sábado, 26 de marzo de 2016

Crucifixión de Jesús - Wikipedia, la enciclopedia libre

Crucifixión de Jesús - Wikipedia, la enciclopedia libre





Cristo crucificado, por Diego Velázquez (1599-1660).
La crucifixión de Jesús es un hecho narrado en los evangelios, que relata la muerte de Cristo en el Gólgota de acuerdo con la fe cristiana. Jesús, a quien los cristianos consideran el Hijo de Dios y el Mesías, según la tradición fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén y sentenciado por el procurador Pilato a ser flagelado y, finalmente, crucificado.
En conjunto estos acontecimientos son conocidos como "la pasión". El
sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de
la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación.


Los cristianos han entendido tradicionalmente la muerte de Jesús en
la cruz como una muerte en sacrificio expiatorio. La mayoría de los
cristianos proclaman este sacrificio a través del pan y el vino de la Eucaristía, como un recuerdo de la Última Cena, y muchos también conmemoran el evento el Viernes Santo de cada año.1 2



Índice

Detalles de la crucifixión de Jesús

Juicio y condena

El juicio y muerte de Jesuscristo son narrados de formas que algunos
autores consideran contradictorias debido a que los detalles mencionados
en los Evangelios
no solo no son coincidentes entre sí, sino porque además en ocasiones
son opuestos. La tradición cristiana ha convertido estos detalles en una
narración homogénea que se complementa creando un cuadro general
denominado "la Pasión".


Según los Evangelios
sinópticos Jesús fue arrestado en el jardín de Getzemaní por un grupo
de sacerdotes y guardias del templo, mientras que el evangelio de Juan,3
al escribir la palabra griega "quiliarca", habitualmente usada por los
griegos para un tribuno romano, parece presentar el arresto como obra de
un oficial romano con soldados del pretorio. Según los evangelios tras
su detención Jesús fue llevado al hogar privado del sumo sacerdote Caifás. Según el Evangelio de Juan fue llevado primero ante Janín, donde fue interrogado.4
La tradición judía consigna la crueldad de la clase dirigente saducea:
“¡Ay de mí por la casa de Janín, ay de mí por sus calumnias!”. (Talmud,
Pes. 57.ª). Jesús habría sido condenado a muerte, según los sinópticos,
por el entero Sanedrín reunido a la mañana siguiente; según Juan, solo
por allegados al sumo sacerdote en esa noche.5 E. P. Sanders, al analizar las contradicciones del relato concluye:


“No tenemos un conocimiento detallado de lo que ocurrió cuando el
sumo sacerdote y posiblemente también otros personajes interrogaron a
Jesús. No podemos saber si realmente se reunió «el Sanedrín». Además,
dudo de que los primeros discípulos de Jesús lo supieran. [...] No pongo
en duda que Jesús fuese arrestado e interrogado por orden del sumo
sacerdote. Pero no podemos saber más. Los especialistas seguirán
diseccionando los relatos del «juicio», pero mucho me temo que nuestro
conocimiento no avanzará más por ello. Los relatos nos dan la impresión
general de una noche confusa, y es probable que fuera así [...] Es
improbable que alguien, incluso cercano a la escena, conociera
precisamente quién hizo qué. Parece imposible que aquellos de quienes
dependían los evangelistas conocieran los motivos internos de los
actores”.6


Según los evangelios sinópticos Jesús habría sido ejecutado el mismo
día de la Pascua judía, mientras que en el evangelio de Juan fue en la
víspera de esa fiesta. La Enciclopedia Judaica explica:


“Tenemos que suponer que Jesús celebraba el festival la víspera, de
acuerdo con la costumbre galilea, en caso de que la festividad tuviera
que coincidir con el sábado. Pues según el concepto de [la escuela
farisea de Shamay], prevaleciente en Galilea, el sacrificio del cordero
pascual era un sacrificio particular y no era admisible en sábado”.7


Según los evangelios, luego de hallarlo culpable de blasfemia por los judíos, Jesús fue entregado en manos de los romanos.8 9 A la mañana siguiente, pues los juicios romanos se hacían antes del mediodía, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el Praefectus-Procurator romano de Jerusalén.10 El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas,
tetrarca de Galilea, que se encontraba de visita en Jerusalén, algo
históricamente correcto ya que en la ley romana la jurisdicción
correspondía al lugar de origen del acusado. Herodes lo mandó de nuevo a
Pilato al no hallarlo culpable de nada.(Lc 23:1-25).
A pesar de lo anterior, la corona puesta sobre Jesús y el letrero del
cargo indican que fue condenado a morir en la cruz bajo el cargo de
sedición, al considerarse que se había proclamado rey, lo que significa
la aplicación de la Lex Iulia Lesae Maiestatis promulgada por Tiberio César años antes.


La actitud misericordiosa y vacilante de Pilato, descrita en los evangelios, contrasta drásticamente con lo descrito por Flavio Josefo
sobre su personalidad violenta y actos de extrema crueldad. Además, el
episodio que presenta a Pilato otorgando al pueblo la decisión de
liberar o condenar por aclamación a un reo, acusado abiertamente de
sedición, viola la ley romana y carece de precedente. La supuesta
"costumbre de liberar a un preso en las fiestas" tampoco ha sido
consignada por fuentes históricas judaicas como Josefo o el Talmud, ni para la época helenística ni para la época hasmonea.


Flagelación


Flagrum
Antes de su ejecución se efectuó en Cristo
un cruel preludio, la flagelación mediante el látigo llamado flagrum
taxillatum o flagra horrible. Una revista de la Asociación Médica
Estadunidense, The Journal of the American Medical Association,
describe así la práctica romana: “Por lo general el instrumento que se
usaba era un látigo corto (flagelo) con varias tiras de cuero sueltas o
trenzadas, de largo diferente, que tenían atadas a intervalos bolitas de
hierro o pedazos afilados de hueso de oveja [...] Cuando los soldados
romanos azotaban vigorosamente vez tras vez la espalda de la víctima,
las bolas de hierro causaban contusiones profundas, y las tiras de cuero
con huesos de oveja cortaban la piel y los tejidos subcutáneos.
Entonces, a medida que se seguía azotando a la víctima, las heridas
llegaban hasta los músculos esqueléticos subyacentes y producían tiras
temblorosas de carne que sangraba”.11


No se sabe cuántos latigazos recibió Cristo, pues según la ley judía solo se daban 39 golpes, mientras que los romanos solían dar mucho más. La humillación de Cristo,
lo que incluyó que lo disfrazaran de rey con un manto rojo, una caña en
su mano derecha a manera de cetro y una corona de espinas, parece
seguir una costumbre de las legiones, que escogían a un esclavo en las
saturnales de fin de año para vestirlo de rey, humillarlo y luego
sacrificarlo. Los soldados romanos le escupieron y golpearon. Se
burlaban de él diciendo: «Saludos, rey de los judíos».12


Estaciones o caídas

Según los evangelios sinópticos, apenas sacado para ser ejecutado se obligó a llevar la cruz a un hombre llamado Simón de Cirene.
En los evangelios núnca se menciona que Jesús cayera o que una mujer
llamada Verónica le limpiara el rostro con un paño, tales historias se
remontan a la tradición eclesiástica posterior. En cambio, el evangelio
de Juan no menciona a Simón de Cirene, sino que describe a Jesús cargando su propia cruz.


En los evangelios Jesús fue conducido hasta un lugar llamado Gólgota (aram.: Gûlgaltâ), que significa, en arameo, «lugar del cráneo». El evangelio según Marcos13 dice que Jesús fue crucificado a la hora tercera (9 de la mañana), mientras que el evangelio de Juan14 dice que fue en la hora sexta (11 de la mañana a 12 del mediodía).


