sábado, 26 de marzo de 2016

SINTESIS DEL JUDAISMO

SINTESIS DEL JUDAISMO





SINTESIS DEL JUDAISMO

A) HISTORIA

Por
judaísmo se entiende el conjunto de la civilización, y tradición
religiosas, culturales y jurídicas del pueblo judío, tal como se
desarrollaron y trasmitieron desde los comienzos de los tiempos
bíblicos hasta el presente. Como tal, no es un ente monolítico.
Comprende muchos diferentes períodos históricos, así como muchas
distintas aproximaciones a las preguntas fundamentales referentes a
Dios, al hombre y al mundo. Aún así, todos estos «Judaísmos» están
ligados por el hilo común de la continuidad de la tradición y el
destino histórico colectivo de los Hijos de Israel.

EL PERIODO BÍBLICO

La
historia del judaísmo se inicia a principios del segundo milenio antes
de la era común (a.e.c.) en Mesopotamia. Allí, a causa de la
destrucción de la ciudad de Caldea de Ur y de otras circunstancias
externas, se daba un gran desplazamiento de población. Entre las muchas
familias que migraban con dirección norte hacia Asiria se hallaba una
cuyo destino la llevaría al descubrimiento de que existe un solo Dios.
Esta familia, conforme a los relatos bíblicos, estaba encabezada por
Abraham y Sara. Más tarde migraron a las tierra de Canaán y fue allí
donde se desarrollaron sus ideas monoteístas.

Nuevas
circunstancias empujaron a muchos semitas occidentales a Egipto, con
la conclusión de algunos miembros de la familia patriarcal. Allí la
experiencia de la esclavitud y la redención definió al pueblo judío y a
su futura fe. Al abandonar Egipto hacia el año 1250 a.e.c.
aproximadamente, en medio de eventos cataclísmicos (el Éxodo), los
hijos de Israel experimentaron en el Sinaí un despertar religioso y
nacional, el que describieron como Revelación Divina. Bajo la guía de
su maestro Moisés llegaron a aceptar lo que consideraron la Ley de
Dios. La Tora se transformaría en la guía directora de toda la historia
judía subsiguiente.

De
estas experiencias en el Sinaí, junto con la percepción judía de la
Revelación de Dios, surgió la Tora. La Tora, mejor conocida como los
Cinco Libros de Moisés o Pentateuco es, según la tradición judía, el
resultado de la Revelación Divina directamente a Moisés y a través de
él, a la totalidad del pueblo judío y para el mundo entero. Los
estudios modernos han cuestionado la validez de esta afirmación,
basándose en su propio análisis literario de la Tora. Su teoría es que
la Tora fue redactada o editada a partir de varios documentos, cada uno
siendo el producto de grupos o autores distintos, en épocas
diferentes. De cualquier manera hasta los tiempos modernos, tales
tópicos no afectaron en modo alguno el desarrollo del judaísmo. Para
los Rabinos del Talmud y para sus sucesores en la Edad Media y moderna,
la creencia en la santidad y la revelación de la Tora eran un axioma.

A comienzos del siglo XII (a.e.c.)
Israel ocupó la tierra de Canaán, que conquistaron lentamente. Allí
encontraron a algunos miembros de su clan que nunca habían abandonado
esta tierra, y juntos empezaron a forjar una nueva sociedad. La base
ideal de esta sociedad fueron las tradiciones que los israelitas habían
recibido en el Sinaí, pero de hecho la realidad fue muy distinta. Por
todas partes se sentía la influencia de los cananitas, y pasaron muchos
años antes que los israelitas pudieran liberar de esta influencia a su
pueblo. (El Rey Salomón quien reino entre 970 y 930 a.e.c.) había
construido el Templo de Jerusalem. Los reyes que lo sucedieron hicieron
ilegal el culto en los santuarios esparcidos por el país y
centralizaron el culto en el Templo.

El
reino de Salomón se dividió a su muerte en dos pequeños Estados, Judea
en el sur e Israel en el norte. Este último se sintió atraído con
mucha mayor fuerza por las influencias paganas circundantes. El norte
fue destruido por Asiria en el 722 (a.e.c.) y el sur junto con el
Templo de Jerusalem, por los babilonios en el 586 (a.e.c.).

Estos
sucesos fueron de importancia capital dentro de la historia del
judaísmo. Por una parte, el Templo debía ser reemplazado, aunque fuera
de modo temporal. Existen evidencias que se había desarrollado una
nueva clase de culto en el exilio, sin presentar sacrificios en el
Templo. Asimismo, por primera vez, había un gran porcentaje de la
población judía fuera de la tierra de Israel. La Diáspora había nacido y
el judaísmo comenzó a ser una religión mundial.

EL HELENISMO Y LA PLURALIDAD JUDIA

Al
retomar algunos judíos a Judea durante el gobierno persa 538 (a.e.c.)
se reconstruyó el Templo y se inició la Segunda Mancomunidad. Durante
este período, los sabios judíos desarrollaron un método de
interpretación llamado Midrash, por el cual se interpretaba un verso
bíblico a la luz del otro. Esta forma de exégesis, tanto como las
tradiciones legales que entonces se desarrollaron en base a la Tora,
servirían como base al judaísmo post-bíblico.

La influencia griega sobre la Tierra de Israel y sobre los judíos había aumentado lentamente desde el siglo IV (a.e.c.).
Con la llegada de Alejandro El Grande en el 334 (a.e.c.) esta
influencia se incrementó enormemente en Judea, y los judíos comenzaban a
sentir sus efectos en las esferas religiosas y culturales, mientras
que antes sólo había afectado a la economía. A comienzos del siglo
II (a.e.c.),
algunos judíos que deseaban asimilarse al mundo helenista y obtener
las ventajas políticas, sociales y económicas que aquel conllevaba,
trataron de reorganizar a Judea según los planteamientos de una Polis
(ciudad - Estado) helénica y de convertir el Templo en un santuario más
de los dioses del Pantheón griego. Una familia de sacerdotes conocidos
como los Macabeos o Hashmonitas, sin embargo se opuso y junto con sus
seguidores iniciaron una revuelta victoriosa que duró del 168 al 165
(a.e.c.). Los Seleucidas, sucesores de Alejandro, gobernantes de Siria,
se solidarizaron con sus aliados pro-helénicos y declararon ilegal la
práctica del judaísmo, pero los Macabeos restablecieron el culto judío
en el Templo, y esta victoria se conmemora actualmente en la festividad
de Januka.

El
desenlace final del aspecto político de esta lucha se alcanzó en el
153 (a.e.c.) al necesitar los seleucidas la ayuda militar de Jonatan el
Hashmonita. A cambio de dicha ayuda, estaban dispuestos a conceder la
independencia a Judea (141 a.e.c.) Ahora los reyes - sacerdotes
hashmoneos eran reconocidos de modo oficial. El helenismo, al menos en
su forma extrema, había sido rechazado por el pueblo de Israel, que a
cambio escogió mantener su propio carácter espiritual y su tradición
nacional y religiosa.

El
período hashmoneo trajo también muchos cambios religiosos. A partir de
esta época se conoce un pluralismo espiritual. Estaban los fariseos
que eran los antecesores-espirituales de los Rabinos del Talmud., los
saduceos, que conformaban el grupo del sacerdocio y la aristocracia, y
otros grupos como los esenios, la secta de los «Ro­llos del Mar
Muerto», quienes rechazaban tanto los valores religiosos como
económicos de la sociedad de Jerusalem. La existencia de tantos grupos
distintos permitió la evolución de distintas aproximaciones al judaísmo.
Aunque cada grupo se veía a si mismo como poseedor del «verdadero»
camino, en realidad la decisión final sería dada por el devenir
histórico.

Desde
63 a.e.c. Palestina estaba bajo la influencia y control de Roma y
luego se transformó en un vasallaje, perdiendo su autonomía política.

 Esta es la época de nacimiento de Jesús y el comienzo de la formación del cristianismo.

