domingo, 24 de abril de 2016

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LA PARASHA DE LA SEMANA - Porcion Semanal de la Torá -
INDICE:
Ir a "Libro Bereshit" BERESHIT: GENESIS
Ir a "Libro Shmot" SHMOT: EXODO
Ir a "Libro Vayikra VAYIKRA: LEVITICO
Ir a "Libro Bamidbar" BAMIDBAR: NUMEROS
Ir a "Libro Devarim" DEVARIM: DEUTERONOMIO
  • BERESHIT: Al principio...............Ir a Bereshit
  • NOAJ: Noé...........Ir a Noaj
  • LEJ-LEJA: Vaya hacia......................Ir a Lej-Leja
  • VAYERA: Y él vióIr a Vayerá
  • JAYEI SARA: La vida de Sara.........Ir a Jayei Sara
  • TOLDOT: Generaciones......Ir a Toldot
  • VAYETZE:Y salióIr a Vayetze
  • VAISHLAJ: Y mandó...................Ir a Vaishlaj
  • VAYESHEV: Y residió....................Ir a Vayeshev
  • MIKETZ: Al cabo.Ir a Miketz
  • VAYIGASH: Y se acercó..................Ir a Vayigash
  • VAYEJI: Y vivió...Ir a Vayeji
  • SHEMOT: Nombres..............Ir a Shemot
  • VAERA:
    Y aparecí..............
    Ir a Vaera
  • BO: Ve.................Ir a Bo
  • BESHALAJ: Al enviar.....................Ir a Beshalaj
  • YITRO: Jetro.........Ir a Yitro
  • MISHPATIM: Leyes.....................Ir a Mishpatim
  • TERUMA: Ofrendas...............Ir a Teruma
  • TETZAVE: Ordenarás............Ir a Tetzave
  • KI TISA: Censo...Ir a Ki Tisa
  • VAYAHEKEL: Reunió, PIKUDEI: Cuentas..............Ir a Vayahekel y Pikudei
  • VAYIKRA: Y llamó.....................Ir a Vayikra
  • TZAV: Ordena......Ir a Tzav
  • TZARIA,Concibiere, METZORA: Leproso................Ir a Metzora
  • SHMINI: Octavo..Ir a Shmini
  • AJREI MOT: Des- pués de la muerteIr a Ajrei Mot
  • KEDOSHIM: Santos...................Ir a Kedoshim
  • EMOR: HablarásIr a Emor
  • BEHAR: En la montaña................Ir a Behar
  • BEJUKOTAI: Según mis Estatutos..........Ir a Bejukotai
  • BAMIDBAR: En el desierto................Ir a Bamidbar
  • NASO: Lleva la cuenta....................Ir a Naso
  • BE´HAALOTJA: Cuando enciendas...Ir a Be´Haalotja
  • SHALAJ: Envía...Ir a Shalaj
  • CORAJ:.................Ir a Coraj
  • JUCAT: Decretos Divinos.................Ir a Jucat
  • BALAK:.................Ir a Balak
  • PINJAS:................Ir a Pinjas
  • MATOT: Tribus, MASEI: Viajes......Ir a Matot y Masei
  • D´VARIM: Palabras...............Ir a D´varim
  • VA´ETJANAN: Rogué....................Ir a Va´etjanan
  • EKEV:Por cuantoIr a Ekev
  • RE´E: Mira............Ir a Re´e
  • SHOFETIM: Jueces...................Ir a Shofetim
  • KI TEITZE: Cuando salgas....................Ir a Ki Teitze
  • KI TAVO: Y cuando llegues...................Ir a Ki Tavo
  • NITZAVIM:Presentes, VAYELEJ: Y fue...Ir a Vayelej
  • HAAZINU: Escuchen..............Ir a Haazinu
  • VE´ZOT HABRAJA: Y esta es la bendición..............Ir a Ve´zot Habrajá
Tabla Parashá y Haftará LECTURA DE LA PARASHÁ Y HAFTARÁ CORRESPONDIENTE
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LIBRO BERESHIT: GENESIS
Como es sabido a los judíos les corresponde cumplir 613 Preceptos (Tariag Mitzvot) de los cuales, 248 son de hacer y 365 son de no hacer. Estas acciones tienen como objetivo procurar tanto el desarrollo y perfeccionamiento del individuo en particular como del mundo en general. Las 613 mitzvot están distribuidas en los cinco libros del Jumash de esta manera: BERESHIT (Génesis) - 3 mitzvot; SHMOT (Exodo) - 111 mitzvot; VAYIKRA (Levítico) - 247 mitzvot; BAMIDBAR (Números) - 52 mitzvot; y en D´VARIM (Deuteronomio) - 200 mitzvot.
La primera Parashá del Jumash (Pentateuco) que lleva el mismo nombre del primer libro de la Torá -Bereshit- es una de las porciones más largas no sólo en su extensión, sino en el período de tiempo que abarca ya que va desde la Creación del mundo hasta Noé, lo cual incluye 1.600 años -10 generaciones. En esta Parashá encontramos la primera mitzvá: "creced y multiplicaos".
El Judaísmo afirma la creación del mundo por D-os en seis días; creación que es ex-nihilo, pues deriva de la nada. Así mismo considera que sólo existe un D-os único, que no hay nada aparte de D-os y que éste es un mundo de propósito donde el hombre tiene el rol central de ser socio de D-os en la Creación. El hombre y la mujer fueron creados como una unidad andrógena, que posteriormente fue separada por D-os haciendo del hombre y de la mujer dos personas independientes. Así, el hombre y la mujer empezaron siendo una sola entidad y la unión su estado natural. El amor entre ambos es el resultado de su tendencia a ser uno; a diferencia del resto de la especie animal en la cual macho y hembra fueron creaciones separadas y por tanto no existe entre ellos el nexo de amor ni puede sentirse la unidad de la pareja como en la raza humana.
Cuando el hombre fue creado la Torá dice que: "D-os creó al hombre a Su imagen; -macho y hembra los creó-" lo cual implica que ni el hombre, ni la mujer solos constituyen la imagen de D-os, sólo los dos juntos en perfecta armonía, forman la imagen de D-os.
Adam vivió 930 años. Los setenta años que le faltaron para completar los 1.000 años de vida fueron los que regaló al Rey David. Adam y Eva fueron creados el mismo día sexto de la Creación en el cual también pecaron, se arrepintieron -teshuvá-, fueron juzgados y perdonados. Adam y Eva tuvieron siete hijos en total, entre los cuales se incluyen Abel y su hermana gemela y Caín con su hermana gemela. Adam fue creado como un ser adulto, no como un bebé. De la misma forma como fue creado el mundo en estado completo, maduro. El nombre Adam está conformado por las siglas de ADAM - DAVID - MASHIAJ, período de evolución de la humanidad que abarca desde la creación del mundo hasta la Redención final.
El concepto del hombre para el Judaísmo es el de Adam, palabra compuesta de la letra Alef y la palabra Dam -sangre. La tradición enseña que la Alef representa al Aluf o Amo del Universo, y que Dam es la estructura física de carne y sangre del hombre. La definición del hombre como la que afirman los biólogos -Homo Sapiens- es para el Judaísmo más bien -Homo Spiritus, un ser cuyo ser físico está sujeto al dominio del espíritu. El intelecto es la capacidad para adquirir conocimientos, comprender lo que se ha aprendido y saber como aplicarlo. Una persona puede tener todas esas cualidades y continuar permaneciendo bajo el dominio de sus impulsos internos. La espiritualidad consiste en el desarrollo del control sobre uno mismo para poder utilizar el cuerpo como un medio encaminado hacia objetivos trascendentales. Es la capacidad de ser dueño de los propios impulsos en lugar de ser esclavo de los mismos. [regreso al índice]
De Adam hasta Noaj transcurrieron diez generaciones que abarcan del año 1 de la Creación al año 1.056 en el calendario judío, lo que corresponde al período entre 3.760 y 2.205 antes de la Era Común (a.e.c.) en el calendario gregoriano. Noaj vivió 950 años (1.056 - 2.006) de los cuales dedicó 120 años a la construcción del Arca que le fuera encomendada por D-os. Las generaciones anteriores al diluvio -Mabul- tenían una enorme fortaleza física que no decrecía con la edad, además las personas vivían miles de años, condiciones que cambiaron ya que por el pecado y la decadencia moral, D-os estableció como máximo de vida los 120 años. La construcción del Arca duró tanto tiempo para darle la oportunidad a las personas de hacer teshuvá: arrepentirse de su conducta inmoral (idolatría, asesinato). Noaj es considerado como Tzadik -Justo- de su generación, pero se le reclama no haber rezado para la salvación de toda la humanidad. El diluvio comenzó el 17 de Jeshván de 1.656; las lluvias se prolongaron por cuarenta días y cuarenta noches, pero Noaj y el resto de los pasajeros permanecieron en el Arca durante un año. D-os prohibió a todas las especies convivir mientras estuvieran dentro del arca, cosa que fue transgredida sólo por el cuervo, el perro y por Jam, uno de los hijos de Noaj.
El Arco Iris es el símbolo de la promesa que le hace D-os a Noaj, de que no destruirá nuevamente al mundo por un diluvio. Periódicamente aparece el Arco Iris para señalarnos que a pesar de nuestra conducta no seremos destruídos y a la vez recuerda que si no fuera por ese convenio, pudiéramos ser juzgados como la generación de Noaj. Noaj murió cuando Abraham tenía 58 años de edad.
Noaj fue la primera persona autorizada a comer carne; antes del diluvio toda la alimentación era vegetariana. El permiso para comer carne fue limitado por la prohibición de cortar partes de un animal mientras aún estuviera vivo e ingerirla. Este precepto se constituyó en el séptimo mandamiento de Noaj, añadido a los seis que le fueron encomendados a Adam. Los siete Preceptos de Noaj tienen carácter universal y deben ser cumplidos por toda la humanidad para garantizar un orden moral, una base mínima para el funcionamiento civilizado. Los Siete Preceptos de Noaj son eternos, no tienen límites geográficos y no pueden ser alterados. Ellos son: 1) Creer en un D-os único; 2) No blasfemar; 3) No robar; 4) No matar; 5) No cometer actos inmorales; 6) No ser cruel con los animales; 7) Vivir en países con sistemas jurídicos y tribunales de justicia. Los Siete Preceptos de Noaj son eternos, no tienen límites geográficos y no pueden ser alterados. El pueblo judío además de estos Preceptos, debe cumplir los 613 Mitzvot estipuladas en la Torá que les fue entregada en el Monte Sinaí.
