Evangelio de Juan
caracterizado por las marcadas diferencias estilísticas y temáticas, y
por las divergencias en su esquema cronológico y topográfico respecto de
los otros tres, llamados evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).
El Evangelio de Juan no solo contiene muchos pasajes sin equivalente en
los otros evangelios canónicos, sino que aun los pasajes con cierta
similitud son presentados de forma totalmente diversa en cuanto al
contenido, al lenguaje, a las expresiones y giros con que predica Jesús de Nazaret y a los lugares de su ministerio. La tradición apostólica atribuye la autoría de este evangelio a Juan el apóstol y evangelista
aunque, dada la falta de unidad en su redacción final, el estilo y la
fecha supuesta de redacción (en torno al año 90 d.C.), entre otros
puntos, se cuestiona tanto la autoría en sí como sus alcances (redactor,
comunidad responsable). Existe la posibilidad de que el Evangelio de
Juan fuera fruto de la comunidad fundada alrededor de uno de los
discípulos de Jesús, presentado en el evangelio con el título de «discípulo a quien Jesús amaba», seguramente la de Éfeso.
Entre las características del Evangelio de Juan, se acepta ampliamente la de ser un escrito para la meditación en el que sobresalen los discursos como forma de reflexión en torno a la figura de Jesús de Nazaret, a quien se presenta desde el prólogo como el Logos,
la Palabra eterna de Dios. Es un evangelio sumamente simbólico y
litúrgico, que enmarca el ministerio público de Jesús en la sucesión de festividades judías (entre ellas, la Pascua judía, la Fiesta de la dedicación o de las luminarias y la Fiesta de los tabernáculos o de las tiendas). Muchos estudiosos han visto en el Evangelio de Juan un carácter marcadamente místico.
Las polémicas de que fue y es objeto el Evangelio de Juan son el
resultado de su singularidad. No se trata de una obra corriente: se
disputa su autor, el ambiente que haya podido influir en su pensamiento y
sus modos de expresión, su estructura literaria, sus fuentes y hasta la
naturaleza del libro. Con todo, siempre fue recibido sin reticencias
por parte de la Iglesia.Nota 1
La bibliografía sobre el Evangelio de Juan se acrecentó mucho en el
último siglo, y hoy es sumamente abundante. Junto con los numerosos
análisis que de él se hicieron, se puso aún más de manifiesto su
profundidad, que supera el marco estrictamente religioso (cristológico, soteriológico y eclesiológico) y que, a través del tiempo, alcanzó los más diversos campos de la cultura y de las artes.
Índice
Papirología del evangelio
que contienen fragmentos del Evangelio de Juan. Algunos de ellos
presentan una escritura que data de fechas muy próximas al momento
estimado de redacción del evangelio.Nota 2 Se destacan particularmente los siguientes, catalogados según la clasificación de Aland y Aland,3 como papiros de Categoría I:
- El papiro 52 o papiro Biblioteca Rylands 52, conocido también como el fragmento de San Juan. Se trata del manuscrito en estado fragmentario del Evangelio de Juan más antiguo conocido hasta el momento. Se conserva en la biblioteca John Rylands, Mánchester (Reino Unido). Su datación de alrededor del año 135 es uno de los factores decisivos en la determinación del terminus ad quem (fecha más tardía en que se puede haber compuesto el evangelio).
- El papiro 66, también llamado 66. Es un códice casi completo del Evangelio de Juan, que forma parte de la colección conocida como los papiros Bodmer.
Se trata de un caso único, por el nivel de integridad y conservación de
un material datado de fines del siglo II o principios del siglo III. - El papiro 75, conocido como 75, o papiro Bodmer XIV-XV,
datado de 175-225. Abarca vastas secciones de los evangelios de Lucas y
de Juan. Constituye el manuscrito más antiguo encontrado que mantiene
unidos a dos evangelios y fue interpretado como evidencia de que las
comunidades cristianas primitivas ya manejaban estos materiales como una
unidad.
Datación
La datación mayoritaria sitúa a este evangelio en los años 90 d.C.Las dataciones más tardías están limitadas por el papiro P52 (hacia 125-150),Nota 3 y por las menciones al Evangelio de Juan que hacen Ireneo de Lyon y el Fragmento muratoriano hacia el año 180, así como Clemente de Alejandría y Tertuliano hacia 200.
Las dataciones más tempranas (P. Gardner-Smith; A. T. Olmstead; E. R.
Goodenough; H. E. Edwards; B. P. W. Starther Hunt; K. A. Eckhardt; R.
M. Grant; G. A. Turner; J. Mantey; W. Gericke; E. K. Lee; L. Morris; S.
Temple; J. A. T. Robinson) se basan en los siguientes argumentos:
- Se describe la ciudad de Jerusalén que existía antes de ser completamente arrasada en el año 70, con detalles que han sido corroborados por estudios arqueológicos (W. F. Albright; R. D. Potter; Joachim Jeremias). Las descripciones de Jerusalén siempre se hacen en tiempo presente, nunca en pasado.