Hacia
el final de la Gran Revuelta del 67 al 70 (E.C.), los romanos
destruyeron el Templo y asimismo gran parte del país. Los saduceos
perdieron su plataforma de poder al ser arrasado el Templo: grupos como
los esenios o la secta del Mar Muerto fueron aniquilados físicamente o
como resultado del gran desencanto espiritual causado por el fracaso
de la revuelta, no pudieron continuar sus prédicas. Sólo los fariseos
permanecieron como grupo capaz de sobrevivir. Los sabios fariseos fueron
escogidos por los romanos para administrar los asuntos internos y
religiosos de los judíos. Esto decidió la consolidación del judaísmo
post-bíblico.

Sin
embargo algunas tendencias que podían ser observadas dentro de los
grupos sectarios, tales como las sectas apocalípticas extremas, no
desaparecerían. En gran parte, la ideología sectaria iba a jugar su
papel en el desarrollo de la naciente cristiandad, la que hacía gran
énfasis en la cercanía del ideal mesiánico y en su cumplimiento. Aún
así, hay que enfatizar que estos grupos no deben ser considerados los
predecesores del cristianismo puesto que conservaron interpretaciones
de la Ley aún más estrictas y más literales que aquellas encontradas
entre los fariseos y sus descendientes rabínicos.

La
tradición farisea estaba ya bastante extendida durante el período
previo a la destrucción, aunque es aún discutible su número. En el
tiempo de la conquista de Judea por los romanos en el 63 (a.e.c.) los
principios de los que hemos llegado a llamar tradición Mishnaica se
podía observar entre los fariseos. En realidad, los fariseos ya
constituían un grupo intelectual definible que más tarde sería llamado
TANAIM, palabra que designa a los transmisores de la tradición de la
Mishna.

Los
primeros sabios fariseos habían participado en un Concilio de
dirigentes judíos, junto con otros grupos (fabne 71e.c.), y estaban
bastante involucrados en los tópicos políticos de su tiempo. En la
época de la conquista romana y poco después, bajo el liderazgo de los
sabios Hilel y Shamai, el fariseismo se presentaba a si mismo cada vez
más como un movimiento religioso e intelectual. Los tanaim tomaron la
conducción del estudio y la enseñanza de lo que los rabinos posteriores
llamaron el Talmud o Ley Oral. Esta casi segunda Tora, consistía en la
Ley judía (HALAJA, o el modo de vida) y saber (AGGADA, tradiciones y
leyendas narradas). Al desarrollar estas enseñanzas, los tanaim echaron
los cimientos para las grandes colecciones de tradiciones que se
redactarían más tarde.

Fue hacia esta época que algunos de las fuerzas mesiánicas y apocalípticas que se habían estado gestando dentro de las sectas, emergieron en Judea en la forma de la primera cristiandad. En sus etapas iniciales, la Cristiandad era una forma de judaísmo. Hacia comienzos del siglo II y con la decisión de la Iglesia naciente de liberarse de las obligaciones de la Ley (Halajá), cesó la cristiandad de ser una forma de judaísmo.

JUDAISMO RABINICO

Luego
de la destrucción del país y de su Templo en 70 (e.c.) los fariseos
entraron nuevamente en asuntos políticos. En realidad los romanos
confiaron los asuntos internos de la comunidad judía de Palestina en
dichos rabinos, lo que produjo durante un tiempo una creciente
estabilidad y recuperación económicas. El oficio de Patriarca (Nasi) fue ocupado por una dinastía hereditaria de descendientes de Hillel. Como resultado del discolamiento experimentado por la nación, los tanaim encontraron que era necesario consolidar las tradiciones del período precedente. La liturgia fue fijada, y
se recopilaron numerosas leyes y explicaciones en una colección fácil
de recordar. Este material se convirtió, eventualmente, en la base de
las tradiciones de los tanaim que se encuentran en la Mishna, Guemará
Tosefta y Misdrashim. Estos textos, que se hallaban aún
en forma oral en esta época, constituyeron la base de las tradiciones posteriores del Talmud Palestino y Babilónico y por lo tanto la base del desarrollo del judaísmo que nos es familiar en nuestros días.

Hacia el 132 (e.c.) las expectativas mesiánicas de los judíos habían sido nuevamente incorporadas al deseo de ser redimidos de la opresión romana. Sin embargo, el resultado final de esta situación, la Revuelta de Bar Kojba, terminó en la derrota y la devastación del país. Pero como una cantidad suficiente de rabinos no apoyaron la revuelta, al terminar ésta los romanos decidieron como una solución práctica dar de nuevo el poder a los Sabios, y así los esfuerzos intelectuales y religiosos de los tanaim pudieron continuar. Hacia el año 200 (e.c.) el material atesorado en la Mishna y organizado por el Rabi Akiva (alrededor del 50-135 e.c.) y por su discípulo el Rabi Meir, estaba listo para su redacción final, bajo la dirección del Rabi Juda el Príncipe.

Al término de la compilación de la Mishna, finalizó el período tanaitico. Entonces en la región de Babilonia, en Mesopotamia, donde había existido una gran comunidad judía desde la destrucción del norte de Israel en el 722 a.C. y en Palestina, grupos de sabios iniciaron el trabajo de explicar las tradiciones de los tanaim, algunas de las cuales estaban siendo incorporadas a la Tosefta y al Midrash Halajico (legal). Los Amoraim (los que explican las Mishna) que fueron los rabinos de este período, además de contribuir al desarrollo gradual de los Talmud Palestino y Babilónico, dejaron mucho material en forma de Midrash explicativo, que fue aparentemente el resultado de las lecciones de la Sinagoga, dadas en la tarde del Sábado. Todos estos textos constituyeron lo que ahora llamamos Literatura Talmúdica o Posbíblica y que forma la base del judaísmo rabínico.

A causa de las persecuciones, aunadas a difíciles condiciones económicas, hacia los principios del siglo IV se compiló el Talmud Palestino sin haber finalizado el comentario rabínico. Al mismo tiempo, el oficio de Patriarca se abolió en Palestina. El Talmud Babilónico se completó a fines del siglo V, pero su interpretación fue continuada por los Saboraim (comentaristas) hasta poco después de la conquista islámica de la Mesopotamia en el 638 (e.c), cuando se publicó.

EL JUDAISMO MEDIEVAL

La llegada de los musulmanes determinó un nuevo momento del judaísmo, el proceso de cambio del período rabínico al período medieval. La judería palestina se eclipsaba, aunque ahora sabemos que era mucho más creadora de lo que habíamos pensado. Pero para entonces la Diáspora era mucho más importante. Además de las poblaciones judías de Babilonia
y del mundo helénico, ya conocidas en el período anterior, los judíos
llegaban ahora al Norte de África, al Sur de Europa y aún a España y
Francia. Se establecieron también comunidades en Turquía y los
Balcanes. Y mientras es difícil decir cómo llegaron los judíos al
Oriente, este período aparece como una lógica elección. Arabia era el
hogar seguro de muchos judíos, factor que ayudó a producir el
nacimiento de la nueva religión monoteísta: el Islamismo.

El establecimiento
del nuevo califato en Bagdad, en el cual se habían establecido también
las grandes academias talmúdicas de Babilonia, hizo posible el
establecimiento de
la hegemonía talmúdica sobre las comunidades judías del mundo islámico. Parece que gran parte de la Diáspora no siguió las prácticas que los Tanaim y Amoraim palestinos estaban desarrollando. En lugar de esto, las costumbres locales persistieron, algunas de las cuales se cree, actualmente, tuvieron nexos con las antiguas tradiciones sectarias de la época del Segundo
Templo. Bajo los musulmanes, los rabinos de Babilonia pudieron exigir a
las más apartadas comunidades judías que acataran su
liderazgo espiritual. De este modo, el judaísmo Talmúdico de los Babilonios, en lugar del Talmud Palestino, se convirtió en norma para todos los judíos.

