viernes, 11 de marzo de 2016

Historia: Carlos III, ¿el único rey que ha sido normal de la historia de España?. Noticias de Alma, Corazón, Vida

Historia: Carlos III, ¿el único rey que ha sido normal de la historia de España?. Noticias de Alma, Corazón, Vida

GRANDE, ÚNICO E IRREPETIBLE

Carlos III, ¿el único rey que ha sido normal de la historia de España?

Carlos
III fue un gobernante inusual e irrepetible. Siempre intentó legislar
de cara a mejorar la vida de sus súbditos en vez de añadir sufrimiento
Foto: Carlos III retratado por Francisco de Goya.
Carlos III retratado por Francisco de Goya.
Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.
–Montesquieu
Carlos III
fue un gobernante inusual e irrepetible. Siempre intentó legislar de
cara a mejorar la vida de sus súbditos en vez de añadir sufrimiento al
respetable. Poco dado a medrar por palacio y a la pompa cortesana, se
escapaba con bastante frecuencia a cazar perdices, gamos y piezas varias
en los alrededores de Madrid, eso sí, con su cuaderno de campo en el
que tomaba buena nota de sus reflexiones para construir un reino mejor.
Era un rey vocacional, que no ornamental. Es posiblemente la mejor encarnación o representación del despotismo ilustrado.

Mas,
mientras que lo relativo a su gestión intramuros culminaba por lo
general con éxito a través de la potenciación de la obra civil, mejora
de la legislación, renovación de la Armada, el agro, un avanzado sistema
postal, la introducción de la lotería, una embrionaria seguridad social
para atender a las viudas y huérfanos de guerra y otras apuestas de
calado, los berenjenales de la política internacional y su equivocada alianza en el Pacto de Familia con Francia le traerían una serie de disgustos sobrevenidos;
además, como corolario de todos los males, el Diktat en los mares lo
detentaban los ingleses para variar y las colonias tenían el trasero a
la intemperie, habida cuenta nuestra endémica debilidad en los mares y a
pesar de ser un imperio de enormes proporciones transoceánicas.

Carlos
IV, su sucesor, abandonaría a la Marina a su suerte hasta tal punto que
los ingleses años después en Trafalgar se dedicarían al tiro al blanco
con excelentes resultados
Pero si algo hizo bien Carlos III fue
rodearse de competentes y sabios muñidores de actuaciones cuasi
revolucionarias en su firme apuesta por la renovación del estado con una
clara visión de futuro. Entre ellos destacarían Zenón de Somadevilla, Marqués de la Ensenada de corte francófilo y Don José de Carvajal, de carácter más anglófilo, heredados de la administración de su padre más que producto de una elección propia. Ambos, enormes y comprometidos patriotas intentarían mantener el país estabilizado y
distante de la fagocitadora voracidad de las guerras en curso para
devolverle el pulso después de dos siglos de incesante sangría. Los dos,
al alimón, apoyados en una comprometida amistad entre ellos y su rey,
renovarían hasta los cimientos la hacienda y la administración públicas.

Unos sabios consejeros

El enorme y emprendedor Marqués de la Ensenada crearía una poderosa flota de proporciones comedidas y realistas
para combatir la piratería rampante de los anglos. Más de ciento
veinticinco navíos y fragatas de un impecable y avanzado diseño serian
botados en un plazo de una docena de años. Lamentablemente, Carlos IV,
su sucesor, abandonaría a la Marina a su suerte hasta tal punto que los
ingleses años después en Trafalgar se dedicarían al tiro al blanco con
excelentes resultados ganando una de las más famosas batallas navales de
la historia.

En los siempre bulliciosos
mentideros de la Corte, se murmuraba que Carlos III no era hijo de
Felipe V y sí del cardenal Alberoni, clérigo muy hábil preparando los
canelones
De idéntica manera intentó sacar del secular sopor a una
esclerotizada sociedad española que se había dormido en los laureles de
una merecida memoria que ya no daba más en su generosa elasticidad. Luchó contra los anquilosados privilegios de la Mesta,
que en su hegemónica condición de propietaria de los pastos infectaba
de inutilidad una naciente y balbuceante agricultura, que este noble rey
dinamizaría con algunas contundentes leyes que despojarían a los
ganaderos de ciertas prebendas. Asimismo, combatió la holganza de los
hidalgos que medraban en las periferias de la Corte y dignificó la
palabra "trabajo" que en ciertos círculos aristocráticos era sinónimo de
peste o castigo divino.

