
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Figura 1B. Osteofitos en C5-C6
originados en las articulaciones uncovertebrales que producen compromiso
del agujero de conjunción y dolor radicular.

Historia Clínica

La historia se obtiene de manera
estándar, con el paciente sentado y completamente vestido delante del
médico. El examinador debe investigar el comienzo, la duración y la
relación de los síntomas con traumatismos y actividades. Debe
determinarse la localización exacta y las características específicas
del dolor, incluyendo su severidad, si es constante o intermitente, cómo
se modifica con las actividades y la posición del cuerpo y una
descripción subjetiva por parte del paciente de cómo siente el dolor
(quemante, lacerante, sordo, etc.).


Debemos hacer preguntas específicas sobre cualquier síntoma
asociado como acorchamiento, atrapamiento, debilidad, cambios en la
coordinación y de la función intestinal y vesical. Se recoge información
sobre síntomas sistémicos, dolor en otras zonas del organismo y
enfermedades concomintantes. La historia clínica se completa con la
obtención de información sobre el estilo de vida del paciente, consumo
de tabaco, alcohol o drogas, situación familiar, actividad laboral y la
posibilidad de ganancia secundaria asociada a la lesión.




Exploración Física

Se realiza un examen
musculoesquelético para evaluar el dolor cervical. Como cualquier
exploración física comienza con la inspección y la palpación. Se
exploran los pares craneales. Después el examinador determina el rango
de movimientos (ROM) del cuello y las extremidades y procede a la
valoración de la sensibilidad, la comprobación de la fuerza muscular y
la búsqueda de reflejos normales y anormales. El equipo necesario
incluye el martillo de reflejos, un imperdible, y un rotulador. El
martillo de reflejos debe ser pesado en su extremo y con la longitud
suficiente para poder aplicar un golpe seco al tendón. La valoración de
la sensibilidad y la distribución de cualquier déficit sensorial puede
hacerse con un simple imperdible, que debe ser lo suficientemente
afilado para realizar la exploración pero no lo suficiente para
atravesar la piel. Un imperdible tiene además un extremo romo que
permite explorar la sensibilidad táctil.




Inspección

El examinador observa en primer lugar la
marcha del paciente. Esto puede hacerse cuando el paciente entra en la
sala. Si se aprecia un patrón de marcha anormal, se requiere una
observación adicional con el paciente desnudo. Se consigna y describe
cualquier anomalía. El siguiente paso en la observación es buscar
lesiones cutáneas describiendo sus características y distribución. El
médico debe apreciar cualquier atrofia muscular y la presencia de
fasciculaciones y, si cualquiera de ellas o las dos están presentes,
describir su localización exacta y los músculos específicos que están
afectados. Finalmente, se valoran características faciales inusuales, la
posición de la cabeza, movimientos involuntarios y deformidades del
cuello o del resto del cuerpo. Observar los ojos del paciente buscando
especialmente caída de los párpados, contracciones pupilares anormales o
asimetrías faciales.




Palpación

La palpación permite buscar puntos dolorosos.
Si éstos existen, debe registrarse su localización exacta y la cantidad
de presión necesaria para provocar el dolor. Debe observarse además la
respuesta no verbal del paciente a la palpación, como gestos de retirada
o muecas dolorosas.




Exploración de la Sensibilidad

El objetivo de la
exploración sensitiva inicial es apreciar si la sensibilidad está
alterada de alguna forma. El examinador determina la capacidad del
paciente para apreciar estímulos dolorosos y táctiles y cambios de
temperatura.




Rango de Movimiento

Se puede valorar de forma rápida y
simple y el explorador debe apreciar si el movimiento es suave e
indoloro. Debe registrarse la limitación del movimiento o la aparición
de dolor en cualquier dirección del movimiento. El médico debe descartar
cualquier limitación de la movilidad pasiva de las extremidades pues
esto puede afectar a la capacidad del paciente para colaborar en las
exploraciones posteriores.




Evaluación de la Fuerza

Se lleva a cabo aplicando
resistencia manual a los movimientos (Fig. 2). Al aplicar esta
resistencia se comprueba si existe afectación uni o bilateral y se
compara con el lado opuesto. La gradación numérica que se propone en la
mayoría de textos generales tiene un valor limitado en la práctica
clínica (Tabla 1) pues esta clasificación se desarrolló para su uso en
pacientes con poliomielitis donde la debilidad suele ser mucho más
acusada. Ocasionalmente se aprecia una obvia disminución de fuerza que
puede ser fácilmente identificada y graduada, pero frecuentemente sólo
existe una debilidad muy sutil. Si se utiliza esta clasificación
numérica, la mayoría de debilidades musculares en la extremidad superior
provocadas por enfermedad discal cervical serían de grado 4. Por este
motivo se necesita una descripción más detallada.