Noaj tuvo tres hijos: SHEM, JAM y YAFET por medio de los cuales se repobló el mundo después del diluvio dando origen a las setenta naciones. Los semitas son descendientes de Shem. En Parashá Noaj encontramos dos generaciones de pecadores; la generación del Diluvio -Dor Hamabul, y la generación de la división -Dor Haflagah, que es la de la Torre de Babel. Si vemos los castigos que recibieron, notamos que la generación del diluvio fue totalmente borrada de la faz de la tierra, mientras que la de la Torre de Babel fue dispersada y no eliminada y eso por la sola diferencia de que apesar de que ambas se rebelaron e incumplieron los mandamientos divinos, en la generación de Babel existía paz y armonía entre las personas; en cambio en la generación del diluvio las faltas eran entre el individuo y su prójimo, lo que hizo mucho más severo el castigo. En la Torá sólo hay dos casos en los cuales se produjo la destrucción total de una población por decreto divino: la del diluvio y la de Sodoma y Gomorra. La destrucción de una población sólo ocurre cuando su condición es tal que no existe ninguna posibilidad de corrección ya que cuando no se tiene conciencia de las acciones incorrectas no hay posibilidad de enmienda. [regreso al índice]
En esta Parashá encontramos la segunda mitzvá que es la de Brit Milá -Circuncisión. Generalmente se utiliza el vocablo "brit" como equivalente a circuncisión cuando en realidad es "milá" el término que lo identifica. Brit Milá en hebreo es circuncisión pero resulta interesante observar que la palabra usada por los judíos en todo el mundo no es "milá" sino "brit" -convenio, pacto- "Brit Milá" es entonces el convenio por medio del cual D-os acepta ser nuestro D-os y nosotros somos destinados a cumplir Su Ley. El Brit Milá es el lazo que une para siempre a un niño judío con el Creador. Es la señal física con la cual D-os ha querido identificar al pueblo judío entre las naciones, desde que el Patriarca Abraham hace aproximadamente 3.800 años se circuncidó a los 99 años de edad por orden divina. La circuncisión es un acto de profunda significación espiritual, es la vía más efectiva de conexión con D-os y tiene carácter permanente e irreversible. Está relacionado con la perfección que no puede ser lograda de otro modo. D-os intencionalmente no creó al hombre circuncidado para enseñarle que así como la perfección física está dentro de sus posibilidades, así también tiene la habilidad de desarrollarse espiritualmente a través de sus acciones. El valor numérico de la palabra "brit" es 612, lo que implica según nuestros sabios que la mitzvá de "brit milá" es equivalente en importancia al resto de las 612 mitzvot, además su omisión acarrea la más severa de las penas -Caret. Todo judío tiene la obligación de circuncidar a su hijo al octavo día después del nacimiento y esta ceremonia es celebrada aún cuando coincida con Shabat o Yom Tov incluyendo Yom Kipur. El número ocho -según la cábala- representa el infinito, el mundo más allá del tiempo y del espacio, el mundo de D-os. En cambio el número siete alude a la perfección en este mundo, el de la naturaleza perceptible. D-os creó el mundo en siete días y en el séptimo coronó su Creación con el Shabat. Se dice que un bebé debe pasar primero por un ciclo normal de siete días vivenciando un Shabat antes de ser presentado a D-os para ser circuncidado. El Brit Milá realizado a tan temprana edad señala la ausencia de raciocinio o comprensión lo cual evidencia la trascendencia sobre el raciocinio y la lógica que tiene el nexo perpetuo que a través del pacto se establece entre D-os y cada persona del pueblo judío.
En esta Parashá entra al escenario de la historia nuestro Patriarca Abraham (1.948-2.123 después de la Creación) siendo el primero de su generación en reconocer y proclamar a D-os como Creador del Universo. Desde Noaj hasta Abraham transcurrieron 10 generaciones (1.056-1.948) que abarcan desde el año 2705 al 1.813 a.e.c. en el calendario gregoriano. Abraham vivió 175 años y tuvo dos hijos: Ishmael e Itzjak. D-os le ordenó a Abraham que se circuncidara a los 99 años, antes del nacimiento de Itzjak que ocurre cuando Abraham tiene 100 años de edad.
Abraham fue sometido por D-os a diez pruebas: 1) Vivió 13 años en una cueva, escondiéndose de Nimrod; 2) Salió ileso del horno de Ur Kasidim donde fue arrojado; 3) Dejó su país de origen; 4) Pasó la hambruna en Eretz Canaan sin quejarse; 5) Sara fue llevada al palacio del Faraón; 6) Hizo la guerra contra los cuatro reyes que capturaron a Lot; 7) "Brit Bain HaBesaim" en el cual Abraham visualiza los cuatro exilios a los que serán sometidos sus descendientes; 8) La mitzvá de circuncidarse; 9) La expulsión de Ishmael y su madre; y 10) La "akedá": orden de sacrificar a su hijo Itzjak. Abraham se hizo judío por las 10 pruebas a las que fue sometido. En cada una de ellas tuvo que apartar sus deseos personales y hacer la voluntad de D-os. Para ser forjado como judío no alcanzó elegir entre el bien y el mal sino además tuvo que apartar la propia voluntad, el ego a favor de lo que parece correcto a D-os, patrón que deben seguir todos los judíos.
Abraham se casó con su sobrina Sara, hija de su hermano Harán y hermana a su vez de Lot. Sara además de ser igual de piadosa que su esposo posteriormente lo superó en el nivel de profecía. Existieron cuatro mujeres excepcionales: Sara, Rajav, Avigayil y Esther. Abraham recibió la orden de establecerse en Eretz Canaan a la edad de 75 años. Abraham sabía por sus conocimientos astrológicos que no podía tener hijos pero D-os le indica que su descendencia estará por encima de la influencia de los astros y por tanto el "mazal" del pueblo de Israel puede ser cambiado por medio de la plegaria -Tefilá, los actos de caridad -Tzedaká- y el arrepentimiento -Teshuvá. Algunos sabios agregan el cambio de nombre y el cambio de lugar de residencia.
D-os le prometió a Abraham que sus descendientes serán tan numerosos como las estrellas del cielo y como las arenas de los mares. Al circuncidarse, D-os le hizo cambiar el nombre de ABRAM (padre de la tierra natal Aram) a ABRAHAM (padre de muchas naciones). El valor numérico de Abraham en hebreo es 248 y señala que después del Brit Milá, Abraham alcanzó el control sobre los 248 miembros de su cuerpo, incluyendo aquellos que por su naturaleza no pueden ser controlados como son los ojos y los oídos. [regreso al índice]
Abraham en un sentido espiritual personifica la cualidad de jesed -bondad- que no sólo se refiere a las acciones benevolentes hacia las demás personas sino también a la capacidad de aceptar a D-os como la verdad absoluta y hacer su voluntad expresada en Torá y mitzvot. Por medio del rasgo de la hospitalidad Abraham logró que miles de personas se acercaran a D-os. Los tres ángeles que visitan a Abraham después de la circuncisión cumplen con un doble propósito; visitar al enfermo (origen de la mitzvá de "bikur jolim") y darle la oportunidad a Abraham de practicar su hospitalidad. Abraham es sometido por D-os a diez pruebas, pero la más dificil de todas ellas fue la de Akeidat Itzjak, ofrecer a su hijo en sacrificio por petición divina.
Itzjak fue la primera persona circuncidada a los ocho días de nacido. Al contrario de lo que se afirma con frecuencia, Itzjak tenía 37 años al ser llevado por su padre Abraham para ser sacrificado, lo cual implica el consentimiento y la aceptación del mandato Divino también por parte de Itzjak. El sacrificio de Itzjak sería llevado a cabo en el Monte Moría, el mismo lugar en el que años más tarde sería construído el Beit Hamikdash -Templo.
Además de Sodoma y Gomorra, fueron destruídas tres ciudades más: Adma, Tzvoyim y Tzoar. Los habitantes de Sodoma y Gomorra se rebelaron contra D-os, se volvieron asesinos y adúlteros. Su corrupción derivó del exceso de riqueza y de su manejo inadecuado. En vez de agradecer a D-os por la tierra fértil y las minas de piedras preciosas que tenían, empezaron a creer en su propio poder y por proteger la riqueza perdieron la noción de decencia y moralidad. Maltrataban y robaban a los extranjeros, además los jueces se aseguraban que no se llevaran nada de la ciudad. Su crueldad era tan grande que mataban a aquel que le daba de comer a un pobre. Hasta los árboles fueron podados para que los viajeros no tuvieran gozo de ellos. El que no tiene temor a Di-s, no tiene la capacidad para sobreponerse a su instinto el cual determina su conciencia. Se habla de que hay temor a Di-s sólo si se cree en una providencia particular, en la que Di-s mira, conoce y supervisa todos los actos de los pasos del hombre. Sólo el temor al cielo aleja al hombre del pecado y lo lleva por el buen camino, como dicen nuestros sabios (Maséjet Avot 2:1): "Ten en cuenta estos conceptos y no caerás en las manos del pecado; conoce lo que hay arriba de ti: Un Ojo que ve, un oído que escucha y tus actos que en el Libro son registrados." [regreso al índice]
Sara, la primera de las cuatro matriarcas (Sara, Rivka, Rajel y Lea), vivió ciento veintisiete años (1.958-2.085 desde la Creación). El nombre de la Parashá se refiere a la vida de Sara pero curiosamente comienza con la descripción de su muerte. Fue hija de Harán, hermana de Lot, sobrina y esposa de Abraham y madre del segundo de los patriarcas: Itzjak. A la edad de 89 años, D-os cambió su nombre de Sarai a Sara, para indicar su carácter de madre del pueblo judío. Sara fue una de las siete profetisas del pueblo judío pero fué la única a quien D-os habló directamente. Las otras seis fueron Miriam, Dévora, Janá, Avigail, Juldá y Esther. Itzjak nació el 15 de Nisán, el mismo día en que posteriormente se celebraría el éxodo de Egipto -Pésaj. Itzjak era muy parecido a su padre Abraham y aún cuando éste era viejo, se veía joven pues hasta el tiempo de Abraham la gente no tenía signos externos de vejez y se veían jóvenes hasta su muerte.