Los sinópticos dicen que fue crucificado entre dos salteadores,15 o malhechores,16
uno a su izquierda y otro a su derecha. El relato de Juan solo dice que
fue crucificado entre dos personas, sin especificar su delito, solo la
tradición posterior dio nombre a estos hombres señalando que uno era
ladrón y el otro asesino.17



Condenado que lleva el patibulum al lugar de crucifixión. Un efectivo patibulum no sería tan masivo como en el dibujo.
A diferencia del arte cristiano y de ciertas obras cinematográficas,
el reo tan solo cargaba una viga pequeña sobre ambos hombros, a manera
de yugo, llamada patíbullum, antenna o furca, la
cual solía usarse de viga transversal. Una cruz clásica completa se
estima que habría pesado alrededor de 100 kg, haciéndose imposible que
un hombre debilitado por la tortura pudiera cargarla.18 19


La concepción popular cristiana de Jesús cargando la cruz entera
sobre uno de sus hombros se presenta bastante tarde en el arte
cristiano. La representación más antigua conocida data del 430 d. C. 20
La confusión deriva de que la palabra griega para cruz (stauros) se
usaba en las fuentes clásicas para referirse indistintamente a cualquier
parte constituyente de la misma, y no necesariamente a una cruz
completa.21


Inscripción del cargo

Junto al reo a veces se colocaba un titulus (en griego: τίτλος, títlos) o inscripción del cargo. El uso de este tipo de letreros del cargo está consignado en la Historiæ Romanæ, de Dion Casio
(54.3.7-8). Los evangelios narran que sobre Cristo se colocó una
inscripción semejante, pero solo el Evangelio de Juan declara que el títlos fuera escrito en tres idiomas, hebreo (que los profesores Alfred Wikenhauser y Brown, entre otros, sugieren podría ser el arameo22 ), griego y latín, a fin de ser leído por las multitudes de extranjeros que acudían a la Pascua.


El Evangelio según Juan dice que el letrero del cargo de Cristo decía «Jesús el Nazareno, el rey de los judíos» (ιησους ο ναζωραιος ο βασιλευς των ιουδαιων).23 En la versión más escueta de Marcos solo dice: «El rey de los judíos» (ο βασιλευς των ιουδαιων);24 en Lucas «Este es el rey de los judíos» (ο βασιλευς των ιουδαιων ουτος);25 y en Mateo «Este es Jesús el rey de los judíos» (ουτος εστιν ιησους ο βασιλευς των ιουδαιων).26
Solo Juan menciona también la objeción de los principales sacerdotes,
que pidieron que se cambiase la inscripción para «Éste dijo: Soy rey de
los judíos».


En el latín de la Vulgata la versión joánica del títlos es «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», y de ahí viene la sigla INRI
típica del arte cristiano de tradición latina; en la tradición griega
la abreviación es ΙΝΒΙ, correspondiente al texto de Juan: ησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν ουδαίων.


Expoliación y muerte

Era común que los grupos de ejecución estuvieran compuestos por
cuatro soldados y un centurión, y que estos pudieran reclamar los bienes
de la víctima como parte de su salario (expollatio). En efecto, la
Biblia narra que, tras crucificarlo, los soldados se repartieron sus
vestiduras.


También, a diferencia de lo representado tradicionalmente en el arte
cristiano, el profesor Josef Zias, antropólogo de la Universidad
Rockefeller y ex curador del Departamento de Antigüedades y Museos de
Israel, sugiere que las crucifixiones en Judea no habrían sido en cruces
muy altas, en vista de que la madera más disponible para ejecuciones
sería la de olivo y estos árboles no son muy altos, lo cual sugeriría
que las personas eran crucificadas “a la altura de los ojos del
observador”.27


Según los Evangelios los romanos dieron de beber a Jesús vino con hiel. En tiempos de Jesucristo, los soldados romanos bebían un vino flojo, ácido o amargo, conocido en latín como "acetum (vinagre)", o, cuando estaba diluido con agua, "posca". Probablemente esta fue la bebida que se le ofreció a Jesús
mientras estaba en la cruz. Según unos evangelios, él rehusó un vino
agrio mezclado y drogado con mirra (o hiel) que se le presentó para
aliviar su sufrimiento. Algunos piensan que este licor era preparado por
las mujeres de Jerusalén para aliviar los dolores de las víctimas de crucifixión, y que los romanos aceptaban esto por condescendencia.28 Sin embargo, otros dicen que, poco antes de expirar, sí aceptó vino agrio puro de una esponja que le acercaron a la boca.29


Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que en arameo
significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Sus
últimas palabras antes de expirar fueron: «Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu».30 O simplemente "Todo ha sido cumplido", así las palabras finales de Jesús también difieren en los evangelios.31


Disposición de los clavos

El Evangelio de Juan32 dice que a Jesús le clavaron las manos. Sin embargo, la palabra griega para mano, usada en el evangelio, es "χείρ (kheír)", que se refiere tanto al antebrazo como a la mano. Esta palabra utilizada en los evangelios traducida como “mano” aparece también en Hechos de los Apóstoles,33 donde se narra que las cadenas de Pedro cayeron de “sus manos”,
siendo que debieron de estar colocadas en las muñecas. Debido a esto,
el doctor Frederick Zugibe, ex jefe médico forense del condado de
Rockland, Nueva York, cree que los clavos pudieron haber sido colocados
entrando en la palma, en la base del dedo pulgar y saliendo por la
muñeca, pasando por el túnel carpiano.34



Única evidencia antropológica encontrada en 1968, sobre una crucifixión.
Respecto a cómo pudieron fijarse los pies de Cristo en la cruz, los
restos encontrados en 1968 en la localidad de "Giv'at ha-Mivtar" (Ras
el-Masaref), al norte de Jerusalén,
ofrecen la única pista antropológica concreta jamás encontrada sobre
una crucifixión. El arqueólogo V. Tzaferis revisó los restos,
encontrando que en el hueso del calcáneo (talón) del pie derecho del
difunto todavía había un clavo oxidado. Se trataba de un joven que había
sido crucificado entre el año 7 y 66 d. C.35 El profesor Nicu Haas, antropólogo de la Universidad Hebrea y Escuela de Medicina Hadasha,
de Jerusalén, dirigió una investigación que examinó los restos. Haas
concluyó que los dos talones habían sido clavados por un solo clavo.36


Un reexamen posterior del hallazgo, hecho en 1985 por el profesor Joe
Zias y el doctor Eliezer Seketes, de la Universidad Hebrea y Escuela de
Medicina Hadasha, demostró que el clavo que Haas había supuesto de 17 a
18 cm de longitud, en realidad era de solo 11,5 cm, con lo que cada pie
fue clavado por separado a cada lado de la cruz. Adicionalmente, se
encontró una pieza de madera de acacia entre el hueso y la cabeza del
clavo, presumiblemente utilizada para evitar que los talones se
deslizaran a través del clavo.37 Bien podría haber sucedido así con Jesús. Pero también The International Standard Bible Encyclopedia
comenta: “Se ha especulado considerablemente sobre [...] la cantidad
exacta de clavos que se usó. En las representaciones más antiguas de la
crucifixión los pies de Jesús aparecen clavados por separado (s. V),
pero en las representaciones posteriores están cruzados y fijados al
palo vertical con un solo clavo”.38


Por supuesto, lo anterior solo son posibilidades, ya que los romanos
podían ser muy ingeniosos en su crueldad. El historiador judío Flavio Josefo escribió que durante el asedio de Jerusalén (70 d. C.) los soldados romanos “fuera de sí de rabia y odio se divertían clavando a los prisioneros en diferentes posturas (allon allói skhémati)”.39


Suppedaneum

Cierta tradición artística cristiana también muestra un posapies o “suppedaneum” para fijar los pies de Cristo. Algunos creen ver este tipo de aditamento en el Grafito de Alexámenos,
del s. II d. C. y en ciertos amuletos gnósticos con la imagen de
Dionisio crucificado, posiblemente una de las más antiguas
representaciones de la muerte de Cristo. Sin embargo, no hay mención en
las fuentes de un supedaneum.


