Turquía Historia
Historia
El destino ha situado a Turquía en la unión de dos continentes.
Puente terrestre, punto de encuentro y campo de batalla, ha visto cómo
los pueblos se desplazaban de Europa a Asia, y viceversa, a lo largo de
la historia.
Hace mucho tiempo que empezaron a florecer culturas en Anatolia (la
parte de Turquía que está en Asia), y allí se fundó, hace unos 8000
años, la que ha sido reconocida como primera ‘ciudad’ de la historia,
Çatalhöyük. Más tarde, los hititas crearon el primer imperio de Anatolia
y gobernaron otros pueblos a la vez que repelían la llegada de griegos
que intentaban colonizar las zonas costeras. Entre esas colonias estaba
Troya, protagonista de La Ilíada de Homero. Entretanto, una retahíla de pueblos (licios, lidios y frigios entre otros) salía y entraba de la escena histórica.
La llegada de los persas, provenientes del este, obligó a Alejandro
Magno a perseguirlos de nuevo. Su Imperio no duró mucho más, pero
aceleró la helenización de Anatolia y la creación de grandes riquezas
gracias a las redes comerciales griegas. Los astutos romanos llegaron en
el 190 a.C. para explotar el comercio y los recursos, y se quedaron
para ver, y acosar, a las primeras comunidades cristianas. La
cristiandad se extendió poco a poco hasta que en el s. IV d.C. el
emperador romano Constantino se convirtió a la nueva religión y fundó
Constantinopla (la moderna Estambul), la futura capital del Imperio
bizantino, un vestigio de Roma cristiano y de habla griega que persistió
durante más de mil años.
Los turcos selyúcidas, que llegaron de Asia central en el s. xI,
desafiaron a los bizantinos por el control de Anatolia. Los otomanos,
sucesores de los selyúcidas, tomaron finalmente Anatolia y derrocaron a
los bizantinos en el s. xv. A partir de entonces, los otomanos empezaron
a expandirse por el sureste europeo hasta alcanzar las murallas de la
misma Viena antes de que les hiciesen retroceder implacablemente. En
1912 los ejércitos serbio y griego avanzaron hacia Estambul y, durante y
después de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas europeas buscaron con
ansia la desmembración de toda Turquía. Solo el acertado liderazgo de
Mustafa Kemal Atatürk sacó al país del apuro. Durante la lucha por la
independencia, Atatürk y sus ejércitos expulsaron a los intrusos
extranjeros para posteriormente fundar la República de Turquía en 1923.
Desde entonces, el país ha experimentado un exhaustivo proceso de
modernización, ha construido una democracia viable y ha recuperado su
sitio en el panorama internacional.
Con tantos años repletos de importantes y fascinantes
acontecimientos, culturas y personajes se podrían llenar varios libros
de historia.
Contenidos
PRIMERAS CULTURAS, CIUDADES Y CONFLICTOS
Los descubrimientos arqueológicos indican que los primeroshabitantes de Anatolia fueron cazadores-recolectores del Paleolítico. En
torno al séptimo milenio a.C. algunos pueblos formaron asentamientos.
Çatalhöyük, levantada hacia al año6500 a.C. podría ser la primera ciudad
de la historia. Sin duda fue un centro de innovación, sus habitantes
desarrollaron el riego de cultivos, domesticaban cerdos y ovejas y
elaboraban una cerámica característica. Sus reliquias se pueden ver en
el Museo de las Civilizaciones Anatolias de Ankara.
El Calcolítico vio el auge de Hacılar, en el centro de Anatolia, y de
las comunidades del sureste que absorbieron las influencias
mesopotámicas, entre ellas el uso de herramientas de metal. Por toda
Anatolia fueron surgiendo e interactuando comunidades cada vez mayores,
aunque no siempre bien avenidas: los asentamientos solían estar
fortificados.
En torno al 3000 a.C., los avances en la metalurgia permitieron a un
astuto grupo de gentes concentrar el poder en sus manos, lo que condujo a
la creación de varios reinos anatolios. Uno de ellos estaba en
Alacahöyük, en plena Anatolia, aunque mostraba influencia caucásica,
prueba del comercio desarrollado fuera de la meseta.
El comercio también aumentaba en la costa occidental, pues Troya
comerciaba con las islas del Egeo y con Grecia continental. Hacia el
año2000 a.C., los hatti fundaron su capital en Kanesh (Kültepe, cerca de
Kayseri) y dominaron una red de comunidades dedicadas al comercio. Es
entonces cuando la historia de Anatolia pasa del ámbito de la conjetura
arqueológica al plano real: las tablillas de arcilla proporcionan
documentos escritos con fechas, acontecimientos y nombres.
Aún no había aparecido ninguna civilización anatolia singular, pero
se habían creado las bases para los milenios sucesivos. La interacción
cultural, el comercio y la guerra se convertirían en elementos
recurrentes de la historia de Anatolia.