El valor numérico de las letras del nombre de Itzjak en hebreo son: YUD -10- porque la nación que descendería de él recibiría los Diez Mandamientos; TZADIK -90- porque Sara lo tuvo milagrosamente a los noventa años; JET -8- porque fue circuncidado a los ocho días de nacido; y KUF -100- porque Abraham tuvo a su hijo a los cien años. Para el momento del sacrificio de Itzjak -akeidá, Abraham tenía 137 años. Abraham e Itzjak demoraron tres días en llegar al Monte Moría, lugar donde debía celebrarse la "Akeidá" en el día correspondiente a Yom Kipur. Abraham visualizó que el lugar donde iba a ser sacrificado Itzjak sería el corazón de la Ciudad Santa donde se construiría el Templo, por tanto llamó al lugar "Hashem yireh" que significa: "D-os mirará hacia abajo desde este lugar y dará bondad al mundo". Shem, hijo de Noé, le dió al lugar otro nombre "Shalem" -perfecto. La unión de ambos nombres da origen al nombre de Yerushalaim -Jerusalem, la ciudad cuya bondad y santidad sería una prueba para las personas a fin de perfeccionarse.
Cuando el Rey Salomón compuso la canción "Eshet Jayil" que se entona todas las noches de viernes en honor a la mujer, para recibir al Shabat, describió las características de la mujer virtuosa aludiendo a Sara. Todos los versos de la canción de "alef a tav" se aplican a ella ya que cumplió la Torá de principio a fin. Mientras Sara estuvo viva las velas de Shabat se mantenían prendidas de viernes a viernes, el pan fue bendecido y la Shejiná -Providencia Divina- se mantenía sobre su tienda en forma de una Nube de Gloria. Esto ocurría porque Sara era meticulosa en el cumplimiento de las mitzvot específicas enconmendadas a las mujeres que son: prender las velas de Shabat, separar Jalá y cumplir con las leyes de pureza familiar -mikve.
A la muerte de Sara todas estas señales desaparecieron hasta la llegada de Rebeca (Rivka) ya que ésta observaba las mitzvot con la misma precisión que lo hacía Sara. Cada niña de nuestro pueblo es llamada hija de "Sara, Rivka, Rajel y Lea" y por tanto tiene por herencia el privilegio de iluminar su casa por toda la semana al prender las velas de Shabat tal como lo hizo Rebeca, la esposa de Itzjak, desde los tres años de edad. Sara fue enterrada en la Cueva de Machpelá que Abraham le compró a Efron, Rey de los Hititas. En el mismo lugar están enterrados Adam y Eva.
En esta Parashá se describe por primera vez un arreglo matrimonial -shidej- cuando Eleazar por orden de Abraham le busca esposa a Itzjak y escoge a Rivka, hermana de Labán y pariente de Abraham. Para asegurarse de que Eleazar cumpliera la misión, Abraham lo hizo jurar de antemano, como dice el versículo: "Puso el siervo su mano debajo el muslo de Abraham, su señor, y juró sobre esta cosa". Cuando una persona hace un juramento está obligada a sostener un objeto sagrado sobre el cual recaiga el juramento. Por qué escogió Abraham precisamente el muslo? Acaso no tenía otro objeto sagrado en que basar el juramento? Según el Talmud Abraham Avinu cumplió toda la Torá aún antes que fuese entregada. Entonces por qué el Brit Milá fué la única mitzvá que esperó hasta que D-os le ordenó ejecutarla? La filosofía Jasídica explica que existe una gran diferencia entre el cumplimiento de las mitzvot antes de la entrega de la Torá y después de la misma. Antes de la Revelación de D-os en el Monte de Sinaí, las mitzvot no tenían la fuerza de atraer la divinidad a este mundo. La materia física era incambiable y el objeto permanecía en su estado anterior. El reino espiritual y material eran incompatibles. La posibilidad de unir lo espiritual y lo físico fue dada al pueblo judío con la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, a partir del gran evento de "Matán Torá". La ordenanza atrae consigo la fuerza divina que transforma al objeto con el cual se realiza la mitzvá para que sea sagrado -jefetz kadosh. La única mitzvá que Abraham cumplió como una ordenanza de D-os fue la del Brit Milá, la cual poseía el mismo valor de todos los preceptos dados en la entrega de la Torá. Esto explica por qué Abraham esperó tanto para circuncidarse. El quiso realizar la mitzvá de tal manera que su cuerpo adquiriera divinidad. Por eso, esta mitzvá era la única que Abraham podía pedir a Eliezer que jure por ella, ya que los objetos que utilizó para las otras mitzvot no lograban adquirir la misma santidad.
También es la primera vez que en el Jumash se describe detalladamente un matrimonio: el de Itzjak y Rivka. Abraham se casa de nuevo después de la muerte de Sara. Al morir él, es enterrado por sus hijos Itzjak e Ishmael. Sara y Abraham representaron una unidad biológica y espiritual que dió nacimiento al pueblo judío a través de su hijo Itzjak.
Los nombres en hebreo tienen un significado profundo y hacen referencia a la esencia de las personas o cosas que se nombran, especialmente los utilizados en la Torá. Es por ello que enseguida surge la pregunta sobre cómo se pueden reconciliar el nombre de esta Parashá y su contenido aparentemente contradictorio, el cual en seguida se aclara: El Talmud nos dice que Yaacov, el tercero de los patriarcas, no murío en el sentido de desaparecer por completo "Así como su simiente está viva, así también él continúa viviendo" lo que implica que una vida unida a D-os y a la Torá es eterna y la prueba de esa naturaleza perpetua está en la "simiente" que deja. Es en este sentido que esta Parashá es la que nos describe la forma como los temas centrales de su vida continuaron después de su muerte.
La vida de Sara se diferencia de la de Abraham en que ella sólo fue madre de Itzjak, mientras que Abraham también fue padre de Ishmael. Sara fue entonces exclusivamente la madre del pueblo judío. El mensaje central que nos trae esta Parashá es que el tiempo en esta vida se nos da para que alcancemos a hacer el bien y que el tiempo debe ser satificado por nuestras acciones. Realizar acciones que influenciarán nuestro futuro y el de nuestros hijos para que éllos mismos continúen haciéndolas es lograr la continuación y perfeccón de nuestros propios años y de nuestra propia vida. Si podemos lograrlo nosotros, también seremos como Sara cuya vida ha tenido una influencia espiritual que persiste aún después de su muerte.
[regreso al índice]
Yaacov, hijo e Itzjak y Rivka, hermano gemelo de Esav, y tercer patriarca del pueblo judío, nace en el año 2.108 desde la Creación y vive 147 años. Sus doce hijos forman las Doce Tribus del pueblo de Israel. Rivka estuvo casada por veinte años sin tener hijos. Otras mujeres que tuvieron que esperar muchos años antes de tener hijos fueron: Sara, por Itzjak -75 años- ; Rajel -14 años- ; y Janá -19 años- hasta el nacimiento de Shmuel. Rivka tuvo un embarazo muy molesto, cuando consultó a Shem, hijo de Noé y Tzadik de la época sobre el particular, éste le comunicó que tenía en su vientre gemelos que darían origen a dos naciones: Yaacov a Israel y Esav a Roma. Estas dos naciones tendrían objetivos diferentes. Una estaría orgullosa de su Torá, la otra de su riqueza. Ambas generarían grandes emperadores. Israel -el Rey Salomón- quién construiría el Templo -Beit Hamikdash- y Roma a Adrián, quien lo destruiría. Esav es nombrado por sus padres, en cambio Yaacov es nombrado directamente por D-os. Hasta los trece años de edad no existieron diferencias entre Esav y Yaacov, estas se hicieron evidentes luego de esta edad, al Yaacov dedicarse al estudio de la Torá y Esav a ser cazador. Esav hacía creer que observaba las mitzvot, cuando en realidad no las cumplía. El único precepto que cumplía era el de Honrar a su Padre. Esav le vende su progenitura a Yaacov por un plato de lentejas ya que éste no le daba ninguna importancia al privilegio que tenía el primogénito de cada familia de ser honrado como sacerdote -Cohén- y de continuar la tradición de Abraham e Itzjak, como sin embargo lo hace Yaacov. Esav prefirió el placer temporal a los valores eternos de la Torá.
Itzjak bendice a Yaacov creyendo que es Esav por su ceguera y por las pieles que Rivka había puesto en el cuerpo de Yaacov, siendo esto parte del plan divino. La bendición de Yaacov de que prevalecerá sobre las naciones opresoras está condicionada al cumplimiento y al estudio de la Torá. Sólo si violan la Torá son los descendientes de Esav los que dominarán. El odio de Esav a Yaacov es una halajá -ley- de la Torá en donde se encuentran los orígenes más remotos del antisemitismo. Ello nos enseña que no es la emulación de la conducta de los demás pueblos, ni la asimilación, ni la adulación lo que determina las buenas relaciones con ellos. Sólo existe un método para combatir el antisemitismo y relacionarse con los demás y es tal como está expresado en la bendición de Itzjak: el cumplimiento de la Torá. Un Acuerdo de Paz puede llegar a funcionar siempre y cuando el pueblo de Israel no olvide su rol espiritual en la tierra y su compromiso con el Creador. Sólo si cumple Israel su compromiso con D-os, sus vecinos cumplirán su compromiso de no agresión. Nunca hay que depositar la confianza de seguridad y paz en una promesa, sino en las manos de D-os.