De hecho
se presento cierta oposición a esta normalización. La secta conocida
como los Caraitas se originó, aparentemente en el siglo
VIII (e.c.)
como una coalición de varios grupos que no seguían la dirección
rabínica. Estos grupos habían basado desde mucho tiempo su judaísmo
sobre su propia interpretación de la Tora, alineados bajo
el concepto
de literalismo y ahora rechazaban la interpretación rabínica. Hasta
cierto punto, algunas creencias de los antiguos saduceos, o aún de la
secta de los Rollos
del Mar Muerto pueden haber influenciado en el desarrollo de esta división sectaria del siglo VIII. Este grupo ha contribuido, al fenómeno multifacético que denominamos judaísmo.

Los
rabinos babilónicos, conocidos como GAONIM «eminencias» no pudieron
mantener por mucho tiempo el control absoluto. Hacia mediados del siglo
XII, se habían establecido autoridades locales a través del mundo judío. Pero para esta época el judaísmo
se había regularizado suficientemente de modo que en realidad las
costumbres locales añadían sabor y belleza a las prácticas, sin
detractar de la unidad esencial del
pueblo judío ni de su modo de vida.

El período gaonico fue también de importancia central en el desarrollo de la filosofía y del misticismo judío. Por supuesto,
que estos dos aspectos de la tradición judía eran muchos más antiguos.
Los aspectos místicos se encuentran ya en la Biblia
y en
los Rollos del Mar Muerto y existen algunas referencias en la
literatura talmúdica. Pero fue en el período gánico cuando se editaron
los textos básicos del primitivo misticismo judío, preparando
el escenario para la popularidad del Zohar, el gran trabajo de la Kabbala, la tradición del misticismo judío medieval. Hacia el fin de la Edad Media, se había desarrollado al máximo la
aproximación mística al judaísmo por parte del círculo de los
cabalistas místicos de Safed, en la Tierra de Israel. El misticismo se
había convertido en un sistema para comprender al pueblo judío, su Dios
y sus creencias.

Este
gran aspecto de la tradición judía tuvo también su lado oscuro,
algunas veces, cuando las condiciones históricas para los judíos eran
más difíciles, se presentaban falsos Mesías que proclamaban su
mesianidad con base en la doctrina cabalística. Este fue el caso de
Shabbetai Zevi (1626-1676 d.C) cuyas pretensiones mesiánicas se basaban
en parte en el misticismo judío.

La
filosofía no estaba apartada del judaísmo y se había hecho evidente en
los trabajos del filósofo de Alejandría Filón (cerca de 20 A.C-50
D.C), aunque su trabajo no tuvo mucho impacto fuera de la comunidad
helenista judía y de aquellos cristianos que leyeron sus obras en
griego. Al diluirse el judaísmo helenista, también Filón se alejó de la
escena judía. Sólo en la Edad Media, bajo la influencia del reciente
interés islámico en la filosofía y en las nuevas traducciones de los
textos clásicos de la filosofía griega al árabe, los trabajos del
Saadia Gaón (882-942) Moisés Maimónides (1135-1204) Juda Halevi (antes
de 1070 a 1141) Salomón ibn Gabirol (1021 - 1058) y Bahya Ben Josef ibn
Paquda (segunda mitad del siglo
XI), culminaron
esta aproximación al pensamiento judío y a su literatura. Ciertamente
en este momento estaba listo el escenario para la eventual
confrontación del judaísmo con la filosofía moderna, confrontación que
perdura dentro de la comunidad judía contemporánea.

Los
estudios de la Biblia por los judíos adelantaron mucho durante el
período medieval. En el área de los estudios bíblicos, la iniciación de
los estudios gramaticales y lexicográficos fue estimulada grandemente
por los nuevos descubrimientos referentes al idioma árabe. Pero, aún
más importante, el reto canaita estimuló a los judíos a desarrollar aún
más la interpretación bíblica. Comentaristas tales como Abraham ibn
Ezra (1089-1164), Moisés Najmanides (1194-1270), David Kimhi
(1160-1235) y el prominente Rashi (Salomón Ben Isaac 1040-1105) crearon
un verdadero tesoro de exégesis bíblica.

Simultáneamente
se desarrolló la ley judía (Halajá), se crearon nuevos comentarios
sobre el Talmud siendo uno de los más famosos el Rashi. Se editaron y
publicaron los códigos legales de Maimónides y el Shuljan Aruj, que es
el código por Josef Caro (1448-1575). Adicionalmente la literatura
«responsa», o sea cartas que discutían las soluciones a querellas
legales enviadas a las academias o a los principales estudiosos,
ayudaron a unir a los judíos y fueron una fuerza primordial dentro de
los esfuerzos de normalización de los maestros gaonim de Babilonia, y
luego también en otros centros.

VIVENCIA JUDIA EN TIERRAS CRISTIANAS

Durante
la Edad Media ocurrió asimismo un gran cambio en la demografía judía.
Los judíos se trasladaron a Europa en números cada vez más crecientes,
lo que produjo que la mayoría de los judíos vivieran en tierras
cristianas y que el centro de la cultura y la literatura judías se
trasladaran a Europa, aquí, los judíos se enfrentaron a sus vecinos
cristianos, a veces en disputas, a veces en diálogo, pero a menudo
perecieron por causa de su adhesión a la fe ancestral que ninguna
persecución antijudía podía destruir.

En
Europa, la persecución fue fomentada por las Cruzadas, que lanzaron a
las clases sociales más bajas contra los judíos. Ciertamente, este
fuerte antisemitismo continuó a través de los siglos hasta culminar en
el Holocausto, o sea el intento del genocidio de toda la judería europea.

Es a partir de este momento que se puede hablar de los judíos como dos comunidades separadas,
los Ashkenazim y los Sefardim, cada una de costumbres y tradicio­nes
ceremoniales separadas. Los Ashkenazim (a partir de un término que
designaba a Alemania) se esparcieron desde Europa Central y Oriental,
mientras que los Sefarditas (literalmente españoles) vivieron en
las tierras
mediterráneas, incluyendo a España, de donde habían sido expulsados
(1692) el norte de África, Egipto, Palestina, Turquía, Italia y
Francia.

El fin de la Edad Media halló a los judíos con una tradición intelectual altamente desarrollada.
Su ley (Halajá) había sido codificada, sus teorías místicas y
filosóficas se habían desarrollado de modo extensivo, y el estudio de
la Biblia, del Talmud y de la literatura y ciencias judías habían avanzado.

JUDAISMO Y EL MUNDO MODERNO

Es difícil trazar la línea divisoria entre el judaísmo medieval y el moderno,
puesto que la transición tuvo lugar en épocas y lugares diferentes.
Para los judíos de Italia, el fin del Medioevo fue marcado por el
Renacimiento. Para aquellos
en el resto de Europa lo fue por la Iluminación, la Revolución Industrial y la Emancipación. Para los judíos del mundo árabe, este proceso se dio a principios del siglo XX con el inicio de la modernización en los países islámicos.

Pero
aunque el centro de la vida judía viró a Europa de modo marcado
durante el período moderno, al menos en sus etapas iniciales, tenemos
razones
que justifican fechar el comienzo del período moderno hacia 1800. Poco después de esta fecha, los judíos se hallaron lanzados de modo súbito a un nuevo mundo en el que, por primera vez, les era dada la opción de participar en una cultura más amplia. Esta cultura dominante estaba, en apariencia, dispuesta a aceptarlos y les exigía ciertos compromisos o adaptaciones
de poca importancia. Este nuevo reto dio lugar a varios movimientos:
reforma religiosa, reforma cultural y sionismo, que es el Movimiento de
la Liberación Nacional que finalmente llevó a
la creación del Estado de Israel.

Los judíos reaccionaron de diferente manera al proceso de la modernización en la civilización europea. Algunos judíos, especialmente en Europa Occidental, se
sintieron atraídos por la idea de la emancipación. Este concepto
prometía la completa igualdad social a los judíos que dejaran los
confines de
sus propios ghettos y participaran de
la cultura general. En Europa Occidental, este movimiento llevó a la
adopción de los idiomas de algunos vernaculares, a una creciente
asimilación y,
eventualmente, al matrimonio mixto de parte de algunos de la comunidad judía.

