Justiniano I
Justiniano I | ||
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Emperador del Imperio bizantino | ||
![]() Mosaico de Justiniano en la iglesia de San Vital en Rávena |
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Información personal | ||
Nombre secular | Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus | |
Reinado | 1 de agosto de 527-13 de noviembre de 565 | |
Coronación | 1 de agosto de 527 | |
Nacimiento | 11 de mayo de 483 Tauresium |
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Fallecimiento | 13 de noviembre de 565 Constantinopla |
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Predecesor | Justino I | |
Sucesor | Justino II | |
Familia | ||
Dinastía | Justiniana | |
Padre | Sabbatius | |
Madre | Vigilantia | |
Consorte | Teodora | |
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Justiniano | ||
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Emperador del Imperio bizantino | ||
Nacimiento | 11 de mayo de 483 | |
Fallecimiento | 13 de noviembre de 565 | |
Venerado en | Iglesia ortodoxa | |
Festividad | 13 de noviembre | |
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Considerado una de las personalidades más importantes de la antigüedad tardía y el último emperador que usaba latín como lengua materna,1 el gobierno de Justiniano marca un hito en la historia del Imperio romano de Oriente.
El impacto de su administración se extendió más allá de las fronteras
de su tiempo y de sus dominios. Su reinado está marcado por el
ambicioso, aunque parcial, renovatio imperii romanorum, o "restauración del imperio".2
Debido a sus políticas de restauración del imperio, Justiniano en
ocasiones ha recibido el apelativo de "último de los romanos" por la
historiografía moderna.3 Esta ambición se plasmó en la recuperación de parte de los territorios del antiguo Imperio romano de Occidente. Su general Belisario consiguió una rápida conquista del reino de los vándalos del norte de África, y más tarde el propio Belisario, junto con Narsés y otros generales, conquistaron el reino Ostrogodo de Italia, restaurando tras más de medio siglo de control bárbaro los territorios de Dalmacia, Sicilia y la península itálica, incluyendo la ciudad de Roma, en el territorio del imperio.
Por su parte, el prefecto del pretorio Liberio reclamó gran parte del sur de la península ibérica, estableciendo la provincia de Spania.
Estas campañas restablecieron el control del imperio sobre el occidente
mediterráneo, incrementando los ingresos anuales en más de un millón de
sólidos al año.4 Durante su reinado, Justiniano también conquistó a los Tzani, un pueblo de la costa este del Mar Negro que nunca antes habían estado bajo control romano.5
Otro de sus más impresionantes legados fue la compilación uniforme del derecho romano en la obra del Corpus Juris Civilis, que todavía es la base del derecho civil de muchos estados modernos. Esta obra fue realizada en su mayor parte por el cuestor Triboniano.
Su reinado también marcó un punto álgido en la cultura bizantina, y su
programa de construcción dio como frutos obras de arte tales como la
iglesia de Santa Sofía, que sería el centro de la Iglesia ortodoxa durante muchos siglos.
Sin embargo, una epidemia devastadora conocida como la Plaga de Justiniano a comienzos de la década de los años 540 marcó el final de una época de esplendor. Se cree que fue un brote de peste negra,
aunque no se sabe a ciencia cierta. El imperio entraría en un periodo
de pérdida de territorio que no sería revertido hasta el siglo IX.
El cronista Procopio de Cesarea constituye la principal fuente primaria de la historia del reinado de Justiniano. El cronista en idioma siríaco, Juan de Éfeso,
escribió también una crónica sobre la época que no ha perdurado, pero
que es utilizada como fuente por cronistas posteriores, y que añade
muchos detalles de valor histórico. Ambos historiadores terminaron
mostrando mucho rencor contra Justiniano y contra su emperatriz, Teodora.6 Otras fuentes incluyen las historias de Agatías, Menandro Protector, Juan Malalas, el Chronicon Paschale, y las crónicas de Marcelino Comes y de Víctor de Tunnuna.
La Iglesia ortodoxa lo venera como santo el día 14 de noviembre, y también es venerado por algunos grupos luteranos en la misma fecha.7
Índice
- 1 Biografía
- 2 Actividad militar y campañas de Belisario
- 2.1 Guerra contra el Imperio sasánida (527-532)
- 2.2 Campañas contra el reino vándalo (533–534)
- 2.3 Campañas contra el reino ostrogodo, primera fase (535-540)
- 2.4 Guerra con el Imperio Sasánida (540-562)
- 2.5 Campañas contra el reino ostrogodo, segunda fase (541-554)
- 2.6 Campañas contra el reino visigodo (552)
- 2.7 Frente a los eslavos
- 3 Compilación justiniana
- 4 Política religiosa
- 5 Arquitectura, educación, arte y literatura
- 6 Economía y administración
- 7 Referencias
- 8 Bibliografía
- 9 Enlaces externos
Biografía
Antigua ciudad de Tauresio, ciudad de nacimiento de Justiniano I, en la actual República de Macedonia.
El cognomen Iustinianus (Justiniano) lo tomó tras ser adoptado por su tío Justino.13 Durante su reinado fundó Justiniana Prima una ciudad cercana a su lugar de nacimiento y que actualmente se encuentra en el sudeste de Serbia.14 15 16
Su madre, Vigilantia, era la hermana de Justino. Justino formó parte de la guardia imperial (los Excubitores) antes de ser nombrado emperador en el año 518,17 adoptó a Justiniano y lo llevó con él a Constantinopla, asegurando que recibiese una buena educación.17 Justiniano siguió así el currículo educativo habitual, centrándose en la jurisprudencia, teología e historia.17 Justiniano sirvió durante algún tiempo con los Excubitores, pero los detalles de esta época temprana se desconocen.17 El cronista Juan Malalas,
contemporáneo de Justiniano, describe su apariencia indicando que era
de baja estatura, de pelo rizado, cara redondeada y atractivo. Otro
cronista contemporáneo, Procopio, compara su apariencia con la del emperador tiránico Domiciano, aunque en este caso es probable que se trate de una calumnia.18
Avanzó en su carrera militar con gran rapidez, y se abría ante él un gran futuro cuando en 518 el emperador Anastasio I falleció. Justino fue proclamado nuevo emperador, con una significativa ayuda de Justiniano.17
Durante el reinado de Justino (518–527), Justiniano fue el confidente
más cercano al emperador. Justiniano mostró mucha ambición, y se cree
que funcionó como virtual regente mucho antes de que Justino lo nombrara
coemperador el 1 de abril de 527, aunque no existen evidencias que
constaten a ciencia cierta esta opinión.19 Cuando Justino comenzó a mostrar síntomas de senilidad a finales de su reinado, Justiniano se convirtió en el gobernante de facto.17 Justiniano fue nombrado cónsul en 521, y más tarde comandante en jefe del ejército de oriente.17 20 A la muerte de Justino I, el 1 de agosto de 527, Justiniano se convertiría en el único soberano del imperio.17
Como gobernante, Justiniano demostró gran energía. Era conocido como
«el emperador que nunca duerme», debido a sus hábitos de trabajo. En
cualquier caso, parece que era una persona amigable y cercana.21
La familia de Justiniano procedía de un entorno provincial y no muy
elevado, y por ese motivo no basaba su poder en la aristocracia
tradicional de Constantinopla. En su lugar, Justiniano se rodeó de
personas de extraordinario talento, a los que elegía no tanto por su
origen aristocrático sino por meritocracia.
Alrededor del año 525 contrajo matrimonio con su amante, la emperatriz Teodora, una exactriz y cortesana
veinte años más joven que él. Justiniano no habría podido casarse con
ella debido a la diferencia de clases, pero su tío Justino I promulgó
una ley permitiendo el matrimonio entre distintas clases sociales.22 23
Teodora se volvería una figura muy influyente en la política imperial, y
emperadores posteriores seguirían el precedente creado por Justiniano
para casarse con mujeres no pertenecientes a la aristocracia.