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figura 2. Valoración manual de los músculos flexores del codo.
Aparte de la presencia o ausencia de debilidad, deben anotarse las características de ésta:




  1. ¿Está presente la pérdida de fuerza a través de todo el arco de movimiento?

  2. ¿Existe un punto donde la respuesta del paciente cesa de forma abrupta?

  3. ¿Hay resistencia al movimiento pasivo y, si es así, qué patrón sigue?

  4. ¿Es el movimiento en sacudidas e intermitente o es suave?
Inicialmente deben comprobarse todos los grupos
musculares de la extremidad superior incluyendo los músculos
responsables de la elevación, abducción, flexión, extensión y rotación
del hombro; la flexión, extensión, supinación y pronación del codo; la
flexión, extensión y desviación radial y cubital de la muñeca; y,
finalmente, todos los movimientos digitales. Si se detecta una pérdida
de fuerza, deben probarse los músculos individualmente para localizar de
la forma más precisa posible la localización y extensión del déficit.
Si hay algo que sugiera una afectación de las extremidades inferiores,
sus músculos deben explorarse de forma similar.




Reflejos

La comprobación de los reflejos incluye los
reflejos tendinosos profundos y la búsqueda de reflejos anormales. Los
reflejos tendinosos profundos se examinan poniendo el músculo y su
tendón bajo una ligera tensión y golpeando el tendón con un martillo de
reflejos (Fig. 3). Esto provoca un estiramiento ligero pero súbito en el
tendón, con la respuesta de una contracción muscular refleja. Los
reflejos a examinar son los del codo (bíceps y tríceps), muñeca
(braquiorradial), rodilla (cuádriceps), y tobillo (gastrocnemio),
buscando además la presencia de clonus.




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Figura 3. El reflejo del tríceps se
explora flexionando el codo, elongando ligeramente el músculo tríceps y
percutiendo el tendón inmediatamente proximal a su inserción en el
olécranon.
Los reflejos anormales de interés específico son el signo de
Babinski, el signo de Hoffman y el reflejo radial invertido (Tabla 2).
El signo de Babinski es la presencia de dorsiflexión del dedo gordo
cuando se estimula la planta del pie (Fig. 4). El signo de Hoffman es
positivo cuando se produce un movimiento rápido del pulgar en flexión y
adducción al flexionar la falange distal del tercer dedo (Fig. 5). El
reflejo radial invertido consiste en la flexión de la muñeca al explorar
el reflejo braquioradial (Fig. 6). Otros signos y tests adicionales que
son de interés en la evaluación de pacientes con dolor cervical son el
signo de abducción del brazo, el test de Spurling, la respuesta a la
compresión axial, el signo de escape del dedo y el signo de Lhermitte.
Todos estos se resumen en la Tabla 3.




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Figura 4. El signo de Babinski, que se
explora estimulando el borde lateral del pie en su superficie plantar.
Una respuesta negativa consiste en la flexión de los dedos. La respuesta
positiva, como se muestra aquí, es la extensión del dedo gordo y la
seperación de los dedos menores.
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Figura 5. Signo de Hoffman, que se
desencadena al flexionar la falange distal del dedo corazón. Una
respuesta negativa, como la mostrada aquí, es la inmovilidad del pulgar.
La respuesta positiva es la flexión del pulgar a nivel de la
articulación interfalángica.
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Figura 6. El reflejo radial invertido
se provoca al percutir sobre el tendón del braquiorradial inmediatamente
proximal a la apófisis estiloides del radio. Una respuesta positiva,
como la que se muestra aquí, es la flexión de los dedos y la muñeca. La
respuesta negativa consiste en la dorsiflexión de la muñeca.
El signo de abducción del brazo consiste en el alivio del dolor de la
extremidad superior al abducir el brazo y flexionar el codo, lo que se
consigue llevando la mano de la extremidad afecta a la parte superior de
la cabeza (Fig. 7). El test es positivo si el paciente se encuentra más
cómodo en esta posición y el dolor de la extremidad superior se alivia
parcial o completamente.




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Figura 7. El signo de abducción del brazo es positivo si el dolor se alivia con la extremidad superior en esta posición.
Un test de Spurling positivo consiste en la reproducción del dolor en
la extremidad superior al extender el cuello rotando la barbilla hacia
la extremidad afecta (Fig. 8). El test de compresión axial reproduce el
dolor cuando se aplica presión sobrre la cabeza; alternativamente, se
produce un alivio de los síntomas cuando se aplica tracción bajo la
barbilla y el occipucio (Fig. 9). El signo del escape del dedo se lleva a
cabo pidiendo al paciente que mantenga sus dedos en extensión; el test
es positivo si el anular y el meñique se flexionan y abducen
gradualmente (Fig. 10). Por último, debemos comprobar la capacidad del
paciente para abrir y cerrar sus manos con rapidez.