Según la Cábala, Abraham representa la bondad. Itzjak es la personificación de la severidad, de la fortaleza, también él tuvo dos hijos, Yaacov quien representa el equilibrio entre bondad, severidad y fortaleza y Esav, quien representa el orgullo y el egoísmo. Yaacov expresa la combinación armoniosa de los razgos humanos del líder que a través de sus doce hijos logra dar nacimiento a las doce tribus de Israel.
En el mundo actual debemos poner especial atención en la educación de los hijos, tenemos que dedicarles tiempo, guiarlos, enseñarles el camino de la Torá para que sigan adelante con una vida buena en los caminos de nuestra tradición milenaria. [regreso al índice]
Yaacov, padre de las Doce Tribus sale de Israel partiendo de la ciudad de Beer Sheva camino a Aram (Haran) para escapar de su hermano Esav según el consejo de su madre, y para buscar esposa según las instrucciones de su padre Itzjak. La localidad de Beer Sheva representaba la paz y la seguridad, el rezo y el estudio de la Torá, sin embargo Yaacov tuvo que dejarla para enfrentarse al mundo de las tentaciones (Olam: cuya raíz es helem, ocultamiento -donde D-os está oculto-) superarlas para luego ser el padre de la casa de Israel; lo que nos enseña que D-os quiere que los judíos vivan una vida espiritual en un mundo terrenal. Yaacov estudió catorce años en la Yeshivá de Eber antes de ir a Harán. Además de dedicarse a estudiar la cultura y el idioma del lugar al cual iba, se dedicó principalmente a rezar, lo cual demuestra que antes de formar un hogar judío la prioridad es no perder la propia identidad en el proceso de integración a la sociedad a la cual se llega, por la vía de la simple imitación de las costumbres de los otros, sino conocer nuestros fundamentos de la vida indicados en la Torá y no olvidarlos.
Antes de llegar a Harán Yaacov se detuvo en el Monte Moría en el mismo lugar donde Abraham construyó el altar para el sacrificio de Itzjak y donde posteriormente fue construído el Bet Hamikdash -Templo. Allí tuvo el famoso sueño de la escalera y recibió de D-os la promesa de que esa tierra le pertenecería a su descendencia que sería tan numerosa como las arenas de los mares. En el sueño de Yaacov, la escalera estaba apoyada en la tierra pero llegaba hasta el cielo. Sobre la escalera habían ángeles que subían y bajaban. Estos representaban a los cuatro imperios que dominarían a nuestro pueblo: Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Edom): nuestro exilio actual. En cada uno de los casos Yaacov vió su subida, apogeo y caída, menos en el caso de Edom cuyo angel subía continuamente. Al pregutarle a D-os cuándo bajaría, este le respondió que El mismo lo hará bajar, lo que indica que la finalización del actual exilio se producirá por medios sobrenaturales. La vida y las experiencias de los patriarcas sirven de modelos para nuestra conducta, así el sueño del patriarca nos señala que aun cuando nuestra existenia física es terrenal, tenemos todos el potencial de alcanzar altos niveles espirituales y por tanto debemos poner todo el empeño en lograrlo.
Yaacov llegó a la casa de Laván su tío y luego de trabajar siete años para casarse con Rajel, tiene que casarse con su hermana mayor Lea, porque Laván lo engaña. Trabaja siete años más para conseguir casarse con Rajel. Yaacov pasó 20 años en total trabajando para Laván sin perder su nivel espiritual. La raíz de la palabra "arameo" en hebreo "arami", significa engaño. Ese era el nombre con que se conocía a Laván; "maestro del engaño" - arami. Cuando se narra el amor de Yaacov por Rajel, se dice que aún cuando tuvo que esperar siete años para casarse con ella, estos se le pasaron como si fueran pocos días por el amor que le tenía. Esto nos explica el verdadero tipo de amor. Para las personas que se aman principalmetne a sí mismas y necesitan la compañía de la otra persona para gratificarse, cada día de ausencia es una eternidad. En cambio Yaacov amaba a Rajel por lo que ella era más que por lo que podía darle. Se trataba de un amor incondicional donde cualquier sacrificio valía la pena. El verdadero amor es permanente, prevalece, y muchos años pueden parecer pocos días. Yaakov es un "Ish Tam", un hombre íntegro. A Yaakov se le relaciona con "la Verdad" (Yalkut Shimoni Bamidbar 13), como está escrito: "Conceded Verdad de Yaakov" (Mijá7:20). Y no sólo era íntegro en el cumplimiento de su palabra, sino que también era devoto y honesto en su forma de trabajar, como explican Rabenu Bejayé y Seforno, Yaakov respondía tanto por las pérdidas que recaen sobre la responsabilidad del cuidador, como aquellas pérdidas que no recaen sobre el cuidador y su responsabilidad. Su entrega en lo que hacía era admirable.
Yaacov tuvo 12 hijos en sus cuatro esposas: Lea, Rajel, Bilhá y Zilpá, las cuatro eran hermanas por parte de su padre Laván; Bilhá y Zilpá eran hijas de una concubina de Laván. Lea tuvo los primeros cuatro hijos de Yaacov: Rubén, Shimón, Leví y Yehudá. Dan y Naftalí fueron hijos de Bilhá. Gad y Asher, hijos de Zilpá. Posteriormente Lea tuvo dos hijos más: Yisajar y Zevulún y una hija, Dina. Finalmente Rajel, luego de catorce años de espera tuvo a Yosef y más tarde a Binyamin. El nombre judío -Yehudí- derivado de Yehudá, cuarto hijo de Lea y Yaacov, proviene de "hodaá" -agradecimiento- por tanto nuestro nombre -judío- significa dar gracias a D-os, pues el papel del yehudí es alabar a D-os, agracecerle por todo y reconocer que El es el Creador y Soberano de todo lo que existe.
Luego de la larga estadía en Aram Yaacov tiene el privilegio de regresar a su tierra Israel a la casa de su padre, además cargado de dinero y ganado y lo que es más importante, con hijos que a pesar de haber sido criados en un ambiente de idolatría, pudieron ser educados dentro del judaísmo constituyéndose en el futuro en las Doce Tribus que le dan nacimiento al pueblo judío.
Mientras Yaacov estuvo con Laván cumplió con los 613 Preceptos. Esto se confirma en la expresión que se utiliza en el Jumash cuando dice "Garti" con Laván. "Garti" significa en hebreo: "viví", y tiene un valor numérico de 613, equivalente a las 613 mitzvot de la Torá. Cada persona puede realizar dos tipos de acciones en una escalera; subir o bajar; cada día tiene nuevos desafíos y por tanto debemos usar nuestras acciones y experiencias, fallas y aciertos para que nos sirvan de aliciente para subir en nuestro crecimiento espiritual. La palabra escalera en hebreo "sulam" tiene el mismo valor numérico que la palabra dinero "mamón". Esto nos enseña que el dinero es como una escalera, puede se usado para ascender y acercarse al cielo o para descender hasta lo más bajo. Todo depende para qué propósito lo usamos. [regreso al índice]
Después de su regreso a Israel, Yaacov quién representa la perfección espiritual adquirida luego de haber pasado 20 años trabajando en Jarán para Laván (en un mundo de idolatría), manda mensajeros a su hermano Esav para hacer las paces con él. Sin embargo éste lo enfrenta con cuatrocientos guerreros señalando su intención de seguir peleando. Para encontrarse con Esav, Yaacov se protege con tres cosas: la plegaria -tefilá, mandándole regalos a Esav, y preparándose estratégicamente para la confrontación (divide a su gente en dos bandos, de tal modo que si Esav liquida a uno, sobrevive el otro). En el momento en que Yaacov se encuentra con Esav se inclina frente a él, pero realmente lo hace es frente a la Shejiná -Providencia Divina- que lo salva cuando Esav pretende matarlo.
Yaacov pelea posteriormente contra el ángel protector de Esav durante toda la noche y gana en la lucha pero es lesionado en su muslo, por ello la Torá prohibe comer el "Guid Hanashé" tendón del muslo cercano al nervio ciático. La mitzvá de "Guid Hanashé" es la tercera mitzvá de la Torá y la primera de carácter prohibitivo. Hay dos partes que no pueden ser ingeridas en un animal casher y son el nervio ciático (ley de la Torá) y el nervio perineo (prohibición rabínica). En nuestros hábitos diarios de comida somos forzados a recordarnos de la lesión infringida a Yaacov por el ángel de Esav en su punto débil "yozai yerjó". Por lo tanto debemos reforzar las generaciones futuras mediante la educación en Torá para no ser heridos por otros pueblos. El nombre de Yaacov luego de la pelea con el ángel es cambiado por el de Israel que significa: "has peleado con cuerpos celestiales (ángel de Esav) y con cuerpos terrenales (Laván y Esav) y has vencido" demostrando Yaacov una conducta noble en todo momento en un enfrentamiento directo lo que le trajo bendición, a diferencia de la situación con su previo nombre, con el que obtuvo la bendición de su padre a través de la astucia.
Rivka muere y es enterrada en la Cueva de Majpelá a diferencia de Rajel que lo es en Beit Lejem -Belén- que es el lugar donde los judíos posteriormente pasan cuando son exilados a Babilonia y el alma de ella pide por ellos a D-os. Rajel muere al dar a luz trillizos. Al morir Itzjak a la edad de 180 años, Esav decide quedarse con los bienes de su padre y Yaacov con la tierra de Canaán y la Cueva de Majpelá. [regreso al índice]
En esta Parashá se narra la historia de Yosef -José- hijo de Yaacov. Yosef es un personaje de gran importancia ya que representa el puente entre dos estadios de la historia judía: el paso de una familia de pastores a una nación, a un pueblo forjado en Egipto y en el desierto del Sinaí. Yosef fue el hijo favorito de Yaacov porque era hijo de Rajel, su principal esposa, por la cual accedió a trabajar con Laván más años. Aún cuando todos los hijos de Yaacov eran "tzadikim" -justos- fue en Yosef que Yaacov vió a su continuador y por lo tanto le reveló secretos de la Torá y le transmitió todas las leyes que había estudiado en la Yeshivá de Shem y Ever. Además del parecido físico entre Yaacov y Yosef, existe semejanza en la historia de sus vidas entre las cuales se pueden mencionar las siguientes: ambos nacieron circuncidados, sus madres habían tenido dificultad en concebir, fueron odiados por sus hermanos quienes hasta trataron de matarlos, se casaron y tuvieron hijos fuera de Israel, ambos fueron acompañados por ángeles y bendecidos a través de un sueño: Yaacov en el sueño de la escalera y Yosef que obtuvo su grandeza a través de la interpretación del sueño del Faraón sobre las vacas gordas y las vacas flacas. Ambos vivieron y murieron en Egipto y pidieron que sus restos fueran llevados a Israel.