- El ambiente descrito en el evangelio corresponde al que había antes de la rebelión del 66. (Charles Harold Dodd)
- No presenta ninguna profecía acerca de la destrucción de Jerusalén.
En Jn 2,19 hay un comentario de Jesús cargado de simbología con respecto
a la destrucción del templo y a su resurrección al tercer día. - Aunque algunos autores afirman que la cristología de este evangelio
estaba más elaborada y avanzada que la de los sinópticos, otros
sostienen que presenta una cristología primitiva. La mayor dificultad de
esta teoría es la afirmación de la preexistencia del Verbo en Jn 1,1.
Sin embargo, la idea de la preexistencia de la palabra creadora de Dios
ya estaba presente en la literatura sapiencial judía (Pr 8,22-31; Eclo
24,1-22; Sab 9,1) y en el Tárgum. Por otro lado, la identificación de Jesús con la Sabiduría de Dios está presente también en los sinópticos. - No presenta referencias a los gentiles, al contrario de lo que ocurre en los sinópticos.
- Jn 21 parece presuponer que Pedro había muerto. Un gran número de
autores consideran que este capítulo final es un añadido. El capítulo
parece salir al paso de especulaciones acerca de si, tras la muerte de
los principales representantes del cristianismo (Santiago "el hermano
del Señor" en el año 62 y Simón Pedro hacia el 64), Juan sobreviviría hasta la segunda venida del Cristo. Se sitúa así, este capítulo, del año 65 en adelante, sin poder definir más la fecha.
Lugar de composición y lengua original
(98 a 117). La época del comienzo del mandato de Trajano coincidiría
con la datación de muchos especialistas, tal como se mencionó
anteriormente.
«[...]Por fin Juan, el discípulo del Señor «que se había recostado
sobre su pecho» (Jn 21:20; 13:23), redactó el Evangelio cuando residía
en Éfeso[...]»4
Ireneo de Lyon
«[...]todos los presbíteros de Asia que, viviendo en torno a Juan, de
él lo escucharon, puesto que éste vivió con ellos hasta el tiempo de
Trajano. Algunos de ellos vieron no solamente a Juan, sino también a
otros Apóstoles, a quienes han escuchado decir lo mismo.»5
Ireneo de Lyon
«Finalmente la Iglesia de Éfeso, fundada por Pablo, y en la cual JuanLa mayoría de los escrituristas acepta el dato del lugar de
permaneció hasta los tiempos de Trajano, es también testigo de la
Tradición apostólica verdadera.»6
Ireneo de Lyon
composición propuesto por Ireneo. En cambio, B. P. W. Stather-Hunt y G.
W. Broomfield se inclinaron por Alejandría (considerando la difusión que el Evangelio de Juan tuvo en Egipto). W. Bauer y Burney argumentaron a favor de Antioquía u otro lugar de Siria. También se ha propuesto algún lugar hacia el este del lago de Tiberíades dentro del reino de Herodes Agripa II.7 Pero estos argumentos han recibido escasa aceptación. En la consideración de Raymond Edward Brown,
Éfeso continúa ostentando la primacía entre las demás candidaturas a la
identificación como lugar en que se compuso el Evangelio de Juan, por
la casi unanimidad de las voces antiguas que tratan del tema y por el
paralelismo entre el Evangelio de Juan y el Apocalipsis, obra que pertenece claramente al área de influencia de Éfeso.8
En nuestros días, se admite en general que la lengua original del Evangelio de Juan es la koiné, una variedad del griego. Algunos autores plantearon la hipótesis de un texto original desaparecido en arameo.9 10 Esta hipótesis fue revisada extensamente,11 pero no tuvo aceptación entre los especialistas.12
Estructura
El evangelio presenta una interrupción notable al final del capítulo12 admitida por todos los comentaristas, por lo que la obra queda
dividida en dos partes principales, a la que se suma un añadido o
epílogo general.
-
- Primera parte: capítulos 1 al 12. A esta parte se la suele llamar el Libro de los Signos, ya que contiene signos o señales realizadas por Jesús para que crean en él: la conversión de agua en vino en las bodas de Caná (capítulo 2), la curación del hijo de un funcionario real (capítulo 4), la curación de un enfermo en la piscina de Bethesda y Jesús caminando sobre el mar (capítulo 5), la multiplicación de los panes y los peces (capítulo 6), la curación del ciego de nacimiento (capítulo 9), la resurrección de Lázaro
(capítulo 11). Se hipotetizó que esta primera parte del Evangelio de
Juan podría derivar de una fuente anterior, a la que se llamó el Evangelio de los Signos.
- Esta primera parte tiene un prólogo bastante desarrollado (Juan 1:1-18), y un epílogo (Juan 12:37-50).
- Segunda parte: capítulos 13 al 20. Se lo suele llamar el Libro de la Pasión.
- La segunda parte tiene un prólogo sumamente breve (Juan 13:1) y un epílogo (Juan 20:30-31).
- Epílogo de la obra: capítulo 21. Consta de un cuerpo propiamente dicho (Juan 21:1-23) y de su epílogo (Juan 21:24-25).