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Figura 8. El signo de Spurling se
explora extendiendo el cuello del paciente y rotando su cabeza hacia el
lado del dolor. El test es positivo si el dolor se exacerba en esta
posición.
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Figura 9A. El test de la compresión
axial se realiza presionando sobre la parte superior de la cabeza del
paciente con el cuello en una posición neutral. Este test es positivo si
se exacerba el dolor.
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Figura 9B. El examinador aplica
tracción colocando sus manos bajo la barbilla y el occipucio. El test es
positivo cuando esto disminuye el dolor del paciente.
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Figura 10. El test de flexión del dedo
se realiza pidiendo al paciente que extienda su dedo. Es positivo, como
se muestra aquí, si el paciente no puede mantener todos sus dedos en
extensión y el anular y meñique se abducen.
El signo de Lhermitte es positivo si el paciente refiere una
sensación como de descarga eléctrica en las extremidades inferiores con
la flexión máxima del cuello (Figura 11).




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figura 11. El signo de Lhermitte se
explora pidiendo al paciente que flexione su cuello al máximo. Es
positivo si esto provoca un dolor similar a una descarga eléctrica en
las extremidades inferiores.

Distribución del Dolor

La localización exacta del dolor
del paciente y, si están presentes, de las parestesias y sensaciones de
pérdida de fuerza, no sólo ayudan a dirigir la exploración física, sino
que además proporcionan al examinador una indicación acerca del origen
anatómico del dolor. Los patrones y hallazgos físicos de la compresión
de un nervio concreto se recogen en la Tabla 4. Además, ciertas
características del dolor como su inicio, duración y severidad ayudan a
definir la patología subyacente.


El dolor de comienzo brusco y no relacionado con un traumatismo
severo tiene su causa frecuentemente en la patología del disco
intervertebral. La herniación de un disco intervertebral está
generalmente, pero no siempre, asociada con dolor radicular, que es el
dolor en la distribución de una raíz nerviosa. La protrusión
posterolateral de un disco produce la compresión del nervio cuyo número
se corresponde con el del disco que está por debajo. Por ejemplo, una
protrusión a nivel del espacio C5-C6 implica a la raíz C6. La
localización más frecuente de una protrusión discal es C5-C6, seguida de
cerca por C6-C7, y después por C4-C5. Puede haber protrusiones de los
discos C2-C3 y C7-T1 pero son infrecuentes. Aunque las protrusiones
discales C3-C4 no son comunes, cuando ocurren provocan la compresión de
la cuarta raíz, y la distribución del dolor es hacia la cara superior
del hombro, no más distal.


La patología degenerativa del disco sin protrusión que causa
dolor cervical puede provocar además dolor radicular, pero este dolor
generalmente es de comienzo gradual y la distribución del dolor no se
localiza tan fácilmente.


La determinación de la localización exacta de la compresión
radicular puede requerir estudios de imagen, especialmente si el patrón
del dolor es atípico. La duración y si el dolor es constante o no
diferencia las condiciones agudas y crónicas. El dolor de larga duración
cuya severidad aumenta de forma gradual y cuyas características se
mantienen constantes es característico de un proceso degenerativo. Sin
embargo, el dolor de comienzo súbito que es inicialmente severo y que
remite parcialmente en las semanas siguientes es típico de una
protrusión discal. El dolor de inicio gradual pero progresivo que es
constante y no se alivia con el reposo y empeora especialmente por la
noche es típico de un proceso neoplásico, que en el cuello es
generalmente de origen metastásico. El color constante, intolerable y
que no cede sugiere la posibilidad de un proceso infeccioso.


Los pacientes describen el dolor radicular como una descarga o
desgarramiento comenzando en el cuello y extendiéndose hacia la
extremidad superior. El dolor empeora al extender el cuello, lo cual
reduce el tamaño del agujero de conjunción (Fig. 8). La elevación de la
extremidad superior afecta puede aliviar el dolor (Fig. 7). Esto se
consigue alcanzando el lado opuesto de la cabeza con la mano, lo que
reduce la tensión de la raíz nerviosa.


El acorchamiento, hormigueo y una sensación de debilidad pueden
acompañar al dolor y si éste es de origen cervical puede esperarse que
estén en la distribución de la raíz nerviosa afectada (Fig. 12). Los
atrapamientos de los nervios periféricos de la extremidad superior
pueden simular patología cervical.