Los hemanos de Yosef estaban enojados con él no sólo porque era el favorito de su padre, sino también por los dos sueños que Yosef había tenido y les había relatado. En el primero, todos estaban juntos en el campo atando fardos de cereal y de repente el fardo de cereal de Yosef se levantaba y los fardos de los demás se inclinaban ante él -cosa que señala que los gobernaría, tal como sucedió muchos años después cuando se inclinaron ante él en Egipto, adonde fueron a comprar cereal. En el segundo sueño, Yosef estaba rodeado por el sol, la luna y once estrellas, y todos se inclinaban ante él. Yaacov su padre comprendió que esa era una profecía que se vió cumplida con posterioridad.
Rubén fue el hermano de Yosef que convenció al resto de sus hermanos que no lo mataran. Yosef fue vendido varias veces; primero los hermanos lo vendieron a una caravana de Ishmaelitas por veinte monedas de plata, luego estos lo vendieron a los Midianitas y por último fue vendido en Egipto a Potifar, un oficial del Faraón. Nuestros sabios explican que tal como Yosef tuvo que sufrir y ser vendido antes de convertirse en poderoso gobernador en Egipto, así Israel sobrevivirá sus exilios y finalmente será libre.
Los hermanos hicieron creer a su padre Yaacov que su hijo Yosef había sido devorado por un animal feroz. Yaacov lamentó la supuesta muerte de Yosef por 22 años. Itzjak, padre de Yaacov sabía que Yosef estaba vivo pero no se lo reveló. Yosef fue el primer judío en resistir la asimiliación a otra cultura al no sucumbir a la seducción de la esposa de Potifar, aún cuando para aquel momento era un joven que sólo contaba 17 años. De esta manera Yosef es un ejemplo del judio que a pesar de vivir en un mundo secular rodeado de tentaciones conserva un alto nivel de moralidad, no olvida a D-os, cumple los preceptos y no niega su identidad. Yosef pasó doce años preso por la falsa acusación de la esposas de Potifar. Una vez que interepreta correctamente los sueños del Faraón, éste lo nombra Virrey a la edad de 30 años y le otorga grandes riquezas y mucho poder. [regreso al índice]
Al cabo de 12 años de prisión Yosef es llamado para interpretar los dos extraños sueños que había tenido el Faraón. Uno es el conocido sueño de las siete vacas gordas que salían del río Nilo y que eran seguidas por siete vacas flacas que las devoraban, pero no engordaban. En el segundo sueño aparecían siete espigas de trigo grandes y hermosas que crecían de un solo tallo con granos gordos y sanos. Después brotaban siete espigas que crecían de distintos tallos, cada uno de los cuales era delgado y seco. D-os le dió a Yosef "Ruaj HaKodesh" -poder de profecía- para que pudiera comprender el verdadero significado de los sueños. El le explicó al Faraón que ambos predecían siete años de abundancia a los cuales seguirían siete años de hambre y escasez que serían tan terribles que las personas olvidarían los años buenos. Después que el Faraón nombrara a Yosef como Virrey de Egipto le cambió su nombre con el de "Tzofnat Paneaj" que significa: "el revelador de secretos" porque había podido explicar el secreto de los sueños. La mayor contribución de Yosef a la historia de Egipto consistió en haber salvado al pueblo egipcio de la muerte durante la hambruna de los siete años ya que en los años de abundancia se dedicó al almacenamiento de inmensas cantidades de alimentos que fueron distribuídas posteriormente.
La hambruna se extiende y llega a Canaán. La misma hace que Yaacov y sus hijos viajen a Egipto donde son recibidos por Yosef quien hace que se establezcan en Goshen. Cuando los hemanos de Yosef llegaron a Egipto no lo reconocieron pero él si sabía que se trataba de sus hermanos. La explicación más sencilla dice que se debía al cambio de su aspecto físico por los años que habían pasado sin verse, la razón más profunda explica que era difícil creer que viviendo tantos años en un país extraño como era Egipto, pudiera conservarse como judío y fiel a D-os. En este sentido Yosef es considerado superior a sus hermanos porque aún ocupando el cargo más alto en la nación más poderosa en aquel momento, tuvo la rectitud y la fortaleza de carácter que correspondía a un hijo de Yaacov. Yosef se casó con Osnat, hija de Dina y nieta de Yaacov, y tuvo dos hijos: Menashé y Efraín, quienes fueron los dos primeros niños judíos nacidos y criados en Egipto. Cada Shabat bendecimos a los hijos varones pidiéndole a D-os que sean como Efraín y Menashé quienes a pesar de vivir en una tierra de idolatría conservaron intacto su judaísmo transmitiendo la tradición. Fueron bendecidos por Yaacov antes de su muerte al igual que el resto de sus doce hijos, que formaron juntos las doce tribus de Israel.
Menashé es nombrado por Yosef en recuerdo a su pasado y de él desciende el Juez Guideón. El nombre de Efraín está relacionado con el agradecimiento a D-os por haberle dado honor y grandeza en tierra extraña y de él desciende Yeoshúa -Josué, quien conduce al pueblo en su entrada a Eretz Israel.
Yosef no le guardaba rencor a sus hermanos, a pesar de que ellos quisieron hacerle daño al tirarlo al pozo y venderlo posteriormente como esclavo. D-os hizo que todo eso fuera para el bien, pués de ese modo Yosef pudo salvar al mundo de la hambruna.
La historia de Yosef muestra que además de las cualidades naturales que predisponen a la persona a desempeñar un papel dominante en la vida, la condición necesaria para alcanzar la verdadera elevación es el poder de superación personal, el dominio de sí mismo, después de una ardua labor para liberarse de las exigencias y conveniencias esclavizantes de la sociedad que le rodea, para poder aceptar y cumplir la voluntad Divina. [regreso al índice]
Yosef, aún desde su estado de esclavo se tornó en gobernador de Egipto y usó sus cualidades humanas para el bien de la humanidad, a fin de sacar el mundo del hambre. A pesar de la separación y aislamiento conservó intacta su identidad. Yosef logró que sus hermanos trajeran a Binyamin a Egipto en contra de la resistencia inicial de Yaacov, reteniéndolo luego como rehén. Sus hermanos intercedieron por él y Yehudá hasta ofreció quedarse preso en lugar de Binyamín. En ese momento Yosef revela su identidad. Binyamín era el hermano favorito de Yosef, eran hijos de la misma madre Rajel y además Binyamín no había nacido cuando los demás hermanos vendieron a Yosef como esclavo. El perdón es una virtud pero con frecuencia la persona que perdona queda como la magnánima y la que es perdonada se siente humillada y a veces hasta con sentimientos de culpa. Yosef fácilmente hubiera podido perdonar a sus hermanos porque no les guardaba rencor. Sin embargo en vez de eso les proporciona la oportunidad de reivindicarse, poniéndolos en la misma situación en la que podrían repetir lo mismo que habían hecho con él en el pasado, sólo que en el presente momento era Binyamín el que ocupaba el lugar del favoritismo de su padre Yaacov. La disposición de los hermanos de sacrificar su vida para devolver a Binyamín a su padre indicó que habían superado su envidia logrando eliminar así el defecto de los celos. De este modo no sólo eran perdonados sino que podían estar orgullosos de su logro, de su superación sin sentirse humillados. Si Yosef hubiera avisado a su padre con anterioridad que estaba vivo, le hubiera negado a sus hermanos la oportunidad de resarcir el mal que habían hecho.
El poder de profecía de Yosef le permitió saber que los dos Templos serían construídos en la porción de tierra que correspondería a su hermano Binyamín y además que de él descendería Mordejai, quién se enfrentó al Rey Ajashverosh en los eventos que dieron lugar a la festividad de Purim muchos años despúes.
La ley -halajá- sobre "eglá arufá": persona que se encuentra asesinada en el campo y no se conoce el homicida, fue la señal que Yosef le dió a sus hermanos para que Yaacov su padre tuviera la certeza de que se trataba de él, ya que esa fué la última ley que su padre le enseñó antes de que se fuera. Yaacov no estaba seguro si debía o no ir a Egipto, pero D-os se le apareció en sueños y le dijo que sí, que la "Shejiná" -Providencia Divina- los acompañaría en el exilio, que no duraría para siempre, que serían redimidos y que sus restos serían traídos y enterrados en Eretz Israel. Yaacov con toda su familia, setenta personas en total viajaron a Egipto. Cuando salieron eran más de dos millones de personas, de las cuales 600.000 eran varones mayores de 20 años. Al llegar Yaacov a Egipto fue recibido con grandes honores por toda la población. Los judíos fueron ubicados en la región de Goshen, que era una tierra fértil apta para el pastoreo, y le correspondía en propiedad a Bnei Israel porque había sido regalada por el Faraón a Sara.
La hambruna cesó en el segundo año de cumplirse la profecía, cuando Yaacov bendijo al Faraón. Los años que Yaacov permaneció en Egipto fueron realmente de felicidad pues la Providencia Divina estaba con él. [regreso al índice]
Con esta Parashá finaliza al lectura del Primer Libro del Jumash-Pentateuco: Bereshit (Génesis), que está compuesto por doce Parashiot. Al terminar un libro de la Torá se dice "Jazak, Jazak, Venitjazek" que significa: fuerza, más fuerza, juntos nos fortaleceremos! lo que implica que nos sentimos contentos por lo aprendido pero deseamos aprender aún más.