- Primera parte: capítulos 1 al 12. A esta parte se la suele llamar el Libro de los Signos, ya que contiene signos o señales realizadas por Jesús para que crean en él: la conversión de agua en vino en las bodas de Caná (capítulo 2), la curación del hijo de un funcionario real (capítulo 4), la curación de un enfermo en la piscina de Bethesda y Jesús caminando sobre el mar (capítulo 5), la multiplicación de los panes y los peces (capítulo 6), la curación del ciego de nacimiento (capítulo 9), la resurrección de Lázaro
Así, en el Evangelio de Juan se distinguen dos tiempos: la primera parte, cuando todavía no ha llegado la hora, Jesús se revela a través de signos o gestos simbólicos. En la segunda parte, habiendo llegado la hora, la revelación se produce en la crucifixión y muerte de Jesucristo, tiempo de su glorificación.
Prólogo inicial
Una característica propia del Evangelio de Juan es su gran obertura coral,14la introducción (1:1-5) que ha sido y es base del Credo cristiano. Solo
el Evangelio de Juan inicia su obra con un himno para ser cantado por
la comunidad antes de la lectura del evangelio. El origen de este himno
es desconocido y se discute si el mismo autor del evangelio lo escribió o
si lo tomó de otra fuente. Se suele sostener la hipótesis de que el
autor del evangelio, una vez que su obra estuvo terminada, escribió el
prólogo como himno que contiene las ideas centrales del evangelio, las
claves para su comprensión.15
En el prólogo del Evangelio de Juan se presenta al Logos
(Λóγος), la «Palabra» de Dios, en su itinerario desde antes de la
creación hasta la encarnación de Jesucristo. En el desarrollo del
Evangelio de Juan se presenta que la Palabra estaba en Dios, que es una
con el Padre (Juan 10:30) y que preexistía a la creación del mundo (Juan 1:1-3); que fue enviada al mundo por el Padre (Juan 3:17; Juan 5:36; Juan 6:29; Juan 7:29; Juan 8:42; Juan 11:42; Juan 17:3-5) para llevar a cabo su misión: transmitir al mundo la gracia y la verdad (Juan 1:17), y que concluida su misión vuelve al Padre (Juan 1:18; Juan 7:33; Juan 13:3; Juan 16:5; Juan 17:11).16 Juan 1:1 dice:
εν αρχη ην ο λογος και ο λογος ην προς τον θεον και θεος ην ο λογος
En el principio era el Logos y el Logos era con Dios y el Logos era Dios.
Traducido al latín en la Vulgata: In Principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum
en el principio era el Verbo [la palabra razonada] y el Verbo era con Dios el Verbo era Dios .
Composición
Se percibe que algunos pasajes del Evangelio de Juan parecendesordenados o, al menos, no muy elaborados en su edición definitiva.
Hay textos que no corresponden con el contexto, se producen cortes
llamativos y hay falta de unidad en varios relatos y discursos. Esto se
puede ilustrar con varios ejemplos.
-
- El capítulo 20 finaliza con el que sería el epílogo real del Evangelio (Juan 20:30-31)
que concluiría toda la obra. Sin embargo, el capítulo 21 continúa con
las narraciones de Jesús resucitado, como si el epílogo no hubiera
estado. Y al final del capítulo 21, se da una nueva conclusión del
evangelio (Juan 21:24-25). - En Juan 7:23,
en medio de una discusión con los judíos sucedida en el marco de la
fiesta judía de las Tiendas, Jesús dice que desean matarlo por haber
realizado una curación en sábado, aludiendo al incidente de la curación
del enfermo en la piscina de Bethesda, que finaliza en Juan 5:18 y que habría sucedido varios meses, o tal vez más de un año antes en el marco de otra fiesta. - La escena de la curación del ciego de nacimiento (Juan 9:1-41), finaliza con el comienzo del discurso del buen pastor (Juan 10:1). Pero el discurso se interrumpe en Juan 10:19-21
con un comentario, que sería la continuación del episodio del ciego de
nacimiento. Así, el discurso del buen pastor parece una interpolación. - A partir del capítulo 13, el Evangelio desarrolla el proceso de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Al finalizar la última cena, Jesús da una orden: «Levántense, vámonos de aquí» (Juan 14:31).
Pero en el versículo siguiente, continúa como si no hubiera existido
esa interrupción: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador» (Juan 15:1). Las palabras con las que se retoma la narración aparecen recién en Juan 18:1:
«Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro
lado del torrente de Cedrón...» Resulta evidente que los capítulos 15,
16 y 17 fueron interpolados e interrumpen la unidad del relato.
- El capítulo 20 finaliza con el que sería el epílogo real del Evangelio (Juan 20:30-31)
-
-
- Jesús bautizaba (Juan 3:22), pero en realidad Él no bautizaba, sino sus discípulos (Juan 4:2).
- «Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no vale» (Juan 5:31); pero «aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero» (Juan 8:14).
- Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» (Juan 13:36). Pero, «ninguno de ustedes me pregunta ¿a dónde vas?» (Juan 16:5).