Al mismo tiempo, estos mismos factores estimularon la inauguración del estudio
histórico del judaísmo. Esta ciencia del judaísmo intentó introducir
los métodos de estudio histórico y filosófico entonces prevalentes
dentro de la comunidad académica europea, al estudio del judaísmo y de
su literatura. Además, los líderes
de este movi­miento esperaban demostrar que la tradición judía era un valioso tópico de investigación intelectual y facilitar la entrada de los judíos a la vida científica de Europa. Eventualmente, este movimiento se esparció a todos los segmentos de la comunidad judía y produjo grandes resultados en estudios judaicos también en Israel y América.

Los
judíos de Centro Europa y del Occidente acogieron bien la
Emancipación, junto con la idea de la reforma religiosa. Asumieron que
con el cambio de las condiciones sociales para los judíos, su religión y
cultura, debían ser modernizadas. Se pidió mayor decoro en los
servicios y se implantaron prácticas similares a las de sus vecinos
protestantes.

Además,
las antiguas ceremonias y las barreras rituales que separaban a los
judíos de sus vecinos debían ser eliminadas. Sólo de este modo pudieron
los judíos vivir dentro de la sociedad y pudo el judaísmo continuar
sobreviviendo. Algunos judíos alemanes, involucrados en el estudio
histórico del judaísmo, deseaban mantener la teoría tradicional, e
inauguraron una aproximación que hemos llegado a llamar «judaísmo
Histórico». Fue esa ideología la que eventualmente sirvió como base al
movimiento conservador que se desarrolló en América y luego en todo
Occidente.

Otro
segmento del pueblo judío, los neo-ortodoxos, enseñaron que era
posible mantener la tradición del pasado y al mismo tiempo participar
de los aspectos de la cultura circundante. En esta forma de Ortodoxia
Moderna y la que, como la Reforma y el judaísmo Conservador, también
refleja una reacción a la modernización. No es necesario decir que la
igualdad civil tan buscada por los judíos en Europa Occidental duró muy
poco, y que gran parte de esta comunidad fue eventualmente destruida
en el Holocausto.

En
la Europa Oriental, el Iluminismo llevó a los judíos a intensificar
los aspectos seculares del judaísmo. Así se inició un renacimiento de
la literatura hebrea, especialmente en lo relativo a los temas
seculares. Al mismo tiempo, el naciente movimiento sionista divulgó
entre los judíos que sólo en su propia tierra podría realizarse su
destino. Los progroms de la década de 1880 les demostraron la futilidad
de sus esfuerzos de asimilación dentro de la sociedad general. Son
bien conocidas las vastas movilizaciones de la población judía de Europa
Oriental hacia América y la Tierra de Israel durante el final del
siglo
XIX y principios del XX.

El Movimiento Jasídico, formado a fines del Siglo XVII mostró
una reacción completamente opuesta al de la modernización. Encarados a
las nuevas circunstancias, los místicos intensificaron su teoría, y
esta circunstancia, junto con ciertos factores sociales e históricos,
llevó a la más reciente etapa en la historia del misticismo judío, el
Jasidismo. Sus adherentes enfatizaban los aspectos espirituales del
judaísmo y la realización de su destino espiritual dentro del contexto
de la compacta unidad de la comunidad religiosa. El surgimiento de este
movimiento en Europa Oriental y su subsiguiente desarrollo en América e
Israel, son los principales factores que contribuyen a la
supervivencia del judaísmo ortodoxo dentro del mundo moderno.

ELSIGLOXX

Los
eventos más significativos de la reciente historia del judaísmo, no
han tenido aún su completo impacto. Comenzando el final del siglo
XIX, las
fuerzas del creciente nacionalismo europeo, del antisemitismo y del
antiguo mesianismo judío se combinaron para producir el movimiento
sionista. Al principio, este movimiento fue visto como una amenaza para
las normas tradicionales judías, pero con el tiempo fue adoptado por
casi todos los judíos.

En
el mismo umbral de su realización, este sueño de la restauración de la
antigua patria judía fue roto por la peor demostración de odio
antisemita en la historia. Entre 1938-1945, seis millones de judíos,
aproximadamente un tercio de la población judía mundial, fueron
asesinados brutalmente por los nazis. Los judíos que en aquel entonces
vivían en Palestina vieron frustradas sus ambiciones de ofrecer un
refugio seguro para los judíos de Europa. Cuando los sobrevivientes a
los brutales medios de destrucción que asesinaron a seis millones de
sus hermanos judíos salieron de los campos de concentración, se les
negó el acceso a Palestina, que se hallaba entonces bajo el mandato
británico. Finalmente, de las cenizas se declaró el Estado Judío en
1948, evento que sirvió, en escala pequeña pero apreciable, como
consuelo al pueblo judío por la inescrutable tragedia de la destrucción
de la judería europea.

Estos
eventos produjeron un cambio masivo en la demografía judía. El
Holocausto trajo el fin de los principales centros de población judía
en Alemania y en los países y territorios ocupados por los nazis. Las
comunidades de la judería palestiniense y norteamericana aumentaban
continuamente con inmigrantes que buscaban una nueva vida. La creación
del Estado de Israel produjo a si mismo, una emigración en gran escala
de los judíos establecidos en los países árabes, lo que a su vez causó
la virtual terminación de lo que una vez fueron grandes centros
culturales judíos. Actualmente, las juderías norteamericana e israelí
constituyen las mayores comunidades, existiendo aún, detrás de la
cortina de hierro, un importante grupo en la Unión Soviética.

Existen
comunidades grandes en Francia e Inglaterra y más pequeñas en Europa
Occidental, en la mayoría de los países comunistas y en Sud América. De
todos modos, no existe virtualmente ningún país en el mundo que no
tenga una pequeña comunidad judía.

El
Holocausto dejó al pueblo judío en búsqueda de una respuesta
teológica. Algunos dijeron que Dios, por alguna razón inexplicable,
-había desviado su mirada. Otros vieron el Holocausto como el preludio
de la restauración del Estado Judío.

Otros
simultáneamente permanecieron quietos y silenciosos, dándose cuenta de
su incapacidad para resolver los dilemas teológicos producidos por
este evento.

Las
opiniones sobre el significado de la creación del Estado de Israel
ante el pueblo judío fueron también variadas. Algunos vieron el Estado
como el comienzo de la redención mesiánica, mientras que otros lo
vieron sencillamente como un paso más en la asimilación de los judíos a
una nación «normal» como todas las demás naciones. A través del corto
tiempo de existencia del Estado Judío, Israel ha sido el mayor factor
de unión dentro del pueblo judío. El pueblo judío en Israel y en la
Diáspora cree que Israel será la realización de sus sueños, de una
sociedad que incorpore las ideas y el destino del pueblo judío. En tal
sentido, Israel representa, quizás, un paso auspicioso para todos los
judíos hacia la redención.*

(Nota:
Dada la importancia del Holocausto y del Renacimiento del Estado de
Israel en la historia moderna del pueblo judío, se tratarán estos temas
en forma separada).



B)   CREENCIAS   BÁSICAS  JUDIAS

El
judaísmo de los rabinos talmúdicos, sentó las bases para la teología y
las prácticas de los judíos medievales y modernos. Aún los movimientos
religiosos modernos, con su deseo de reformar las antiguas
estructuras, tomaron como punto de partida las tradiciones de aquellos
sabios. Con el fin de contribuir a la comprensión de lo que se ha
llamado a menudo judaísmo «Normativo», vamos a resumir sus creencias
teológicas y religiosas. Debe recordarse, sin embargo, que la
sistemática presentación de principios teológicos es por si misma,
totalmente ajena a los rabinos del Talmud, cuyas creencias deben tan
sólo extrapolarse a partir de sus varias tradiciones exegéticas y
jurídicas.