En su historial de luces y sombras, quedan para la posteridad los patinazos dados en el tema del motín de Esquilache
por la cuestión de los chambergos o casacas típicas de la época y el
afán de su ministro por meter la tijera de manera indiscriminada en los
atuendos de los españoles. Por otro lado, el Pacto de Familia con los
franceses nos trajo algunos disgustos por los compromisos contraídos ya
que el eterno contencioso con los ingleses empezaba a eternizarse.

Estatua ecuestre de Carlos III en Madrid. (Carlos Delgado/CC)
Estatua ecuestre de Carlos III en Madrid. (Carlos Delgado/CC)
Con la Iglesia hemos topado

Como siempre, la institución eclesial, en su secular injerencia en los asuntos civiles, no aceptaba los ultramontanos vientos del norte y las ideas disolventes de la revolución francesa promovidas por Rousseau, Voltaire
y otros librepensadores, lo cual generaba una convivencia compleja
entre el rey ilustrado y los apolillados prebostes. En uno de los
asaltos de este permanente cuerpo a cuerpo salieron los jesuitas
centrifugados por su presunta intervención en el ya referido motín de
Esquilache.

Este rey aborrecía el lujo y
las alharacas, era de una austeridad anormal y daba poca guerra a su
sastre al que al parecer tenia conservado en naftalina
El caso es que, en los siempre bulliciosos mentideros de la Corte, se murmuraba que Carlos III no era hijo de Felipe V y sí del cardenal Alberoni, clérigo muy hábil preparando los canelones –plato favorito de Isabel de Farnesio–,
con los que aplacaba a la iracunda criatura especializada en el “tiro
al plato”, entendida esta lúdica actividad como un mero lanzamiento de
vajilla a su siempre atemorizada servidumbre palaciega, que vivía en un
sinvivir permanente por los frecuentes ataques de ira de la interfecta,
ya que al parecer su maridito no le daba mucho juego horizontal y los ansiolíticos todavía no habían hecho acto de presencia.

Este
rey aborrecía el lujo y las alharacas, era de una austeridad anormal y
daba poca guerra a su sastre al que al parecer tenia conservado en
naftalina. En treinta años le confeccionaría no más allá de diez casacas que invariablemente tenían siempre las mismas medidas.

Mientras que con su infatigable carabina estragaba la cabaña nacional, hombres de probada confianza de la talla de Floridablanca, Olavide, Campomanes
y otros no menos preparados, le resolvían los problemas de la tramoya
estatal. Siendo rey de Nápoles y por imperativo paterno-materno se
casaría de mala gana con María Amalia de Sajonia, una
rubicunda rubita espigada, compendio de virtudes que al parecer tenia la
manía de alumbrar féminas. Como no paría hijo varón y la línea
sucesoria era excluyente con las hembras, existía una honda preocupación
en la Corte. Finalmente quiso el creador que pariera al epiléptico e
imbécil infante Felipe al que rápidamente incapacitaría su padre. Al
parecer la caprichosa fortuna sonreiría de nuevo a la Corona con otro
tarado, Carlos IV, a su vez progenitor de otro no menos impresentable, Fernando VII. Tela.

Carlos III gastaría toda su munición amorosa en sus años mozos.
Al enviudar con cuarenta y cinco años, no entraría más en trance
libidinoso alguno. Eso sí, su desmedida afición cinegética despoblaría
los collados y montes madrileños temiendo los pasmados lugareños  por la
supervivencia de algunas especies autóctonas.

El
reparto de tierras comunales y el troceo de latifundios para su
distribució entre los desfavorecidos fue un hito que tuvo que enfrentar
no sin sortear dificultades obvias
A pesar de estar rodeado de monarquías absolutistas, este ecuánime rey impulsó reformas por doquier.
El reparto de tierras comunales y el troceo de latifundios para su
distribución entre los desfavorecidos fue un hito que tuvo que enfrentar
no sin sortear dificultades obvias. Enfrente tenía a los eclesiásticos y
a la aristocracia, casi nada. Finalmente, su tenaz apuesta en este
sentido, alumbraría en Sierra Morena la población de La Carolina, modelo
de apuesta audaz y equilibrada. Doce mil campesinos a los que se
adjudicarían lotes de tierra, material para construir sus viviendas y
aperos de labranza, crearían un polo de desarrollo singular.