- «Les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» (Juan 15:15). Pero, «Todavía tengo muchas cosas que decirles» (Juan 16:12).
-
actualmente más difundida es la de las ediciones múltiples, es decir,
que el Evangelio de Juan es el resultado de un texto que creció con el
transcurso del tiempo, con añadidos y notas provenientes del mismo autor
o de otros miembros de la comunidad (Raymond E. Brown
propuso la existencia de una comunidad joánica que habría participado
en la edición y quizá en la redacción final del evangelio).17
Los puntos notables de este evangelio son (1) la relación entre el
Hijo y el Padre, (2) entre el redentor y los creyentes, (3) el anuncio
del Espíritu Santo como Consolador, y (4) el énfasis sobre el amor como
un elemento de carácter cristiano.
El evangelio fue escrito para personas conocedoras de la cultura
judía y al mismo tiempo en contacto con el pensamiento griego; además se
les pone en guardia frente al gnosticismo.
El lenguaje del Evangelio de Juan
El lenguaje de una obra suele ser un descriptor de la personalidaddel autor y de su relación con el grupo en que vive. Comparando la
cantidad de veces que aparecen ciertas palabras en los Evangelios sinópticos, en los Hechos de los Apóstoles y en el Evangelio de Juan (Tabla 1),18
se observa la terminología que domina al cuarto evangelio, y la
importancia que éste otorga a considerar a Dios como «Padre» y a vivir
la «vida» verdadera, que para el autor del evangelio consiste en
«permanecer» en el «amor», la «luz» y la «verdad», ya que viviendo así
se «conoce» a Dios, se «cree» en él, y se «da testimonio» de él.
Término | Evangelio de Mateo | Evangelio de Marcos | Evangelio de Lucas | Hechos de los Apóstoles | Evangelio de Juan |
---|---|---|---|---|---|
Padre (patēr) | |||||
Permanecer (menō) | |||||
Vida (zōē) | |||||
Amar (agápaō) | |||||
Amor (agápē) | |||||
Amar (phileō) | |||||
Luz (fōs) | |||||
Verdad (alētheia) | |||||
Verdadero (alēthinós) | |||||
Conocer (ginóskō) | |||||
Creer (pistéuō) | |||||
Testimonio (martyría) |
Personajes del evangelio
La madre de Jesús
-
- María solo aparece en estas dos escenas: no se la menciona en el resto del evangelio.
- En ambas ocasiones, Jesús se refiere a ella llamándola «Mujer».
- No se menciona a María por su nombre, pero en ambas ocasiones se le da el título de «madre de Jesús» (específicamente, «su madre»).
-
- Aparece en los dos grandes momentos del evangelio: (a) en las bodas de Caná, comienzo del ministerio de Jesús, cuando todavía no ha llegado la hora, y (b) en la crucifixión y muerte de Jesús, cuando había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, la hora de su glorificación.
- En ambos momentos, Jesús la llama «Mujer», palabra que recuerda a la primera mujer del Libro del Génesis, Eva, madre de todos los vivientes (Génesis 3:20).
El evangelista significa que, a partir de la glorificación de Jesús,
hay una nueva mujer que es la madre de todos los que viven. - María es considerada en primera instancia con el título de «madre de Jesús» (su madre). Sin embargo, en la escena de la crucifixión, Jesús la confía al discípulo a quien él amaba: «He ahí a tu madre». Con ello, el Evangelio de Juan presenta a María como madre de los discípulos que aman a Jesús.19
El discípulo amado de Jesús
El Evangelio de Juan presenta la figura del discípulo a quien Jesús amabaen cinco pasajes. La mayoría de los estudiosos concuerda en que se
trata de un personaje real, un testigo sobre cuyo testimonio fiable
descansa la veracidad del propio evangelio: «El que lo vio lo atestigua,
y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que
también vosotros creáis» (Juan 19:35). La tradición cristiana lo ha identificado con Juan el Apóstol,
aunque el Evangelio de Juan nunca lo menciona por su nombre. Existen
discrepancias entre los exégetas sobre la identificación de esta figura,
sin que al presente pueda asegurarse una solución que satisfaga a
todos.
Al igual que en el caso de la madre de Jesús, el Evangelio de Juan
otorga al personaje del discípulo amado un valor simbólico adicional al
de su identidad histórica.Nota 4
-
- El discípulo amado aparece recostado sobre el pecho de Jesús, durante la Última Cena,
lo que significa que goza de su familiaridad y confidencias. Entonces
le pregunta quién es el discípulo que lo va a entregar, y recibe la
respuesta de Jesús (Juan 13:21-26). - Durante la crucifixión de Jesús, el discípulo amado aparece al pie de la cruz, junto a la madre de Jesús (Juan 19:26-27). Jesús crucificado se la confía, y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.
- En el día de la resurrección de Jesús, el discípulo amado corre con Simón Pedro hacia el sepulcro vacío donde Jesús había sido sepultado (Juan 20:1-9). Llega primero al sepulcro, pero espera a Pedro para entrar y, al entrar, ve y cree.