San Agustín escribe a este respecto: «La viga vertical de la cruz,
que asciende del suelo, en la cual el cuerpo estaba fijado». ¿Estaba
fijado el cuerpo entero? Claro está que solamente los pies estaban
fijados al fondo: pero él entiende o bien ‘adjunto’ o ‘apoyado’, aunque
no sé si él quiso escribir ‘apoyado’. No obstante, he oído que en
dibujos y esculturas antiguas hay indicios evidentes de este tablón: yo
no lo rechazaría precipitadamente, indudablemente no de la cruz de
Cristo; pero de otros lo haría con más osadía. ¿Pues qué trazas hay en
los antiguos escritos?


Justo Lipsio, estudioso del siglo XVI, en su libro De cruce libri tres40
Otro componente sí mencionado en los clásicos es el "Cornu", "sédile" o "asiento". El poste central es el "estipe" o "pallus".


Posibles causas de muerte

Algunos investigadores han creído que la muerte de Cristo pudo
producirse como resultado de una “rotura del corazón”, debido a la
historia evangélica del agua y la sangre que fluye de la herida de Cristo.41
Según ellos, la ruptura cardiaca habría estado relacionada a un daño
miocárdico previo que podría haber sucedido debido a un golpe en el
pecho durante la ejecución. El relato sobre la sangre y el agua
simplemente podría ser también un simbolismo o relato "milagroso"
carente de significado forense.42 43


Una teoría de Pierre Barbet44 establece que la causa típica de la muerte en la cruz era la asfixia.45
Pues, como todo el peso del cuerpo es soportado por los brazos
estirados, el condenado tenía severos problemas para inhalar, debido a
la híperexpansión de los músculos intercostales y del pecho. Debido a
eso los verdugos solían fracturar las piernas con mazos de hierro si
querían acelerar la muerte (crurifragium), ya que así la víctima quedaba
sin sustento para poder levantarse y seguir respirando. Sin embargo, el
doctor F. Zugibe, de la Universidad de Columbia, ha concluido, luego de
efectuar varios experimentos en voluntarios desde 1980, que cuando
alguien se encuentra suspendido con los brazos de 60° a 70° desde la
vertical, aunque se le presentan dificultades en la respiración, esta no
le resulta imposible. Zugibe asegura que el crurifragium,46 era utilizado solo como “golpe de gracia”, causando un shock traumático severo o una embolia grasa, pero de ninguna manera induciendo la muerte por asfixia.


Hoy se cree que la muerte en una cruz podía suceder por múltiples razones, como shock hipovolémico a consecuencia de la hemorragia causada por los azotes y los clavos;47 o sepsis generalizada por las heridas infectadas.48
También podía suceder por la combinación de una serie de otras causas
como deshidratación, insolación, cansancio crónico, que eventualmente
podían llevar a un paro cardíaco, etc. Por todo ello sería injusto
afirmar que la muerte de Jesús fue por una sola causa.49 50


La cruz de Cristo

El afamado investigador Raymond E. Brown afirmó: "El término "cruz"
condiciona nuestro concepto de ella, porque transmite la idea de dos
líneas que se cortan. Pero ni la voz griega stauros ni la latina crux
tienen necesariamente ese significado".51 La palabra original usada en la Biblia para referirse a este instrumento de muerte, σταυρός (staurós)
primariamente solo significaban "poste", "estaca" y luego llegaron a
emplearse, ya antes de Cristo, para referirse a una amplia gama de
cruces que fueron utilizadas por los romanos en la antigüedad clásica.52
Eso y la dificultad de lo escueto de los relatos que nos brindan los
evangelios hace imposible saber a ciencia cierta cuál fue la forma
específica de la cruz en que murió Jesús. A continuación se exponen las
teorías y tradiciones sobre la forma de la cruz de Cristo.


Crux commissa


Cristo en una crux commissa, de pintor alemán de 1440-1450

Cruz de San Antonio, Tau o Commissa.
Una de las más antiguas versiones de la posible forma de la cruz de
Cristo es la de la cruz "commissa", "Tau" o de “San Antonio”. La base de
esta afirmación es el más temprano arte paleocristiano, y el hecho de
que, según las fuentes griegas y latinas, esta era la forma más común y
acostumbrada de crucifixión en el imperio romano, y además no sería
necesario abajar el travesaño para colocar el letrero del cargo, pues se
podría incorporar un aditamento para ello, o simplemente aumentar el
ángulo de los brazos para dejar un espacio sobre la cabeza.


El uso de las crux commissa fue tan común en el imperio romano que
con el tiempo se consideró popularmente como la forma más natural de la
cruz, llegando a asimilarse esta forma con la palabra misma. Por
ejemplo, Luciano de Samosata, escritor sirio/griego del s. II d. C., en su obra “El Juicio de las Vocales”, constató la popularidad de este tipo de cruz:


“Así injuria a los hombres (la letra Τ) en cuanto a las palabras; y
de hecho, ¡cómo los ultraja! Lamentándose los hombres, deploran su
desgracia y maldicen a Cadmo por haber introducido la Tau (Τ) en el
Gremio de las letras. Dicen que los tiranos la tomaron por modelo e
imitaron su forma para labrar bajo el mismo tipo los maderos
y fijar en una cruz en ellos a los hombres; y que de esta máquina
infame proviene su nombre infame. Yo creo que no puede imponérsele en
justicia otra pena menor que condenarla al suplicio de sí misma, para
que en su propia figura expíe su delito, ya que la cruz se formó por
ella y por ella también la llamaron así los hombres”.53


Esta relación entre la palabra “stauros” y la letra “Tau” no implica
que etimológicamente “stauros” signifique “fijar en Tau”, sino que es un
simple juego de palabras que refleja la manera natural y usual en que
los hombres evocaban este instrumento de muerte.


Respecto a los escritores cristianos de los primeros siglos que
atribuyen esta forma a la cruz de Cristo, damos los siguientes ejemplos:


La Epístola de Bernabé de autor cristiano desconocido, escrita a inicios del siglo II,54 o en los últimos años del siglo I,55 describe la cruz (σταυρὸς de ejecución) como semejante a la letra T: "había de tener la gracia en la figura de la T".56
Y dice que Moisés hizo "una figura de la cruz y del que había de sufrir
en ella" (τύπον σταυροῦ καὶ τοῦ μέλλοντος πάσχειν) al extender sus
brazos para salvar al pueblo de la derrota (cf. Éxodo 17:8-13).57 58


Tertuliano (escribió entre el 190 y 220 d. C.) “Pero,
para regresar a Moisés ahora, me pregunto, ¿por qué, cuando Josué
estaba luchando contra Amalec, él no oró sentado, sino que extendió las
manos,...? A no ser que allí, [...] la figura de la cruz también era
necesaria...”
. “Ahora la letra griega TAU en nuestra propia letra es una T y es la misma forma de la cruz”'.'59


Jerónimo (vivió en 347-420 d. C.) “¿Qué
es lo que dice indignado? ‘¡Esto podría haber sido vendido por más de
trescientos denarios!’, porque a él, que fue ungido con este perfume, se
le crucificó. Nosotros leemos en Génesis que el arca que Noé construyó
era de trescientos codos de longitud, de cincuenta codos su anchura y de
treinta codos su altura. Noten la importancia mística de los números
[...] El trescientos contiene el símbolo de la crucifixión. La letra T
(tau) es la señal para trescientos.”
60


Crux immissa


Cristo en una crux immissa (Patriarcado latino de Jerusalén)

Crux immissa, forma más común en la iconografía cristiana.
La versión más común en la iconografía cristiana es la crux immissa (con el travesaño abajado). El Evangelio de Mateo dice que el titulus fue puesto “por encima y arriba” de la cabeza de Jesús.61 (Gr.: ἐπάνω (epanō)’’, de la preposición ἐπί ("encima") y ἄνω ("por sobre")62 ). Si a Jesús se le hubiese fijado en una crux simplex, el titulus se
habría puesto sobre sus manos o a una altura que le habría dificultado
incorporarse para respirar. El profesor J. H. Bernard indica que esta
declaración en Mateo "sugiere que la cruz era de la forma llamada crux
immissa, con un travesaño para los brazos, como los pintores
generalmente han representado que es."63
La "International Standard Bible Encyclopedia" hace la misma
observación: "La forma que normalmente se ve en las pinturas, la crux
immissa (Cruz Latina “†”), es aquella donde el poste derecho se proyecta
con un travesaño más corto. Por la mención de la inscripción clavada
sobre la cabeza de Jesús, puede inferirse seguramente que esa es la
forma de la cruz en que él murió.”64