El matrimonio causó gran escándalo, pero Teodora demostró ser una
persona muy inteligente, prudente y buena juzgando a las personas,
convirtiéndose en el principal apoyo de su marido. Otros individuos de
gran talento al servicio de Justiniano fueron Triboniano, su asesor legal, Pedro el Patricio, diplomático y cabeza de la burocracia de palacio, sus ministros de finanzas Juan de Capadocia y Pedro Barsime,
que lograron recaudar impuestos con gran eficiencia, financiando los
proyectos y guerras de Justiniano, y finalmente grandes generales como Belisario o Narsés.
El gobierno de Justiniano no estuvo exento de oposición. A comienzos
de su reinado estuvo a punto de perder el trono por culpa de los disturbios de Niká,
y se descubrió una conspiración contra su vida instigada por hombres de
negocio insatisfechos con su gobierno avanzado y su reinado, en el año
562.24
La segunda mitad de su reinado se vio ensombrecida por la epidemia de peste
que se hizo virulenta a partir del año 542. El propio Justiniano cayó
enfermo a comienzos de esa década, pero se recuperó. Teodora murió en
548, puede que de cáncer,25
a una edad relativamente joven y Justiniano la sobrevivió casi veinte
años. Justiniano, que siempre había mostrado gran interés por las
discusiones teológicas y que había participado activamente en debates
sobre la doctrina cristiana,26 se hizo todavía más devoto durante los últimos años de su vida. Cuando murío, el 14 de noviembre de 565,9 lo hizo sin descendencia. Lo sucedió en el trono Justino II,
hijo de su hermana Vigilantia y casado con Sofía, la sobrina de la
emperatriz Teodora. El cuerpo de Justiniano fue enterrado en un mausoleo
en la Iglesia de los Santos Apóstoles.
Su reinado tendría un gran impacto en la historia mundial, dando
lugar a una nueva era en la historia del Imperio bizantino y de la Iglesia ortodoxa. Fue el último emperador que intentó recuperar los territorios que poseyó el Imperio romano en tiempos de Teodosio I,
y con este fin puso en marcha grandes campañas militares. También
desarrolló una colosal actividad constructiva, emulando la de los
grandes emperadores romanos del pasado.
Disturbios de Niká
Las políticas y las elecciones de Justiniano, y en especial su opciónpor utilizar consejeros eficientes aunque impopulares, por poco le
cuestan el trono a comienzos de su reinado. En enero de 532, las
facciones de las carreras de carros en Constantinopla,
que normalmente se encontraban divididas y enfrentadas entre ellas, se
unieron en una revuelta contra Justiniano que recibió el nombre de los disturbios de Niká, en base al grito de guerra que utilizaban los rebeldes (Niká, que significa victoria).
Obligaron a Justiniano a despedir a Triboniano y a otros dos de sus
ministros, y luego intentaron derrocar al propio Justiniano para
reemplazarle con el senador Hipacio, sobrino del anterior emperador Anastasio I.
Mientras que las multitudes provocaban revueltas en las calles,
Justiniano llegó incluso a valorar la posibilidad de escapar de la
ciudad, pero permaneció en la ciudad alentado por las palabras de su
esposa Teodora que, según Procopio, alegaba preferir la muerte a perder
la dignidad imperial. A lo largo de los siguientes dos días, ordenó una
brutal supresión de las revueltas por sus generales, Belisario y Mundus. Procopio relata que en el hipódromo murieron 30.00027 ciudadanos desarmados. Ante la insistencia de Teodora, y aparentemente contra su criterio inicial,28 los sobrinos de Anastasio también fueron ejecutados.29
La destrucción que se propagó por la ciudad de Constantinopla durante
las revueltas fue muy elevada. Sin embargo, le permitió a Justiniano la
oportunidad de crear una serie de espléndidos nuevos edificios, y en
especial la admirada iglesia de Santa Sofía.
Actividad militar y campañas de Belisario
Mapa del Imperio romano de Oriente en 550 d.C. En verde las conquistas durante el reinado de Justiniano I.
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recuperación de grandes territorios del Mediterráneo occidental, que
habían ido desapareciendo del control imperial a lo largo del siglo V.30 Como emperador cristiano romano, Justiniano consideraba que era su deber divino restaurar el Imperio romano
a sus antiguas fronteras. Aunque nunca participaría personalmente en
las campañas militares, presumió de sus victorias en los prefacios de
sus leyes e hizo que fueran conmemoradas en las obras artísticas de su
reinado.31 Las reconquistas fueron llevadas a cabo principalmente por su general Belisario.32
La ideología de la Recuperatio Imperii es una formulación que responde a los sentimientos extendidos entre amplias capas de la población de la Pars Occidentalis (sobre todo entre el elemento senatorial urbano y sectores vinculados con la administración) y en parte del gobierno del Imperio de Oriente, que intelectualmente juega con la continuidad imperial en Occidente; de hecho, el sentimiento de romanitas se encuentra —en el siglo VI—
ampliamente extendido por todo el Imperio y es correspondido por la
ideología oficial del gobierno imperial —según la cual éste no se hundió
en Occidente sino que los bárbaros gobiernan allí en nombre del
emperador de Oriente— y por parte de la intelligentsia de Constantinopla (por ejemplo, es el caso del escritor Juan Lido,
contemporáneo de Justiniano). Estos sentimientos son aprovechados por
la administración justiniana para realizar, precisamente, una política
en consonancia con ellos (fuese sincera o interesada). Justiniano era el
rey de todo, por así llamarlo; era el mayor responsable tanto militar
como religioso.
Guerra contra el Imperio sasánida (527-532)
Justiniano heredó de su tío una serie de hostilidades en curso entre el Imperio bizantino y el Imperio sasánida.33 En 530, el imperio bizantino logró derrotar a un ejército persa en la batalla de Dara, aunque al año siguiente las fuerzas romanas comandadas por Balisario fueron derrotadas en la batalla de Calinico. A la muerte del rey Kavad I, en septiembre de 531, Justiniano concluyó un tratado de paz de duración indefinida conocido como la Paz Eterna34 con su sucesor, Cosroes I(532). Este tratado serviría para asegurar la frontera oriental,
permitiendo a Justiniano dirigir su atención hacia el oeste, en donde
los pueblos germánicos de religión arriana se habían asentado en los territorios del antiguo Imperio romano de Occidente.
Campañas contra el reino vándalo (533–534)
Imagen de Justiniano en edad avanzada; mosaico en la Basílica de San Apolinar Nuovo, en Rávena (posible retrato modificado de Teodorico el Grande.
aduciendo que su falta de personalidad habían llevado a los vándalos a
ser derrotados por las tribus moras. Las protestas de Justiniano para
que Hilderico pudiera regresar a Constantinopla no fueron escuchadas, por lo que preparó con cuidado una campaña que debía combinar eficacia militar y sobriedad de costes. Juan de Capadocia,
responsable de las finanzas del Imperio y opuesto a la guerra, accedió
al final a llevar los gastos de la campaña de una forma rígida.
Belisario, el general más brillante de Oriente fue el encargado de
llevar las armas.
La decisión de atacar el reino vándalo
coincidió con la aparición en éste de una serie de debilidades. La
simbiosis entre invasores e invadidos no llegó nunca a consolidarse, lo
cual generó hostilidades con los últimos. El miedo a revueltas internas
había conducido a la desfortificación de los núcleos urbanos por miedo a
que acogieran revueltas. A su vez un general godo que regía Cerdeña en nombre del monarca de Cartago,
pretendió con ayuda militar oriental gobernar de forma independiente,
pero fue detenido por Gelimer, antes de que dicha ayuda llegara.