- El discípulo amado se presenta nuevamente al lado de Simón Pedro
durante la aparición de Jesús resucitado a sus discípulos a orillas del Mar de Tiberíades, y es el primero en reconocer a Jesús (Juan 21:4-8). - Finalmente, el Evangelio de Juan presenta al discípulo amado como
aquel de quien había corrido la voz de que no moriría. El evangelio
explicita: «Pero Jesús no había dicho a Pedro: "No morirá", sino: "Si
quiero que se quede hasta que yo venga."» (Juan 21:20-23).
- El discípulo amado aparece recostado sobre el pecho de Jesús, durante la Última Cena,
discípulo amado por el Señor se identifica con el discípulo ideal de
Jesús. El discípulo amado es aquel que:
-
- tiene familiaridad con Jesucristo y recibe sus confidencias: se sienta junto a Jesús, y recibe la respuesta de Jesús (Juan 13:23-26);
- permanece junto a la cruz del crucificado y recibe a María como a su propia madre (Juan 19:25-27);
- tiene contacto habitual, sencillo y llano con Pedro, permanece junto a él y lo respeta (Juan 20:1-8);
- sabe reconocer a Jesús resucitado presente (Juan 21:1-7), y
- permanece fiel, es decir, que persevera hasta que Jesús vuelva (Juan 21:20-23).19
Los judíos
En algunos pasajes del Evangelio de Juan, los adversarios de Jesús deNazaret son designados como «los judíos», en tanto que en ciertos
versículos se refiere a Jesús y sus discípulos como si no fueran judíos.20
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradasEn algunos casos, los enemigos de Jesús son presentados como «judíos» aunque se tratara de galileos, es decir, habitantes de Galilea que murmuraban de él (Juan 6:41), o que discutían entre sí sobre él (Juan 6:52). El Evangelio de Juan puntualiza que nadie hablaba abiertamente de Jesús «por temor a los judíos» (Juan 7:12-13). También Jesús se presenta refiriendo a sus adversarios como judíos (Juan 13:33),
las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos por temor a
los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con
vosotros.»
Evangelio de Juan 20:19
y aparecen en el evangelio expresiones tales como: «Jesús dijo a los
judíos...». Jesús es llamado «judío» solamente por los extranjeros: por
la mujer samaritana (Juan 4:9) y por Poncio Pilato (Juan 18:33-34). Como varios grupos religiosos no son mencionados (saduceos, zelotes, herodianos,
etc.), «judíos» sería un término usado por el evangelista para designar
a todos esos grupos en general y a las autoridades religiosas de
Jerusalén de esa época en particular.20
como los padres del ciego de nacimiento quienes, aunque supuestamente
eran judíos, actuaban regidos por su «temor a los judíos»:
Sus padres respondieron: «Nosotros sabemos que este es nuestro hijo yDe todo lo anterior surge que el Evangelio de Juan utiliza en general
que nació ciego. Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha
abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene;
puede hablar de sí mismo». Sus padres decían esto por temor a los
judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga
al que reconociera a Jesús como Cristo.
Evangelio de Juan 9:20-22
el término «judío» para designar mayormente a aquellos que no aceptaban
a Jesús.Nota 5
Con todo, se puede también observar que el término «judío» no aparece
siempre con acepción peyorativa, porque el evangelista retuvo el texto
en el que este nombre aparece unido al mayor elogio puesto en labios de
Jesús de Nazaret en su diálogo con la mujer samaritana:20
Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.Además, el término «israelita» se usa en el Evangelio de Juan como título honorífico (Juan 1:47), y varios personajes que son presentados como judíos aparecen rodeados por una luz positiva, como sucede con Nicodemo, «notable entre los judíos» (Juan 3:1), que defendió a Jesús ante los fariseos (Juan 7:50-51), y junto con José de Arimatea se ocupó de sepultarlo luego de su muerte (Juan 19:38-42). Incluso se menciona en varios pasajes a judíos que creyeron en Jesús (por ejemplo, Juan 8:31; Juan 11:45).20
Evangelio de Juan 4:22
El evangelista parece sugerir que la práctica de la excomunión y
exclusión de la sinagoga existía ya en tiempos de Jesús, como también
sugieren los manuscritos del Mar Muerto.21
Pero es posible que el Evangelio de Juan describa conflictos que tuvo
la comunidad cristiana del evangelista con los miembros de la comunidad
judía y que los proyecte hacia el pasado. En efecto, el Evangelio de
Juan fue probablemente escrito tras la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70, época en la que los seguidores de Jesús de origen judío fueron expulsados oficialmente de las sinagogas.22 23 Así, el Evangelio de Juan estaría adelantando a los tiempos de Jesús la situación particular que sufrió la comunidad joánica.
Los apóstoles
se cita a los apóstoles. Según Chapman, el Evangelio de Juan menciona
nombres de apóstoles 74 veces, contra 50 del Evangelio de Marcos, 43 del Evangelio de Lucas y 40 del Evangelio de Mateo.24 Entre ellas se destacan las siguientes citaciones: 40 veces a Simón Pedro (como Simón, Pedro, Simón Pedro, o Cefas), 5 veces a Andrés, 12 a Felipe, 1 a Judas –no el Iscariote– (probable Judas Tadeo), 7 a Tomás, y 11 a Judas Iscariote.