Respecto a los escritores cristianos que creían que fue esta la forma de la cruz de Jesús, tenemos aquí algunos ejemplos:


Justino Mártir (escribió en el 148 y 161 d. C.): “Dios
a través de Moisés muestra de otro modo el poderío del misterio de la
cruz, cuando pronunció la bendición con la que bendijo a José: ‘Y sobre
la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. Como el
primogénito de su toro es su gloria, y sus astas como astas de búfalo;
con ellos acorneará a los pueblos, juntos, hasta los confines de la
tierra’.65
Ahora, nadie puede decir o probar que estas astas de búfalo representan
cualquier otra cosa o figura sino el símbolo de la cruz. Pues se coloca
un madero en posición vertical, del cual se levanta el extremo más
elevado, y como un cuerno se le encaja el otro madero cuyos extremos se
ven en ambos lados como cuernos unidos al primero. La parte que se
conecta que está en el centro, donde se suspende a aquellos que son
crucificados, también sobresale como un asta; y se parece a un asta
acoyuntada y conectada con las otras astas.”



“[...] la cruz es ahora el símbolo más grande del poder de Dios y
de su soberanía. De hecho, todos podemos observar que la forma de la
cruz es esencial a nuestros asuntos rutinarios de la vida. Por ejemplo,
tú utilizas la cruz cada vez que navegas a través del mar, el mástil
forma una cruz. El arado del granjero es de esta misma forma, como lo
son la mayor parte de las herramientas usadas por artesanos y
trabajadores. Además, mira la forma del cuerpo humano y cómo difiere de
los animales irracionales. Diferimos de los animales en el hecho de que
nosotros nos mantenemos erguidos. Y cuando nuestros brazos se extienden
formamos la figura de la cruz. Finalmente, miren sus propias banderas y
los estándares militares. Estos también tienen la forma de la cruz”.
66 67


Fírmico (escribió en 346 d. C.):


“¿Cuáles son esos cuernos que se afirma que él posee? [...] Los
cuernos no significan otra cosa sino la venerable señal de la cruz. Por
un “cuerno” de esta señal, el que es alargado y vertical, el universo se
sostiene [...]; y por la juntura de los dos cuernos que van hacia los
lados el Este está conmovido y el Oeste apoyado [...] Cristo, ¡Con tus
brazos extendidos apoyas el universo y la tierra y el reino de los
cielos! [...] Para conquistar a Amalec, Moisés extendió hacia afuera sus
brazos imitando estos cuernos.”
68


Rufino (escribió cerca del 404 d. C.):


“Estas palabras, ‘la altura y anchura y profundidad’, son una
descripción de la cruz. La porción de ella que está fijada en la tierra
él llamó la profundidad. Por altura él quiso decir la parte que se
estira sobre la tierra y va hacia arriba, por la anchura las partes que
se extienden hacia fuera a la mano derecha y la izquierda [...] Cristo
con sus manos extendidas, es más, según el profeta inspirado, él las
mantuvo así a lo largo de todo el día hacia el pueblo que estaba sobre
la tierra, testificándoles a los incrédulos y dando la bienvenida a los
creyentes.”
69


San Agustín (escribió entre el 412 y 414 d. C.): “Así
que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de
comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la
profundidad y la altura’, es decir, la cruz del Señor. Su anchura es
simbolizada por la viga transversal en donde las manos se extienden; la
longitud es la viga vertical de la cruz, que asciende del suelo, en la
cual el cuerpo entero, desde las manos hacia abajo, estaba fijado; la
altura, desde el poste hacia la cima lo que sobresale a la cabeza; la
profundidad es la parte que está oculta, enterrada en la tierra.”



“No fue sin razón que él escogió este tipo de muerte, ni la
hubiese escogido, excepto porque en ella Él se destacó como el amo de
esta ‘anchura, longitud, altura y profundidad’. Ya que hay anchura en el
travesaño, el cual se amarra arriba; esto se refiere a las buenas obras
porque las manos se extienden allí. Hay longitud en la parte visible de
la viga que se extiende hasta abajo a la tierra [...] La altura está en
esa parte de la cruz que se extiende desde el travesaño hacia arriba, y
se deja sobresalir para que apunte hacia arriba, es decir, desde la
cabeza de los crucificados [...] Y ahora, verdaderamente, la parte de la
viga que no se ve, cual es la que se entierra y se esconde, desde donde
se levanta todo hacia arriba, significa la profundidad de la gracia que
nos es dada gratuitamente.”
70


Respecto a lo que creían los Padres de la Iglesia, Justo Lipsio escribió:


“Las palabras de Inocencio respecto a este tema: ‘en la cruz del
Señor había cuatro piezas de madera. La viga perpendicular, el
travesaño, el tronco de un árbol puesto por debajo, y el título
(inscripción) puesto por encima’. ‘También nos relata Ireneo: ‘La propia
construcción de la cruz tiene cinco extremos, dos verticales y dos
horizontales, y una en el medio donde la persona prendida con clavos se
sentaba’. Ellos dividen la cruz en cinco extremos (Tertuliano les llama
“puntos”), los cuatro que se conocen y se extienden hacia afuera; y el
quinto, el cual ellos colocan a mitad de la cruz, en donde la viga
transversal corta y cruza la viga fija. Con esto en consideración, hay
cinco extremos”.
71


La principal objeción histórica que se ha hecho a estas y otras
tradiciones eclesiásticas es la lejanía temporal (entre 100 y 200 años)
respecto a lo descrito en los evangelios, y a que se basarían en
interpolaciones de las ejecuciones que veían a su alrededor más bien que
en una auténtica memoria histórica. Ejemplos de interpolaciones
semejantes se ven en el más primitivo arte paleocristiano en que se
representaba a Cristo sin barba y con atuendo romano, lo que no
corresponde con las costumbres judías que hoy conocemos del tiempo de
Cristo. Otro ejemplo de las deficiencias de la tradición como
determinante absoluta se puede notar por el hecho, ya mencionado, de que
se empezase a representar a Cristo cargando una cruz completa cerca del
430 d. C. Si se toma en cuenta que la crucifixión fue prohibida por
Constantino en el 337, tenemos que en menos de 100 años la tradición
cristiana olvidó que los romanos solo hacían cargar el travesaño.72


Crux simplex


Crux simplex
Otra forma de imaginar la cruz de Cristo es la de una "crux simplex" o
poste vertical sin travesaño, con las manos directamente sobre la
cabeza, sostenida por algunos eruditos y religiosos de los siglos XIX y
XX. Por ejemplo, el pastor Hermann Fulda escribió en 1878: “No había
árboles disponibles en todo lugar que se escogía para una ejecución
pública. Por eso, se hundía en el terreno una simple viga. A esta, con
las manos levantadas hacia arriba, y frecuentemente también con los
pies, se ataba o clavaba a los forajidos... Jesús murió en un simple
madero de ejecución”.73 74 75 76 Incluso el erudito W. E Vine se adscribió a esta tesis.77 También se adscriben a ella los Testigos de Jehová, que cicen que esta forma, lo que ellos llaman el madero de tormento, es la forma del instrumento de ejecución de Jesús.