Yaacov fue la primera persona que sufrió de una enfermedad antes de morir porque así se lo pidió a D-os, por cuanto de este modo las personas podrían dar instrucciones a sus hijos y arreglar sus asuntos antes de morirse. Abraham fue la primera persona con señales externas de vejez tales como arrugas y cabello canoso, para que las personas pudieran distinguir y honrar a la gente mayor. Itzjak fue la primera persona en experimentar dolor y sufrimiento ya que así se lo pidió a D-os, para aminorar el sufrimiento en el mundo venidero. Yaacov vivió en la tierra de Egipto durante diecisiete años y la Parashá dice: "y los ´dias de su vida fueron ciento cuarenta y siete años". Los días y los años de Yaacov fueron plenos, de verdadero contenido. Mucho fue lo conseguido en cada hora y minuto de aquellos días pues Yaacov disfrutó del aprovechamiento del tiempo. Dicen nuestros sabios que el secreto de aprovechar el tiempo en la forma más intensa posible es el entrenamiento para actuar de tal manera que cuando se está ocupado en determinada actividad, todas las cosas que se estaban haciendo antes y aquellas que ocuparán la atención después deben desaparecer de nuestra atención. Así la mente está libre de toda distracción, pasada o futura, y puede ocuparse plenamente en lo que está haciendo.
Yaacov pidió a Yosef que le prometiera que lo enterraría en Eretz Israel. Quería ser sepultado en la Tierra Santa, en la Cueva de Majpelá junto con sus antepasados Abraham e Itzjak. Yaacov no deseaba ser sepultado en Egipto por varias razones: temía que los egipcios consideraran que su cuerpo era santo y pudieran así convertirlo en uno de sus ídolos. Además quería que sus descendientes tuvieran siempre presente que su patria era Israel y tenían que volver a ella y no quedarse en el exilio. Otra razón era que aquellos sepultados en Israel serían los primeros en revivir en la etapa de Resurrección de los Muertos. Antes de morir, Yaacov bendijo a cada uno de sus hijos y algunos de sus nietos. Yaacov es considerado el primero de los patriarcas en reconocer individualmente el carácter y la mentalidad de cada uno de sus doce hijos. Yaacov murió en el año 2.255 después de la creación y su muerte fue lamentada por su familia y por todo el pueblo egipcio. El Faraón le dió permiso a Yosef para que fuera a enterrar a su padre en la Cueva de Majpelá. Esav trató de impedirlo alegando que esa cueva era de su propiedad. Mientras Naftali buscaba los documentos, Jushin hijo de Dan, que era sordo y no entendía por qué se demoraba el entierro de su abuelo, levantó su bastón y de un golpe mató a Esav. Su cabeza rodó y fue enterrada junto a Yaacov. El cuerpo de Esav fue llevado por sus hijos a su tierra.
Yosef ejerció el cargo de Virrey durante cuarenta años y sucedió al Faraón después de su muerte. Fue rey de Egipto por cuarenta años más y falleció a la edad de 110 años. Sus huesos serían enterrados en la tierra de Israel aproximadamente 190 años después. Los restos de Yosef fueron transportados durante 40 años por el desierto, y finalmente enterrados en Shejem. [regreso al índice]
LIBRO SHMOT: EXODO
En la presente semana se comienza la lectura del segundo libro de la Torá que recibe el mismo nombre de la Parashá: "Shemot" que en su traducción literal significa "nombres". Son los nombres de los hijos de Israel (Yaacov) que con él bajaron a Egipto y configura el segundo libro del Pentateuco en el cual se forja el destino y la identidad judía. Alude a la formación del pueblo judío desde el punto de vista sociológico, con la formación y mantenimiento de una identidad común, y con la habilidad de trascender al medio ambiente. Este libro también recibe el nombre de Exodo y trata algunos de los acontecimientos más cruciales de la historia judía como son el exilio en Egipto y el éxodo que marca el nacimiento del pueblo judío como tal con la entrega de la Torá, y la construcción del Santuario que representa la presencia divina en el mundo físico. La figura central de todos estos eventos es Moshé -Moisés- escogido por D-os por su alto nivel espiritual para ser el redentor y conductor del pueblo judío. De Abraham a Moshé transcurren siete generaciones. Moshé es la generación número 26 contanda a partir de Adam. Nació el 7 de Adar de 2.368 y murío en la misma fecha 120 años después. Es a la edad de ochenta años cuando ocurren los acontecimientos de la salida de Egipto y la entrega de la Torá. Nuestro Sabios nos señalan que en cada generación existe una persona análoga a Moisés. Son los llamados Nesiim o Guedolel Hadorot: los líderes de cada generación.
Los tres elementos que mantuvieron la identidad judía durante la estadía en Egipto fueron: los nombres judíos; el idioma y la vestimenta. Elementos estos que aún hoy en día deben ser conservados porque constituyen el carácter distintivo del pueblo de Israel frente a los integrantes de los países donde viven. Después de la muerte de los hijos de Yaacov los judíos salieron de Goshen donde vivían y empezaron a mezclarse con los egipcios relajando sus tradiciones y modo de vida. El rápido crecimiento de la población judía atemorizó al Faraón y por tanto uno de los planes fue el de separar a los maridos de sus esposas por los trabajos de construcción de las ciudades de Pitom y Ramsés. El segundo paso fue el de ordenar a las comadronas Yojevet y Miriam (madre y hermana de Moshé) para que mataran a los recién nacidos judíos, cosa que ellas no cumplieron. Como ninguno de los planes dió resultado el Faraón ordenó que todo recién nacido varón fuera echado al Nilo.
Hasta el nacimiento de Moshé los judíos habían perdido la esperanza de ser redimidos, incluso Amram padre de Moshé y líder de su generación, se separó de su mujer Yojevet para no traer hijos a un mundo de esclavitud. Fué Miriam su hija, quien hizo que depusiera esa actitud al explicarle que ese decreto era peor que el de Faraón quien sólo había ordenado la muerte de los varones ya que Amram estaba decretando el de las hembras también al no traerlas al mundo. Amram entonces volvió con su esposa y tuvieron a Moshé quien también fue salvado por su hermana cuando lo dejó en el Nilo. La mujer que amamanta a Moshé durante 24 meses en el Palacio del Faraón después que la Princesa lo recogió fue su propia madre Yojevet. El 6 de Siván, fecha en que Moshé es dejado por su hermana en el río, es la misma en que será dada la Torá posteriormente.
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La política del Faraón de Egipto cambió luego de la muerte de los hijos de Yaacov. Los judíos se fueron asimilando al medio ambiente egipcio, perdiendo el respeto por sí mismos y a la vez su identidad. La única tribu que no se asimiló, siguió circuncidando a sus hijos y no obedeció el decreto de trabajos forzados fue la tribu de Leví que además permaneció en la región de Goshen donde vivían los hebreos en tiempos de Yosef. Amram y Yojevet ambos de la tribu de Leví tuvieron tres hijos: Aharón, Miriam y Moshé. Amram es uno de los cuatro Tzadikim -justos- que muere sin haber pecado. Los otros tres fueron Binyamín hijo de Yaacov, Yishai padre de David, y Kilav hijo de David con Avigail.
Moshé al igual que Yaacov y Yosef nace circuncidado, característica ésta propia de los Tzadikim. El nombre que recibe Moshé de sus padres es el de Yekutiel. Sin embargo en la Torá se le nombra con el de Moshé, este es el nombre que le puso la hija del Faraón por sugerencia de Yojevet. Después que Moshé es dejado en el Nilo cesa el edicto de matar a los recién nacidos judíos por cuanto los astrólogos avisan al Faraón que el Redentor de Israel había sido echado al río. Moshé se destacó por su alto sentido de justicia, su humildad y la empatía que tenía con su pueblo. Fue uno de los cuarenta y ocho profetas más destacados y poseyó el nivel más alto de profecía pues D-os le habló "cara a cara". D-os se le apareció por primera vez para decirle que hablara con el Faraón para que dejara salir al pueblo hebreo de Egipto, por intermedio de la zarza ardiente -arbusto que ardía y no se consumía por el fuego. En ese momento Moshé estaba ubicado en el Monte Sinai. La zarza ardiente nos enseña que la Presencia Divina está en todas partes, aún en las cosas más insignificantes. En Midián, Moisés se casa a los setenta y siete años de edad con Zipora hija de Yitró, y tiene con ella dos hijos: Guershon, que deriva de "guer" (extraño fui en tierra de idólatras) y Eliézer.
En esta Parashá cuando los judíos eran esclavos en Egipto, D-os le ordena a Moshé que le dijera al faraón: "deja ir a mi gente". cuando Moshe inicialmente anunció la redención de los judíos al faraón las condiciones al principio empeoraron para los esclavos. La comunicación entre D-os y Moshé continúa luego del incidente en que a los judíos se les negó la entrega de paja necesaria para construir ladrillos. Moshé le comunica a D-os la nueva situación de los esclavos y El le responde recordándole la historia de los patriarcas. D-os le dice que los patriarcas no sabían Su nombre de "Havaya". El uso previo del nombre "Elohim" fue el nombre de D-os en el lenguaje de "guevurá" y limitación, por ejemplo, la creación de un mundo con las leyes de la Naturaleza se lleva a cabo bajo el nombre Elohim. El nombre sagrado de "Havaya" es el lenguaje de "jesed" y es ilimitado. Como se ve en la Parashá Shemot, las mujeres judías estaban dando a luz a muchos niños y la población estaba aumentando de tal manera que el mundo estaba cercano a presenciar maravillas y milagros como ellos nunca antes habían visto. D-os recuerda a Moshé Su Pacto que hizo con cada uno de los patriarcas de darles la tierra de Canaán. D-os también le hace saber que está conciente del sufrimiento del pueblo. Moshe le comunica todo este mensaje a las gentes pero ellos están molestos con el aumento del sufrimiento y no quieren oir.