Llamativamente, el Evangelio de Juan no hace mención de Juan el Apóstol siquiera una vez, ni tampoco de su hermano Santiago el Mayor. Aun la expresión que los agrupa a ambos, «hijos de Zebedeo», aparece únicamente una vez (Juan 21:2), en el apéndice que la gran mayoría de los estudiosos clasifica como un agregado posterior a la redacción del corpus
del evangelio. Ese silencio absoluto respecto de Juan el Apóstol y de
su hermano Santiago es tanto más sugestivo cuanto que Juan el Apóstol
aparece 17 veces en los Evangelios sinópticos, en tanto que Santiago el Mayor es mencionado 15 veces y la expresión «hijos de Zebedeo» –sin nombrarlos expresamente– 3 veces.
Para este silencio se han propuesto razones diversas que no satisfacen a los estudiosos de forma unánime. El escriturista Luis H. Rivas, señala: «no se ha encontrado una explicación satisfactoria para este silencio».25 John Chapman propuso que el autor del evangelio habría velado su propio nombre.24
J. de Maldonado sugirió que la comunidad cristiana de Asia, durante la
redacción final del Evangelio de Juan, pudo velar el nombre de Juan el
Apóstol bajo el título de «discípulo a quien Jesús amaba», cuya persona y méritos habrían conocido personalmente.26
El silencio del Evangelio de Juan sobre la figura de Juan el Apóstol
parece tan deliberado como el silencio sobre la identidad del «discípulo
amado». Este punto es reconocido también por Joseph N. Sanders, aunque
este autor no está de acuerdo con la identificación de Juan el Apóstol
con la figura del «discípulo amado».27
Juan el Bautista
En los evangelios sinópticos:
-
- Juan el Bautista aparece bautizando a Jesús.
- Se lo elogia con expresiones laudatorias puestas en labios de propio
Jesús: que Juan es «más que un profeta» y que no ha nacido de mujer
«ningún hombre más grande que Juan el Bautista» (Mateo 11:9; Lucas 7:26-28). - Adicionalmente, se señala su martirio al final de su vida (Mateo 14:3-12; Marcos 6:17-29).
-
- No se menciona el relato del bautismo de Jesús a manos de Juan el Bautista.
- Se omiten los elogios que prodigan los otros evangelios.
- No se menciona su martirio.
-
- Jesús es presentado como «la luz», y Juan el Bautista como «testigo de la luz» (Juan 1:8);
- Jesús es presentado como «la Palabra» (el Verbo o Logos) (Juan 1:1, Juan 1:14), mientras que Juan el Bautista es solamente «la voz» (Juan 1:23) y, aunque Juan vino primero, Jesús es anterior a Juan (Juan 1:15; Juan 1:30).
El libro de los Hechos de los Apóstoles indica que en Éfeso, Pablo de Tarso conoció gente que solamente sabía del bautismo de Juan el Bautista y no del bautismo de Jesús, tal el caso de Apolo (Hechos 18:24-25).
Resulta sugestiva la coincidencia de que estos seguidores del Bautista
se encontraban en el mismo lugar en que se supone fue redactado el
Evangelio de Juan. Además, el Evangelio de Juan señala que los primeros
discípulos de Jesús surgieron de las filas de los seguidores de Juan el
Bautista (Juan 1:35-51).
Esto lleva a suponer que, más allá de la grandeza que los evangelios
confieren a Juan el Bautista, el evangelista quiere situarlo en un plano
inferior al de Jesús de Nazaret,29 tal las palabras que pone en labios de Juan el Bautista:
«Es necesario que él (Jesús) crezca y que yo disminuya.»
Evangelio de Juan 3:30
Nicodemo
El Evangelio de Juan presenta a Nicodemo como fariseo (Juan 3:1), designado como «arjōn
entre los judíos», que significa principal, notable. Se trata de un
título con el que además se podía hacer referencia a un miembro del
Sanedrín.30 Se dice que Nicodemo era «maestro de Israel» (Juan 3:10), por lo que el evangelista resume en él a los judíos eruditos que conocían la Ley. El evangelista insiste en mencionar que Nicodemo fue a Jesús «de noche» (Juan 3:1-2; Juan 7:50; Juan 19:39).
Se trata de un significado simbólico: el diálogo de Nicodemo con Jesús
se desarrolló «en la oscuridad», como el de alguien que no capta todavía
el verdadero significado de la persona de Jesús. Sin embargo, el
evangelista señala que «en la noche», Nicodemo fue a Jesús. Con ello lo
diferencia de personajes como Judas Iscariote quien, durante la última cena, se alejó de Jesús «hacia la noche» (Juan 13:21-30).
La samaritana
acusaban de adulterio al pueblo de Israel cuando abandonaba al Dios
único para ir detrás de los dioses falsos, el Evangelio de Juan presenta
el siguiente diálogo entre Jesús y la samaritana:
La mujer respondió: «No tengo marido».Se puede entender estas frases en sentido literal o alegórico. En el
Jesús continuó: «Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has
tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la
verdad».