La flota oriental, compuesta por 92 dromones que escoltaban 500 transportes, abandonó los puertos de Constantinopla a mediados de junio de 533 y, vía Sicilia alcanzó las costas africanas al cabo de tres meses, desembarcando en la ciudad de Caput Vada, en la actual Túnez,
con un ejército de unos 15 000 hombres, más un número indeterminado de
tropas auxiliares bárbaras. Belisario encontró escasa resistencia, y
venció a los vándalos, que habían sido tomados completamente por
sorpresa, en la batalla de Ad Decimum, el 14 de septiembre de 533. Más tarde volvería a derrotarles en la batalla de Tricamerón, en diciembre, tras la cual Belisario tomó la ciudad de Cartago.
Gelimer, temeroso de que entronizaran al depuesto rey, había ejecutado a
Hilderico antes de la caída de Cartago y huyó a los rebordes montañosos
en el monte Pappua, en Numidia.
Finalmente optó por entregarse a finales de marzo de 534. Belisario lo
condujo hasta Constantinopla, donde el general fue recibido con grandes
honores y hasta con la celebración de un triunfo romano, ceremonia que durante siglos había estado reservada al emperador. La provincia fue anexionada al Imperio. Las islas de Cerdeña, Córcega, las islas Baleares, y la fortaleza de Ceuta, cerca del estrecho de Gibraltar, también pasaron al control bizantino en la misma campaña.35
Se creó una prefectura africana, centrada en Cartago, en abril del año 534,36 aunque se econtraría cerca del colapso durante los siguientes 15 años, envuelta en guerras contra los moros y motines militares. El área no sería pacificada completamente hasta el año 548,37
aunque permanecería pacificada a partir de ese momento durante mucho
tiempo, llegando a disfrutar de cierta prosperidad. La recuperación de
la provincia de África costó al imperio alrededor de 100 000 libras de
oro.38
Campañas contra el reino ostrogodo, primera fase (535-540)
Al igual que ocurrió en África, los problemas dinásticos en el reinoostrogodo de Italia supusieron una oportunidad para la intervención
militar del imperio bizantino. A la muerte de Teodorico el Grande el control de la política ostrogoda cayó en manos de su hija Amalasunta,
la cual ejerció el poder en nombre del rey niño Atalarico, hasta que
éste falleció el 2 de octubre de 534. La regencia se caracterizó por un
viraje político hacia Oriente, generando una fuerte oposición interna.
La pronta desaparición de su hijo forzó a la regente a la búsqueda de un
monarca formal, tras el que seguir moviendo los hilos del gobierno. El
elegido fue Teodato,
con el que contrajo matrimonio a fines de 534. Sin embargo, Teodato
hizo prisionera a la reina, encerrándola en una residencia en la isla
Martana, en el lago Bolsena, en donde la hizo asesinar en 535, posiblemente a instigación de Teodora que buscaba un casus belli para la intervención de Justiniano.
Ese mismo año Justiniano daría dos golpes de mano que le permitieron tomar Sicilia, al mando de Belisario y Dalmacia, por Ilírico Mundo.
Teodato recurrió a una embajada papal, pero se envió una embajada
Imperial paralela al propio monarca ostrogodo para establecer un acuerdo
secreto de cesión de Italia al imperio. Los diversos contratiempos que
atravesaba el Imperio en ese momento, como la revuelta de África
y la recuperación de territorios por germanos en Dalmacia indujeron a
Teodato a romper el compromiso y a hacer frente a los ejércitos de
Justiniano. Justiniano reorganizó la jerarquía militar para poder poner
al frente de las campañas italianas a Belisario ya que Mundo había
fallecido en la ofensiva de Dalmacia. En su lugar se puso a Constantiniano, que recuperó la ofensiva en Dalmacia, reocupando Salona y expulsando a los ostrogodos de la región.
Belisario invadió Sicilia ese mismo año al mando de 7500 hombres39 y avanzó dentro de Italia, saqueando Nápoles y capturando la ciudad de Roma el 9 de diciembre de 536. Para entonces, Teodato había sido depuesto por su ejército, que eligió al rey Vitiges, comandante de su guardia personal, en su lugar. Éste reunió un gran ejército y asedió Roma entre febrero de 537 y marzo de 538, pero fue incapaz de volver a tomar la ciudad.
Justiniano envió a otro general a Italia, Narsés, pero las tensiones
entre Narsés y Belisario dañaron el progreso de la campaña. Milán
fue tomada, pero pronto fue recapturada y arrasada por los ostrogodos.
Justiniano hizo volver a Narsés en 539, y para entonces la situación
militar se había vuelto de nuevo en favor de los bizantinos, y en 540
Belisario alcanzó la capital ostrogoda de Rávena. Ahí recibió el ofrecimiento de los ostrogodos de ser proclamado emperador romano de occidente al mismo tiempo que llegaban al lugar enviados de Justiniano para negociar una paz que situaría la región al norte del río Po
en control de los godos. Belisario fingió aceptar la oferta y entró en
la ciudad en mayo de 540, para reclamarla en ese momento para el
imperio.40 Entonces fue llamado de vuelta a Constantinopla, en donde acudió con Vitiges y su mujer Matasunta como cautivos.
Guerra con el Imperio Sasánida (540-562)
Dibujo de un medallón en el que se celebra la reconquista de África, c. 535.
una vuelta a las hostilidades con el Imperio sasánida. Tras una
revuelta contra el imperio en Armenia a finales de la década de los años 530, y posiblemente motivada por las súplicas de los embajadores ostrogodos, el rey Cosroes I rompió la "Paz Eterna" e invadió el territorio romano en la primavera de 540.41 Primero saqueó Aleppo y luego Antioquía (en dónde permitió a la guarnición de 6.000 hombres abandonar la ciudad),42 asedió Daras, y después se dirigió a atacar al pequeño, pero estratégicamente significativo reino de Lázica,
cerca del mar Negro, obteniendo tributos de las ciudades que iba
dejando atrás. Obligó a Justiniano a pagar 5000 libras de oro, más 500
libras anuales adicionales.42
Belisario llegó a Oriente en 541, pero, tras algunos éxitos, fue
llamado de nuevo a Constantinopla en 542. Los motivos de su llamada se
desconocen, aunque pudo haberse debido a que a la Corte imperial
llegaron rumores de deslealtad por su parte.43 El brote de una grave plaga causó una decaída de las hostilidades en 543. Al año siguiente Costroes derrotó a un ejército bizantino de 30 000 hombres,44 pero no tuvo éxito en el asedio de la ciudad de Edessa.
Ninguna de las partes logró avances, y en 545 se acordó una tregua para
la parte sur de la frontera romano-persa. La guerra en Lázica continuó
en el norte durante varios años, hasta que se acordó una segunda tregua
en 557, que continuaría con el acuerdo de paz de cincuenta años de 562.
En el tratado, los persas accedieron a abandonar Lázica a cambio de que
el Imperio bizantino abonara un tributo anual de 400 o 500 libras de oro
(30 000 solidi).45
Campañas contra el reino ostrogodo, segunda fase (541-554)
Mientras que el esfuerzo bélico se centraba en Oriente, la situación en Italia empeoró. Los ostrogodos, dirigidos por los reyes Hildibaldo y Erarico (ambos asesinados en 541) y, especialmente, por Totila, consiguieron rápidos avances. Tras su victoria en la batalla de Faventiaen 542, reconquistaron las principales ciudades del sur de Italia, y
pronto tuvieron en su control la mayor parte de la península. Belisario
fue enviado de vuelta a Italia a finales de 544, pero carecía de tropas
suficientes para dar la vuelta a la situación. Al no lograr avances, fue
retirado del mando en 548, aunque antes tuvo éxito en una batalla
marítima contra 200 naves godas. Durante este periodo la ciudad de Roma
cambió de manos en tres ocasiones más: primero fue tomada y despoblada
por los godos en diciembre de 546, después reconquistada por los
bizantinos en 547, y tomada finalmente por los godos en enero de 550.