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Figura 12. Distribución en dermatomas de las raíces nerviosas cervicales.
Ciertos síntomas acompañantes como falta de coordinación, torpeza
para la marcha o el uso de las extremidades superiores y las
alteraciones en el control esfinteriano deberían alertar al médico sobre
la posibilidad de afectación de la médula espinal cervical por
compresión externa o por alguna enfermedad neurológica intrínseca.


Por último, deben investigarse síntomas sistémicos como tos,
diseña, fatiga, pérdida de peso y dolor y disfunción en otras áreas. Las
condiciones generales que pueden simular el dolor cervical primario son
tumores o infecciones en el ápex del pulmón, procesos patológicos que
irritan el diafragma, obstrucción de las arterias coronarias y artritis
inflamatorias como la artritis reumatoide. En la mayoría de estas
situaciones, el dolor del cuello es sólo uno entre un conjunto de
síntomas.




¿Cuál es el Diagnóstico?

El diagnóstico se realiza en
base a la historia y la exploración física. Una marcha anormal
caracterizada por su mala coordinación debe alertar al examinador sobre
la posibilidad de una afectación medular cervical. La causa más común de
una mielopatía cervical es la espondilosis que provoca una estenosis
raquídea.


El herpes zoster es una infección vírica del ganglio dorsal de la
raíz y del nervio periférico provocada por el virus de la varicela
(Fig. 13). Aparece en adultos y puede afectar a cualquier nervio
periférico. Se caracteriza por dolor severo en la distribución del
nervio afecto, y este dolor generalmente precede a la erupción, por lo
que puede confundirse fácilmente con una radiculopatía cervical.




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Figura 13. Erupción
eritemato-vesiculosa con costras de rápida aparición localicada en la
nuca de una paciente de 72 años con dolor radicular causado por herpes
zoster.
Un cuello corto y rígido es característico del síndrome de
Klippel-Feil, consistente en una fusión congénita de las vértebras
cervicales. En sí mismo no es una condición dolorosa pero puede
asociarse con cambios debenerativos por encima o por debajo de los
niveles fusionados (Fig. 14). Otro hallazgo clínico de este síndrome es
una implantación baja del cabello.




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Figura 14. Fusión congénita de la
vértebras cervicales inferiores (flecha) con cambios degenerativos
severos en el segemento inmediatamente superior.
La caída de un párpado, una constricción pupilar, la ausencia de
sudoración y el enrojecimiento de un lado de la cara por vasodilatación
son indicadores del síndrome de Horner, provocado por un daño de la
cadena simpática cervical (Fig. 15).




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Figura 15. Síndrome de Horner, en el cual el párpado izquierdo del paciente cae y la pupila está contraída.
Los movimientos involuntarios de la cara, el cuello o las
extremidades tienen una variedad de causas que incluyen la enfermedad de
Parkinson o varias formas de corea que pueden ser hereditarias o
adquiridas y tics habituales como en el síndrome de Tourette. Ninguno de
estos tienen su origen en afecciones de la columna cervical.


La atrofia muscular puede estar causada por una enfermedad
muscular o neurológica primaria, pero en el contexto de pacientes con
dolor en el cuello, con más probabilidad se debe al daño de las raíces
nerviosas cervicales. Las fasciculaciones son breves contracciones de un
grupo de fibras, apreciables a través de la piel y causadas por la
destrucción de la motoneurona del asta anterior. La combinación de
atrofia y fasciculaciones es característica de la esclerosis lateral
amiotrófica.


Una disminución de la sensibilidad al pinchazo en la distribución
de una raíz cervical asociada a dolor en el cuello sugiere fuertemente
una lesión compresiva de la raíz nerviosa cervical (Fig. 12, Tabla 4).
Todos los nervios cervicales tienen un componente sensorial; sin
embargo, sólo las raíces nerviosas de C5 a T1 tienen un componente motor
identificable. Cuando están afectados los nervios por encima de C5, el
patrón de déficit de sensibilidad es en único hallazgo físico positivo
que permite su localización.


La movilidad del cuello puede estar limitada por anomalías
congénitas como el síndrome de Klippel-Feil o ser el resultado de
cambios degenerativos y puede cursar sin dolor (Fig. 16). En la columna
cervical normal de una persona joven, la raíz nerviosa ocupa alrededor
de un tercio del agujero intervertebral. [5]
Los cambios degenerativos de las articulaciones uncovertebrales e
interapofisarias, la hipertrofia de los ligamentos de soporte, y las
protrusiones del disco intervertebral reducen el espacio disponible para
el nervio (Fig. 17). Cuando el paciente extiende el cuello, el agujero
de conjunción disminuye su diámetro, lo que acentúa la compresión de la
raíz. Si la extensión del cuello no es dolorosa, es improbable que el
dolor esté causado por compresión de la raíz en el agujero
intervertebral.




