jueves, 10 de marzo de 2016

Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud

Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud


un recorrido por el arte mudéjar aragonés
webmaster: José Antonio Tolosa (Zaragoza -España-)

COLEGIATA DEL SANTO SEPULCRO (CALATAYUD)



1 VISTA COLEGIATA Y CLAUSTRO 2 VISTA GENERAL DE LA COLEGIATA DEL SANTO SEPULCRO
Cuando
en 1134 muere el rey Alfonso I sin descendencia, nombra herederos del
reino aragonés a las tres órdenes militares del Santo Sepulcro, del
Temple y del Hospital, a la par que deja numerosas prebendas a diversos
monasterios, entre ellos el de San Salvador de Oña, bajo cuya
jurisdicción pondría más tarde Ramón Berenguer IV al de San Benito de Calatayud.
Lógicamente, los nobles aragoneses no aceptan este testamento y
designan a su hermano Ramiro como sucesor, quien tuvo que abandonar su
cátedra episcopal de Roda de Isábena para hacerse cargo del reino. Una
vez engendrada una heredera –Petronila- y acordado su matrimonio con
Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, el rey Monje se retiró
nuevamente a la vida monástica, si bien conservó hasta su muerte la
condición real.
CLAUSTRO
Es
Ramón Berenguer IV quien tiene que negociar con las Ordenes Militares
la correspondiente compensación por su renuncia al testamento del
Batallador. En el caso de la Orden del Santo Sepulcro, en junio de 1144
le entrega los lugares de Codos, Modón, Cabrera, Lander y Tobed. Dos
años más tarde, a principios de 1146, Ramón Berenguer les cede además
un solar en Calatayud que la Orden aprovecha para levantar su primera
casa y matriz en España.
En
1156, diez años más tarde, el prior Giraldo y sus compañeros se
comprometen a vivir bajo la obediencia del Patriarca de Jerusalén y a
entregar al Santo Sepulcro la cuarta parte de los bienes que pudieran
reportarles sus propiedades en Calatayud, Daroca, la ribera del río
Aranda, Jarque, Pedrola y Zaragoza.
La
primera referencia documental conocida sobre la iglesia del Santo
Sepulcro de Calatayud tiene fecha de 3 de mayo de 1161, cuando el
Concejo de la ciudad y Sancho de Arahena, su alcaide, le asignaron su
territorio parroquial que abarcaba la zona entre la puerta de Zaragoza,
el postigo de Santiago y la puerta de Somajas. Esta concesión sería
confirmada ocho años más tarde por el rey Alfonso II.
4 VISTA FRONTAL DEL CLAUSTRO 5 ARCOS APUNTADOS Y CONTRAFUERTES
Desconocemos
si la iglesia se construyó de nueva planta o se aprovechó algún
pequeño templo mozárabe existente. Lo que sí parece seguro es que en
octubre de 1194 la Comunidad disponía de iglesia, puesto que hay
constancia documental de que en esta fecha una dama de nombre
Estefanía, hija de Giraldo Beltrán, y su hijo Miguel expresan su deseo
de recibir sepultura entre sus muros, dejando para ello diversas
propiedades a nombre de la Orden y de su Comendador, Pedro Muñoz, quien
diez años más tarde, el 21 de mayo de 1205, obtendría licencia del
obispo de Tarazona para poder enterrar en el templo a todo el que lo
solicitase, siempre y cuando no hubiese hecho voto solemne de ser
enterrado en otro lugar sagrado, y dejando a salvo el derecho episcopal
y el correspondiente a las iglesias concernidas.
6 LADO o PANDA DERECHA 7 LADO o PANDA IZQUIERDA
La
vida de esta primera iglesia fue muy corta ya que en 1239 se estaba
construyendo otra nueva. En este año el arzobispo de Tarragona y los
prelados sufragáneos de Zaragoza, Barcelona y Lérida concedieron
treinta días de indulgencias a todos los fieles que visitaran su
fábrica en la semana de Pascua de Resurrección y aportasen limosnas
para su conclusión. Parece ser que la fábrica avanzó a buen ritmo, ya
que el 11 de noviembre, festividad de San Martín, de 1249 se consagró el
nuevo templo. Con este motivo, el arzobispo de Tarragona concedió
cuarenta días de indulgencias a los fieles que confesados y comulgados
lo visitaran coincidiendo con este aniversario. El papa Urbano IV
confirmó y amplio estos beneficios espirituales a quienes lo hicieran
en la festividad de la Pascua de Resurrección, en su octava.
8 VISTA DESDE EL PATIO 9 VISTA DEL INTERIOR
Durante
la Guerra de los dos Pedros, las tropas castellanas que entraron en
Calatayud el 29 de agosto de 1362 saquearon de manera especialmente
dura las dependencias de la Orden, debido fundamentalmente al apoyo que
ésta había dado al monarca aragonés y a su resistencia a entregar al
rey castellano la plaza y castillo de su encomienda de Nuévalos. El
abandono de la localidad por los castellanos el 31 de marzo de 1366, la
concesión del título de ciudad el 22 de abril del mismo año, y sobre
todo la confirmación de sus privilegios diez años más tarde, el 8 de
enero de 1376, supusieron un importante impulso para que la Orden
iniciase la reconstrucción del complejo. Diez años más tarde las obras
debían de estar muy avanzadas, e incluso puede que terminadas, ya que a
finales de enero de 1286 se consagraron tres altares levantados entre
sus muros.
Estos trabajos, por su cronología, debieron de coincidir con los del Monasterio de Canonesas de la misma Orden de Zaragoza
y dadas algunas similitudes entre ellos que veremos con más detalle en
las página siguientes, es posible que fuesen obra del mismo maestro,
Mahoma Calahorrí. Durante los mismos se reconstruyó el templo, se elevó
el claustro y se habilitaron nuevos espacios en su entorno, como el
refectorio y las caballerizas.
VISTA INTERIOR


Las
siguientes noticias documentales nos llevan ya al siglo XVI cuando la
iglesia es objeto de varias intervenciones, como la reforma de la
capilla de Antón Sancho contratada con el maestro Juan de Heredia o un
nuevo solado de cerámica de arista. Pese a los deseos anexionistas de
la colegiata de Santa María, que pretendía ser elevada a la dignidad
catedralicia, el convento logró mantener su independencia, gracias
sobre todo al apoyo del rey Felipe II. Reforzado por este refrendo
real, la Orden acometió a principios de 1605, entre otras obras, el
derribo de la iglesia medieval para edificar un nuevo templo que estaría
concluido en 1613. De las antiguas dependencias se respetaron algunas
dependencias, que son las que veremos a partir de la página siguiente.
El nuevo templo, de estilo clasicista, se planteó con triple nave y
presbiterio especialmente profundo.
Ya
en el siglo XIX, tras el Concordado entre España y la Santa Sede de
1851 se suprime el Cabildo Regular del Santo Sepulcro, y Manuel Rodrigo
Vallabriga, su Prior, es trasladado a la catedral de Málaga donde pasó
a ocupar una canonjía. La iglesia, convertida en parroquia mayor en
1857, pasó a depender directamente del obispo de Tarazona que recibió
su titularidad en 1863. Un año más tarde el Obispado lo cede a la
Compañía de Jesús que lo tienen que abandonar precipitadamente en 1868.
Por último, el papa León XIII elevaría la iglesia regular a la
dignidad de colegiata honoraria mediante una bula expedida el 18 de
septiembre de 1901. A partir de ese momento, y hasta la actualidad, el
templo está servido por un prior-párroco designado por el obispo de
Tarazona.
 
 






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