Totila también saqueó Sicilia y atacó la costa griega.
Finalmente, Justiniano envió una fuerza de aproximadamente 35 000
hombres (2000 de los cuales fueron derivados a invadir el sur de la península ibérica en manos de los Visigodos) bajo el mando de Narsés.46 El ejército llegó a Rávena en junio de 552 y derrotó a los ostrogodos decisivamente en la batalla del Monte Lactarius, en octubre de ese año, acabando con la resistencia goda. En 554 fue derrotada una invasión a gran escala de los francos en la batalla de Casilino,
que aseguró el control de Italia, aunque a Narsés le llevaría varios
años reducir los restantes puntos de resistencia góticos. Al final de la
guerra, Italia quedaba asegurada con una guarnición de 16 000 hombres,47 habiendo tenido la conquista un coste económico aproximado de unas 300 000 libras de oro.38
El precio de la conquista del reino ostrogodo
quizá podría considerarse excesivo. Se provocaron continuas campañas de
desgaste, siendo víctima principal la población itálica que sufrió la
destrucción de su tejido social, productivo, político y fue azotada por
la peste.
Los veinte años de lucha aceleraron dramáticamente la transición al
mundo medieval. Roma perdió su entidad urbana y dejó de ser la ciudad
por antonomasia del mundo mediterráneo.
La Pragmática Sanción de 554, mediante la cual Italia era reintegrada al Imperio romano, ratificaba la situación de facto
al otorgar a los obispos el control de diversos aspectos de la vida
civil (como la actividad de los jueces civiles) y la administración de
las ciudades, poniéndolos a cargo del aprovisionamiento, la anona y los trabajos públicos, al tiempo que quedaban exentos de la autoridad de los funcionarios imperiales.48
Campañas contra el reino visigodo (552)
Tremís visigótico acuñado en nombre del emperador Justiniano I en el siglo VII. Museo Británico.
que finalmente acordarían con Atanagildo, una vez convertido en rey,
habiendo sido decisiva la colaboración oriental para decantar la guerra
civil en el reino peninsular hispano a favor de aquel candidato frente a
Agila. Pero la compensación territorial nunca fue plataforma para la
conquista de la antigua Hispania, de hecho, las zonas concedidas en 552
comenzaron a menguar en las décadas siguientes, especialmente durante el
reino de Leovigildo, hasta su evaporación en el 624, en que los bizantinos fueron definitivamente expulsados por el rey Suintila. No obstante, la conquista de la provincia de Spania supuso el apogeo de la expansión del imperio bizantino en el Mediterráneo.
Frente a los eslavos
Los eventos que tuvieron lugar a finales del reinado de Justinianodemostraron que la propia Constantinopla no estaba a salvo de
incursiones bárbaras desde el norte, hasta el punto de que incluso el
relativamente benévolo historiador Menandro Protector
se ve obligado a explicar la incapacidad del emperador de proteger su
capital sobre la base de la debilidad de su cuerpo a una edad avanzada.50
En sus esfuerzos por renovar el Imperio romano, Justiniano estiró
peligrosamente sus recursos sin tener en cuenta las realidades de la
Europa del siglo VI.51 Paradójicamente, la gran escala de los éxitos de Justiniano probablemente contribuyeron al posterior declive del imperio.52
Los eslavos
ocupaban una zona geográfica intermedia entre los conjuntos germánicos y
esteparios. Esto, sumado a una variedad de pueblos, hacía que las
incursiones fueran habituales en los Balcanes. A pesar de las contundentes victorias anteriores de Germano y Mundo sobre eslavos y búlgaros, estos últimos penetraron profundamente en el espacio griego a comienzos de 540 hasta llegar al istmo de Corinto,
en la típica incursión de botín y cautivos que no produjo daños de
cuantía ni la pérdida de puntos de importancia. Los eslavos por su parte
llegaron hasta Dirraquio.
Las expediciones de los cotrigures fueron más contundentes, llegando a
cruzar el Danubio helado y llegando sin oposición hasta Mesia y Escitia, desde donde llegaron a Tracia y dividieron sus fuerzas en dos pelotones de saqueo. El mismo Zabergan
se presentó en Constantinopla con 7000 jinetes, Belisario tuvo que
salir de su retiro para liderar una contraofensiva que conjuró la
amenaza.
Compilación justiniana
La majestad imperial conviene que no sólo esté honrada con las armas
sino también fortalecida por las leyes, para que en uno y otro tiempo,
así el de guerras como el de paz, puedan ser bien gobernados, y el
principio romano subsista vencedor no solamente en los combates con los
enemigos (...) Y así después de cincuenta libros del Digesto o de las
Pandectas en que se recopiló todo ese derecho antiguo y los cuales
hicimos valiéndonos del mismo Triboniano (...), mandamos que las mismas
Instituciones se dividiesen en estos cuatro libros, para que constituyan
los primeros elementos de toda la ciencia del derecho...
Instituta de Justiniano; Proemio; «Imperatoriam Majestatem»53
Díptico Barberini, que se cree que representa a Justiniano o a Anastasio I.
Partiendo de la premisa de que la existencia de una comunidad política
se fundaba en las armas y las leyes, Justiniano prestó especial atención
a la legislación y pasó a la posteridad por ser el inspirador del Corpus iuris civilis. La intención de este código era recopilar una serie de leyes de la jurisdicción romana y armonizarla todo lo posible con la cristiana
a fin de crear un Imperio homogéneo. Su pensamiento circundó, durante
toda su actividad como emperador, en la idea del poder imperial
sustentado por la gracia divina, es decir que el emperador era el
representante de Dios sobre la Tierra.
La monumental compilación del derecho romano realizada al inicio del
reinado del Emperador (años 528 a 534) en lengua predominantemente
latina concluye la evolución jurídica del derecho de Roma. Sobre ella se
efectuarán los renacidos estudios romanísticos, a partir del siglo XI, y
se fundará la recepción del derecho romano en los países greco-latinos y
en Alemania.
La totalidad de la obra legislativa de Justiniano se conoce hoy en día como el Corpus iuris civilis. Está compuesto por el Codex Iustinianus, el Digesto o Pandectas, las Institutas, y las Novellae.
Las Institutas de Justiniano serán la conclusión de reiterados
intentos previos en reunir el derecho vigente en un cuerpo legal,
recogiendo tanto las leges como los iura. Colaborarán en tal emprendimiento las escuelas de Berito y Constantinopla, a través de juristas integrantes de ellas.55
Código
Por la constitución Haec Quae Necessario, del 13 de febrerodel 528, el emperador Justiniano nombra una comisión a la que le encarga
realizar un código, utilizando los anteriores (Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano) así como también las constituciones posteriores.
Tenían la facultad de modificar las constituciones reuniendo varias
en una, o dividiéndolas conforme las materias, según hubieran sido
derogadas, o no respondieran a las necesidades. La tarea fue breve y se
publicó el Código el 9 de abril del año 529 (constitución Summa Reipublicae)
y entrando en vigencia siete días después. No obstante, cuatro años más
tarde fue modificado, por haber quedado anticuada la primera
recopilación de las leyes.
El código del 529 es conocido como Codex Verus. El nuevo código (Codex Novis o Codex Iustinianus Repetitae Praelectionis)
está dividido en 12 libros, los que a su vez, se subdividen en títulos.
Algunas constituciones están redactadas en griego, siendo la más
antigua la del emperador Adriano.