El
mundo fue creado por un Dios que ha existido desde la eternidad y que
existirá para siempre. Este Dios es Omnipotente, Omnisciente. El creó
el mundo, por su Voluntad y persevera como dueño de sus eventos. Su
único deseo es que sus criaturas obedezcan su guía y observen su Tora,
que es el instrumento por el cual Dios revela al hombre su voluntad
divina. En su sentido más amplio, la Tora es la instrucción dada por
Dios a Moisés en el Sinaí en forma de la Ley Escrita y también la Ley
Oral. La primera está preservada por la Biblia Hebrea (lo que los
cristianos llaman Antiguo Testamento) y la segunda se explica en la
literatura del Talmud y del Midrash. Juntas, y dentro de una tensión
creativa, estas dos fuentes forman la base del judaísmo. Dios le exige a
su pueblo que obedezca la Ley (Halajá) y al hacerlo logrará el acceso
al mundo por venir y la recompensa dentro de éste. Los no judíos pueden
también lograr esta recompensa, al observar unos siete preceptos, los
Mandamientos de Noé, que son una especie de conjunto rabínico de leyes
naturales a que está sujeta toda la humanidad. La opción del
proselitismo o conversión al judaísmo, queda abierta para el no - judío
sincero que desee identificarse de modo completo con el pueblo judío y
adoptar su modo de vida.

Lampara de Aniversario


Lámpara de aniversario de fallecimiento de fines del siglo pasado.Museo Sefaradí






La
Halajá busca santificar nuestra vida entera y nuestras relaciones,
tanto con Dios como con los demás hombres. En ella y a través de ella,
uno logra la perfección en lo referente a las preocupaciones éticas y
morales a  los asuntos rituales y de hecho para el judaísmo Rabínico no
existe
tal distinción, pero sí para el profético. Toda la orientación
proviene de la Ley, que busca santificar aún la más mundana de las
actividades humanas con miras a infundir divinidad en la vida de los
mortales.

El estudio y enseñanza de la Ley
(Halajá) se ve, en si mismo, como un valor religioso. A través de éste,
uno aprende no sólo como realizar la voluntad Divina, sino a
participar en la transmisión continua de la tradición. El estudiante
de la
Tora se convierte en un eslabón de la ininterrumpida cadena que conecta al pueblo judío con la Revelación del Sinaí.

La observancia o no observancia de los mandamientos lleva al hombre a la recompensa o al castigo,
tanto en esta vida como en la siguiente, aunque algunas veces parece
que los justos sufren en este mundo, de hecho les espera su recompensa
en el mundo por venir; cuando parece que los malvados prosperan en este
mundo, esto es sólo una ilusión, en la vida futura recibirán su justo
castigo.

Pero
el tópico de recompensa y castigo va más allá del mero individuo. La
Comunidad de Israel busca el logro de la recompensa colectiva, de la
Era Mesiánica. Se cree que, en algún momento futuro, una serie de
eventos transformarán al mundo y al Pueblo de Israel, y se iniciará un
período de perfección. Esta Era comenzará con una serie de cataclismos,
pero al final, prevalecerá la paz. Al fin de los días el Pueblo de
Israel saldrá de la dominación extranjera y estará regido en su
propia tierra por un Rey Davídico, un Mesías. Junto con la Era Mesiánica
llegará el reconocimiento final de la verdad del Dios de Israel por
todas las naciones,
lo que
a su turno llevará a la fraternidad y unión de todos los pueblos del
mundo de la Era Mesiánica. Todos obedecerán la voluntad de Dios y
orarán al pie de Su montaña. El Templo será reconstruido en Jerusalem y
la resurrección final llevará a todos quienes vivieron con justicia al
gozo de la dicha eterna.

Cabe mencionar que la filosofía judía moderna no está de acuerdo con algunas de estas creencias

 C) RITUALES TRADICIONALES

Durante
siglos, entre la codificación del judaísmo mishnaico y el surgimiento
de los movimientos modernos, ha existido un esquema básico de prácticas
rituales judías, que los han unido.

Estos
ritos fueron primero establecidos por la Mishna y el Talmud, y luego
por los Códigos medievales de la ley judía. Como tal hacen parte de la
Halajá, o sea el sistema de la ley judía. Mientras que ciertamente han
existido divergencias a través del tiempo en lo referente a
reglamentaciones y costumbres específicas de la ley judía, en la
mayoría de los casos se trata de diferencias de poca importancia que
añaden sabor a la vida de los judíos. Muchas de estas hermosas
costumbres locales y ritos de oración han sido reunidos en Israel por
inmigrantes Askenazies y Sefarditas, que las han preservado durante
muchas generaciones y que las han traído desde sus países de origen.

Lámpara de Januka


Lápara de Januka. Museo Sefaradí
Rimoním sigo XIV
Rimonim siglo XIV guardado en la Catedral de Palmas de Mallorca


LA BÚSQUEDA DE LA SANTIDAD

La
vida de un judío tradicional debe ser dedicada, en todo momento, a la
búsqueda de la santidad y al cumplimiento de sus obligaciones
religiosas. El día se inicia con una serie de rituales. Apenas se
levanta, el judío lava sus manos, de modo tanto físico como espiritual,
para prepararse al servicio del Creador. Existen reglas específicas
referentes al vestido. Los hombres cubren sus cabezas con un pequeño
gorro llamado Yarmulke en yiddish, o kippa en hebreo, y se visten con
el tradicional Tsitsit de cuatro franjas. Las mujeres deben vestir
modestamente. Las mujeres casadas deberán cubrir su cabello. Con
bendiciones especiales se agradece a Dios por el cumplimiento de las
funciones fisiológicas y por proveer a las necesidades diarias.

ORACIÓN:

Luego
de las bendiciones matinales, el judío de sexo masculino y de más de
trece años (BAR MITZVA) viste el manto de la plegaria (TALIT) y las
filacterias (TEFILIN), y da comienzo al ritual de la oración de la
mañana (SHAJARIT). Este ritual se lleva a cabo preferiblemente con la
participación de diez hombres adultos (MINIAN), generalmente, en la
Sinagoga. El Servicio se centra en la recitación del Shema (Deut
6:4-9), la declaración judía de fe en un solo Dios, en sus bendiciones
asociadas y en la devoción silenciosa llamada AMIDA o la «plegaria de
pie» literalmente. En las mañanas de los días lunes y jueves, así como
en la mañana y tarde del sábado, y la mañana de las fiestas y
semifiestas es leída una parte escogida del Rollo de la Tora.

Dentro
del judaísmo tradicional, el hebreo, para quienes lo dominan, es el
idioma de la oración. El idioma hebreo se considera poseedor de
cualidades místicas que unen al judío con su Creador y, a su vez, a
todos los judíos con la Tierra de Israel, aquel lugar especial en donde
se halla con mayor esplendor la cercanía de Dios con el hombre.

Rimoním de plata siglo XIX


Rimoním de plata (adorno para los Rollos de la Torá) procedente de Marruecos y fechado en el siglo XIX. Museo Sefaradí, Toledo


Un
hombre judío debe orar tres veces al día. El servicio vespertino
(MINJA) está formado del salmo introductorio y la Amida, mientras que
el servicio de la noche (MAARIV) consiste en el SHEMA y sus
bendiciones, y la Amida. En los sábados y días festivos existen
expansio­nes especiales que prolongan los servicios, al ser recitado el
MUSAF, que es un servicio adicional y al ser leída la porción completa
de la lectura semanal de la Tora. (En los Sábados y Festivos no se
llevan las filacterias). Cada año se completa la lectura de la Tora
(formada por los Cinco Libros de Moisés).