D-os le ordena nuevamente a Moshé: "Anda, dile al faraón que debe dejar ir a los hebreos", pero Moshé responde que si el pueblo no quiere oirle, cómo entonces va a oirle el faraón? Moshé aclara que él es "incircunciso de labios" significando que él se siente limitado para hablar. D-os dice "Yo soy D-os", el comentarista Rashí explica que D-os está diciéndole aquí a Moshé que El es competente de enviarlo, también puede interpretarse como: "cuando haces lo que D-os quiere, tienes infinito poder". Posteriormente sin embargo D-os designa a Aarón, hermano de Moshé, como vocero y mediador y les dió a ambos la tarea de sacar a los judíos de Egipto. Se le advierte a Moshé que D-os va a endurecer el corazón del faraón con el fin de multiplicar las maravillas que ocurrirán en Egipto para que los egipcios sepan que D-os es el Señor. Moshe, de 80 años y Aarón de 83 años, hacen lo que D-os les manda.
En el resto de la Parashá se describen las siete primeras plagas que mandó D-os a Egipto para que el Faraón dejara salir a los judíos. Estas plagas fueron: sangre, ranas, piojos, bestias feroces, pestes, sarna, granizo. Estas invadían a todo el país menos a la región de Goshen. Las tres primeras plagas fueron ejecutadas por Aharón y no por Moshé ya que éste sentía especial gratitud por las aguas del Nilo que habían participado en su salvación; lo que nos demuestra la importancia de la gratitud como uno de los pilares de la sociedad, gratitud que debemos conservar aún al pasar el tiempo y las circunstancias. La primera plaga -sangre- estuvo dirigida contra una de las características reinantes en Egipto que era la frialdad e indiferencia frente a D-os simbolizadas en las frías aguas del Nilo que los egipcios adoraban como un dios. El primer paso hacia la libertad fue atacar a "las aguas del rio" la frialdad mortal, y convertirlas en sangre que representa la calidez, la vitalidad y la santidad. [regreso al índice]
El valor numérico de la palabra Bo en hebreo es 3 y en la Parashá que lleva este nombre se describen las tres últimas plagas en Egipto: langosta, oscuridad y muerte de los primogénitos. D-os le dice a Moshé que vaya a anunciar al Faraón la próxima plaga, la de langosta, luego de la cual el país queda desvastado ya que las langostas eran insaciables. El castigo de los egipcios se prolongó por un período total de doce meses aún cuando cada una de las plagas duraba una semana, la generación del diluvio también fue castigada por doce meses. Cada una de las plagas fue dirigida contra una de las deidades que los egipcios adoraban como el Nilo, las ranas -simbolo de fertilidad, y el carnero sagrado, siendo la expresión del poder de D-os como único Creador que dirige todas las esferas y astros y puede producir milagros aún contra la naturaleza. Sirve para demostrar la divinidad de D-os por encima de la brujería y magia negra que tiene su máxima expresión en Egipto.
Las tres primeras plagas fueron traídas por Aharón; sin embargo el corazón del faraón continuaba endurecido. El granizo, la langosta y la oscuridad, por Moshé; las bestias salvajes, la peste y la muerte de los primogénitos directamente por Hashem (D-os) y la de sarna por asociación de los tres. D-os mandó 10 plagas a Egipto para castigar al Faraón quien negaba la existencia del Creador del Universo el cual fue creado a través de 10 Ordenes o Pronunciamientos. Las plagas emergieron de todos los elementos existentes: agua, tierra, aire y fuego, para demostrar que todos derivan y son manejados por D-os.
El primero de Nisán, D-os le dice a Moshé y Aharón que saldrán de Egipto y ese mes debe ser contado como el primero del año. Esto nos señala la importancia del evento del éxodo ya que todos los meses se cuentan en relación a éste; en vez de darles nombres específicos se les enumera en relación a la salida de Egipto, tal como sucede con los días en hebreo, que son enumerados en relación al Shabat: Yom Rishón (primer día), y así sucesivamente cumpliéndose cada ciclo respecto al Shabat. Desde la creación del mundo hasta la salida de Egipto, D-os fijaba el comienzo de cada mes. Al crearse B´nei Israel como pueblo les instruye con la mitzvá -precepto- de Rosh Jodesh -Bendición del Mes- que sería determinado por el Bet Din -Tribunal- a partir del reporte de dos testigos que observaran la Luna Nueva. En la actualidad, nos seguimos por un calendario fijo establecido por Hilel Hanasí en el cual está indicado el comienzo de cada mes que bendecimos. Nuestro calendario es lunar con los ajustes al calendario solar porque Pesaj debe ocurrir según la Torá siempre en Primavera. Los judíos son comparados a la luna cuya luz va disminuyendo hasta que desaparece, pero es precisamente en este instante que renace la luna nueva, creciendo en forma constante. La historia judía a través de las épocas refleja el ciclo lunar en el exilio de Egipto, después de llegar al máximo de la opresión comenzaba la renovación de la esperanza. En nuestra vida personal también a veces ocurre lo mismo. Cuando estamos en un punto donde parece no haber esperanza, debemos recordar que la parte más oscura de la noche es precisamente aquella que se produce antes del amanecer.
En la décima plaga los judíos tuvieron que poner una marca de identificación en sus casas para no ser afectados. Se les ordenó colocar sangre del sacrificio pascual en el umbrar de sus puertas, también simbolizando la sangre del pacto de la circuncisión. Se les advirtió permanecer en sus casas hasta la mañana. El Midrash ofrece una explicación al porqué eran necesarias estas precauciones: "Una vez que al destructor se le da libertad de acción, éste no puede distinguir entre el bien y el mal", esta señal especial era necesaria para desviar al Angel de la Muerte. Acaso este Angel no tenía libertad de accón en las nueve plagas precedentes? Por qué no tomaron los judíos medidas para protegerse antes? La respuesta está en el hecho que el sacrificio de los primogénitos era esencialmente diferente de las plagas que le precedieron. Las primeras nueve plagas traían un tipo específico y limitdo de daño y desvastación. El Angel de la Muerte no tenía permiso de destruir indiscriminadamente, ni hacerlo de la manera que el escogiese. Durante la décima plaga los primogénitos egipcios murieron en múltiples formas. Aún más fundamental es el hecho de que las primeras nueve plagas tenían com própósito demostrar la existencia y el poder de D-os. La plaga final fue enviada con el único objetivo de castigar y matar. En este punto el atributo "justicia" se quejó ante D-os y pidió que al exterminador le fuera permitido dañar a los judíos. En qué se diferenciaban los judíos de los egipcios? Ambas naciones habían servido a ídolos y ambas naciones han descendido a las 49 puertas de impureza !. Debido a ésto D-os le ordenó a los judíos identificarse con una señal especial para que ningún mal les causara daño.
Antes de salir de Egipto cada familia judía tenía que sacrificar una oveja -Korbán Pésaj- que era una deidad para los egipcios y además debían hacerse el Brit Milá -circuncisión- quienes no la tuvieran. Después de la décima plaga, la muerte de los primogénitos, además de los animales a quienes los egipciones adoraban, el Faraón ruega a Moisés que se lleve a su pueblo. A Egipto llegaron 70 personas y salieron miles, entre ellos 600.000 varones mayores de 20 años. La salida de Egipto se produce el 15 de Nisán del año 2.448 cuya celebración se hace en Pesaj que debe festejarse eternamente en todas las generaciones. Además de las innumerables menciones de la salida de Egipto en nuestras plegarias y la celebración de Pésaj cuando leemos la Hagadá, dos mitzvot sirven para recordarla: "Pidión HaBen" -cuando D-os salvó de la muerte a los primogénitos hebreos, decretó que estos le pertenecían; por tanto los padres deben redimir al primogénito comprándoselo a un Cohén 30 días después de nacido el niño, y la mitzvá de Tefilin -en cuyo interior se encuentran los versículos alusivos a la salida de Egipto- que debe ser observada por todo varón judío después de cumplir los trece años de edad. [regreso al índice]
Luego de la décima plaga el Faraón accedió a enviar al pueblo de Israel fuera de Egipto durante tres días para que adoraran a D-os aún cuando poco después oyendo los consejos de sus asistentes, se arrepintió y los comenzó a perseguir al ver que no volvían. B´nei Israel -los hijos de Israel- salieron de Egipto guiados por Moshé, Aharón y Miriam su hermana, quien dirigía a las mujeres. La ruta que los hizo seguir D-os fue la más larga, evitando atravesar la tierra de los filisteos ubicada en lo que se conoce en la actualidad como la Franja de Gaza. Una de las características del pueblo judío que se demuestra en la salida de Egipto es la creencia con fé absoluta -creyentes hijos de creyentes. Esta herencia explica la salida apresurada sin alimentos hacia un desierto con una total incertidumbre, que no puede ser explicada por la lógica o el raciocinio sino en un nivel que los trasciende: el de la fe, del hebreo "emuná" término cuya raíz es "emet" verdad.
"Kriat Yam Suf" -la partición del Mar Rojo- en la cual perecen los egipcios y se salvan los hebreos es un evento milagroso no sólo por el hecho de la separación de las aguas, sino porque estas volvieron a su estado original una vez que los judíos pasaron. Las aguas se separaron y se solidificaron creando murallas transparentes. El suelo sobre el cual caminaron B´nei Israel era totalmente seco. Una vez que los judíos atravesaron el mar y se encontraron al otro lado, entonaron siguiendo a Moshé, una canción -Shirá- de alabanza a D-os por haberlos salvado pero también de exaltación a un tiempo futuro, en el que se producirá la Redención final con la llegada del Mashíaj. El Sábado de esta semana es Shabat Shirá -se entona esta misma canción en las Sinagogas además de Shirat Devora que es parte de la Haftará, canción de alabanza de la profetiza y conductora del pueblo de Israel después de Samuel.