LA EDAD DEL BRONCE: LOS HITITAS
Tras la caída de los hatti, los hititas ocuparon su territorioy, hacia1800 a.C., trasladaron la capital de Alacahöyük a Hattuşa, cerca
de la actual Boğazkale; constituyen su legado su gran capital, sus
archivos de Estado (tablillas de arcilla grabadas con escritura
cuneiforme) y sus particulares estilos artísticos. Hacia1450 a.C., tras
repetidos enfrentamientos internos, el reino renació como imperio, el
primero de Anatolia. Los hititas fueron guerreros, pero mostraron otros
rasgos imperiales, gobernaron multitud de estados vasallos y a príncipes
menores sin por ello dejar de mostrar un sentido de la ética y cierta
inclinación a la diplomacia. Esto no les impidió invadir Egipto en1298
a.C., pero sí les permitió hacer las paces con el derrotado Ramsés II
casándolo con una princesa hitita.
El imperio hitita se vio atacado en años sucesivos por los
principados sometidos, como Troya, y finalmente fue invadido por los
griegos, conocidos como “pueblos del mar”, que ya fundían hierro. Los
hititas no tenían salidas al mar (una desventaja en una época de
floreciente comercio marítimo) ni conocían la metalurgia.
Mientras tanto, una nueva dinastía en Troya se erigía en potencia de
la región. Los troyanos fueron a su vez hostigados por los griegos, lo
que originóla Guerrade Troya en1250 a.C. Esto dio a los hititas un
respiro, pero las oleadas posteriores aceleraron su desaparición;
persistieron algunos reductos en los montes Tauro, pero el gran imperio
había muerto. Las posteriores ciudades-estado favorecieron una cultura
neohitita que atrajo a los comerciantes griegos y sirvió de conducto
para que la religión y el arte mesopotámicos llegaran a Grecia.
IMPERIOS CLÁSICOS: GRECIA Y PERSIA
La Anatoliaposhitita era un mosaico de pueblos, anatoliosautóctonos y advenedizos. Al este, los urarteos, descendiente de los
hurritas anatolios, fundaron un reino cerca del lago Van (Van Golü). En
el s. viii a.C., los frigios llegaron al oeste de Anatolia. Durante el
reinado de Gordias, famoso por el nudo gordiano, establecieron su
capital en Gordion y su poder llegó a la cúspide durante el reinado de
Midas; culminó en el725 a.C., al ser arrasado el reino por la caballería
cimeria.
En la costa suroeste, los licios crearon una confederación de
ciudades-estado independientes que se extendía desde la actual Fethiye a
Antalya. En el interior, los lidios dominabanla Anatoliaoccidental
desde su capital, Sardes; a ellos se atribuye la acuñación de las
primeras monedas.
Mientras tanto, las colonias griegas proliferaban en la costa
mediterránea, y su cultural se infiltraba en Anatolia. Casi todos los
pueblos del mosaico anatolio tenían una clara influencia griega: el rey
Midas de Frigia tenía una esposa griega; los licios tomaron prestada la
leyenda dela Quimera; y el arte lidio era una amalgama de formas
artísticas griegas y persas. Parece que, en algunos casos, la admiración
fue mutua, pues los licios fueron el único pueblo anatolio que los
griegos no calificaron de bárbaro; impresionados por la riqueza de
Creso, rey de Lidia, los griegos acuñaron la expresión “rico como
Creso”.
Estas crecientes manifestaciones de influencia helénica no pasaron
desapercibidas. Ciro, emperador de Persia, no se quedó impasible ante
tanta temeridad e invadió la región en547 a.C., sometiendo primero a los
lidios y luego extendiendo su control hasta el Egeo. Durante muchos
años, bajo los reinados de Darío I y Jerjes I, los persas controlaron la
expansión por la costa de las colonias comerciales griegas y sometieron
el interior, acabando con la era de los reinos anatolios autóctonos.
Aunque gobernaron Anatolia a través de sátrapas (jefes provinciales),
los persas no lo tuvieron siempre fácil, pues debían hacer frente
periódicamente a los belicosos anatolios, como sucedió en el alzamiento
de la ciudad jonia de Mileto en el 494 a.C. La sublevación,
supuestamente fomentada desde Atenas, fue sofocada bruscamente. Los
persas, en connivencia con Atenas, invadirían Grecia hasta su derrota en
Maratón.
ALEJANDRO Y SUS SUCESORES
El control persa sobre Anatolia se prolongó hasta el año334a.C., cuando una nueva fuerza arrasó la región. Alejandro Magno y sus
aventureros macedonios cruzaron los Dardanelos para liberar Anatolia del
yugo persa; bajaron por la costa y arrollaron a los persas cerca de
Troya, para luego proseguir hasta Sardes, que se rindió inmediatamente.