Las
comidas deben ir siempre precedidas y seguidas del recitado de
bendiciones (BERAJOT), puesto que todo es creación de Dios y los
hombres debemos ofrecer gracias por lo que recibimos; sólo podrá
comerse alimentación Kasher. Aunque las reglamentaciones de preparación
de la alimentación Kasher no son sencillas, pueden describirse
brevemente así: 1) Sólo aquellos animales que la Tora especifica como
«puros», son Kasher, pueden ser ingeridos, 2) Los animales de carne
deben ser sacrificados conforme al ritual judío (SHEJITA) y luego
inspeccionados para asegurar que no exista enfermedad. El sacrificio
ritual judío es buscar ser indoloro en lo posible y elimina la sangre,
cuya ingestión está prohibida por la Tora. La carne debe salarse y
luego tratar de eliminar todo resto de sangre, 3) No podrán cocerse
juntos la carne y los productos lácteos ni sus derivados. Tampoco podrán
ingerirse en la misma comida. Por esta razón se mantienen separados en
la cocina los utensilios destinados al manejo de la carne y al de los
productos lácteos.

ELSÁBADO:

El
sábado (SHABAT) se inicia hacia el ocaso del día viernes. En realidad,
el día judío, se inicia al ocaso del sol y termina al anochecer del
día siguiente. El propósito del Sábado es el de crear una pausa en la
semana de trabajo de modo que el hombre pueda distraer su atención de
los asuntos mundanos a los aspectos más espirituales de la vida, el
Sábado judío combina dos conceptos diferentes: el de la elevación
espiritual y el del descanso.

Por
una parte, se celebra con tres comidas festivas, con cantos y con
tiempo compartido con la familia y amigos. Por otra, es también una
celebración de los poderes creativos de Dios, y para realizar esta
función, toda labor creativa que demuestre el poderío humano en la
Tierra está prohibida dentro del sábado. Así como Dios descansó el
séptimo día, así el hombre debe descansar y renovarse espiritualmente.
El sábado tiene un motivo especial también. El judío debe recordar que
fue esclavo en Egipto. En conformidad, debe dar a sus criados,
trabajadores y aún animales un día de descanso. Además de ser el día
para destinar tiempo a la propia familia, el sábado era a menudo el
único día que un hombre trabajador podía destinar a la propia familia,
al estudio de la Biblia o el Talmud.

Cálices de plata siglo XVIII


Cálices de plata para Kidush (Santificación del Shabat y las Fiestas) siglo XVIII.

La
observación del sábado se inicia con el encendido de velas en el
hogar, y en la Sinagoga con el canto de la oda kabalística: el sábado,
que se personifica como una Novia Real, quien es bienvenida por la
comunidad. El servicio vespertino es seguido en el hogar por la comida,
que se inicia con el Kiddush (o santificación), plegaria que se recita
sobre una copa de vino y la bendición sobre las dos hogazas de pan
entrelazadas (Jala). La comida se acompaña con el canto de jubilosas
canciones del shabat (Zemirot).

Al
día siguiente, en la Sinagoga se entona el servicio matinal (Shajarit)
con la porción semanal de la Tora (Sidra), la cita prescrita de los
Profetas (Haftara) y el Servicio Adicional (Musaf). La segunda comida
del shabat se ingiere, como la primera, con la previa recitación del
Kiddush o plegaria que santifica el día y la comida de una porción de
jala, que simboliza el maná que llovió sobre los israelitas mientras
peregrinaban por el desierto. La tarde se pasa dentro de una atmósfera
de descanso general. No se discuten cuestiones materiales, ni asuntos
similares. El servicio de oración de la tarde (Minja) va seguido de una
comida ligera y de las oraciones nocturnas para el día siguiente
(Maariv).

El
Sábado termina oficialmente con la llegada de la oscuridad y con la
ceremonia de la Havdala (literalmente «separación»). Se recitan
bendiciones sobre vino, especias y una vela, candelero espiral. El
encendido de la vela es el primer acto creativo de la semana que se
inicia y anuncia que el sábado ha terminado y que de nuevo el trabajo
es permitido.

LAS ALTAS FIESTAS (YAMIM NORAIM):

Rollos de la Torá


Rollos de la Torá de la Sinagoga de Madrid


Los
festivales o festividades del año judío se celebran, como el sábado,
con la abstención de la labor creativa. Adicionalmente, cada festividad
lleva consigo un tema particular. Entre los más conocidos están los
Días Austeros de Rosh Hashana y Yom
Kippur. Rosh Hashana, la festividad del año nuevo, se celebra durante dos días. Junto con la celebración de la majestad y potencia de Dios, viene el tema de la fragilidad del hombre. Como tal, este día santo es parte
integrante de la estación penitencial que se extiende hasta Yom
Kippur. Lo más importante en el Rosh Hashana es la obligación de
escuchar el sonido del Shofar, o sea el cuerno de carnero que simboliza
el sacrificio que hizo Abraham
en reemplazo
de su hijo Isaac (Gen 22). El sonido del shofar se considera también
como un llamado para despertar el alma de modo que se arrepienta de
sus transgresiones.

Yom Kippur, o Día de la Expiación, sigue a Rosh Hashana, diez días más tarde, la víspera
se llama Kol Nidre. Los conceptos básicos de este día son: el
arrepentimiento, la confesión de los pecados y el regreso al camino que
Dios nos ha mos­trado. Todo este día se pasa en la Sinagoga ayunando y
orando el perdón de Dios por las culpas en que se haya incurrido
contra El. Las culpas por nuestras acciones contra otros hombres sólo
pueden ser perdonadas por aquel que ha sido ofendido y que ha perdonado
al culpable. Este día termina con una llamada final del Shofar

FIESTAS DE PEREGRINACIÓN:

Existen tres Festividades de Peregrinación (Shalosh Regalim) en el calendario judío. En estos días sagrados todo Israel acostumbraba subir al Monte del Templo, en Jerusalem, mientras que aún se conservaba en pie el santuario central. Cada uno de estos gozosos festivales celebra eventos de la historia de Israel y también señala las estaciones del calendario agrícola en la Tierra de Israel.

Libro de Esther


El libro de Esther se describe generalmente
sobre rollos de pergamino, que con frecuencia se ilustraban
artísticamente. He aquí una parte del Rollo de Esther escrito en el Sur
de Francia en el años 1600.


El festival de la Pascua (Pesaj) conmemora la libertad de Israel del yugo de la servidumbre en Egipto. Originalmente se celebraba con el sacrificio pascual. Actualmente la parte central de la Pascua es la recitación de la Haggada durante la comida familiar (seder). Este festival convoca a Israel para que tome conciencia de la importancia de la libertad en la vida de todos los hombres y en la de su propia nación. Era al mismo tiempo el festival de la cosecha de la cebada. Para simbolizar estas dos ideas, se
consume pan ácimo (Matza) y se prohíben los alimentos que contengan
levadura durante todo el festival, que dura una semana en Israel y ocho
días en
la Diáspora.

La Pascua es seguida por un período de treinta y tres días durante los cuales se observan momentos de duelo. Conforme a la tradición, este período recuerda a los estudiantes del Rabi Akiba, quienes murieron a causa de una plaga durante la Rebelión de Bar Kojba (132-135 d.e.C). No se celebran matrimonios durante este tiempo, ni el cabello debe ser cortado.

Shavuot fue originalmente el festival de los primeros frutos, coincidiendo con la cosecha del trigo. Toma su nombre («Semanas») del hecho de que tiene lugar siete semanas después de la Pascua. Dentro de la tradición rabínica es también el festival que conmemora la entrega de la Tora en el Monte Sinaí. Se celebra durante un día en Israel y durante dos días en la Diáspora.

El festival otoñal de la cosecha de la uva (SUCOT) es el más colorido. Los judíos deben habitar en
chozas durante esta semana, como símbolo de los cobertizos en que
hubieran de dormir los Hijos de Israel durante el tiempo de
su peregrinación luego del Éxodo de Egipto. La rama de palma (LULAV) y la sidra
(ETROG) junto con el mirlo y el sauce, son el símbolo de la bendición
de Dios y de la esperanza de lluvia abundante durante el año por
llegar. El séptimo día para concluir la época del arrepentimiento es
Hoshana Raba, se recitan plegarias especiales y los fieles acostumbran
dar vuelta a la mesa de lectura en
la Sinagoga por siete veces. El octavo
día es Shemini Atzeret, cuando se reza por abundantes lluvias, seguido
de Simjat Tora, cuando el ciclo anual de lecturas de la Tora se
completa y se
da comienzo a su lectura de nuevo con rondas de cantos y danzas en la Sinagoga.