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Figura 16. Varón se sesenta años con limitación de la movilidad del cuello y cambios degenerativos pero sin dolor.
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Figura 17. Oseofitos originados en las
articulaciones interapofisaria (A) y uncovertebral (B), provocando una
disminución del agujero de conjunción.
Del mismo modo que sucede con la atrofia, la identificación de la
debilidad muscular ayuda a localizar las lesiones radiculares en los
nervios cervicales inferiores. La intensidad de la debilidad es
indicativa del grado de lesión del componente motor del nervio. En las
lesiones radiculares compresivas, no es extraño descubrir una pérdida de
fuerza de la que el paciente no era consciente. La debilidad simulada
puede identificarse por una distribución que no sigue ningún patrón
anatómico.


La resistencia al movimiento pasivo puede deberse a dolor,
patología intraarticular como artritis, anomalías musculares y
enfermedades neurológicas centrales. Las lesiones de la médula cervical
pueden originar una parálisis fláccida de los músculos inervados por la
raíz nerviosa de ese nivel y espasticidad por debajo. Otras formas de
resistencia al movimiento como las contracturas o la rigidez muscular no
tienen su origen en el cuello.


En la mayoría de pacientes con dolor cervical, un reflejo
tendinoso profundo ausente o deprimido es el resultado de la compresión
de una raíz nerviosa. Cuando los reflejos están hiperactivos, la lesión
se localiza centralmente, bien en la médula o bien en el sistema
piramidal dentro del encéfalo. La actividad de los reflejos tendinosos
es variable entre individuos normales; sin embargo, la asimetría en la
respuesta refleja generalmente indica patología. El clonus es una
contracción muscular alternante repetitiva originada por el reflejo de
estiramiento. Como en el caso de los reflejos hiperactivos, aparece en
enfermedades de la motoneurona superior con afectación del tracto
piramidal. La zona donde es más común observar este fenómeno es al
explorar el reflejo aquíleo.


Los signos de Babinski y Hoffmann tienen el mismo significado que
los reflejos hiperactivos, reflejando la afectación de los tractos
piramidales pero el signo de Hoffmann está presente ocasionalmente en
personas normales, por lo que como hallazgo aislado es de dudosa
significación.


El reflejo radial invertido y el signo de escape de los dedos son
indicativos de mielopatía cervical. Sin embargo, su mecanismo
fisiológico no se comprende bien. El signo de Lhermitte se describió
originalmente en la esclerosis múltiple pero también puede encontrarse
en la mielopatía cervical.


El signo de la abducción del brazo generalmente es positivo en la
compresión de las raíces nerviosas cervicales. Teóricamente, la tensión
del nervio disminuye con la abducción del brazo. Esta puede ser la
única posición confortable para los pacientes con grandes hernias
discales (Fig. 7). La extensión del cuello, como en el test de Spurling,
no sólo estira el nervio sino que además estrecha el agujero de
conjunción, exacerbando el dolor radicular (Fig. 17); por el contrario,
la flexión del cuello y la tracción cervical aumenta el diámetro del
neuroforamen, aliviando por tanto el dolor radicular.




Otras causas de dolor cervical

Hay condiciones que
merecen una consideración especial porque su presentación puede simular
un dolor de origen cervical. Cuando estas afecciones coexisten con dolor
cervical primario, la separación de síntomas representa un desafío para
el clínico. La siguiente exposición no es exhaustiva pero incluye las
áreas de confusión más comunes.




Desfiladero torácico

El desfiladero torácico es la región
donde la arteria y vena subclavias y el plexo braquial abandonan el
tórax y entran en la extremidad superior. [6]
Estas estructuras pasan sobre la primera costilla y por debajo de la
clavícula. La vena subclavia es la estructura más anterior, hallándose
inmediatamente por detrás del músculo escaleno anterior y de su
inserción en la primera costilla. Este músculo se divide en dos partes.
La porción medial se inserta en el ápex del pulmón. La arteria subclavia
abandona el tórax pasando sobre la primera costilla y entre estas dos
partes del músculo escaleno anterior. A nivel de la primera costilla,
las raíces nerviosas cervicales más inferiores se unen para formar los
tres troncos del plexo braquial. El tronco inferior está constituido por
la unión de C8 y T1, hallándose inmediatamente posterior a la arteria y
en contacto con la superficie superior de la primera costilla.
Diversas malformaciones congénitas pueden provocar compresión
neurovascular (Figura 18). Los síntomas neurológicos sugerentes de un
síndrome del desfiladero torácico y que pueden confundirse con una
compresión radicular son: dolor, parestesias y debilidad de las
extremidades superiores. Estos síntomas, si tienen su origen en el
desfiladero torácico, son de distribución C8-T1, que es una localización
no habitual de la compresión de las raíces nerviosas. Además, existe
algún grado de compresión vascular que puede demostrarse mediante varias
maniobras de provocación. En la experiencia de los autores, las
manifestaciones neurológicas rara vez (si alguna) se presentan de forma
aislada en las compresiones a nivel del desfiladero torácico. El
diagnóstico de un síndrome del desfiladero torácico sin un componente
vascular debe ser aceptado con reservas.