El primer libro trata de derecho eclesiástico y público en general;
del segundo al octavo de derecho privado; el noveno de derecho penal y
el procedimiento correspondiente; los últimos de derecho administrativo.
Al sancionarse el código del año 529, se dispuso la prohibición de
recurrir a códigos y novelas anteriores. Así en la constitución Códice confirmando, Justiniano dispone:
Prohibimos a los que pleitean y a los abogados bajo pena de hacerse
culpables de falsedad, el que citen otras constituciones que las
insertas en nuestro código, y que las citen de otra manera que en la que
en él se encuentran; la invocación de esas constituciones, añadiendo a
ellas las obras de los antiguos intérpretes del derecho, debe bastar
para resolver todos los pleitos, aunque carezcan de fecha, o no hayan
sido en otro tiempo más que rescriptos particulares.56
Digesto o Pandectas
De las diferentes partes que componen el Corpus iuris civilis, el Digesto resultaría ser la única sin precedentes, como lo señalaría el propio Justiniano.Una vez publicado el primer código, a través de una serie de constituciones, el Emperador ordenó el Digesto. El 15 de diciembre del 530, por la constitución Deo Auctore se autoriza al cuestor Triboniano para que organice un comisión para encarar dicha tarea. La obra monumental fue concluida el 30 de diciembre del 533.
Para ello debían redactar un cuerpo legal que contuviera la obra de los jurisprudentes (iura). Surgiría así el Digesto, palabra latina que significa que de lo que se haya ubicado metódicamente, o Pandectas, de etimología griega, significa lo que comprende todo.
Más al proceder al examen de todo el material nos comunicó laLa obra se integra con 50 libros; cada libro está dividido en títulos
mencionada excelencia (Triboniano) que los antiguos habían escrito casi
2.000 libros, que abarcaban más de 3 millones de líneas que era
necesario leer y atentamente indagar por entero, para elegir lo mejor de
todos ellos (...).
Justiniano
(salvo los número 30, 31 y 32), subdivididos en fragmentos y a su vez
en parágrafos.
Dos tercios de los fragmentos contenidos en el Digesto pertenecen a los juristas de la ley de citas (Gayo, Ulpiano, Paulo, Papiniano y Modestino).
De éstos, la mayor parte pertenece a Paulo. De otros siete juristas
emanan una cuarta parte de los Iura (Cervidio Seavola, Juliano,
Marciano, Pomponio, Jaboleno, Africano y Marcelo). El resto de la obra
se reparte en opiniones de otros 27 juristas (como Celso, Florentino, Labeón, Neracio, Próculo, Sabino, entre otros).57
Institutas
Es un tratado elemental de derecho destinado a la enseñanza dirigida ala juventud ávida de estudiar leyes. Esta obra debía allanar las
dificultades que por el volumen y la complejidad del Digesto impedían el
estudio de las instituciones jurídicas, directamente de las Pandectas.
Reemplazando obras utilizadas por entonces, especialmente las Institutas
de Gayo.
Antes de concluirse el Digesto, la comisión dio término a la tarea
que fue publicada el 21 de noviembre de 533, mediante la constitución Imperatoriam Maiestatem. Por la constitución Tanta, junto al Digesto, se estableció la vigencia de las Institutas a partir del 30 de diciembre de 533.
Para las Institutas se basaron en obras elementales de la jurídica clásica y postclásica como las Institutas de Gayo, las de Marciano, Ulpiano y Florentino.
Su contenido era obligatorio para los ciudadanos romanos y resulta ser fuente real de derecho.
Están divididas en 4 libros, abordando los temas esenciales del arte jurídico: las personas, las cosas y las acciones.58
Novellae Constitutiones
En la Edad Media se comenzó a incluir, como integrando el Corpus iuris civilis un cuerpo legislativo comprensivo de una serie de constituciones dictadas con posterioridad a los códigos (Vetus y Novis) las Quinquaginta decisiones, el Digesto y las Institutas.Comprende la obra legislativa de Justiniano a partir de 534 hasta su
muerte en el año 565, la mayoría en griego y algunas en latín. Abarcaban
diferentes materias, siendo escasas las referidas a derecho privado. Y
fueron publicadas con carácter privado por algunos autores con el nombre
de Novelles o Novellae leges (Nuevas leyes).
Cabe destacar que en vida del Emperador, no hubo recopilación oficial limitándose al Cuestor de palacio a registrarlas para ser publicadas periódicamente.
- Alrededor del año 535 aparece una colección conocida como Epitome Juliani, por ser atribuida a Juliano, profesor de derecho de Constantinopla.
En esta colección se hallan 124 constituciones en latín, reduciéndose a
122 por repetición de dos de ellas. Incluye las constituciones dictadas
entre los años 535 y 555.
- En el año 556 se conoce una segunda colección, con autor desconocido, de 134 constituciones en latín, conocida como las Auténticas.
- La Colección griega, concentra en su idioma original Novelas
tanto griegas como latinas. Habría sido realizada en el 578 y la
integran 158 novelas de Justiniano y otros emperadores posteriores como Justino II y Tiberio II. Cuando en ésta colección aparecen un grupo de 13 Novelas de Justiniano incorporadas como apéndice son conocidas como Edicta Justiniani.
- Otra obra fue conocida por la llegada de juristas bizantinos y
manuscritos griegos, una vez caído el Imperio Oriental. Con 168
constituciones tenía su origen en Constantinopla.
- Juan Antioqueno
(El Escolástico, patriarca de Constantinopla) realizó una colección de
cánones extraídos de las Sagradas Escrituras, la patrística, los
concilios y sínodos. Luego de la muerte de Justiniano y antes del 578
correlacionó su obra con las disposiciones de las Novelas de Justiniano.59
Política religiosa
La política religiosa de Justiniano reflejó la convicción imperial enque la unidad del Imperio presuponía necesariamente la unidad de fe; y
ello significaba indudablemente que esta fe sólo podía ser la ortodoxa. Justiniano veía la ortodoxia de la religión imperial amenazada por diversas corrientes religiosas, y especialmente por el monofisismo,
que tenía muchos adeptos en las provincias orientales de Siria y
Egipto. La doctrina monofisista había sido condenada como una herejía por el Concilio de Calcedonia de 451, y las políticas tolerantes contra esta corriente del emperador Zenón y Anastasio I
habían sido una fuente de tensión en la relación del imperio con los
obispos de Roma. Justino revirtió la tendencia, confirmando la doctrina
de Calcedonia, y condenando abiertamente a los monofisistas. Justiniano
continuó esta política, e intentó imponer la unidad religiosa a sus
súbditos mediante compromisos doctrinales que pudieran ser válidos para
todos, política que se demostró inútil al no satisfacer a ninguna de las
partes implicadas.
Hacia finales de su vida, Justiniano se inclinó todavía más hacia la doctrina monofisista, especialmente en su corriente del aftartodocetismo,
pero murió antes de promulgar ningún tipo de legislación que pudiera
elevar sus enseñanzas al estatus de dogma. La emperatriz Teodora
simpatizó desde el principio con los monofisistas y se dice que pudo
haber sido una fuente constante de intrigas promonofisistas en la corte
imperial durante los primeros años. En el curso de su reinado,
Justiniano, que tenía un genuino interés en temas teológicos, llegó a
escribir diversos tratados en la materia.60
Política eclesiástica
Imagen de Justiniano I en una moneda de la época.
imperial pasó también a la política eclesiástica de Justiniano, que
reguló absolutamente todo lo relacionado con la religión imperial.