JANUKA Y PURIM:

Januka y Purim son dos festivales gozosos. Januka
exige el encendido diario de la Menorá, durante 8 días, para
simbolizar la victoria judía sobre los helenistas y sus aliados, los
judíos asimilados durante
la Revuelta Macabea de 168-165 a.e.c. Purim conmemora la victoria judía sobre el antisemita persa Haman. El Rollo (Meguilá) de Esther se lee en la noche y en
la mañana. Se dan regalos a los pobres y hay un intercambio de dulces y
masas entre los parientes y amigos. Como en todos los festivales se
consumen alimentos especiales de festividad.

DÍAS DE AYUNO:

Eventos trágicos de la historia judía están conmemorados por una
serie de días de ayuno. Estos días se refieren a la destrucción del
Primero y Segundo Templo y a la consiguiente pérdida de autonomía
judía en
la Tierra
de Israel. El más importante es el Noveno de Av (TISHA BEAV). En este
día se recitan endechas o cantos fúnebres por la destrucción de ambos
templos en el 586 a.e.C. y el 70 e.c. y por varias otras tragedias que
han asolado al pueblo
judío durante la historia.

Grabado del siglo XVIII


Grabado del siglo XVIII incluido en el libro editado en Berlín: "La Circuncisión". Museo Sefaradí, Toledo

Traje de novia Sefaradí
Traje de novia Sefaradí. Colección Anita Bensadon


NUEVAS CONMEMORACIONES:

Recientemente se han incorporado, por parte de muchos judíos, algunos hechos conmemorativos. Yom Hashoa conmemora la destrucción de la judería europea durante el Holocausto. Yom Haatzmaut es el día de la Independencia de Israel. Yom Yerushalaim celebra la reunificación de la ciudad sagrada de Jerusalem en 1967. Mientras
que estos días deben aún desarrollar una tradición litúrgica
distintiva, es claro que repercuten en la conciencia religiosa del
pueblo judío.

EL CICLO VITAL


El
ciclo vital del judío está también rodeado por varios rituales
antiguos. Un recién nacido es recibido dentro de la comunidad por
medio de una ceremonia especial. A los niños se les efectúan la
circuncisión ritual (Berit Mila) a la edad de ocho días, lo que les da
el ingreso al Pacto de Abraham. A las niñas se les da el nombre hebreo
en la Sinagoga en el momento de
la lectura de la Tora.

A la edad de 12 años y un día para las niñas, de 13 años y un día para los niños (Bat Bar Mitzva) se alcanza la mayoría de edad religiosa, lo que conlleva la obligación
de cumplir con todos los mandamientos de la Tora, tal como los
adultos. Este evento va señalado a menudo, especialmente en los tiempos
modernos, por una ceremonia y una fiesta o comida festiva.

El matrimonio y la procreación se consideran mandamientos positivos. La Ley también fija la ceremonia doble, primero el compromiso y luego la boda. Los dos están
unidos por el intercambio de argollas y por la lectura del contrato
matrimonial (Ketuba) que garantiza la seguridad económica y legal de la
esposa dentro del matrimonio y en el evento de un divorcio. La Halajá
gobierna la conducta sexual de los cónyuges. Puesto que es un
mandamiento positivo crear una familia, se requiere asimismo que los
padres den a los niños una educación judía y la preparación para un
futuro trabajo.

Muzuzá en diferentes estuches


Mezuzá en diferentes estuches (Símbolo del judaísmo en las puertas)


El
divorcio es permitido, aunque es visto como casi una tragedia. Debe
ser llevado a cabo en una Corte Rabínica en presencia de testigos y por
medio de un documento apropiado (Guet) que libera a la mujer para
casarse de nuevo. A partir de la Edad Media, casi todas las comunidades
judías han insistido en la monogamia

La
Ley también gobierna la última etapa humana en este mundo. Se exige el
entierro dentro de los tres días de la muerte, como muestra de
respeto. Es costumbre elogiar a los muertos. El cuerpo es lavado,
vestido y sepultado mientras se recitan los salmos, y los parientes
cercanos hacen luto durante siete días (Shiva), con algunos rituales
menores del luto continúan por treinta días más (Sheloshim).
Adicionalmente hay ciertas restricciones que deben observarse durante
todo el año siguiente. El judaísmo opina que los deudos deben demostrar
respeto por el fallecido recitando la plegaria del Kaddish durante
once meses. Durante el aniversario anual de la muerte (Yahrzeit), los
deudos recitan el Kaddish en la Sinagoga y hacen contribuciones de
caridad en memoria de su familiar y amigo.

D)  ASPECTOS   ÉTICOS

Los
aspectos morales y éticos de la vida están gobernados también por la
halajá. La ética en los negocios está regida de modo severo y se
prohíbe el sobreprecio, la deshonestidad, el fraude y la competencia
injusta. Mientras que estas áreas están, a menudo, sujetas al juicio
personal, debe entenderse que no puede existir una vida seriamente
regida por el ritual si no conlleva una conducta ética y moral
concomitante. Este concepto está ya expresado en los libros proféticos y
reforzado una y otra vez por los sabios talmúdicos. El judaísmo busca
crear un mundo en el cual los rituales lleven al hombre a una vida de
moralidad, santidad y cercanía a Dios.

E) EL   CULTO  JUDIO   EN   EL   MUNDO MODERNO

Aunque
la Ortodoxia se esfuerza todavía en preservar las tradiciones de
observancia que hemos acabado de describir, los otros movimientos del
judaísmo en el Nuevo Mundo - el Reformista, el Conservador y el
Reconstruccionista- han introducido varios cambios a los rituales y
cultos judíos. En general, puede decirse que dentro de estos
movimientos se ha producido una disminución de los aspectos del ritual
que dependen del individuo, con el consiguiente incremento de
importancia del hogar y de la Sinagoga como centro de la ejecución de
los rituales judíos. Este escrutinio intentará presentar un reflejo de
los ideales de varios movimientos religiosos judíos dentro de la
cohesión judía del mundo moderno, aunque los patrones de observación y
de entrega pueden variar ampliamente dentro de cada grupo.

Los
judíos ortodoxos utilizan los términos «Sinagoga» o «congregación» o
la palabra en Yidish Shul para designar sus sitios de adoración. Los
judíos reformistas simplemente usan la palabra «templo» en razón de la
creencia reformista de que el servicio de la Sinagoga ha reemplazado
en su totalidad el culto sacrificial del Templo de Jerusalem. Los
judíos conservadores tienden al uso del término «templo» o sinagoga.

EL MOVIMIENTO REFORMISTA

En
sus primeras etapas, el movimiento de la Reforma intentó regresar a la
práctica bíblica. Además, ha puesto mucho énfasis en el desarrollo de
una práctica litúrgica que enfatice el concepto occidental de decoro y
estética. Por esta razón, mu­chas sinagogas reformistas han adoptado el
uso del órgano y el coro. Con el fin de hacer que la liturgia sea más
comprensible a los asistentes, quienes probablemente no tengan una
educación hebrea extensa, las sinagogas reformistas recitan la mayor
parte de sus plegarias en una traducción inglesa o castellana en
Latinoamérica. Algunos libros de plegarias que han sido publicados por
el Movimiento Reformista contienen también servicios alternos diseñados
para evitar la regularidad y rutina del sistema tradicional. La mayor
parte del material hallado en los libros reformistas se han tomado, sin
embargo, de la liturgia tradicional, a la que se han introducido
modificaciones.