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Figura 18. Costillas cervicales bilaterales asintomáticas (flechas).

Patología del Hombro

Las afecciones primarias del hombro
provocan invariablemente dolor o disfunción en la región de la cintura
escapular. El problema estriba en que la patología cervical puede
reproducir la mayoría de los signos y síntomas de una afección del
hombro. El dolor originado en el hombro puede extenderse distalmente
hasta la zona media del brazo pero rara vez va más allá de la cara
superior del hombro y nunca por encima de la base del cuello. En la
patología del manguito rotador se pueden producir debilidad y limitación
de los movimientos activos simulando una radiculopatía cervical.
Ocasionalmente, las lesiones nerviosas periféricas y las enfermedades
neurológicas provocan debilidad de los músculos del hombro. Ejemplos de
esto son la lesiones del nervio axilar, el atrapamiento del nervio
supraescapular y la lesión del plexo braquial que se produce
ocasionalmente en reacciones inmunológicas a vacunas. La debilidad del
hombro puede formar parte de una enfermedad neurológica generealizada
como la esclerosis lateral amiotráfica, pero en estos casos la debilidad
no es aislada.


La resistencia a los movimientos pasivos se acompaña a la
incapacidad del paciente para realizar movimientos activos. La
resistencia pasiva a la movilidad del hombro no provocada por
espasticidad o rigidez muscular es invariablemente el resultado de una
enfermedad intraarticular o periarticular del hombro.




Atrapamientos de los Nervios Periféricos

Los nervios
periféricos de la extremidad superior están formados por varias
combinaciones de las raíces nerviosas cervicales C5 a T1. Estas raíces
nerviosas se unen en el plexo braquial para formar los nervios
individuales. A causa de este origen hay una superposición entre la
compresión de los nervios periféricos y las lesiones de las raíces
nerviosas cervicales. Cuando la causa de los síntomas del paciente es
una de estas afecciones, éstas pueden distinguirse generalmente por sus
características individuales. Sin embargo, cuando coexisten la
compresión de la raíz nerviosa y el atrapamiento de un nervio
periférico, la contribución de cada una puede ser indistinguible desde
el punto de vista clínico.


Compresión del nervio cubital. El nervio cubital
se origina en las raíces nerviosas C8-T1. Una vez formado, el nervio
desciende por la cara medial del brazo hasta el codo, donde pasa por
detrás de la epitróclea humeral y anterior y medial al olécranon. A
nivel del codo, el nervio se encuentra en una posición superficial y
vulnerable a la presión externa como cuando el codo se apoya sobre una
mesa o la cama (Figura 19). Con la flexión del codo, el nervio se estira
por detrás de la epitróclea. En algunos individuos, la cubierta fascial
es rígida e inelástica, provocando la compresión del nervio. En otros
casos, la fascia es delgada y permite que el nervio se subluxe alrededor
de la epitróclea, provocando una neuritis por fricción.




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Figura 19. Con el codo flexionado, el nervio cubital se elonga resultando fácilmente compresible por presión externa.
De manera característica, las lesiones del nervio cubital a nivel del
codo no son especialmete dolorosas pero provocan parestesias en la zona
de la mano por donde se distribuye el nervio. Si la lesión es severa,
puede existir debilidad motora y/o atrofia de los músculos de la mano
inervados por el cubital. Generalmente puede palparse el nervio por
detrás de la epitróclea. Si el nervio se subluxa, puede apreciarse con
la flexión del codo. Cuando se produce una compresión o irritación del
nervio a nivel del codo, la percusión suave sobre el nervio (signo de
Tinel) provoca una exacerbación de los síntomas del paciente, que éste
describe con frecuencia como una sensación de descarga.


Los músculos de la mano inervados por el nervio cubital son los
responsables de la extensión de las articulaciones interfalángicas
proximales del anular y del meñique, de la abducción y adducción de
todos los dedos y de la adducción del pulgar (Figura 20). Cuando dichas
funciones están alteradas, el paciente es incapaz de realizar
movimientos manuales finos. Si el músculo adductor del pulgar está
debilitado o no es funcionante, el paciente puede sustituirlo por el
flexor largo del pulgar al realizar la pinza entre el pulgar y el
índice. Esto se conoce como el signo de Froment (Figura 21).




