Contando historias
"Hagadá" significa "relatar" y eso es lo que hacemos en la mesa del
Seder de Pesaj- contamos una historia. La más antigua y popular historia
que existe- del tipo de las de "Final Feliz". Así nos instruye el
Talmud conducir el Seder: "Comienza con la parte negativa y concluye con
la positiva"...
Como es usual en la Guemará, los Sabios, si bien están de acuerdo con
el principio, discuten sus detalles. Shmuel dice que el comienzo malo
es: "Fuimos esclavos del Faraón en Egipto", y el final lindo es: "Y Di-s
nos sacó de allí con una Mano poderosa y Brazo extendido". Sin embargo,
Rav opina que nuestra historia incluye una visión más amplia,
comenzando con: "En el comienzo, nuestros antepasados eran idólatras",
culminando con el haber sido elegidos por Di-s como Su pueblo en el
Monte Sinaí.
Y entonces... ¿qué historia contamos en el Seder? Ambas, por supuesto, y
esta es una de las razones de por qué lleva tanto tiempo empezar a
comer el primer plato!
Todas las criaturas vivientes se comunican de alguna forma. Pero sólo
los seres humanos cuentan historias. Sólo las personas contemplan un
caos de hechos, eventos y experiencias que abarcan días, años, incluso
centurias, aislando algunas en sus mentes, trazando líneas de casualidad
y sentido entre ellas, y eso crea una historia- un trozo de vida que
significa algo y conduce a un lugar.
El Jasidut enseña que el "poder del habla" es el más básico componente
del rol especial del hombre como "socio de Di-s en la Creación". Di-s
creó un alucinante y complicado, e incluso de alguna forma, aún
indefinido mundo; nuestro relato completa el trabajo de la Creación,
impartiéndole coherencia y sentido.
Hace muchos, muchos años, cuando éramos pequeños, entendíamos de la
importancia de las narraciones. Sabíamos apreciar lo trascendental que
es el acto de relatar para quienes y qué somos, para nuestra tarea de
dar sentido a nuestro mundo y conducirlo a algún sitio. Luego, nos
hicimos mayores, fatigosos y haraganes, y nos decimos: "Lo que es, es.
No significa nada; déjalo ser"
Y es por eso que necesitamos montones de niños en la mesa del Seder
Seder de Pesaj- contamos una historia. La más antigua y popular historia
que existe- del tipo de las de "Final Feliz". Así nos instruye el
Talmud conducir el Seder: "Comienza con la parte negativa y concluye con
la positiva"...
Como es usual en la Guemará, los Sabios, si bien están de acuerdo con
el principio, discuten sus detalles. Shmuel dice que el comienzo malo
es: "Fuimos esclavos del Faraón en Egipto", y el final lindo es: "Y Di-s
nos sacó de allí con una Mano poderosa y Brazo extendido". Sin embargo,
Rav opina que nuestra historia incluye una visión más amplia,
comenzando con: "En el comienzo, nuestros antepasados eran idólatras",
culminando con el haber sido elegidos por Di-s como Su pueblo en el
Monte Sinaí.
Y entonces... ¿qué historia contamos en el Seder? Ambas, por supuesto, y
esta es una de las razones de por qué lleva tanto tiempo empezar a
comer el primer plato!
Todas las criaturas vivientes se comunican de alguna forma. Pero sólo
los seres humanos cuentan historias. Sólo las personas contemplan un
caos de hechos, eventos y experiencias que abarcan días, años, incluso
centurias, aislando algunas en sus mentes, trazando líneas de casualidad
y sentido entre ellas, y eso crea una historia- un trozo de vida que
significa algo y conduce a un lugar.
El Jasidut enseña que el "poder del habla" es el más básico componente
del rol especial del hombre como "socio de Di-s en la Creación". Di-s
creó un alucinante y complicado, e incluso de alguna forma, aún
indefinido mundo; nuestro relato completa el trabajo de la Creación,
impartiéndole coherencia y sentido.
Hace muchos, muchos años, cuando éramos pequeños, entendíamos de la
importancia de las narraciones. Sabíamos apreciar lo trascendental que
es el acto de relatar para quienes y qué somos, para nuestra tarea de
dar sentido a nuestro mundo y conducirlo a algún sitio. Luego, nos
hicimos mayores, fatigosos y haraganes, y nos decimos: "Lo que es, es.
No significa nada; déjalo ser"
Y es por eso que necesitamos montones de niños en la mesa del Seder
Discusión (1)
11 Abril, 2009
contando historias
los primeros cinco años del niño son como
esponja,todo lo retienen,todo lo creen,por eso debemos de contarle las
historias de nuestros antepasados,del pueblo judio,su caminar por el
desierto,sus profetas,en fin todo,para que de muy temprana edad,aprendan
a amar su pais,y defenderlo.sea el pueblo israelita muy bendecido
shalon
esponja,todo lo retienen,todo lo creen,por eso debemos de contarle las
historias de nuestros antepasados,del pueblo judio,su caminar por el
desierto,sus profetas,en fin todo,para que de muy temprana edad,aprendan
a amar su pais,y defenderlo.sea el pueblo israelita muy bendecido
shalon
yolanda cabion lizana
puerto de san antonio, chile
puerto de san antonio, chile
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