En
1788, quiso el caprichoso destino que este enorme hombre de imaginación
portentosa dejara este trámite vital y pasara al lado en donde pocos son
los elegidos por la memoria colectiva para ser honrados a perpetuidad.

Carlos III, el primero, un grande, único, irrepetible.
Alma, Corazón, Vida

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29comentarios
Recuerda las normas de la comunidad
#29
Los
vientos el norte, polīticamente hablando, no serían ultramontanos, que
significa " Partidario y defensor del más lato poder y amplias
facultades del Papa".

Parece que escribimos con bastante desahogo y poca precisiøn, señor Van der brulen
#28
Lástima
que su hijo no fuese un clon suyo, nos podían haber ido las cosas un
poco distintas, o al menos haber disfrutado de más días de gloria en la
historia peninsular. De los pocos reyes que se merecen estatuas y demás.
#27


Si 
los politicos trabajaban para los ingleses durante buena parte del
siglo XIX y posiblemente el XX dificilmente podían funcionar el
ejercito, contrainteligencia.....etc.



#26




Por si acaso lo revisa aunque sea ahora muy tarde:



Estamos
de acuerdo que ciertas personas pasaron cierto tiempo, en Londres, pero
al mismo tiempo actuaba Londres, desde la Isla de Curasao y en
alzamiento de Riego atraves de sus agentes.





No
tengo en este momento la relación entre masoneria e Ingleses  o judios
ingleses, varios acabaron en la Camara de los Comunes,  pero en ese
momento no podían actuar en España, por el tema de la inquisición o por
el catolicismo. pero actualmente no tengo duda personal al respecto.



El
liberalismo es un cuento de hadas, solo sirve a ciertos intereses, que
al mismo tiempo busca sacar benficio, explotas al pueblo a toda costa y
consigues revolver al pueblo. Al mismo tiempo que el nacionalismo
independentista presiona.



Por que casí todos los politicos
nacionales desde las Cortes de Cadiz  han trabajado para los ingleses,
buena parte de ellos corruptos.



Si estaba preparado antes
de las Cortes de CAdiz la independencia de Hispanoamerica, esta todo
dicho. No tiene nada que ver el absolutismo, Simon Bolivar, juro en el
monte de Roma años antes a la invasion de Napoleon.





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#25
En respuesta a ck


#ck03 May 2014 (21:32)
 Justamente estoy diciendo lo contrario, a lo que expones. 
#24
 Ciertamente así parece.
#23
En respuesta a Santisima Trinidad
 Justamente estoy diciendo lo contrario, a lo que espones. 
#22
 Si, estoy de acuerdo.

La suerte se ha aliado con inglaterra en muchisimas ocasiones a lo largo de la Historia.

Pero
tambien han sabido nadar y guardar la ropa....masacraron a los
americanos antes de irse pero de alguna manera siguen siendo sus mejores
aliados y amigos....y asi todo.

Nosotros hemos tomado decisiones
totalmente nefastas y hemos entrado en guerras que nunca deberiamos
haber hecho y en cambio no participamos en las que de verdad fueron
importantes.

#21
En respuesta a ck




Si vemos la comparación entre los monpoloios y abaratamiento, no hay duda el monopolio favorece al pueblo y España.
#20
Empezó
bien el artículo con un título llamativo. Sigue hablando de la
preocupación del rey por su pueblo. Todo más o menos en el ámbito rosa
de la noticia. Llegamos al motín de Esquilache, donde se pasa de
puntillas sobre este hecho. Esquilache llega a España con Carlos III
procedentes ambos de Nápoles y empiezan una serie de cambios importantes
para la sociedad. Esquilache propone eliminar los monopolios ganaderos y
agrícolas que encarecen los productos de primera necesidad para el
pueblo, cereal, aceite, vino.... Ante los innumerables actos de pillaje,
y, ataques emboscados promulga el recorte de los sombreros y capas,
momento que aprovechan los monopolistas para alzarse en un motín que
haría a Carlos III cesar a Esquilache.