Los
servicios del viernes por la noche reciben mayor énfasis que los de la
mañana del sábado, los cuales están dedicados primordialmente al
servicio del Bar o Bat-Mitzvah. Para dar fuerza a la educación judía,
el Movimiento Reformista tiene un ritual de confirmación para los
jóvenes de 16 años. La ceremonia de grupo, que se aplica tanto a los
niños como a las niñas, trató inicialmente de ser un sustituto de la
ceremonia del Bat Mitzvah, puesto que se consideraba que dicha ceremonia
hacía responsables a los niños a edad muy temprana. Con el tiempo, sin
embargo, se introdujo también el Bat Mitzvah para las niñas, de 12
años.

El
ciclo tradicional de los días festivos judíos es observado por los
judíos Reformistas, excepto que los festivales de peregrinación; La
Pascua, Shavout y Sukkot y el Rosh Hashana en muchas Sinagogas, se han
reducido a un día cada uno, en conformidad con la legislación de la
Tora para la Tierra de Israel. Shavout ha ganado especial importancia
en las Sinagogas reformistas, ya que sirve como ocasión para la
ceremonia de confirmación. Se anima la asistencia regular a la Sinagoga
en las tarde de los viernes y la mayoría de los judíos reformistas
asisten a la Sinagoga en los días festivos y para ocasiones familiares
personales. Se insiste en las celebraciones hogareñas.

El
Movimiento Reformista cree que el hombre y la mujer deben cumplir
idénticos papeles religiosos. En conformidad, existen rabinos y
oficiantes reformistas que son mujeres, y se puede llamar a las mujeres
a la Tora. Algunos rabinos reformistas han accedido recientemente a
efectuar matrimonios interreligiosos, ya que los problemas de
asimilación y matrimonios mixtos se han incrementado dentro de muchos
segmentos de la comunidad judía. Pero la mayoría de los rabinos no los
oficia. Tan sólo recientemente, el Movimiento Reformista se alejó de
la Ley judía tradicional al reglamentar que los niños de padres judíos y
de las madres no judías podrían ser aceptados como judíos si eran
capaces de demostrar su compromiso judío de un modo concreto. A
diferencia de los Movimientos Conservador y Ortodoxo, el Movimiento
Reformista no requiere de un divorcio religioso antes del nuevo
matrimonio. Se exige la circuncisión a todos los hombres judíos.

El
Movimiento Reformista ha intentado recientemente animar una mayor
devoción a los rituales y símbolos tradicionales del judaísmo. Se hacen
esfuerzos en la actualidad para animar prácticas de culto casero tales
como el encendido de las velas del sábado, el Kidush, la Havdala, y la
bendición luego de las comidas. El mayor énfasis en el uso del hebreo
en los servicios es evidente en los libros de plegarias de más
servicios es evidente en los libros de plegarias de más reciente
publicación. Algunas congregaciones reformistas observan leyes
alimenticias en la Sinagoga, mientras que otras no lo hacen.

EL MOVIMIENTO CONSERVADOR:

El
Movimiento Conservador se adhiere a la mayoría de los principios del
judaísmo tradicional. Sin embargo, ciertas desviaciones de la práctica
en la Sinagoga fueron introducidas para modernizar los servicios.
Mientras que la mayoría de las Sinagogas conservadoras tienen órganos y
coros, algunas no los tienen. Es de notar que casi todas las
Sinagogas, a ejemplo de los reformistas, abandonaron la práctica
tradicional de sentar separadamente a los hombres y las mujeres,
favoreciendo los grupos familiares. Al mismo tiempo, las Sinagogas
Conservadoras situaron la mesa de lectura al frente, colocando allí al
lector de cara a la congregación.

Los
libros de plegarias conservadoras preservan la liturgia tradicional
virtualmente intacta, haciéndole sólo modificaciones menores. Estos
cambios se diseñaron, ya para situar el libro de plegarias en armonía
con los principios teológicos conservadores, ya para eliminar plegarias
que los asistentes no podían comprender o que alargaban el servicio.
En el servicio se alterna el texto hebreo con el inglés o el
castellano.

El
Movimiento Conservador adoptó recientemente roles equivalentes para
los hombres y mujeres en la Sinagoga. Primero se decidió permitir a
las congregaciones tradicionales el decidir si deseaban contar con
mujeres dentro del quórum ritual. Luego la mayoría de las Sinagogas
adoptaron la práctica de llamar a las mujeres a la Tora. Finalmente
el movimiento ha decidido aceptar mujeres como rabinos. A pesar de lo
anterior, al Movimiento Conservador se adhiérela mayoría de los
principios de la ley judía tradicional en lo que respecta al status
personal, a las conversiones, el matrimonio y el divorcio.

El
Movimiento Conservador ha resguardado también la actitud tradicional
ante la mayor parte de las prácticas rituales tales como la plegaria
diaria, los tefilin, las leyes dietéticas y todas las prácticas de los
días festivos. Además, las Sinagogas conservadoras se esfuerzan en
mantener los servicios diarios, llevados generalmente del modo
tradicional y exigen las celebraciones hogareñas como también el
estudio y conocimiento del judaísmo organizando cursos para niños,
adolescentes y adultos.

RECONSTRUCCIONISMO:

Siendo
el Reconstruccionismo una derivación de la actitud conservadora,
comparte muchos elementos de la práctica y de la tradición con el
Movimiento Conservador. Por otra parte, el Reconstruccionismo hace
énfasis en la necesidad del individuo de determinar que las leyes
rituales deberían ser conservadas conforme a la visión de sus propias
necesidades y las de la comunidad. Los reconstruccionistas han compilado
un libro de oraciones con extensas revisiones para contener la
teología sustancialmente original del Movimiento. Este movimiento fue
pionero en la actitud creativa ante el ritual judío, influenciando
también de este modo el desarrollo de nuevas prácticas litúrgicas en
las Sinagogas reformistas y conservadoras. Fueron los
reconstruccionistas quienes dieron origen á la Javura, pequeño grupo de
personas dedicadas a promover la práctica judía entre sus miembros.
Las Javurot son ahora comunes tanto dentro como fuera del marco de las
Sinagogas y han tenido un gran impacto en los movimientos no ortodoxos
en América.

La
importancia del ritual y de la práctica judías en el inculcamiento de
los valores y enseñanzas del judaísmo está reconocida con certeza por
todos los movimientos de importancia de la comunidad judía. Cada uno a
su modo busca asegurar que la práctica judía juegue un papel dentro de
la vida de sus miembros y convertir a la Sinagoga en el centro de la
actividad judía. Ciertamente, éstos han sido desde la antigüedad los
propósitos de las leyes y costumbres judías, y continúan cumpliendo
estos propósitos dentro de la comunidad judía contemporánea.

CONCLUSIÓN:

El
judaísmo ha tenido una historia larga y variada. Sus conceptos y
principios formativos se desarrollaron durante el período bíblico.
Hacia el siglo
II e.c.
fue desarrollado un consenso sobre la tradición farisa-rabínica, que
se convirtió en la base de la ley y de las creencias subsiguientes. La
Edad Media fue testigo del advenimiento de la seria discusión de la
teología y filosofía judías.

Esta
combinación de ley y teología no expresada en palabras, determinó el
carácter del judaísmo y del pueblo judío que se enfrentaría a la marea
de la modernización. Mientras que este enfrentamiento debilitó la fe de
algunos en la tradición, fortaleció la de otros. Para otros más,
transformó radicalmente el significado de la tradición. Pero los años
de la emancipación y del Iluminismo fueron nublados por la trágica
destrucción de uno de cada tres judíos en manos de los nazis.

Sin
embargo, como si su intención fuera arrebatar a los nazis su triunfo y
revivir el espíritu y cuerpo del pueblo judío a partir de las cenizas
del Holocausto produjo el más grande triunfo de este pueblo. Luego de
2.000 años, pudo finalmente retornar el pueblo a su hogar y constituir
el Estado Judío en Israel. Allí como en la Diáspora, continúa la
historia del judaísmo basada en la tradición multimilenaria pero con
mucha fuerza y voluntad de adaptación a las circunstancias cambiantes y
con esperanza y fe en el futuro.























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