Evangelio de Juan 4:17-18
primer caso, cabe preguntarse si se trata de matrimonios sucesivos, o de
adulterios de la mujer. Para la moral de los judíos, aunque se tratara
de matrimonios sucesivos, resultaba ilegal tener cinco uniones porque no
se permitían más de tres. Pero también se le da una interpretación
alegórica, en relación a los cinco pueblos de donde provenían los
antiguos samaritanos y a las divinidades que habían adorado en la
Antigüedad (2Reyes 17:24-34). Si bien el Antiguo Testamento enumera 7 dioses, Flavio Josefo señala que «eran cinco pueblos y cada uno llevó consigo su propio dios».31
Así, el Evangelio de Juan reprocharía al pueblo samaritano,
representado por la mujer, por haber adherido antiguamente a las falsas
divinidades.32
Véase también
- Cristianismo joánico
- Epístolas de Juan
- Autoría de los escritos joánicos
- Discurso de Despedida
- Agua de vida (cristianismo)
Notas
en el siglo II se reconoció al Evangelio de Juan como uno de los cuatro
evangelios canónicos. Lo mismo sucedió en los escritos de los Padres de la Iglesia,
tanto de Occidente como de Oriente, así como en los cánones más
antiguos promulgados por los sínodos de las Iglesias. La única excepción
a la aceptación temprana del Evangelio de Juan fue la del poco
influyente grupo romano formado por el presbítero Caio (o Gayo) y los álogos (es decir, los negadores del Logos joánico).
- Luis H. Rivas
hizo notar que algunas normas recientes de la Iglesia católica
aconsejan a los traductores de los textos bíblicos para la liturgia que
en las lecturas tomadas del Evangelio de Juan se traduzca la expresión
«los judíos» por «los enemigos de Jesús» u otra equivalente, de manera
que quienes escuchen la lectura del evangelio entiendan correctamente lo
que el evangelista quiso decir y no piensen que se está refiriendo a
todo el pueblo judío en general (Rivas, Luis H. (2001). ¿Qué es un Evangelio?. Buenos Aires: Claretiana. ISBN 978-950-512-401-5.).
Bibliografía
Libros y capítulos de libros
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- Brown, Raymond E. (2005). La comunidad del discípulo amado (6ª edición). Salamanca (España): Ediciones Sígueme. ISBN 84-301-0898-X.
- Brown, Raymond E. (2006). La Muerte del Mesías. Desde Getsemaní hasta el sepulcro. Tomo II: Comentario a los relatos de la pasión de los cuatro evangelios. Estella, Navarra (España): Editorial Verbo Divino. ISBN 84-8169-487-8.
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- Wikenhauser, Alfred (1961). El evangelio según San Juan(3ª edición). Barcelona (España): Editorial Herder. ISBN 84-254-0083-X.
Referencias
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Evangelio de Juan.
- Wikisource contiene la obra Evangelio según San Juan.
- Texto griego en Wikisource.
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- El contenido incluye los capítulos y
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fragmentario en los que los capítulos no están completos. Por ejemplo,
el contiene 5 versículos de los 40 versículos del capítulo 18 de Juan.
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Nombre | Fecha | Contenido | Institución | Ref # | Ciudad, Estado | País |
---|---|---|---|---|---|---|
Papiro 2 | 550 | Juan 12:12-15; Lucas 7:22-26.50 (en copto, en el reverso) | Museo Arqueológico Nacional | Inv. 7134 | Florencia | Italia |
Papiro 5 | 250 | Juan 1:23-31.33-40; 16:14-30; 20:11-17.19-20.22-25 | Biblioteca Británica | P. Oxy. 208. 1781; Inv. 782. 2484 | Londres | Reino Unido |
Papiro 6 | 350 | Juan 10:1-2.4-7.9-10; 11:1-8.45-52 (texto griego) | Biblioteca Nacional y Universitaria | Pap. copt. 379. 381. 382. 384 | Estrasburgo | Francia |
Papiro 22 | 250 | Juan 15:25-16:2.21-32 | Biblioteca de la Universidad de Glasgow | P. Oxy. 1228; MS 2-X.I | Glasgow | RU |
Papiro 28 | 250 | Juan 6:8-12.17-22 | Museo del Instituto de Palestina Escuela de Religión del Pacífico |
P. Oxy. 1596; Pap. 2 | Berkeley California |
Estados Unidos |
Papiro 36 | 550 | Juan 3:14-18.31-32.34-35 | Biblioteca Médica | PSI 3 | Florencia | Italia |
Papiro 39 | 250 | Juan 8:14-22 | Biblioteca Ambrose Swasey | P. Oxy. 1780; Inv. 8864 | Rochester Nueva York |
Estados Unidos |
Papiro 44 | s. VI o VII | Mateo 17:1-3.6-7; 18:15-17.19; 25:8-10; Juan 9:3-4; 10:8-14; 12:16-18 | Museo Metropolitano de Arte | Inv. 14. 1. 527, 1 fol | Ciudad de Nueva York | Estados Unidos |