En los primeros años de su reinado, Justiniano consideró apropiado promulgar por ley la creencia de la Iglesia en la Trinidad y en la Encarnación, amenazando a los herejes con las correspondientes penas;61
mientras que declaraba que intentaba evitar que los que buscaran
perturbar la ortodoxia cristiana tuvieran oportunidad de hacerlo a
través del correspondiente proceso legal.62 Hizo del Credo Niceno el único símbolo de la Iglesia,63 y dotó de fuerza de ley a los cánones de los cuatro concilios ecuménicos.64 Los obispos que atendieron al Segundo Concilio de Constantinopla de 553 reconocieron que nada podía hacerse en la Iglesia que pudiera ser contrario al deseo o a las órdenes del emperador;65 mientras que, por su parte, el emperador, en el caso del Patriarca Antimo I de Constantinopla, reforzó esta prohibición con una proscripción temporal.66
Justiniano protegía la pureza de la Iglesia eliminando la herejía, y no
dejó pasar ninguna oportundiad para asegurar los derechos de la Iglesia
y del clero, y proteger u extender el monasticismo.
Garantizó a los monjes el derecho a heredar la propiedad de ciudadanos
privados y el derecho a recibir regalos anuales del tesoro imperial o
incluso de los impuestos de determinadas provincias, prohibiendo por ley
la confiscación de los bienes monásticos.
Aunque el carácter despótico de sus medidas resulta contrario a las
sensibilidades modernas, fue de hecho un importante protector de la
Iglesia. Tanto en el Codex como en las Novellae aparecen
numerosas normas regulando las donaciones, fundaciones y la
administración de la propiedad eclesiástica, la elección y derechos de
obispos, curas y abades, la vida monástica, las obligaciones del clero,
la forma del servicio litúrgico, la jurisdicción episcopal, y un largo
etcétera. Justiniano también reconstruyó la Iglesia de Santa Sofía,67 que se convirtió en el centro y en el monumento más visible de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla.
Relación con Roma
Desde mediados del siglo V en adelante, los emperadores de oriente seenfrentaron en labores cada vez más arduas en materia eclesiástica. Por
un lado, los radicales de ambos bandos se sentían siempre rechazados
por el credo adoptado en el Concilio de Calcedonia para defender la doctrina bíblica de Cristo y para establecer puentes entre los distintos dogmas. La carta del papa León I a Flaviano de Constantinopla
fue considerada en Oriente como una obra de Satán, haciendo que la
población dejara de sentir apego por la Iglesia romana. Los emperadores,
sin embargo, mantenían una política conciliadora, buscando preservar la
unidad entre Constantinopla y Roma, lo cual era posible siempre y
cuando no se apartasen de la línea definida en Calcedonia. El problema
se acentuó debido a que en oriente los grupos que disentían de las
decisiones del Concilio excedían de sus defensores, tanto en número como
en habilidad intelectual. La tensión por la incompatibilidad de ambos
credos fue creciente: los que elegían el credo romano occidental debían
renunciar al oriental, y viceversa.
Díptico consular en el que figura el nombre completo de Justiniano (Constantinopla 521).
se mantuvo como la piedra principal de su política occidental, si bien
Justiniano se vio en cualquier caso lo suficientemente libre como para
adoptar posturas despóticas en relación a algunos papas como Silverio o Vigilio.
Aunque no se lograría nunca un compromiso dogmático, sus esfuerzos
sinceros en la búsqueda de la reconciliación le ganaron la aprobación
del principal cuerpo de la Iglesia. Una prueba es el caso de su actitud
frente a la controversia del teopasquismo:
En un principio opinaba que la cuestión se centraba en una mera
cuestión semántica. Poco a poco, sin embargo, Justiniano se dio cuenta
que la fórmula en cuestión no sólo parecía ortodoxa, sino que podía
servir como medida de conciliación hacia los monofisitas, e hizo un
intento, que resultaría en vano, de utilizarlo en una conferencia
religiosa con los seguidores de Severo de Antioquía en 533.
De nuevo, Justiniano centró su apoyo en el edicto religioso de 15 de marzo de 533,69 y se felicitó de obtener del papa Juan II una admisión de la ortodoxia de la confesión imperial.70
El principal error que cometió en un principio por su connivencia en
una persecución de los obispos y monjes monofisitas, consiguiendo la
oposición popular de vastas regiones y provincias, fue eventualmente
remediado. Su principal objetivo fue ganar el apoyo de los monofisitas,
sin llegar a aceptar la fe calcedonia. Para muchos de los miembros de la
corte, sin embargo, Justiniano no fue tan lejos como debería haber ido:
Especialmente la emperatriz Teodora habría estado encantada de ver a
los monofisitas recibiendo sin reservas el favor imperial. Sin embargo,
Justiniano se vio limitado por las complicaciones que ello habría
supuesto en occidente.
Con la condena de los Tres Capítulos
Justiniano intentó satisfacer tanto a oriente como a occidente, pero no
logró satisfacer a ninguno. Aunque el papa accedió a la condena,
occidente creía que el emperador actuó de manera contraria a los
decretos de Calcedonia. Aunque muchos delegados surgieron en Oriente
apoyando a Justiniano, muchos otros, especialmente los monofisitas,
permanecieron insatisfechos.
Supresión de otras religiones
Justiniano fue uno de los primeros emperadores romanos en ilustrar sus monedas con la cruz en el anverso.
de que la unidad del Imperio presuponía incondicionalmente una unidad de
fe, y que esta fe tan sólo podía ser la fe descrita en el credo niceno.
Aquellos que profesasen una fe distinta, sufrirían directamente el
proceso iniciado en la legislación imperial que comenzó durante el
reinado de Constancio II. El Codex recogía dos leyes71 que decretaban la destrucción total del paganismo, incluso en la vida privada, y sus disposiciones serían celosamente puestas en práctica. Las fuentes contemporáneas como Juan Malalas, Teófanes de Bizancio o Juan de Éfeso refieren graves persecuciones contra los no cristianos, incluso de personas en las alto estatus social.
Quizá el evento más llamativo tuvo lugar en 529 cuando la Academia platónica de Atenas,
fundada por Platón, y que funcionaba desde 362 a. C. pasó a estar bajo
control estatal por orden de Justiniano, consiguiendo así la extinción
real de esta escuela de pensamiento helenista. El paganismo sería activamente reprimido: solo en Asia Menor, Juan de Éfeso afirma haber convertido a 70.000 paganos.72 También otros pueblos bárbaros aceptaron el cristianismo: los hérulos,73 los hunos que habitaban junto al río Don,74 los abasgios75 y los tzani en el Cáucaso.76
El culto de Amón en Áugila en el desierto libio, fue prohibido,77 de igual modo que los restos del culto a Isis en la isla de File, junto a la primera catarata del Nilo.78 El presbítero Julián79 y el obispo Longino dirigieron una misión a la tierra de los nabateos,80 y Justiniano trató de reforzar el cristianismo en Yemen, enviando allí a un obispo de Egipto.81
También los judíos sufrieron estas medidas, viendo restringidos sus derechos civiles,82 y amenazados sus privilegios religiosos.83 Justiniano interfirió en los asuntos internos de la sinagoga84 e intentó que los judíos utilizaran la biblia Septuaginta, en griego en lugar de hebreo, en las sinagogas de Constantinopla.85
A aquellos que se opusiesen a estas medidas se les amenazaba con
castigos corporales, el exilio y la pérdida de sus propiedades. Los
judíos de Borium, cerca de la Gran Sirte, que habían opuesto resistencia a Belisario durante su campaña contra los vándalos, tuvieron que convertirse al cristianismo y su sinagoga fue transformada en una iglesia.86
El emperador se encontró con una mayor resistencia entre los samaritanos,
que resultaron más refractarios a la imposición del cristianismo y se
rebelaron repetidas veces. Justiniano les hizo frente con rigurosos
edictos, pero no pudo evitar que a finales de su reinado se produjesen
hostilidades contra los cristianos en Samaría. La política de Justiniano también suponía la persecución de los maniqueos, que sufrieron el exilio y la amenaza de pena de muerte.87 En Constantinopla,
en una ocasión, cierto número de maniqueos fueron juzgados y ejecutados
en presencia del propio emperador: algunos quemados y otros ahogados.88
Arquitectura, educación, arte y literatura
Justiniano fue un prolífico constructor, y el historiador Procopio da testimonio de sus actividades en esta área de gobierno.89 Bajo su gobierno se terminó la construcción de la iglesia de San Vital de Rávena en Rávena, en la que aparecen dos famosos mosaicos en los que se representa a Justiniano y a Teodora.17 Su obra, sin embargo, más famosa, sería la reconstrucción de la basílica de Santa Sofía, que había sido destruida en los incendios de los disturbios de Niká. Su reconstrucción, realizada bajo un plan completamente distinto, fue realizada bajo la supervisión de los arquitectos Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.El historiador bizantino Procopio de Cesarea describió la construcción
del templo en su obra Sobre los edificios —latín: De aedificiis; griego:
Peri ktismatōn—. Se emplearon más de diez mil personas para la
construcción., y el emperador hizo traer material procedente de todo el
imperio, como las columnas helenísticas del Templo de Artemisa
en Éfeso, grandes piedras de las canteras de pórfido de Egipto, mármol
verde de Tesalia, piedra negra de la región del Bósforo y piedra
amarilla de Siria. Según Procopio, Justiniano afirmó, a la terminación
del edificio, la frase "Salomón, te he superado", en alusión a la
construcción del Templo de Jerusalén.