Tras sitiar y tomar Halicarnaso (la actual Bodrum), viraron al este y
liquidaron a un nuevo ejército persa en la llanura de Cilicia.
Alejandro estaba más dispuesto a conquistar que a construir una
nación, así que, cuando murió en Babilonia en el 323 a.C. sin sucesión,
su Imperio acabó dividido tras varias guerras civiles. Si la intención
de Alejandro fue limpiar Anatolia de la influencia persa e introducirla
en la esfera griega, lo consiguió de manera grandiosa. El paso de sus
ejércitos dejó una estela de helenización que supuso la culminación del
proceso iniciado siglos atrás y que tanto había irritado al rey Ciro.
Una formidable red de comunidades con vocación comercial se extendió por
toda Anatolia. La más notable fue Pérgamo (actual Bergama), cuyos reyes
eran grandes guerreros y entusiastas mecenas del arte. El más destacado
fue Eumenes, responsable de gran parte de lo que queda de la acrópolis
de Pérgamo. Tan importante como la construcción de templos y acueductos
fue la difusión gradual de la lengua griega, que finalmente provocó la
extinción de las lenguas anatolias autóctonas.
El crisol de culturas anatolias continuó generando varios reinos,
casi todos pasajeros. En el 279 a.C. los celtas irrumpieron y fundaron
el reino de Galacia, con capital en Ankyra (Ankara). Al noreste,
Mitrídates ya había creado el reino del Ponto, con capital en Amasya, y
los armenios, que ocupaban desde tiempo atrás la región del lago Van, se
reafirmaron en el poder tras haber conseguido cierta autonomía en época
de Alejandro.
Mientras, al otro lado del Egeo, el Imperio romano iba haciéndose
cada vez más fuerte y ponía sus ojos en las ricas redes comerciales de
Anatolia.
DOMINACIÓN ROMANA
Las legiones romanas derrotaron a los ejércitos del reyselyúcida en Magnesia (Manisa) en el 190 a.C., y Pérgamo, la mayor
ciudad posalejandrina, se convirtió en el lugar de desembarco desde el
que iniciar la toma de Anatolia, sobre todo después de la muerte del rey
Atalo III en el 133 a.C., que legó la ciudad a Roma. En el129 a.C.,
Éfeso fue nombrada capital de la provincia romana de Asia y, 60 años más
tarde, los romanos vencieron la vehemente resistencia de Mitrídates VI
en el Ponto y ampliaron su dominio hasta Armenia, la frontera persa.
Con el paso del tiempo, el poder del Imperio romano fue
languideciendo gradualmente. A finales del s. III, Diocleciano lo
dividió en dos unidades administrativas, la oriental y la occidental,
para intentar consolidarlo y, a la vez, acabar con el cristianismo; pero
ambos objetivos fracasaron. Las reformas provocaron una guerra civil de
la que salió victorioso Constantino, uno de los primeros conversos. Se
decía que los ángeles empujaron a Constantino a erigir una Nueva Roma
sobre la helénica Bizancio, que se llamaría Constantinopla (hoy
Estambul). En su lecho de muerte, el emperador fue bautizado y, a
finales de siglo, el cristianismo se había convertido en la religión
oficial del Imperio.
LA CAÍDA DE ROMA Y EL FLORECIMIENTO DE BIZANCIO
La gobernabilidad del Imperio romano no mejoró con la nuevacapital en Constantinopla y, tras la muerte de Teodosio [379-395], que
lo dirigió con mano firme, se dividió. La mitad occidental (romana)
sucumbió a la decadencia y a los bárbaros; la mitad oriental (Bizancio)
prosperó, adoptando gradualmente la lengua griega y, con el
cristianismo, su rasgo característico.
Con Justiniano [527-565], Bizancio se convirtió en un Imperio al
estilo de la antigua Roma; los historiadores le citan como el
responsable de la construcción de Aya Sofya y la codificación del
derecho romano, aunque también amplió las fronteras del Imperio hasta el
sur de España, el norte de África e Italia. En este período, Bizancio
adquirió una entidad diferenciada, pero el apego por Roma se mantendría,
pues los bizantinos, aun hablando griego, se definían como romanos; en
siglos posteriores, los turcos les llamarían “rum”. No obstante, la
vehemencia y la ambición de Justiniano hicieron que el Imperio creciera
hasta que la peste y la invasión de los ávaros y las tribus eslavas del
norte del Danubio pusieron fin a su expansión.
Posteriormente la lucha con su eterno rival, Persia, debilitó aún más
a Bizancio, dejando las provincias orientales a expensas del ataque de
los ejércitos de Arabia; los árabes tomaron Ankara en el 654 y hacia el
669 ya tenían sitiada Constantinopla. Eran un pueblo nuevo que traía un
nuevo idioma, una nueva civilización y una nueva religión: el islam.