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Figura 20. La mano izquierda de este
paciente muestra una atrofia severa de los interóseos (flecha) y garra
de los dedos anular y meñique debido a una lesión del nervio cubital en
el codo.
art
Figura 21. Signo de Froment. Cuando el
paciente intenta realizar la pinza entre el pulgar y el índice, utiliza
el flexor largo del pulgar para sustituir al adductor del pulgar,
produciendo la flexión de este dedo a nivel de la articulación
interfalángica. Este aspecto característico esta presente en la mano
izquierda de este paciente, causado por una lesión del nervio cubital a
nivel del codo.
Es importante tener en cuenta que los síntomas debidos a la
disfunción del nervio cubital son frecuentes pero que la afectación de
las raíces nerviosas cervicales que forman el nervio cubital es rara.


El nervio cubital también puede resultar comprimido cuando
transcurre hacia la mano a través del canal de Guyon. En esta situación,
las parestesias se limitan a la palma debido a que la rama dorsal
superficial del cubital nace proximalmente a la muñeca. Si la porción
motora del nervio resulta afectada, los músculos inervados por la rama
profunda del nervio estarán alterados.


Síndrome del Túnel Carpiano. El síndrome del
túnel del carpo es con diferencia la compresión más frecuente de un
nervio periférico. El canal carpiano está constituido en tres de sus
lados por hueso y está cubierto en su superficie volar por el ligamento
transverso del carpo, bastante rígido. El nervio mediano comparte este
conal con los tendones flexores largos de los dedos con sus cubiertas
sinoviales. Cualquier proceso que provoque tumefacción de la sinovial
reduce el espacio disponible para el nervio. Como en el caso de la
compresión del cubital, el síntoma predominante son las parestesias. Sin
embargo, en este síndrome los síntomas se distribuyen por el territorio
del nervio mediano. Los pacientes con frecuencia refieren que se les
duerme toda la mano, pero con un interrogatorio cuidadoso se descubre
que el meñique no está afectado. De forma característica aparecen las
parestesias durante la noche y al conducir. Generalmente la sensación se
reproduce al mantener la muñeca en flexión, lo que constituye el signo
de Phalen (Figura 22). La percusión del nervio justo por encima de la
muñeca puede despertar una sensación de descarga eléctrica hacia los
dedos, lo que se denomina signo de Phalen (Figura 23). El nervio mediano
tiene su origen en las raíces C6 a T1, que son las raíces más
frecuentemente comprometidas en las protrusiones del disco
intervertebral y en la espondilosis cervical. En el caso de un síndrome
del túnel carpiano aislado, los síntomas rara vez se extienden más allá
de la zona media del antebrazo; sin embargo, cuando la condición
coexiste con una radiculopatía cervical esta distinción tiene menor
valor. La coexistencia de estas dos afecciones se ha denominado síndrome
del doble atrapamiento y en estos casos los síntomas del paciente
pueden ser más intensos de lo que cabría esperar si estos problemas se
presentan de forma aislada.






art
Figura 22. El test de Phalen se realiza
pidiendo al paciente que mantenga su muñeca en flexión máxima. Es
positivo si se producen parestesias en las áreas digitales inervadas por
el nervio mediano.
art
Figura 23. El signo de Tinel se explora
golpeando sobre un nervio; en este caso el mediano a nivel de la
muñeca. Este test es positivo si se produce una sensación de descarga
eléctrica en la zona de distribución distal del nervio.
La debilidad y atrofia motoras, que son comunes en el síndrome del
túnel carpiano de larga evolución, afectan a la eminencia tenar.




Atrapamiento del Nervio Supraescapular

El nervio
supraescapular tiene su origen en las raíces cervicales C5 y C6. Este
nervio no tiene componente sensitivo por lo que no existen áreas de
acorchamiento. El atrapamiento del nervio se produce cuando éste entra
en la fosa supraespinosa pasando bajo el ligamento escapular transverso
superior. El nervio inerva al supraespinoso y pasa alrededor de la
espina de la escápula terminando en el infraespinoso. Los síntomas
consisten en un dolor sordo en la cara posterior del hombro, exacerbado
por los movimientos del hombro, especialmente la elevación del brazo,
como ocurre en aquellos trabajos con levantamiento de objetos. En los
síndromes bien establecidos puede demostrarse la debilidad de los
músculos supra e infraespinoso y en individuos delgado la atrofia
muscular es evidente.