Esta nueva catedral, con su magnífica gran nave llena de mosaicos, se
convirtió en el centro de la cristiandad oriental durante siglos.
Justiniano también reconstruyó otra prominente iglesia de la capital, la iglesia de los Santos Apóstoles, que se encontraba en un pobre estado hacia finales del siglo V.90
Los trabajos de embellecimiento de la ciudad, sin embargo, no se
limitaron a las iglesias: las excavaciones realizadas en el lugar en el
que se encontraba el Gran Palacio de Constantinopla
han sacado a la luz varios mosaicos de gran calidad que datan de la
época de Justiniano, y se erigió una columna sobre la que se colocó una
estatua en bronce de Justiniano en el Augustaeum, en Constantinopla, en 543.91 Es posible que la rivalidad con otros patronos de la ciudad y con algunos aristócratas romanos exiliados (como Anicia Juliana)
pudiera haber impulsado las actividades constructivas de Justiniano en
la capital, como medio para fortalecer el prestigio de su propia
dinastía.92
En lo relativo a las construcciones de carácter militar, Justiniano
reforzó las fronteras africanas del imperio con nuevas fortificaciones, y
aseguró el suministro de agua a la capital a través de la construcción
de cisternas subterráneas. Para evitar indundaciones en la estratégica
región de Dara construyó una avanzada presa de arco. También se construyó durante su reinado el gran puente de Sangario en Bitinia,
que serviría como principal paso de suministros militares hacia
oriente. Justiniano también restauró ciudades dañadas por terremotos y
por guerras, y construyó una nueva ciudad cerca de su lugar de
nacimiento que nombraría Justiniana Prima, con la finalidad de que sustituyese a Tesalónica como centro político y religioso de la Prefectura de Iliria.
En la era de Justiniano, y en parte bajo su patronazgo, surgieron
varios historiadores notorios en la cultura bizantina, incluyendo a
Procopio y Agatías, y poetas como Pablo Silenciario y Romano el Mélodo florecieron durante su reinado. Por otro lado, importantes centros educativos tales como la Academia de Platón en Atenas o la famosa escuela de leyes de Beirut perdieron su importancia durante su reinado.93 A pesar de la pasión de Justiniano por el pasado romano, la práctica de la elección de un cónsul romano terminó a partir del año 541.94
Economía y administración
Moneda de oro de Justiniano I (527-565) excavada en India, probablemente en el sur. Se trata de un ejemplo del comercio indo-romano durante el periodo.
imperio estaba basada esencialmente en la agricultura. El comercio a
larga distancia floreció, llegando tan al norte como Cornwall en dónde el estaño era intercambiado por trigo romano. Justiniano hizo este tráfico más eficiente construyendo un gran granero en la isla de Ténedos para almacenamiento y posterior transporte a Constantinopla.95
Justiniano también intentó encontrar nuevas rutas para el comercio con
oriente, que se estaba viendo muy perjudicado por las guerras contra los
persas.
Un importante producto de lujo era la seda,
que era importada y luego procesada en el imperio. A fin de proteger la
fabricación de productos de seda, Justiniano creó un monopolio estatal
en 541.96 Para conseguir evitar la ruta a través de Persia, Justiniano estableció relaciones de amistad con el reino de Aksum,
que pretendía que actuaran como mediadores de comercio para la seda que
se transportaba desde la India hacia el imperio. Éstos fueron sin
embargo incapaces de competir con los mercaderes persas en India.97
Más tarde, a comienzos de la década de 550, dos monjes tuvieron éxito
en sacar de contrabando huevos de gusano de la seda desde Asia Central hasta Constantinopla,98 lo que permitió que la seda se convirtiese en un producto de fabricación nacional.
El oro y la plata se extraían en los Balcanes, Anatolia, Armenia, Chipre, Egipto y Nubia.99
Escena de la vida diaria en un mosaico del Gran Palacio de Constantinopla, comienzos del siglo VI.
Bajo el gobierno de Justiniano se tomaron medidas para contrarrestar la
corrupción en las provincias y para hacer más eficiente el cobro de
impuestos. Se otorgó mayor poder administrativo a los líderes de las
prefecturas y de las provincias, mientras que se retiraba el poder de
los vicarios de las diócesis, de las cuales algunas fueron incluso
eliminadas. El movimiento general buscaba una simplificación de la
infraestructura administrativa.100
Según el historiador Peter Brown (1971), la profesionalización de la
recaudación de impuestos hizo mucho para destruir las estructuras
tradicionales de la vida provinciana, puesto que debilitaba la autonomía
de los consejos de las ciudades griegas.101 Se ha estimado que antes de las conquistas de Justiniano el estado recibía unos ingresos anuales de 5 000 000 de solidi, mientras que después de ellas los ingresos anuales se incrementaron hasta los 6 000 000 de solidi.38
A lo largo del reinado de Justiniano, las ciudades y pueblos de oriente prosperaron, pese a que Antioquía
sufrió dos terremotos (526, 528) y fue saqueada y evacuada en la guerra
contra los persas (540). Justiniano reconstruyó la ciudad, aunque en
una escala ligeramente más pequeña.102
Pese a todas estas medidas, el imperio sufrió graves reveses en el curso del siglo VI. El principal de ellos fue la grave plaga
que duró entre 541 y 543 y diezmó la población del Imperio,
probablemente creando una grave escasez de mano de obra y el incremento
de los costes.103
La falta de mano de obra también llevó a un significativo incremento en
el número de reclutas "bárbaros" que se incorporaron al ejército
bizantino tras esas fechas.104
La guerra en Italia y las guerras contra los persas supusieron un
importante peso sobre los recursos del Imperio, y Justiniano fue
criticado por dar una menor importancia a occidente que a oriente, a la
que dio una importancia militar mucho mayor.105
Predecesor: Justino I |
Emperador del Imperio bizantino 527 – 565 |
Sucesor: Justino II |
Referencias
- Brown (1971), p. 158; Moorhead (1994), p. 101.
- Este artículo contiene textos de la Schaff-Herzog Encyclopedia of Religion.
Bibliografía
Fuentes primarias
- Procopii Caesariensis opera omnia. Edited by J. Haury; revised by G. Wirth. 3 vols. Leipzig: Teubner, 1976-64. Greek text.