El frente occidental sufría a su vez las invasiones de godos y
lombardos, de modo que, en el s. viii, Bizancio había retrocedido a los
Balcanes y Anatolia. El imperio decayó hasta la aparición de los
emperadores macedonios. Basilio I accedió al trono en el 867 y las
fortunas fueron en alza, mientras se lograban victorias contra el Egipto
islámico, los búlgaros y Rusia. Basilio II [976-1025] se ganó el apodo
de Matador de Búlgaros tras sacar los ojos a 14 000 prisioneros de
guerra de esa nacionalidad. Cuando murió, el Imperio echo de menos a
alguien de su calibre, o quizás ferocidad, y la era de la expansión
bizantina llegó a su fin.
PRIMER IMPERIO TURCO: LOS SELYÚCIDAS
Durante los siglos de altibajos del Imperio bizantino, un pueblonómada turcomano había avanzado hacia el oeste desde Asia central. En
su camino, se encontraron con los persas y se convirtieron al islam.
Fuertes y marciales por naturaleza, asumieron el control de una parte
del moribundo califato abasí y construyeron el suyo propio con centro en
Persia. Tuğrul, del clan de los selyúcidas, fue nombrado sultán en
Bagdad, desde donde comenzó el ataque contra el territorio bizantino. En
el 1071, Alp Arslan, sobrino de Tuğrul, logró intimidar al poderoso
ejército de Bizancio en Manzikert (al norte del lago Van) y, aunque les
superaban en número, la hábil caballería turca se impuso. Esta victoria
hizo que Anatolia quedara expuesta a grupos de nómadas turcomanos y
marcó el inicio de la caída del Imperio bizantino.Sin embargo, no todo
se puso a favor de los selyúcidas. Durante los ss. XII y XIII se
produjeron incursiones de los cruzados, que fundaron asentamientos
temporales en Antioquía (la moderna Antakya) y Edesa (hoy en día
Şanlıurfa). En paralelo, un ejército de cruzados rebeldes saqueó la
ciudad de Constantinopla, capital de los cristianos bizantinos,
aparentemente, aliados de los cruzados. Mientras, los selyúcidas se
debatían en sus propias luchas internas por el poder, que acabarían por
fragmentar su vasto Imperio.El legado selyúcida persistió en Anatolia en
el sultanato de Rum, cuyo centro era Konya. Aunque de etnia turca, los
selyúcidas aportaron la cultura y el arte persas; fueron los
introductores de las alfombras de lana anudada en Anatolia y precursores
de una notable arquitectura (aún visible en Erzurum, Divriği, Amasya y
Sivas). Estos edificios fueron las primeras formas de arte
verdaderamente islámico y se convertirían en prototipos sobre los que se
modelaría después el arte otomano. Celaleddin Rumi, el místico sufí que
fundó la orden mevleví o de los derviches giróvagos, es un ejemplo del
nivel cultural y artístico alcanzado en Konya.Los descendientes mongoles
de Genghis Khan atravesaron Anatolia, derrotando a los selyúcidas en
Köse Dağ en 1243. Anatolia se fracturó en un mosaico de beyliks
¬(principados) turcos y estados feudales mongoles. Pero en 1300, un
único bey (gobernador) turco, Osman, fundó la dinastía otomana que
pondría fin a la línea bizantina.
FUNDACIÓN DEL ESTADO OTOMANO
Las bandas de Osman se movían con impunidad por las tierrasfronterizas entre Bizancio y el antiguo territorio selyúcida En una era
marcada por la desintegración, ofrecían un ideal que atrajo a legiones
de seguidores y, muy pronto, establecieron un modelo administrativo y
militar que les permitió expandirse. Desde un principio, asumieron las
culturas anatolias para crear la suya propia como una amalgama de
elementos griegos y turcos, islámicos y cristianos; especialmente el
cuerpo de jenízaros, que procedía de poblaciones cristianas.
Vigorosos y aparentemente invencibles, los otomanos avanzaron hacia
el oeste y establecieron una primera capital en Bursa, para cruzar
después hacia Europa y tomar en 1362 Adrianópolis (la actual Edirne). En
1371, ya habían llegado al Adriático y, en 1389, derrotaron a los
serbios en Kosovo Polje, haciéndose con el control de los Balcanes.
Allí encontraron una afianzada comunidad cristiana, a la que absorber hábilmente aplicando el sistema de millet,
que reconocía oficialmente a las comunidades minoritarias y les
permitía gobernar sus asuntos internos. No obstante, no consintieron ni
la insolencia cristiana ni las bravatas militares: el sultán Beyazıt
aplastó a los ejércitos de la última Cruzada en Nicópolis (Bulgaria) en
1396. Pero Beyazıt, que quizás pensó que a partir de entonces contaría
todas sus batallas por victorias, pecó también de insolencia al provocar
a Tamerlán, el señor de la guerra tártaro; fue capturado, su ejército
derrotado y el próspero Imperio otomano atajado mientras Tamerlán
sacudía a su antojo Anatolia.