Angor Pectoris

La patología coronaria tiene una alta
prevalencia, es grave y requiere un tratamiento inmediato. El dolor
clásico se localiza en la zona precordial y en la extremidad superior
izquierda. Sin embargo, también puede existir dolor en el cuello y en
todas las localizaciones del dolor de origen cervical. Además, las
raíces nerviosas cervicales C4 a C8 contribuyen a la inervación el la
cara anterior del tórax. La compresión de cualquiera de estos nervios
puede simular un auténtico dolor anginoso (Figura 24).[7]




art
Figura 24A. RMN en T2 que muestra una
protrusión discal moderada en C5-C6 (flecha). El paciente es un varón de
41 años con dolor precordial izquierdo.
art
Figura 24B. Radiografía postoperatoria
en que se aprecia el injerto óseo entre C5 y C6 (flecha). El dolor
precordial desapareció por completo en el postoperatorio inmediato.
La característica distintiva más importante entre el dolor de origen
coronario y el dolor radicular es que el dolor de origen cardiaco es
desencadenado por el esfuerzo en general, mientras que el dolor derivado
de la compresión de las raíces nerviosas cervicales aumenta sólo con la
movilidad del brazo o del cuello.




Resumen

El autor repasa la valoración de los pacientes
con dolor cervical con la intención de que con esta información el
explorador obtenga una aproximación al problema de una forma simple,
aunque completa, permitiéndole llegar al diagnóstico adecuado y realizar
un tratamiento efectivo.




Tabla 1. Escala numérica de la fuerza

Grado Definición
0 Ausencia de contracción
1 Contracción muscular
2 Movimiento en ausencia de gravedad
3 Movimiento contra gravedad
4 Movimiento contra resistencia
5 Normal

Tabla 2. Reflejos Patológicos

Reflejo Significado
Babinski Lesiones de la neurona motora superior
Hoffman Lesión de la neurona motora superior, puede estar presente en individuos normales
Radial Invertido Mielopatía Cervical

Tabla 3. Signos Físicos

Signo Significado
Abducción del brazo Compresión de la raíz nerviosa cervical
Test de Spurling Compresión de la raíz nerviosa cervical
Signo de escape del dedo Mielopatía cervical
Signo de Lhermitte Mielopatía cervical, puede ser positivo en la esclerosis múltiple

Tabla 4. Anomalías en la Compresión de las Raíces Cervicales

Raíz Nerviosa Nivel Discal Dolor y Pérdida de Sensibilidad Debilidad Disminución de los Reflejos Osteotendinosos
C1   Occipucio    
C2   Occipucio    
C3 C2-3 Parte superior de la nuca y alrededor de las orejas y región mastoidea    
C4 C3-4 Zona inferior de la nuca y hasta la cara superior del hombro    
C5 C4-5 Cara lateral del cuello y alrededor del hombro Deltoides  
C6 C5-6 Cara lateral del brazo hasta el pulgar y el índice Bíceps Bicipital y braquiorradial
C7 C6-7 Centro del antebrazo hacia el dedo corazón Tríceps Tricipital
C8 C7-8 Zona interna del antebrazo hacia los dedos anular y meñique Musculatura intrínseca de la mano  

Referencias

  1. Gore DR. The epidemiology of neck pain. Medscape Orthopaedics & Sports
    Medicine. 1998;2(5) Available at: http://www.medscape.com/medscape/OrthoSportsMed/journal/1998/v02.n05/mos4567.gore/mos4567.gore-01.html

  2. Borenstein DG, Wiesel SW, Boden SD. Neck Pain Medical Diagnosis and
    Comprehensive Management.
    Philadelphia PA: WB Saunders Company; 1996:73.
  3. Kendall HO, Kendau FP, Wadsworth GE. Muscles Testing and
    Function.
    2nd ed. Baltimore, Md: Williams and Wilkins; 1971:11.
  4. Gore DR, Sepic SB. Anterior cervical fusion for degenerated or protruded
    discs: A review of one hundred forty-six patients. Spine. 1984;9:667-671.
  5. Levine MJ, Albert TJ, Smith MD. Cervical radiculopathy: Diagnosis and
    nonoperative management. J Am Acad Orthop Surg. 1996;4:305-316.
  6. Francis WR. Thoracic outlet syndrome. In Mitchell CW, ed. Disorders of
    the Cervical Spine.
    Baltimore, MD: Williams & Wilkins; 1992:183-198.
  7. Brodsky EB, Khalil MA. Cervical angina, dysphagia due to anterior
    spondylotic spurs and vertebral artery syndrome due to compression by
    spondylotic spurs. In Mitchell CW, ed. Disorders of the Cervical
    Spine.
    Baltimore, MD: Williams & Wilkins; 1992:213-228.






1 comentario:

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