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El diaconado al servicio de la Iglesia
El Vicario General de la diócesis de Lieja y especialista en la
teología del diaconado , Alphonse Borras, analiza a fondo el papel de
este ministerio dentro de la institución eclesial
¿En qué estado se encuentra el diaconado?
Actualmente nos encontramos en una fase de reactivación. Y viene de
50 años atrás. No sólo a nivel litúrgico, sino también a nivel de plan
pastoral. Yo lo llamo “reactivación del diaconado de forma permanente”.
¿Qué futuro le espera?
El futuro no solo depende de la reactivación, que ya es cosa del
pasado. Depende también de la representación y de la recepción. A pesar
de la reactivación, aunque no tenemos una representación tan clara como
puede ser la de la figura del sacerdote y la del obispo, que tienen un
papel de incidencia. Hay que empezar algo nuevo en un contexto
radicalmente nuevo. Hoy en día aún se precisa representación del
ministerio diaconal.
Se habla del diácono como el servidor de la comunidad, pero eso no es
suficiente. Es demasiado amplio. El diácono tiene un papel de
coordinación y articulación de los demás ministerios. No es que el
diácono tenga que ser la cabeza de departamentos, pero por su arraigo
apostólico forma parte del sacramento del orden, y así queda reflejado
en el documento de la comisión internacional. Este aspecto es muy
importante: la relación del ministerio apostólico que representa el
diácono y su relación con los ministerios laicales.
¿El diácono tendrá una figura específica?
Esto no quiere decir que en un futuro el diácono tenga una figura
concreta, sino varias. En mi libro hablo de la figura del diácono
samaritano, enfocado en el ministerio de la caridad. También de la
figura del diácono profeta, que tiene en cuenta la caridad pero que
también tiene una vertientepolítica en el sentido colectivo. La tercera
es la del diácono levita, el animador de la oración. Con estas tres
figuras podemos clasificar lo que no vemos y constatamos en la realidad de nuestras Iglesias.
La tendencia de la acentuación de la tercera figura, la del diácono
levita, puede ser interpretada como una consecuencia de la disminución
del clero presbiteral, que provoca que haya una llamada para que los
diáconos asuman la presidencia de comunidades a nivel infraparroquial o
intraparroquial. Por este motivo es tan importante que cada Iglesia
local tenga claro su proyecto.
El último punto, en relación con los anteriores, es la recepción.
Tenemos la suerte que en Bélgica o en Francia la reactivación tuvo lugar
hace 50 años. Tenemos la suerte de tener un aprendizaje de este nuevo
ministerio ejercido en permanencia. Hay diferencias claras entre Europa,
Americano Latina o Asia. En África el diaconado casi no existe. En
Europa, el diácono francófono es samaritano y profeta, mientras que en
otros países europeos el diácono es levita. Hay trabajo. Y en estos
congresos podemos integrar experiencias y elaborar una teología crítica
para conseguir esta perspectiva diaconal y no sacerdotal.
Nos encontramos en un momento donde la Iglesia debe acercarse mucho a
la gente, tiene que llegar a las periferias, debe formar a las familias
y debe atender problemas de separaciones o divorcios. En muchos
documentos se habla de que el clero debería tener una formación
específica, en referencia a futuros sacerdotes. En cambio, tenemos una
figura ministerial importante que podría ser este puente, porque hay
toda esta experiencia familiar vivida, más la experiencia pastoral que
se puede vivir. Cree que se debería enfatizar más este papel? Se tiene
la impresión de que debería haber una respuesta mucho más elaborada
sobre lo que realmente puede hacer un diácono en este papel de puente.
Un buen médico no ha tenido todas las enfermedades. El diácono tiene
su propia experiencia, su arraigo en la sociedad civil, y en este
sentido, el diaconado ayuda a una inculturación de la fe. Los diáconos,
gracias a su familia y los compromisos sociales adquiridos, contribuyen a
esta representación de la proximidad de la realidad de la Iglesia.
Los diáconos ayudan a la comunidad cristiana, son un puente, una
mediación. Esto se ha de subrayar. A partir de sus experiencias elaboran
una reflexión amplia a nivel diocesano.
¿En qué aspectos teológicos debe profundizar?
El denominador común de todos los ministerios es el servicio. Pero
qué tipo de servicio es llamado a cumplir en la comunidad el diácono? El
servicio diaconal está caracterizado por su apostolicidad. La fidelidad
al Evangelio no sólo anunciado y celebrado, sino vivido. En este
sentido, se elaborará la especificidad del diaconado como servicio.
Otro punto importante es el papel litúrgico del diaconado. En
ambientes francófonos el aspecto litúrgico no tiene suficiente
incidencia. El diácono tiene un papel mínimo en la liturgia. Incluso
encontramos sacerdotes y obispos que les molesta cuando el diaconado
tiene un papel más amplio.
El diácono debe tener un papel de animador. Él es el que anima a la
asamblea, lo que permite expresar un diálogo litúrgico. El problema de
las Iglesias es que muchos aspectos litúrgicos a partir de los
principios de la reforma litúrgica han sido asumidos por laicos. Es
difícil que laicos sin tener un ministerio, un oficio formal, recuperen
estos aspectos litúrgicos. Se debe hacer con diplomacia y
discernimiento. Esto no quiere decir que los diáconos deban tener un
monopolio en la liturgia. Tampoco el sacerdote debe tener.
Muchas veces se intenta sustituir muchas actividades que están
contempladas en el código de derecho canónico como rector. La gente, en
las parroquias, ven el diácono como un monaguillo especializado. Ve
posibilidades de avanzar en un futuro?
Nos encontramos en el nivel de lo que llamo diácono levita. La
disminución del clero presbiteral provoca esta llamada a diáconos en
campos parroquiales como animadores. El diácono no es el jefe de la
parroquia. Es el animador, el guía de una parte de la comunidad. Yo
tengo como modelo de parroquia la “multicampanària”, es decir, la
parroquia como unidad pastoral, donde hay un rector que integra
diferentes comunidades donde el diácono ejerce de animador.
Publicado el 8 diciembre, 2014 en Formación diaconal, Noticias diaconado Iglesia Universal, Testimonios, Videos. Añade a favoritos el enlace permanente. 2 comentarios.
Fernando Bobillier
|
13 diciembre, 2014 en 2:20 pm
Remontémonos a la iglesia primitiva,aquella Iglesia naciente en que
hombres justos y rectos fueron elegidos de entre la comunidad para
ejercer funciones maravillosas de la caridad, de la palabra y de la vida
misma el diácono esta llamado al servicio de la iglesia aportando su
vida familiar y laboral como testimonio cristiano y actual de nuestro
tiempo
Diac. Marino Montero
|
6 abril, 2015 en 11:53 am
informaciones que me han servido para vivir mas profundo mi ministerio
diaconal.
Gracias por facilitar este espacio educativo.