EL AUGE OTOMANO: CONSTANTINOPLA Y SU LEGADO
Hubo que esperar una década para ver marchar a Tamerlán yrecuperar la paz. Los hijos de Beyazıt se disputaron el control hasta
que apareció un sultán digno. Al mando de Mehmet I, los otomanos
volvieron a expandirse. Con las fuerzas reunidas durante la espera,
tomaron el resto de Anatolia, llegaron a Grecia, intentaron tomar
Constantinopla y vencieron a los serbios por segunda vez en 1448.
Los otomanos habían resurgido cuando Mehmet II se convirtió en sultán
en 1451. Constantinopla, último reducto de los sitiados bizantinos,
estaba rodeada por territorio otomano y Mehmet no tenía otra opción que
reclamarla. Construyó una fortaleza en el Bósforo, impuso un bloqueo
naval y reunió a su ejército. Los bizantinos pidieron ayuda a Europa;
tras siete semanas de asedio, la ciudad cayó el 29 de mayo de 1453. La
cristiandad se estremeció ante los imparables otomanos y los
diplomáticos compararon a Mehmet con Alejandro Magno, declarándolo digno
sucesor de los grandes emperadores romanos y bizantinos.
La maquinaria de guerra otomana era imparable, y alternaba campañas
entre las fronteras oriental y occidental del Imperio. El cuerpo de
jenízaros, compuesto por jóvenes cristianos que eran entrenados para
combatir, convirtió a los otomanos en el único ejército permanente de
Europa; eran rápidos, organizados y estaban motivados.
Los sucesivos sultanes fueron expandiendo el reino. Selim I el Severo
capturó Hiyaz en 1517 y, con ella,La Mecay Medina, por lo que reclamó
el título de guardián de los lugares santos del islam. Aunque no todo
era un militarismo ciego: Beyazıt II demostró el carácter multicultural
del imperio cuando en 1492 invitó a Estambul a los judíos expulsados de
España.
La edad de oro tuvo lugar durante el reinado de Solimán I
[1520-1566], que destacó por codificar el derecho otomano y por sus
proezas militares. Bajo su gobierno, los turcos celebraron victorias
sobre los húngaros y se anexionaron la costa mediterránea de Argelia y
Túnez. El código legislativo de Solimán era una visionaria amalgama de
la ley secular y la islámica, y, gracias a su mecenazgo, alcanzaron su
cenit cultural.
Solimán también es conocido por ser el primer sultán otomano en
contraer matrimonio. Los sultanes anteriores habían disfrutado de los
placeres del concubinato, pero él se enamoró de Roxelana y se casó con
ella. Lamentablemente la monogamia no aseguró la paz familiar y las
intrigas palaciegas provocaron la muerte de sus dos primogénitos.
Agotado, Solimán murió luchando en el Danubio en 1566.
EL GIGANTE OTOMANO SE TAMBALEA
Es difícil determinar cuándo o por qué se inició la caída delImperio otomano, pero algunos historiadores señalan la muerte de Solimán
como punto de inflexión. Su fracasada invasión de Malta en 1565 fue un
mal presagio de lo que estaba por venir. Con la perspectiva del tiempo,
es fácil decir que la dinastía de soberanos otomanos (desde Osman hasta
Solimán, líderes de gran influencia y poderosos generales) no podía
continuar indefinidamente. El árbol genealógico otomano tenía que
generar algún inepto, y lo hizo.
Los sultanes que sucedieron a Solimán no estaban a la altura. El hijo
de Solimán y Roxelana, Selim, conocido despectivamente como “el
Borracho”, reinó poco tiempo tras la catástrofe de Lepanto, que anunció
el final de la supremacía naval Otomana. Las intrigas y las luchas por
el poder originadas durante el sultanato de las Mujeres contribuyeron al
desconcierto general de los últimos sultanes, aunque también jugaron un
papel importante los intereses personales, que se sobrepusieron a los
del Imperio.
Además, Solimán fue el último sultán en llevar a su ejército a la
lucha. Sus sucesores estaban atrapados en los placeres de palacio,
tenían poca experiencia en la vida cotidiana y escasa inclinación por
administrar el Imperio. Esto, unido a la inercia inevitable de 250 años
de expansión imparable, supuso el declive del poderío militar turco que,
según Lutero, era irresistible.