Museo de Ein Kerem: olivo dispuesto como se fuera para crucifixión.
La principal objeción que se ha presentado a esta hipótesis es la
descripción de los propios Evangelios, donde se da a entender una
pluralidad indeterminada de clavos usados en las manos de Cristo.78
Sin embargo, algunos estudiosos como Hermann Fulda han tratado de
resolver esta objeción con la idea de que las manos se podían clavar de
modo independiente sin recurrir a un travesaño. Esta situación permitió a
Fulda especular también que el letrero del cargo podía ir fijado
directamente sobre la cabeza en el espacio entre los brazos.79


Otra objeción es que, como se ha visto, la tradición eclesiástica
testifica una cruz patibular para el caso de Cristo sin que haya
excepción alguna entre las fuentes que avale otra cosa.



La cruz y la crucifixión, p. 109
Asimismo se ha cuestionado que la ausencia de un travesaño haría que
la víctima muriera rápidamente de asfixia. Según el doctor F. Zugibe,
una crux simplex precipitaría la asfixia en poco tiempo, en el plazo de
horas o incluso de minutos. Eso explicaría la inclusión romana de
aditamentos como el travesaño y el sédile (asiento), con el fin de
prolongar la agonía en un progresivo refinamiento de crueldad.80 Relatos de testigos presenciales, prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial en el campo de concentración de Dachau,
indican que las víctimas suspendidas de vigas expiraban en el plazo de
diez minutos si los pies estaban cargados o atados, y dentro de hasta
tres horas si los pies estaban libres y la víctima podía subir y bajar
para respirar. Joe Zias afirma: "Este tipo de muerte, que es una forma
de crucifixión, era resultado de asfixia".81


El principal argumento esgrimido en favor de esta teoría es el
significado literal de la palabra griega usada en los Evangelios. Cierta
obra de consulta explica: “La palabra gr[iega] para ‘cruz’ (staurós,
verbo stauróo) significa, fundamentalmente, una estaca vertical o viga
y, posteriormente, un poste utilizado como instrumento de ejecución y
castigo”.82
"Stauros" viene de la palabra griega "histeme", que significa "estar,
parar, sostener, mantener (en pie)", etc., y a au vez deriva del
indoeruopeo "stáo", que significa "tallo, erguido, erecto" (y de ahí
"stand, en inglés, Stecken, Stand en alemán y nuestra palabra "estaca").83


En efecto, esa era la forma original de la crucifixión entre los
pueblos orientales prerromanos, pero los romanos luego le incorporaron
el travesaño y desde entonces la palabra “stauros” se usó en los
escritos en el griego ya no clásico sino de la forma que se llama koiné
para referirse a cualquier tipo de cruz de ejecución. El "Nuevo
Diccionario Bíblico Ilustrado" dice: “Numerosas naciones de la
antigüedad practicaban la crucifixión o un suplicio análogo.
Primitivamente se empleaba un solo madero (de empalizada o de
fortificación), o un palo aguzado en su parte superior... bien conocido
por los asirios, persas, cartaginenses y egipcios... Los griegos y
romanos modificaron a su tiempo el primitivo madero, añadiéndole un
madero transversal (patibulum)”.84 .


En el Bible Lands Museum de Ein Kerem, Israel, se ha metido olivos dispuestos como para crucifixiones.85 86


Respecto a la escasez de madera en la Judea de los días de Jesús, el historiador judío Flavio Josefo cuenta que cuando se reprimió una revuelta, al tiempo de la muerte de Herodes el Grande, la gran cantidad de víctimas y la escasez de madera llevó al general Varo
a clavar a 2.000 personas a olivos y a los muros de la ciudad por no
contar con madera suficiente; y en el asedio de Jerusalén (70 d. C.),
durante la Gran Revuelta Judía, no había suficiente madera para construir el muro de asedio, así que se tuvo que importar madera de Siria desde varios kilómetros de distancia. Josefo
también escribió sobre los ejecutados en esa ocasión: “Tan grande era
su número que no podía encontrarse espacio para las cruces ni cruces
para los cuerpos”.87 88


Hallazgos arqueológicos de representaciones de la Crucifixión de Jesús

El más temprano arte paleocristiano fue rico en simbología. Aparecen
representaciones como El Buen Pastor, el Orante, la Paloma, el Pez, el
Ancla, etc., pero extrañamente el signo de la cruz aparece en forma
tardía, y la imagen de Cristo
en ella todavía más. De todas formas hay algunos interesantes hallazgos
que podrían significar, según su datación e interpretación,
representaciones de la muerte de Cristo todavía más antiguas, y por
ende, podrían arrojar alguna pista sobre las más tempranas tradiciones
acerca de su crucifixión.


Cruces en osarios e inscripciones judías


Simples marcas de albañil en osarios judíos, s. I d. C.
En 1873 un famoso erudito francés, llamado Charles Clermant-Ganneau,
informó del descubrimiento de una caverna de sepultura en el Monte de los Olivos. Dentro había 30 osarios,89
varios de ellos tenían signos cruciformes junto a nombres tan comunes
para ese tiempo como Juan o Jesús. Luego, en 1945 se descubrió una tumba
familiar en "Talpiot", Jerusalén,
por el Profesor E. L. Sukenik del "Museo de Antigüedades Judías de la
Universidad Hebrea de Jerusalén". Dos osarios tienen el nombre de
“Jesús” en griego. El segundo tiene también cuatro cruces grandes
dibujadas. El Prof. Sukenik concluyó que las inscripciones y las cruces
estaban relacionadas, siendo ellas "expresiones de pesar por la crucifixión de Jesús". A la luz de estudios paleográficos, estas inscripciones datarían desde el siglo I a. C, al I  d. C90


Pero la opinión más actual de los arqueólogos es descartar la
atribución cristiana a este tipo de marca, que en verdad aparece en el
40% de los osarios encontrados en Israel,
incluso en los anteriores a los días de Cristo, ya que se ha concluido
que se usaba simplemente para alinear la tapa a manera de marcas de
albañil. Esta interpretación está confirmada por la presencia de un
asterisco en el mismo lado de la tapa de los osarios. Esta es la opinión
de arqueólogos como L. Y. Rahmani y Amos Kloner. Rahmani las llama "Marca de dirección".91
Esta conclusión es compartida por la investigación sobre supuestas
marcas de cruces cristianas sobre una serie de osarios judíos del
profesor R. H. Smith.92


Sin desmedro de lo anterior, otros académicos creen que los judíos
del tiempo de Jesús usaban una “x” o un signo “+” como símbolo de
protección basado en Ez 9:4.93
Pero la letra hebrea Taw solo tenía apariencia de T en el antiguo
paleohebreo y no en el hebreo cuadrado del siglo I, en que tiene el
aspecto de una herradura invertida. En todo caso, solamente sería una
marca simbólica de protección, no una cruz basada en el martirio de
Cristo. Por ejemplo, una inscripción hebrea, datada del 136 d. C.,
encontrada en Palmira, una antigua ciudad de Siria, contiene una inscripción aramea encerrada entre dos “x”:


X לבריך שמה לעלמא עבר שלמן בר נשא בר צידא... ברק על היוהי והיי בנוהיבירה ניסן שנת תמו ...X


"X [...] sea su nombre bendito
por siempre. Hijo de Shlomon, hijo de Nesa, hijo de Tsaïda, [hijo de]
Baraq, por su salud y la de sus hijos. (Mes de) Nisán, año 447 X"
.94

En Pompeya y Herculano


Supuesta "capilla cristiana". Casa Bicentenario, Herculano.

Cruz de la casa de Pansa, Pompeya.
El descubrimiento en Pompeya y Herculano
de varias cruces, incluida una de yeso en la pared de la llamada “Casa
Pansa” y la huella de otra en la pared de una panadería en la llamada
“Casa Bicentenario”, se han interpretado como prueba de un temprano
culto a la cruz cristiana y testimonio de la forma en que murió Cristo,
anterior al año 79 d. C. La existencia del grafito de la Domus 22 de Pompeya, que dice Bovius Audit Christianos ("Bovio presta oídos a los cristianos"), parece reforzar esta hipótesis.