- Procopius. Edited by H. B. Dewing. 7 vols. Loeb Classical
Library. Cambridge, Mass.: Harvard University Press and London,
Hutchinson, 1914–40. Greek text and English translation. - Procopius, The Secret History, translated by G.A. Williamson. Harmondsworth: Penguin Books, 1966. A readable and accessible English translation of the Anécdota.
- Elizabeth Jeffreys, Michael Jeffreys, Roger Scott et al. 1986, The Chronicle of John Malalas: A Translation, Byzantina Australiensia 4 (Melbourne: Australian Association for Byzantine Studies) ISBN 0-9593626-2-2
- Edward Walford, translator (1846) The Ecclesiastical History of Evagrius: A History of the Church from AD 431 to AD 594, Reprinted 2008. Evolution Publishing, ISBN 978-1-889758-88-6.1
Fuentes secundarias
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Instituciones del Derecho Romano. Haroldo Ramón Gavernet y Mario Antonio
Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata, Argentina. ISBN: 950-9076-30-9. - Manual de Derecho romano. Historia e Instituciones. Luis Rodolfo Arguello. Editorial Astrea, 2000. Buenos Aires, Argentina. ISBN= 950-508-101-4.
- Derecho romano. Luis Alberto Peña Guzmán y Luis Rodolfo Arguello. Tipográfica Editora Argentina, 1966. Buenos Aires, Argentina.
- Bury, J. B. (1958). History of the later Roman Empire, Vol. 2. New York (reprint).
- Cameron, Averil et al.(eds.). The Cambridge Ancient History, Vol. 14, Second Edition, Cambridge 2000.
- Cumberland Jacobsen, Torsten. The Gothic War. Westholme 2009.
- Evans, James Allan. The Emperor Justinian and the Byzantine Empire. Westport, CT: Greenwood Press, 2005 (hardcover, ISBN 0-313-32582-0).
- Garland, Lynda. Byzantine empresses: women and power in Byzantium, AD 527–1204. London, Routledge, 1999.
- Maas, Michael (ed.). The Cambridge Companion to the Age of Justinian, Cambridge 2005.
- Meier, Mischa. Das andere Zeitalter Justinians. Kontingenzerfahrung und Kontingenzbewältigung im 6. Jahrhundert n. Chr. Göttingen, 2003.
- Meier, Mischa. Justinian. Herrschaft, Reich, und Religion. Munich, 2004.
- Moorhead, John. Justinian, London 1994.
- Rosen, William. Justinian's Flea: Plague, Empire, and the Birth of Europe, Viking Adult, 2007. ISBN 978-0-670-03855-8.
- Rubin, Berthold (1960). Das Zeitalter Iustinians. Berlin. – German standard work; partially obsolete, but still useful.
- Sarris, Peter. Economy and society in the age of Justinian. Cambridge, 2006.
- Ure, PN (1951). Justinian and his Age. Penguin, Harmondsworth.
- Vasiliev, A. A. History of the Byzantine Empire, 324–1453. Second edition. Madison, 1952.
- Ancient Warfare
magazine, Vol. IV, Issue 3 (Jun/Jul, 2010), was devoted to "Justinian's
fireman: Belisarius and the Byzantine empire", with articles by Sidney
Dean, Duncan B. Campbell, Ian Hughes, Ross Cowan, Raffaele D'Amato, and Christopher Lillington-Martin.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Justiniano I.
- SobreHistoria.com — Justiniano y Teodora, curiosidades.
- Biográfica.info — Biografía de Justiniano.
- St Justinian the Emperor Orthodox Icon and Synaxarion (14 November)
- The Anekdota ("Secret history") of Procopius in English translation.
- The Buildings of Procopius in English translation.
- The Roman Law Library by Professor Yves Lassard and Alexandr Koptev
- Lecture series covering 12 Byzantine Rulers, including Justinian – by Lars Brownworth
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Justiniano I.
- De Imperatoribus Romanis. An Online Encyclopedia of Roman Emperors
- Reconstruction of column of Justinian in Constantinople
- Opera Omnia by Migne Patrologia Graeca with analytical indexes
- Preface to the Digest of Emperor Justinian
- Annotated Justinian Code (University of Wyoming website)
- Agatías: Historia de Justiniano.
- Menandro: Las embajadas de los emperadores Justiniano, Justino el Joven y Tiberio (Les ambassades des empereurs Justinien, Justin le jeune et Tibère).
- Texto francés, en el sitio de Philippe Remacle, extraído del vol. III de la obra de Louis Cousin (1627 - 1707) Historia de Constantinopla desde la era de Justino hasta el fin del imperio, traducida de los originales griegos por Cousin (Histoire de Constantinople depuis le règne de Justin jusqu’à la fin de l'Empire, traduite sur les originaux grecs par Cousin, 1672 - 1685), en 8 volúmenes. Ed. de 1685, en París.
- Texto francés, en el sitio de Philippe Remacle, extraído del vol. III de la obra de Louis Cousin (1627 - 1707) Historia de Constantinopla desde la era de Justino hasta el fin del imperio, traducida de los originales griegos por Cousin (Histoire de Constantinople depuis le règne de Justin jusqu’à la fin de l'Empire, traduite sur les originaux grecs par Cousin, 1672 - 1685), en 8 volúmenes. Ed. de 1685, en París.
- «The Christian Roman Empire series». Evolpub.com. Consultado el 14 de noviembre de 2012.
la Iglesia ortodoxa, incluyendo la americana, Justiniano y su
emperatriz Teodora se conmemoran en la fecha de aniversario de la muerte
del primero, el 14 de noviembre, aunque algunos colectivos traducen el
14 de noviembre del calendario juliano al 27 de noviembre del calendario gregoriano. El santoral luterano de las iglesias de Misuri y de Canadá también recuerdan a Justiniano el 14 de noviembre.
puesto parece que fue meramente formal; no existen evidencias de que
Justiniano tuviera ninguna experiencia militar. Véase A. D. Lee, "The
Empire at War", in: Michael Maas (ed.), The Cambridge Companion to the Age of Justinian (Cambridge 2005), pp. 113-133 (pp. 113-114).
sólo estaría presente en batalla en una ocasión, en la campaña contra
los hunos del año 559, cuando ya era un hombre muy mayor. Esta campaña
fue esencialmente simbólica y, aunque no se llegó a luchar ninguna
batalla, el emperador celebraría una entrada triunfal a su vuelta a la
capital. (Véase Browning, R. Justinian and Theodora. London 1971, 193.)
Moorhead (1994), p. 89 ff., Greatrex (2005), p. 488 ff., y
especialmente H. Börm, "Der Perserkönig im Imperium Romanum", in: Chiron 36, 2006, p. 299 ff.
Evolución histórica de las Instituciones del Derecho Romano. Haroldo
Ramón Gavernet y Mario Antonio Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata,
Argentina. ISBN: 950-9076-30-9.
Evolución histórica de las Instituciones del Derecho Romano. Haroldo
Ramón Gavernet y Mario Antonio Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata,
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Evolución histórica de las Instituciones del Derecho Romano. Haroldo
Ramón Gavernet y Mario Antonio Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata,
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Evolución histórica de las Instituciones del Derecho Romano. Haroldo
Ramón Gavernet y Mario Antonio Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata,
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Evolución histórica de las Instituciones del Derecho Romano. Haroldo
Ramón Gavernet y Mario Antonio Mojer. Editorial Lex, 1992. La Plata,
Argentina. ISBN: 950-9076-30-9.
vol. 40, No. 2, 1965, 294-322. La fuerza total del ejército bizantino
en la época de Justiniano se estimaba en unos 150.000 hombres (J.
Norwich, Byzantium: The Early Centuries, 259).
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