EL ENFERMO DE EUROPA
El asedio sobre Viena en 1683 fue el último intento de losotomanos para expandirse por Europa. Fallaron y, desde entonces, todo
fue cuesta abajo. El Imperio aún era enorme y poderoso, pero había
perdido ímpetu y se estaba quedando detrás de Occidente a nivel social,
militar y científico. La bravucona campaña de Napoleón en Egipto en
1799, que demostró que la envalentonada Europa estaba dispuesta a
plantar cara a los otomanos, fue la primera intromisión del
industrializado Viejo Continente en los asuntos de Oriente Próximo.
Napoleón no era la única amenaza; los Habsburgo, en Europa central, y
los rusos tenían cada vez más fuerza, mientras que Europa occidental
había ido enriqueciéndose a lo largo de siglos de colonización del Nuevo
Mundo, pues seguían moribundos, encerrados en sí mismos y ajenos a los
avances que ocurrían en Europa, como demuestra la negación del clero
otomano a permitir el uso de la imprenta hasta el s. xviii, siglo y
medio después de su implantación en Europa.
No obstante, fue otra idea importada de Occidente la que aceleraría
la disolución del Imperio: el nacionalismo. Durante siglos, habían
coexistido en relativa armonía diversos grupos étnicos, pero la creación
de los estados-nación en Europa occidental desató el deseo de los
pueblos sometidos de decidir su propio destino; así fue cómo se fueron
liberando las diversas piezas del puzle otomano. Grecia consiguió la
independencia en 1830, Rumanía, Montenegro, Serbia y Bosnia tomaron su
propio rumbo en 1878 y, al mismo tiempo, Rusia avanzaba sobre Kars.
Mientras el Imperio otomano se reducía, hubo varios intentos de
reforma, pero eran tímidos y tardíos. En 1829 Mahmut II suprimió el
cuerpo de jenízaros y modernizó las fuerzas armadas. En 1876, Abdül
Hamid II permitió la creación dela Constitucióny el primer Parlamento,
aunque aprovechó los sucesos de 1878 para abolirla y volverse cada vez
más autoritario.
Pero la intranquilidad no venía solo de los pueblos súbditos: los
turcos cultos también pretendían mejorar. En Macedonia se creó el Comité
de Unión y Progreso (CUP) que, con una voluntad reformadora y los ojos
puestos en Occidente, se dio a conocer como el movimiento de los Jóvenes
Turcos y obligó a Abdül Hamid a abdicar y reinstaurarla Constituciónen
1908. Pero la alegría duró poco, pues enla Primera Guerrade los
Balcanes, Bulgaria y Macedonia desaparecieron del mapa otomano y las
tropas búlgaras, griegas y serbias avanzaron rápidamente sobre Estambul.
El régimen otomano, otrora temido y respetado, acabó siendo conocido
como el “enfermo de Europa”. Los diplomáticos europeos hablaban con
grandilocuencia de la “cuestión oriental”, es decir, de cómo desmembrar y
repartirse los trozos del Imperio.
PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y CONSECUENCIAS
La crisis militar coincidió con el golpe de Estado deltriunvirato de ambiciosos, nacionalistas y brutales bajás del CUP, que
tomaron el control del menguante Imperio. Consiguieron repeler el avance
de la singular alianza de ejércitos balcánicos y salvar Estambul y
Edirne, pero el siguiente movimiento fue elegir el bando equivocado en
la guerra mundial que se avecinaba. Como consecuencia, los turcos
tuvieron que enfrentarse a las potencias occidentales en múltiples
campañas durantela Primera GuerraMundial: a Grecia en Tracia, a Rusia en
el noreste de Anatolia, a Gran Bretaña en Arabia y a una fuerza
multinacional en Gallípoli. Además, esta época de agitación coincidió
con los sucesos de Armenia.
Hacia el final dela Primera GuerraMundial, los turcos estaban en una
situación caótica, ya que los franceses ocupaban el sureste de Anatolia;
los italianos, el oeste del Mediterráneo; los griegos, İzmir; y los
armenios, con apoyo ruso, controlaban regiones del noreste de Anatolia.
El Tratado de Sèvres de 1920 significó el desmembramiento del Imperio y
dejó a los turcos con tan solo un reducto de árida estepa. Pero Europa
no contó con una posible reacción turca. Así, poco a poco fue creciendo
un movimiento nacionalista motivado por la humillación, a la cabeza del
cual estaba Mustafá Kemal, líder de la victoria de Gallípoli, que se
hizo con el apoyo de los derviches Bektaşi, empezó a organizar la
resistencia turca y creó una Asamblea Nacional en Ankara, lejos de los
ejércitos enemigos y la intromisión de los diplomáticos.
Mientras, una fuerza expedicionaria griega presionaba desde İzmir.
Los griegos, que desde la obtención de la independencia en 1830 habían
soñado con recrear el Imperio bizantino, vieron una gran oportunidad.