Por desgracia repetimos en nuestros días las mismas artimañas, electricidad, combustible, comunicaciones....
#19




Si tiene en parte razon que no es bueno mezclar cosas, pero es que desde entonces ocurren ciclicamente.



Por un lado creo que estamos de acuerdo mas o menos en la batalla de  Trafalgar.



Si
España, cometio un error ciclico es precisamente el de las autonomias,
se hizo con Hispanoamerica, con Cuba, con el cantonismo, hasta el 36 en
Vascongadas y Cataluña.


Lo cual nos lleva a que han repetido la misma historia desde las cortes de Cadiz.



Antes
de que invadiera Napoleon a España,  ya existia un plan para
independizar a Hispanoamerica y estaba montado por los ingleses.

Las Cortes de Cadiz y el alzamiento de Riego tienen mucho que ver con  los Ingleses.
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#18
Gracias
a dios que Carlos III hacia caso a sus ilustrados consejeros porque el
muy beato quiso mandar a la hoguera  los cuadros más indecorosos (de
desnudos) de las colecciones reales por atentar contra la moral y solo
gracias a la intercesión del pintor Mengs y algún ministro se salvaron
los cuadros convenciendo al rey de su necesidad para enseñar a los
pintores jovenes su oficio y enviandolos desterrados fuera del Palacio
de Oriente.
#17
Entre los motivos del Sacco estaba que buena parte de los soldados eran
protestantes alemanes y que uno de los jefes, el principal tras el
duque de Borbón (muerto en el sitio), era George Fustenberg, reconocido
protestante y reconocidisimo y leal general de Carlos V que tenía poco
aprecio por el Papa. Aunque seguramente como en todos estos casos el
problema fue la falta de la paga, y católico o protestante el oro de las
iglesias es oro. Seguramente si hubiera dinero y una cadena de mando
Carlos V no hubiera permitido el saqueo.
#16


La
batalla de Trafalgar, comienza el declive del poderío internacional,
pero no tanto por los navios nacionales, sino por el mando de la armada a
manos de los Franceses. Tan es así que se enviaba a un nuevo comandante
para esta desde Francia, al ser sabedor de esto  Villanueve se decide a
salir al mar y al encontrarse con los Ingleses les manda dar la vuelta a
España a la flota, donde la armada queda perdida con el viento en
contra. La batalla estaba acabada antes de empezar.



Lo
primero que vemos aquí es dejar el mando de una armada nacional a
ordenes de extranjeros, de lo cual no hemos aprendido nada esta mas que
claro, en la actualidad con la UE, el banco Mundial, la OTAN...etc, los
complejos nacionales en especial de los politicos con los extranjeros
sean franceses, ingleses o posteriormente EEUU van ya para largo. Quiza
no solo deberíamos pensar en complejos.



Pero si bien las
batallas se ganan o se pierden, eso había pasado durante toda la
historia. Las causas del declive nacional son bien diferentes y
pertenecen mas a causas de inteligencia extranjera que no a perdidas de
batallas. Muy dificil es ganar batallas o guerras si no funciona la
contrinteligencia nacional, el fin del imperio llego con las cortes de
Cadiz, unicas responsables de el final.

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#15
El
siglo XVIII español fue maravilloso. He investigado en el Archivo
Histórico Nacional y la administración funcionaba como un reloj.

La
pensión de invalidez de los soldados se tramitaban en dos o tres
semanas, y eso que se pedía informe a varias personas: el médico, su
oficial, jefe del regimiento... que a lo mejor residían en distintas
ciudades de España.

Los secretarios de estado eran en su mayoría gente honarada que intentaban modernizar el país y lograr su mejora.

La
lucha contra Napoleón fue nefasta. El resto de países de Europa (menos
Rusia), inclinaron la cabeza ante Napoleón para que no arrasara sus
países. Nosotros decidimos luchar solitos y todo lo construído durante
un siglo desapareció. De paso que se luchaba contra el francés fusilaron
a muchos "afrancesados" que eran en verdad la gente que tenía dos dedos
de frente. La mayoría de afrancesados eran patriotas modernos.




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