En cambio, el profesor José María Blázquez, en la obra “Cristianismo Primitivo y Religiones Mistéricas”, afirma que “es
dudoso que sea un símbolo cristiano en una fecha tan temprana,... pues
la cruz como símbolo cristiano está atestiguada a partir del siglo IV,
como en los sarcófagos núm. 171 y núm. 169 del Museo Laterano, ya de
mediados de ese siglo, o el núm. 106 de este mismo museo, de finales de
siglo”
.95


En esta misma línea el profesor Antonio Varone también descarta la
adjudicación cristiana. Escribe que para encontrar “un culto verdadero a
la cruz como objeto, hay que esperar hasta el siglo IV, cuando la
conversión del emperador y las masas de paganos haría que tal forma de
veneración estuviera más acorde con su espiritualidad”. Varone añade:
“Incluso en los siglos II y III y hasta los tiempos de Constantino es
muy raro encontrar tal símbolo en conexión clara con el cristianismo”.
Asimismo afirma que, aparte de las dudas sobre la identificación de este
símbolo que se supone que es una cruz cristiana, "existe el
descubrimiento en la misma panadería de la pintura de una divinidad con
forma de serpiente, y algunos hallazgos sumamente obscenos que son
también difíciles de conciliar con la supuesta espiritualidad cristiana
del dueño de la panadería. Es sabido que desde los albores de la
civilización, incluso antes de convertirse en símbolo de redención, el
emblema cruciforme se utilizaba con un claro significado mágico y
ritual. En tiempos antiguos se creía que la cruz tenía el poder de
proteger de influencias malignas o destruirlas, y servía principalmente
de amuleto”.96


El grafito de Alexámenos



Cruz bizantina, cruz gnóstica y asno priápico.
En 1856, en una pared de las habitaciones usadas por la guardia
pretoriana, en las ruinas de los palacios imperiales de la ciudad de
Roma, se encontró una inscripción en la que aparece una cruz de la que
pende un asno. Enfrente está un hombre con los brazos abiertos en
posición de oración que contempla la cruz. Una inscripción griega dice αλεξαμενοϲ ϲεβετε θεον, Alexámenos sébete Theón, «Alexámenos venera a Dios». Se piensa que el grafito palatino data de los días del Emperador Marco Aurelio, entre 161-180 d. C., pero algunos lo han fechado tan tarde como durante el reinado de Alejandro Severo, entre 222-235 d. C.


El profesor J. M. Blázquez afirma que “la presencia de la cruz parece
indicar que se trata de una burla anticristiana. Extendida estaba la
acusación de que los judíos adoraron un tiempo la cabeza de un asno,
según cuenta también Flavio Josefo (Contra Ap[ion]. 2,80)”.97


La constatación de burlas anticristianas semejantes en esa misma
época ha llevado a la mayoría de los estudiosos consultados a creer que
este grafito se trataría de una blasfemia anticristiana. El escritor
cristiano Tertuliano en sus Apologéticas escribió: “Una
nueva representación de nuestro Dios muy reciente se ha publicado en
esta ciudad, que empezó por un cierto delincuente contratado para
soslayar las bestias salvajes en la arena. Él desplegó un dibujo con
esta inscripción: ‘Onokoites, el dios de los cristianos’. La figura
tenía las orejas de un asno, un pie estaba quebrantado y estaba vestido
con una toga y llevando un libro.”
.98
Igualmente el abogado y apologista cristiano Minucio Félix confirma
esto al citar al opositor pagano Cecilio, que recogía la acusación de
que los cristianos adoraban una cabeza de asno.99


Otro punto a favor de esta interpretación es que algunas de las más antiguas representaciones de Cristo
en la cruz evitaron durante mucho tiempo el representar a Cristo
desnudo, y lo presentan vestido con una túnica, lo que continuó hasta el
siglo IX. Precisamente el grafito de Alexámenos
muestra a un crucificado vestido, cosa contraria a la costumbre romana
de desnudar a las víctimas. Otra indicación de que se trataría de una
alusión a una cruz cristiana es que algunos han creído ver en sus trazos
una cruz immissa, algo distinto a las típicas crucifixiones romanas
pero presente en la tradición cristiana.


Se ha objetado que en ese tiempo había otros cultos religiosos con signos cruciformes. La Enciclopedia Católica al referirse a este grafito informa:



"Orfeo báquico".
“El Profesor Haupt buscó identificarlo como una caricatura de un
adorador del dios egipcio Seth, el Typho de los griegos, pero su
explicación fue refutada por Kraus. Recientemente, una opinión similar
se ha propuesto por Wünsch que toma su posición en la letra Y, que se
pone cerca de la figura crucificada, y que también se ha encontrado en
una lápida que se relaciona con el culto de Seth; él concluye, por
consiguiente, que ese Alexámenos del grafito perteneció a la secta de
Seth ([…] Wünsch, ed., "Setianische Verfluchungstafeln aus Rom",
Leipzig, 1898, pp. 110. […])”.100


Otros han interpretado el Grafito de Alexámenos
como una burla contra un adorador gnóstico y se basan en un sello de
hematita datado inicialmente como de esa época, con epigrafía gnóstica,
el llamado Orfeos Baquico. Fue inicialmente clasificado como una imagen
cristiana, con lo que sería una de las primeras representaciones de
Cristo en la cruz; mientras que desde la década de 1920 se dudó de tal
identificación creyéndose que pudiera representar otros cultos
mistéricos, como el orfismo, o elementos simbólicos del flamen Divi Iulii (el sacerdote dedicado al culto de Julio César divinizado).101 En 1926 se denunció como un posible fraude.102 Estuvo en el Altes Museum de Berlín, y se perdió o fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial.


Primeras representaciones


Imagen 1: s. II.

Imagen 2: s. III.

Imagen 6: s. IV.

Imagen 3: s. V.
Se cree que en la simbología cristiana primitiva (s. II y III d. C.)
el signo del ancla o "áncora" (imagen 1) era una forma velada para la
cruz de Cristo, con la intención de ocultar su fe en tiempos de
persecución.


Desde el siglo III empiezan las representaciones más explícitas, como una joya en cornalina que muestra la crucifixión de Cristo
(imagen 2) junto a los doce apóstoles, del siglo III o IV d. C.,
procedente de la colección fotográfica y anotaciones del arqueólogo
clásico John Beazley.103


La Enciclopedia Católica,
bajo el apartado “Veneración de Imágenes”, dice sobre la representación
del cuerpo de Cristo en la cruz: “Los crucifijos más viejos que se
conocen son los de las puertas de madera de Santa Sabina (imagen 3) en
Roma y un tallado en marfil en el Museo Británico (imagen 4). Ambos son
del siglo V. Un manuscrito siriaco del siglo VI (imagen 5) contiene una
miniatura representando la escena de la crucifixión. Hay otras
representaciones parecidas hasta el siglo VII, después del cual se torna
usual la costumbre de agregar la figura de nuestro Señor a las cruces;
el crucifijo tomó posesión en todos lados”.104


El manuscrito iluminado al que se hace referencia es el llamado Evangelio de Rabbula,
que representa la Crucifixión y Resurrección de Jesucristo,
probablemente escrito cerca del año 586 d. C. Es el único manuscrito
iluminado del cristianismo siriaco temprano que ha sobrevivido hasta
nuestros días. Se conserva en la Biblioteca Medicis Laurentiana, de Florencia.



Imagen 4: s. V.