Ante el caos turco, tomaron Bursa y Edirne y avanzaron hacia Ankara;
pero esto fue la provocación que necesitaba Mustafá Kemal para obtener
un apoyo masivo del pueblo. Tras una escaramuza inicial en İnönü, los
griegos presionaron en dirección a Ankara, pero la decidida resistencia
turca les frenó en la batalla de Sakarya. Los dos ejércitos volvieron a
encontrarse en Dumlupınar, donde los turcos asestaron una gran derrota a
los griegos, que se batieron en retirada hacia İzmir y desde ahí fueron
expulsados de Anatolia, dejando numerosos refugiados griegos, pillajes y
saqueos.
Mustafá Kemal se convirtió en el héroe de los turcos. Macedonio de
nacimiento, había materializado el sueño de los Jóvenes Turcos: crear un
moderno estado-nación. El Tratado de Lausana de 1923 enmendó las
humillaciones del de Sèvres e impuso la retirada de las potencias
extranjeras de Turquía. Se trazaron las fronteras del moderno Estado
turco y el Imperio otomano desapareció, aunque su legado está presente
desde Albania a Yemen.
ATATÜRK: REFORMAS Y REPÚBLICA
Los turcos consolidaron Ankara como capital y abolieron elsultanato. Mustafa Kemal, que más tarde adoptaría el nombre de Atatürk
(literalmente “padre de los turcos”), asumió la presidencia de la nueva
república laica y los turcos se pusieron manos a la obra. La energía de
Mustafa Kemal parecía no tener límites, ya que quería ver a Turquía
situada entre los países más modernos y desarrollados de Europa.
En aquella época, el país estaba devastado tras años de guerras, así
que se necesitaba una mano firme, la de Atatürk y su despotismo
ilustrado, que crearon las instituciones democráticas pero sin permitir
ninguna oposición. Toleró muy pocas discrepancias y se dejó llevar por
un cierto autoritarismo, aunque su motivación última siempre fue el
progreso de su pueblo. No obstante, su insistencia en que el Estado
fuera exclusivamente turco tendría consecuencias para el país. Con el
objetivo de fomentar la unidad nacional, trató de integrar los
movimientos nacionalistas y separatistas que ya habían causado problemas
al Imperio, pero al hacerlo negó la existencia como cultura de los
kurdos, muchos de los cuales habían combatido valientemente por la
independencia turca. Como era de esperar, años más tarde estalló una
revuelta kurda en el sureste de Anatolia, la primera de las innumerables
que surgirían a lo largo del s. XX.
El deseo de crear estados-nación unificados en el Egeo provocó
intercambios de población entre Grecia y Turquía: comunidades de habla
griega de Anatolia fueron enviadas a Grecia, mientras que los musulmanes
residentes en Grecia eran trasladados a Turquía. Estos intercambios
trajeron desarraigo y la creación de pueblos fantasma, vaciados y nunca
reocupados, como Kayaköy. Fue una medida pragmática destinada a evitar
brotes de violencia étnica, pero se convirtió en un triste episodio y,
lo más importante, perjudicó al desarrollo del nuevo Estado. Turquía
perdió a una parte importante de su clase culta otomana, que no hablaba
turco, y, a cambio, acogió campesinos musulmanes pobres de los Balcanes.
El afán modernizador de Atatürk era inquebrantable, por lo que
transformó el Estado turco a todos los niveles. Todo fue escudriñado,
desde el uso de turbantes al lenguaje, y se hicieron las reformas
necesarias. Durante las décadas de 1920 y 1930, Turquía adoptó el
calendario gregoriano y el alfabeto romano, estandarizó el idioma,
prohibió el uso del fez, instituyó el sufragio universal y decretó que
los turcos debían tener apellidos, algo sin lo que habían pasado
siempre, acercándose así más a Occidente. Cuando murió en noviembre de
1938, Atatürk había hecho en gran medida honor a su nombre, pues se
había convertido en protagonista de la creación del Estado-nación turco y
lo había llevado a la modernidad.
DEMOCRATIZACIÓN Y GOLPES DE ESTADO
Pese a que las reformas avanzaban con rapidez, Turquía seguíasiendo un país débil económica y militarmente, y el sucesor de Atatürk,
İsmet İnönü, tuvo la precaución de no implicarse en la Segunda Guerra
Mundial. Una vez finalizada, Turquía pasó a ser aliada de EE UU. Como
baluarte contra los soviéticos (la frontera armenia marcaba el límite
del bloque comunista), Turquía adquirió una gran importancia estratégica
y recibió la ayuda estadounidense. La nueva amistad se cimentó con la
participación turca en la Guerra de Corea y la entrada del país en la
OTAN.