Papiro 45 | 250 | Mateo 20-21,25-26; Marcos 4-9,11-12; Lucas 6-7,9-14; Juan 4-5,10-11; Hechos 4-17 |
Biblioteca Chester Beatty - Biblioteca Nacional de Austria |
P. Bíblico Beatty I Pap. g. 31974 |
Dublín Viena |
Irlanda Austria |
Papiro 52 | 125 | Juan 18:31-33; 18:37-38 | Biblioteca Universitaria John Rylands | Gr. P. 457 | Mánchester | Reino Unido |
Papiro 55 | s. VI o VII | Juan 1:31-33.35-38 | Biblioteca Nacional Austríaca | Pap. G. 26214 | Viena | Austria |
Papiro 59 | 650 | Juan 1-2; 11-12; 17-18; 21 † | Biblioteca y Museo Morgan | P. Colt 3 | Ciudad de Nueva York | Estados Unidos |
Papiro 60 | s. VI o VII | Juan 16:29-19:26 | Biblioteca y Museo Morgan | P. Colt 4 | Ciudad de Nueva York | Estados Unidos |
Papiro 63 | s. IV o V | Juan 3:14-18; 4:9-10 | Museos Estatales de Berlín | Inv. 11914 | Berlín | Alemania |
Papiro 66 | 200 | Juan 1:1-6:11, 6:35b-14:26, 29-30; 15:2-26; 16:2-4, 6-7; 16:10-20:20, 22-23; 20:25-21:9, 12, 17 | Biblioteca Bodmer | P. Bodmer II | Cologny, Ginebra | Suiza |
Papiro 75 | 175-225 | Lucas 3:18-24:53; Juan 1-15 | Biblioteca Apóstólica Vaticana | P. Bodmer XIV, XV | Ciudad del Vaticano | Ciudad del Vaticano |
Papiro 76 | s. VI | Juan 4:9,12 | Biblioteca Nacional Austríaca | Pap. G. 36102 | Viena | Austria |
Papiro 80 | 250 | Juan 3:34 | Fundación San Lucas Evangelista | Inv. 83 | Barcelona | España |
Papiro 90 | 150 | Juan 18:36-19:1; 19:1-7 † | Museo Ashmolean | P. Oxy. 3523; 65 6 B. 32/M (3-5)a | Oxford | Reino Unido |
Papiro 93 | 450 | Juan 13:15-17 | Instituto Papirológico Girolamo Vitelli | PSI 108 | Florencia | Italia |
Papiro 95 | 250 | Juan 5:26-29,36-38 | Biblioteca Médica | PL II/31 | Florencia | Italia |
Papiro 106 | 250 | Juan 1:29-35; 1:40-46 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4445 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 107 | 200-250 | Juan 17:1-2; 17:11 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4446 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 108 | 200-250 | Juan 17:23-24; 18:1-5 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4447 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 109 | 200-250 | Juan 21:18-20; 21:23-25 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4448 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 119 | 200-250 | Juan 1:21-28,38-44 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4803 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 120 | 350 | Juan 1:25-28,38-44 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4804 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 121 | 250 | Juan 19:17-18,25-26 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4805 | Oxford | Reino Unido |
Papiro 122 | 400 | Juan 21:11-14,22-24 | Museo Ashmolean | P. Oxy. 4806 | Oxford | Reino Unido |
Antonio Piñero indica que «se fecha entre el 125/130 d.C.» [Piñero, Antonio (2006). Guía para entender el Nuevo Testamento. Madrid: Editorial Trotta. p. 328. ISBN 84-8164-832-9.].
Gerd Theissen y Annette Mertz lo ubican en «la primera mitad del siglo II».[Theissen, Gerd; Mertz, Annette (1999). El Jesús histórico. Salamanca: Ediciones Sígueme. p. 33. ISBN 978-84-301-1349-1.].
Eduardo Arens indica que «data del año 130 aproximadamente» [Arens, Eduardo (2006). Los evangelios ayer y hoy. Lima, Perú: Ediciones Paulinas. p. 163. ISBN 9972-223-01-9.].
son considerados por el autor del evangelio como personajes históricos.
Una yuxtaposición de personajes históricos y simbólicos no tendría
mucho sentido. T. Lorenzen señaló que se debe considerar, además de la
figura histórica del «discípulo amado», su significado simbólico (Lorenzen, T. (1971). Der Lieblingsjünger im Johannesevangelium – Eine redaktionsgeschichtliche Studie (Stuttgarter Bibel Studien 55). Stuttgart: KBW Verlag.). Para Raymond E. Brown,
resulta patente que el «discípulo amado» tiene una dimensión figurada,
que presenta rasgos de ejemplaridad y que, en muchas formas, es el
modelo de cristiano. Sin embargo -agrega Brown- la dimensión simbólica
no significa que el «discípulo amado» sea nada más que un mero símbolo (Brown, Raymond E. (2000). El Evangelio según Juan, volumen 1. Madrid: Ediciones Cristiandad. pp. 120–121. ISBN 84-7057-426-4.).
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