Imagen 5: s. VI.
A partir de la evidencia arqueológica, historiadores, como el
profesor J. F. Hurst, han concluido que: “Entre los cristianos del
primer siglo no se usaba el crucifijo ni ninguna representación material
de la cruz”.105
Otra publicación dice: “Se puede afirmar con seguridad que fue solo
después del edicto de Milán, 312 d. C., que se usó la cruz como señal
permanente de nuestra Redención. De Rossi declara positivamente que
ningún monograma de Cristo, descubierto en las catacumbas o en otros
lugares, puede relatarse a un período anterior al año 312. Todavía
después de ese año trascendental, la Iglesia, entonces ya libre y
triunfante, se contentó con tener un monograma sencillo de Cristo: la
letra griega ji o chi cruzada verticalmente por una rho (imagen 6), y a
veces horizontalmente por una iota. El crucifijo más antiguo, al cual se
hace referencia como objeto de adoración pública, es aquel venerado en
la iglesia de Narbona en la parte meridional de Francia, allá en el
siglo VI”.106


Hipótesis sobre el origen sincrético de la cruz eclesiástica

Se ha especulado sobre la razón por la que no hay representaciones
cristianas indudables de la crucifixión de Jesús en el arte
paleocristiano anterior al siglo IV. La hipótesis más común es que esta
omisión tendría relación con las creencias cristianas arraigadas en el
judaísmo que prohíbe el uso de imágenes.


Minucio Félix, abogado y escritor cristiano del s. II. d. C., escribió: “Tampoco
nosotros adoramos la cruz ni la deseamos. Vosotros, que veneráis dioses
de madera, adoráis quizás cruces de madera como parte integrante de
vuestros ídolos”
.


A este respecto la Enciclopedia Católica declara: “En el arte
simbólico de los primeros siglos del cristianismo no se encuentra la
representación de la muerte redentora de Jesús en el Gólgota. Los
cristianos primitivos —bajo la influencia del Antiguo Testamento, que
prohibía las imágenes esculpidas— no estaban dispuestos a representar ni
siquiera el instrumento de la Pasión del Señor”.107
Pero el hallazgo en Dura Europos de una sinagoga judía del s. II con
profusas pinturas murales muestra que, en esto, los cristianos habrían
sido más extremistas que los hebreos.



Cruces precristianas.
En cambio se ha demostrado el uso religioso precristiano de símbolos
cruciformes al margen de su uso en las ejecuciones romanas. G. S. Tyack
llamó la atención a este hecho: “Es extraño, y no obstante un hecho
incuestionable, que en épocas muy anteriores al nacimiento de Cristo, y
desde entonces en tierras no tocadas por las enseñanzas de la Iglesia,
la Cruz ha sido usada como símbolo sagrado. [...] El Baco griego, el
Tamuz tirio, el Bel caldeo y el Odín escandinavo, todos fueron
simbolizados para sus devotos por un objeto cruciforme”.108 109


Incluso la persignación tiene presedentes precristianos: “La señal de
la cruz, representada en su forma más sencilla con un cruce de dos
líneas en ángulos rectos, precede por mucho, tanto en Oriente como en
Occidente, a la introducción del cristianismo. Se remonta a un período
muy remoto de la civilización humana.” (The Catholic Encyclopedia, Ed.
de 1908, tomo IV, p.: 517). “Desde la más remota antigüedad la cruz era
venerada en Egipto y Siria; y la tenían en igual honor los budistas de
Oriente […]. Para el comienzo de nuestra era los paganos acostumbraban
hacer la señal de la cruz sobre la frente al celebrar algunos de sus
misterios sagrados”.110
Lo anterior, más el hecho de que, de varias alternativas igualmente
lógicas para imaginar la muerte de Cristo, la cristiandad haya
consagrado devotamente solo la cruz immissa, ha llevado a algunos
teóricos a creer que el símbolo religioso cristiano de la cruz, y la
persignación en sí misma, serían fruto de un sincretismo religioso
posterior.


Otros, como W. E. Vine, han ido más allá especulando incluso que este
posible sincretismo habría sido deliberado y respondería a necesidades
políticas y religiosas: “Tuvo su origen en la antigua Caldea, y se
utilizaba como símbolo del dios Tamuz (que tenía la forma de la mística
Tau, la inicial de su nombre) en aquel país y en los países adyacentes,
incluyendo Egipto. A mediados del siglo III d.C., las iglesias se habían
apartado de ciertas doctrinas de la fe cristiana, o las habían
pervertido. Con el fin de aumentar el prestigio del sistema eclesiástico
apóstata, se recibió a los paganos en las iglesias aparte de la
regeneración por la fe, y se les permitió mantener en gran parte sus
signos y símbolos. De ahí que se adoptara la Tau o T, en su forma más
frecuente, con la pieza transversal abajada, como representación de la
cruz de Cristo. En cuanto a la Qui, o X, que Constantino declaró haber
visto en una visión que le condujo a ser el valedor de la fe cristiana,
aquella letra era la inicial de la palabra «Cristo», y no tenía nada que
ver con «la cruz»”.111 Actualmente esta hipótesis es sostenida por ciertas sectas e ideologías, por ejemplo, es defendida en el famoso documental “Zeitgeist”.


Sin embargo, la mayoría de los investigadores modernos se inclinan
más bien en creer que los primeros cristianos prefirieron el uso
religioso de la cruz patibular porque sencillamente esta era la forma
más común de crucifixión romana de sus días.


Crucifixión de Jesús en el arte

Véase también

Referencias


  • John-Alan Richardson: El diccionario de Westminster de la teología cristiana (página 189). Bowden, 1983. ISBN 0664227481.

    1. W.
      E. Vine. “Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo
      Testamento, Exhaustivo”. 1962. Vol. 1, pág. 348. Traducción de S.
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    Bibliografía

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    • Wikenhauser, Alfred (1978). El Evangelio según san Juan. Barcelona: Editorial Herder. ISBN 84-254-0083-X.

    Enlaces externos

    • Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Crucifixión de Jesús.
    • horasdelapasion.org. Oración con el libro "Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo" escrito por la religiosa Luisa Piccarreta.
    • [17] "Forensic and Clinical Knowledge of the Practice of Crucifixion", por el Dr. F. Zugibe. Revisado el 24 de abril de 2010.
    • [18] "Jesus's death on the cross, from a medical perspective". Revisado el 24 de abril de 2010.
    • [19] "The Physical Death Of Jesus Christ, Study by The Mayo Clinic". Revisado el 24 de abril de 2010.
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  • Una
    condición caracterizada por presión arterial baja y reducción del flujo
    sanguíneo a las células y los tejidos que lleva a daño celular
    irreversible y lesión de órganos y eventualmente a la muerte.



  • En medicina, se entiende por sepsis al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) provocado por una infección grave. [6] Revisado el 24 de abril de 2010.



  • Frederick Zugibe, "Forensic and Clinical Knowledge of the Practice of Crucifixion", revisado el 24 de abril de 2010. [7]. "Jesus's death on the cross, from a medical perspective", revisado el 24 de abril de 2010 [8].



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    1124. Editorial Verbo Divino. Traducido por Serafín Fernández Martínez.



  • "En
    ámbitos cristianos suele traducirse la palabra "Stauros" por 'cruz',
    aunque en realidad el significado primario es "poste". Era lo que usaban
    los persas, griegos y romanos como instrumento de tortura o incluso
    para la muerte por empalamiento o crucifixión [...] Consta que, en
    Palestina, no solo bajo la dominación romana, sino incluso antes, se
    empleaba el término 'stauros' en sentido de "cruz", es decir, referido a
    la crucifixión". - Fitzmyer, Joseph Augustine. S. j. "Evangelio según
    Lucas". Tomo III. Cap. VII '"¿Quién es Este?"', "51. Seguimiento de
    Jesús. (9,23-27)", Pág. 116. Editorial Cristiandad. Madrid, 1987.
    Traducido por Dionisio Mínguez.



  • Luciano,
    "El Juicio de las Vocales", pf. 12, traducción de D. Cristóbal Vidal y
    F. Delgado, Universidad de Sevilla. Madrid, 1901.



  • La «Epístola de Bernabé»



  • Early Christian Writings: Epistle of Barnabas. Estimated Range of Dating: 80-120 A.D.



  • Epístola de Bernabé, IX, 7



  • Epístola de Bernabé, XII, 2



  • Texto original griego y versión latina en la Patrologia Graeca de Migne



  • Tertuliano, "Contra Marción". 3.18.6, 22.



  • Jerónimo, "Homilía", 84.



  • Mt 27:37.