Mientras, el proceso democrático cobró impulso. En 1950, el Partido
Demócrata ascendió al poder. Gobernó durante una década pero no hicieron
honor a su nombre y aumentaron progresivamente su autoritarismo hasta
que el ejército los depuso en 1960. El gobierno militar duró poco, pero
permitió la liberalización dela Constitucióny sentó las bases para los
años siguientes. Los militares se consideraban guardianes del proyecto
de Atatürk, pro occidental y laico, por lo que se sentían obligados y
autorizados a intervenir para asegurar quela Repúblicasiguiera la
trayectoria correcta.
En las décadas de 1960 y 1970 nacieron nuevos partidos políticos de
todos los colores, pero la profusión no hizo que la democracia fuese más
activa. A finales de la década de 1960, se registró un activismo de
izquierdas y una violencia política que llevaron a un desplazamiento de
los partidos de centro hacia la derecha. El ejército volvió a entrar en
escena en 1971 y no restituyó el poder al pueblo hasta 1973. Varios
meses después, las tropas fueron enviadas a Chipre por el presiente
Bülent Ecevit para proteger a la minoría turca y dar respuesta a la
organización extremista grecochipriota que se había hecho con el poder y
amenazaba con la anexión a Grecia. La invasión ocasionó la división de
la isla en dos sectores –uno de ellos solo reconocido por Turquía–,
situación que se mantiene actualmente.
El caos político y económico se prolongó durante el resto de la
década de 1970, de forma que, en 1980, los militares tomaron otra vez el
poder para restablecer el orden. Lo hicieron a través del nuevo y
temido Consejo de Seguridad Nacional, aunque en 1983 permitieron la
celebración de elecciones. Por primera vez en décadas, se registró un
resultado satisfactorio para el país. Turgut Özal, líder del Partido
dela Madre Patria(ANAP), consiguió la mayoría y, al no tener que bregar
con socios de gobierno, puso de nuevo en marcha el país. Özal, astuto
economista pro islámico, impulsó importantes reformas económicas y
legislativas que permitieron a Turquía alcanzar un buen nivel
internacional y plantar la semilla para su futuro desarrollo.
No obstante, el final de la década de 1980 se caracterizó por la
corrupción y el separatismo kurdo, que tendrían un impacto más duradero
que el gobierno de Özal.
LA DÉCADA DE 1990: MODERNIZACIÓN Y SEPARATISMO
La década de 1990 tuvo un inicio fulminante con la Guerra delGolfo. Turquía desempeño un papel destacado en la invasión aliada de
Iraq, pues Özal apoyó las sanciones y permitió los ataques aéreos desde
bases del sur de Anatolia. Tras décadas en segundo plano, Turquía
adquiría relevancia en la comunidad internacional y se convertía a la
vez en un importante aliado de EE UU. Al final dela Guerradel Golfo,
millones de kurdos iraquíes emigraron al sureste de Anatolia, ya que
temían represalias de Sadam Hussein. Este éxodo llamó la atención de los
medios de comunicación internacionales y volvió a poner en el candelero
el asunto kurdo, lo que acabó con el establecimiento de un territorio
kurdo protegido al norte de Irak. Esto provocó que el Partido de los
Trabajadores del Kurdistán (PKK) potenciara su campaña y, a su vez, que
las respuestas del ejército turco fueran más drásticas y fulminantes, de
modo que el sureste del país se vio prácticamente envuelto en una
guerra civil.
Turgut Özal murió repentinamente en 1993 dejando un vacío de poder. A
lo largo de toda la década, se sucedieron débiles gobiernos de
coalición, con personajes que desaparecían pronto del escenario
político. Tansu Çiller fue durante un breve período la primera mujer en
dirigir el Gobierno turco, pero su tan aireado toque femenino y su
experiencia económica ni encontraron la solución a la cuestión kurda ni
mejoraron la delicada situación financiera.
En diciembre de 1995, el religioso Partido del Bienestar (RP)
consiguió formar Gobierno, con el veterano Necmettin Erbakan a la
cabeza. Embriagados de poder, los políticos del RP hicieron unas
declaraciones islamistas que provocaron la ira del ejército. En 1997, el
Consejo de Seguridad Nacional declaró que el RP había cometido desacato
contrala Constitución, que prohibía el uso de la religión en política.
Ante lo que algunos llamaron un “golpe de Estado posmoderno”, el
Gobierno dimitió y el RP se disolvió.
La captura del líder del PKK, Abdullah Öcalan, a principios de 1999
podía parecer un buen augurio tras los caldeados años noventa, pues
ofrecía una oportunidad para zanjar el problema kurdo, algo que aún no
se ha conseguido. Pero aquel mismo año el catastrófico terremoto de
İzmit eliminó cualquier esperanza para el nuevo milenio. El Gobierno
gestionó la crisis de manera inadecuada, pero la efusión mundial de
simpatía y ayuda, incluso de sus eternos enemigos, los griegos, sirvió
para que los turcos se convenciesen de que son miembros importantes de
la comunidad internacional.
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