  • James
    Strong, “New Strong’s Complete Dictionary of the Biblical Words” (Nuevo
    Diccionario Completo de Palabras Bíblicas de Strong). G 1883.



  • "A Critical & Exegetical Commentary on the Gospel According to St. John", 1929, Vol. 2, p. 628.



  • "International Standard Bible Encyclopedia", Vol. 1, p. 826.



  • Dt 33:13,17



  • Justino Mártir, "Diálogo", 91.



  • Marcus Dods, “We Don't Speak Great Things - We Live Them!”, Ed. Scroll Publishing [10] Cap. LV.- "Simbols of the Cross".



  • Firmico, "Error de las religiones profanas", 21.3-6.



  • Rufino, "El Credo de los Apóstoles", 14



  • Agustín, Epístola, 26. "De Doctrina Cristiana", 2.41.</



  • Op Cit.



  • Por
    ejemplo, véase la crítica a la tradición sobre el desarrollo del
    obispado en un artículo de José María Blázquez, en: Alvear, Jaime et al.
    "Cristianismo y Religiones Mistéricas". Ed. Cátedra, 1995. J. M.
    Blázquez, Cap. V, Estructura Social del Cristianismo Primitivo: "La
    Organización Eclesiástica", pp. 109-111



  • Hermann Fulda, "Das Kreuz und die Kreuzigung" (La cruz y la crucifixión), Breslau (Wroclaw), 1878, pp. 109, y 219, 220.




  • “En el griego del N.T. no hay nada que
    siquiera dé a entender dos piezas de madera... Así queda completa la
    prueba de que al Señor se le dio muerte en una estaca vertical, y no en
    dos piezas de madera colocadas en algún ángulo”.

    (Ethelbert William Bullinger. "The Companion Bible". Ed. University of Óxford. Londres, 1885. Apéndice 162.).









  • “No hay ni una sola frase en ninguno de
    los numerosos escritos que integran el Nuevo Testamento que en el griego
    original indique, siquiera de manera indirecta, que el staurós que se
    utilizó en el caso de Jesús fuera en absoluto diferente del común y
    mucho menos que consistiera en dos leños clavados en forma de cruz en
    vez de uno solo”.

    (John Denham Parsons, "The Non-Christian-Cross" (La Cruz No Cristiana), Londres, 1896, pp. 23, 24. Traducido del inglés).









  • “Según los relatos evangélicos, solo
    puede considerarse la forma más sencilla de crucifixión romana como el
    castigo que se infligió a Jesús, colgar su cuerpo desnudo de un madero
    que, por cierto, Jesús tuvo que cargar o arrastrar hasta el lugar de la
    ejecución para intensificar el ignominioso castigo”.

    (Paul Wilhelm Schmidt, "Die Geschichte Jesu" (La historia de Jesús),
    tomo 2, Tubinga y Leipzig, 1904, pp. 387-389. Traducido del alemán).








  • William
    Edwy Vine. “Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo
    Testamento, Exhaustivo”. 1962. Vol. 1, pág. 348. Traducción de S.
    Escuain. El original era de 1940.



  • Jn 20:24,25



  • Se
    puede ver un dibujo de esta tesis en: Hermann Fulda, "Das Kreuz und die
    Kreuzigung" (La cruz y la crucifixión), Breslau (Wroclaw), 1878, tabla
    I, pp. 34-36.



  • F. Zugibe. "Forensic and Clinical Knowledge of the Practice of Crucifixion", 1984. Revisado el 24 de abril de 2010. [11]



  • Josef Zias, "Crucifixón in Antiquity", 1998. Revisado el 08 de septiembre de 2015. [12]



  • J. Douglas, "New Bible Dictionary", Ed. 1985, p. 253.



  • James Strong. "Diccionario Strong de palabras hebreas y griegas". 1890. "Stauro":G4716.



  • Samuel Vila y Santiago Escuain, "Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado", "Crucifixión", p. 222.



  • http://www.greatcommission.com/israel/2003031.jpg



  • http://www.greatcommission.com/israel/2003030.jpg



  • Josefo Flavio, “Bello Iudaico” (La Guerra de los judíos), II, 2:12. 6; 5:11 & 451-452.



  • J.
    Zias & E. Seketes; 1985; "The Crucified Man from Giv'at ha-Mivtar: A
    Reappraisal", Israel Expoloration Journal, volumen 35, página 23.



  • cajas talladas en piedra para guardar las osamentas de los difuntos.



  • E.
    L. Sukenik. Ancient Times (“Los Tiempos Antiguos”), Vol. 3, N.º 1,
    julio de 1958, pág. 35. Vol. 5, N.º 3, marzo de 1961, pág. 13.



  • L.
    Y. Rahmani, "A catalogue of jewish ossuaries in the Collections of the
    State of Israel" (Jerusalem: Israel Antiquities Authority; Israel
    Academy of Sciences and Humanities, 1994).pp.: 222-224, 304. N.º 319 y
    322, osarios 701-709.



  • R. H. Smith, “The Cross Marks on Jewish Ossuaries,” Palestine Excavation Quarterly 106 (1971), 53-66.



  • Theological Wordbook of the Old Testament, p. 966.



  • M.
    Loconsole “Il Simbolo Della Croce Tra Giudeo-Cristianesimo E Tarda
    Antichità: Un Elemento Della Translatio Hierosolymae”. 2002, pp.:
    217-284. Inscripción traducida en: Adalbert De Vögué, Syrie centrale.
    Inscriptions sémitiques, vol. LXXVI, París 1868. [13] pp. 26.



  • Jaime
    Alvar, et al. “Cristianismo Primitivo y Religiones Mistéricas”. Ed.
    Cátedra S. A., Historia Serie Mayor. 1995. Cap. VII, “La Reacción Pagana
    ante el Cristianismo”. J. M. Blázquez. p.164.



  • Antonio
    Varone, “Presenze giudaiche e cristiane a Pompei”. (Presencias judaicas
    y cristianas en Pompeya), Quaderni della Società per lo studio e la
    divulgazione dell'archeologia biblica. Napoli, 1979. pp. 221.



  • Ibid. J. M. Blázquez, cap. VII, “La Reacción Pagana ante el Cristianismo”, p.164.



  • Tertuliano, "Apologéticas", 16.12-14.



  • Minucio Félix, “Octavio”. 5-13; 28,7.



  • New
    Advent, Catholic Encyclopedia, Archæology of the Cross and Crucifix,
    “Later development of the crucifix”. Revisado el 24 de abril de 2010. [14]



  • Cf. A. Mastrocinque, "Orpheos Bakchikos", in Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 97 (1993), pp. 16–24; Carotta, Francesco; Eickenberg, Arne (October de 2009). «Orpheos Bakkikos—The Missing Cross». Consultado el 23 de diciembre de 2011.



  • Cf. R. Zahn & J. Reil, "Orpheos Bakkikos", in Angelos 2 (1926), pp. 62-68; J. Spier, Late Antique and Early Christian Gems (2007), p. 178.



  • John
    Beazley, “The Crucifixion: Jesus and the twelve apostles, with the
    inscription IXQYC”. London, British Museum, 1970. Revisado el 24 de
    abril de 2010. [15]



  • Enciclopedia Católica, “Veneración de Imágenes”. En inglés. Revisado el 24 de abril de 2010 [16]



  • J. F. Hurst, History of the Christian Church, Nueva York, 1897, tomo I, p.: 366.



  • The Ecclesiastical Review, Baltimore, septiembre de 1920, núm. 3, p.: 275.



  • New Catholic Encyclopedia, 1967, tomo IV, p.: 486.



  • G.
    S. Tyack, “The Cross in Ritual, Architecture, and Art” (La cruz en el
    ritual, la arquitectura y el arte), Londres, 1900, p.: 1.



  • Véase también: (The Encyclopædia Britannica, 1946, edición undécima, tomo VI, p.: 753; tomo VII, p.: 506).



  • W. D. Killen, The Ancient Church, Ed. de 1859, p.: 316.



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