La Matzá que prepararon los judíos a su salida de Egipto les alcanzó milagrosamente treinta y un días. Frente a la queja de que perecerían de hambre por falta de comida, D-os anunció que alimentaría a todo el pueblo en el desierto a través del Maná, pan celestial, redondo, blanco y de olor exquisito. dos cubiertas de rocío protegían al Maná; en recuerdo a esto cubrimos de igual modo la Jalá -pan- cada Shabat. El Maná adquiría el sabor que la persona deseaba, cada padre de familia debía recogera determinada cantidad (un omer: 5 libras) por persona con la particularidad que si la cantidad era algo mayor o menor, al llegar a su casa tenía siempre el equivalente a un omer. Además de Maná comían codornices y bebían de la Fuente de Miriam. Con eso se alimentaron durante los 40 años de su travesía por el desierto. Una Nube de Gloria indicaba la ruta durante el día y una Columna de Fuego durante la noche. Además seis nubes protegían al pueblo, una en cada uno de los cuatro puntos cardinales, una por encima para protegerlos de las inclemencias del sol desértico y otra por debajo de sus pies para aliviar el camino.
El viernes se recibía una doble porción de Maná para Shabat, por eso hoy en día al hacer el Kidush de Shabat decimos la Brajá de Hamotzi -la bendición del pan- sobre dos Jalot -panes- de Shabat. De esta manera vemos como el Shabat no sólo es testimonio de la creación del mundo por D-os sino también de la salida de Egipto. La doble ración de Shabat nos enseña que es D-os el que provee nuestras necesidades. Las personas a veces tienen la sensación que son ellas las que ganan su sustento. El Maná simboliza en forma concreta el hecho de que nuestra manutención proviene directamente de D-os. En realidad lo que ocurre es que las personas reciben lo que ha sido decretado para ellos en Rosh Hashaná -Año Nuevo- anterior, cuando es decidido el ingreso por todo el año. Por el descanso de Shabat se recibe el doble por la parte que se deja de percibir al no trabajar ese día. Nuestro Sabios nos enseñan que el Maná era alimento material pero a la vez espiritual ya que sirvió para grabar la fe en D-os en el alma del pueblo y señalarles que no sólo del pan vive el hombre. También sirvió para que alcanzaran un grado extremo de conocimiento lo que les valió el título de "generación del conocimiento".
El primer enfrentamiento de B´nei Israel fue contra el ataque de la nación de Amalek, descendiente de Esav y antecesor de Hamán. [regreso al índice]
Desde la salida de Egipto hasta el recibimiento de la Torá en Har Sinai -Monte Sinai- transcurrieron siete semanas. Este período fue un tiempo de preparación del pueblo de Israel para un acto de dimensiones inigualables. Este corto lapso demuestra también la capacidad de cambio del pueblo que pasó de un extremo de impureza en su estadía en Egipto a uno de santidad para el momento de recibir la Torá.
Yitró suegro de Moshé, luego de conocer las maravillas que había hecho D-os al pueblo judío (salida de Egipto, partición del Mar Rojo, Maná, victoria contra Amalek) salió al encuentro de su yerno junto con su hija Tzipora y sus dos nietos, los hijos de Moshé Guershon y Eliezer, y le notificó su voluntad de convertirse en judío. Frente a las dudas de Moshé D-os autoriza esa conversión. Yitró se circuncida y se convierte en el primer Guer Tzedek -converso por convicción propia. Su nombre original era Yeter pero le fue agregada la letra "vav" para simbolizar su conversión y la inclusión en la Torá de una Parashá a su nombre es por el mérito de haber aconsejado a Moshé el sistema de nombramiento de jefes para aliviar su tarea de juez. También estableció los requisitos que estos deberían cumplir: hombres versados en la Torá, honestos, temerosos de D-os y con bienes de fortuna para evitar el riesgo de soborno. En la actualidad los Rabinos a diferencia de los líderes o jueces civiles, deben cumplir esos mismos requisitos sin poder obtener ningún tipo de remuneración por el arbitraje o juicio que se presente a su consideración.
En Rosh Jodesh -principio del mes de Sivan- los judíos llegaron al desierto de Horev, también llamado: Sinai, Tzin, Kadaish, Kedaimot y Parán. D-os instruye a Moshé diciéndole que debe anunciar primero a las mujeres la entrega de la Torá dándole el honor de la primicia, ya que por el mérito de ellas se produjo la salida de Egipto. Además para predecir lo acontecido en el Jardín del Edén cuando por no haber estado presente Java -Eva- cuando D-os dió la orden de no comer del árbol del conocimiento, se produjo el pecado que hubiera podido evitarse si ella la hubiera escuchado personalmente, tal como lo explica el Midrash. La previa aceptación de la Torá por las mujeres es lo que posibilita el estudio y el cumplimiento de la Torá por los hombres, es la mujer la que perpetúa el judaísmo a través de la educación de sus hijos. Antes de la entrega de la Torá, D-os curó todos los defectos físicos de los integrantes del pueblo tales como ceguera y sordera, porque tenían que estar en pleno uso de sus facultades para aceptar la Torá, de lo contrario la experiencia sería incompleta porque algunos de los presentes no oirían o no verían a la Providencia Divina -Shejiná.
La Torá fue revelada en el año 2.448 aún cuando ella ya existía antes de la creación del mundo, ya que es el plano que D-os utilizó para crearlo. Los sabios nos enseñan que nuestros patriarcas y matriarcas estudiaron y cumplieron los mandamientos de la Torá. Cuál fue entonces la revelación en el Monte Sinaí? El Midrash responde a esta pregunta con una parábola: un rey declaró una vez, que los romanos habían prohibido descender a Siria y los sirios no podían ascender a Roma pero después de un tiempo el decreto fue anulado y el rey anunció que él personalmente iniciaría el cambio. Esto es similar a los acontecimientos previos a la entrega de la Torá: "Los cielos son la morada de D-os, mas la tierra El la dio a los hombres". Existía una separación entre el cielo y la tierra. durante la revelación, el decreto fue anulado y se estableció una conexión entre el cielo y la tierra. Los cielos simbolizan la espiritualidad y la divinidad, la tierra simboliza los aspectos materiales y corporales de nuestra vida. Antes de la revelación no existía la posibilidad de conectar lo físico con lo espiritual. Existía una brecha insalvable entre ambos. La grandeza de la revelación del Sinaí fue la anulación de esta brecha dándonos la oportunidad de unir el mundo físico con D-os.
La Torá fue entregada en el tercer mes -Sivan- a un pueblo formado por tres partes: Cohén, Leví e Israel, a través de Moshé, tercer hijo después de Miriam y Aharón, luego de tres días en que los hombres se mantuvieron separados de las mujeres. El Talmud explica que el número 3 representa la verdadera unidad, unión de dos cosas que forman una tercera que las trasciende, la Torá representa la unidad entre el hombre y D-os, entre el mundo y D-os. A diferencia de otros credos en los cuales las enseñanzas son entregadas a una sola persona quien luego las divulga, la entrega de la Torá fue presenciada por 600.000 testigos en un evento histórico particular en el cual B´nei Israel no sólo oyó la voz de D-os sino que pudieron ver también las ondas sonoras mientras emergían. En Matán Torá fue entregada la totalidad de la Torá tanto la parte escrita -Torá Shebijtav- como la parte de la Torá Oral -Torá Shebealpé- que es la parte revelada y la parte esotérica. La parte revelada de la Torá fue entonces oculta en un primer momento ya que los Diez Mandamientos están formados por 620 letras que aluden a las 620 mitzvot: 613 mitzvot de la Torá más 7 mitzvot instituídas por las Autoridades Rabínicas (Recitación del Halel en ocasiones especiales, Lectura de Megilat Esther en Purim, Luces de Janucá, Velas de Shabat, Lavado de las manos antes de comer pan, Bendiciones antes de comer y el precepto de "Eruv" para permitir ciertas acciones en Shabat y en las fiestas). Ambos tipos de preceptos forman el Keter Torá -Corona de la Torá- cuyo valor numérico es de 620. En aquella ocasión la parte oculta fue percibida, tal como ocurrirá de nuevo cuando llegue el Mashiaj. La palabra Torá viene de Horaá que significa enseñanza, la Torá es el código de vida del pueblo de Israel que tiene como compromiso cumplirla. Fue entregada hace más de 35 siglos y se hace obvio el aporte que ha implicado para toda la humanidad. Los siete preceptos de Noaj: Creer en un D-os único, no blasfemar, no robar, no matar, no cometer actos inmorales, no ser crueles con los animales, vivir en países con ordenamiento jurídicos establecidos, deben ser cumplidos por toda la humanidad. Las 613 mitzvot, contenidas en los Diez Mandamientos deben ser cumplidas por los judíos, estos son: Creencia en un D-os único, prohibición de adorar a otros dioses, de usar el hombre de D-os en vano, guardar y respetar el Shabat, honrar al padre y a la madre, no matar, no cometer adulterio, no robar, no prestar falso testimonio, no envidiar lo ajeno. Los cinco primeros mandamientos hacen referencia a la relación del hombre con D-os; los otros cinco regulan las relaciones entre el hombre y su prójimo y en ello no se incluye el nombre de D-os.
Los días anteriores al recibimiento de la Torá fueron días de preparación espiritual focalizados en el desarrollo de las actitudes "midot", conducta educada y decente para poder ser recipiente adecuado para la misma. La Torá es divina y eterna. El modo de vida judío en su totalidad está contenido en ella, nada humano le es ajeno y ha sido secreto de nuestra existencia y sobrevivencia a lo largo de todas las generaciones. [regreso al índice]
Los Diez Mandamientos y las leyes civiles y penales a las cuales se refiere esta Parashá así como todas las 613 mitzvot fueron dadas por D-os en el Monte Sinaí y tienen el carácter de permanencia y eternidad propia de las Leyes Divinas. Las leyes contenidas en la Torá indicativas del modo de vida judío no se precian de ser originales, pero sí tienen la particularidad que no poseen otras leyes ya que derivan de una autoridad sobrehumana, del Creador del Universo, y por tanto conocedor a plenitud de la naturaleza del hombre. En el judaísmo el bien y el mal no son determinados por el hombre sino por D-os. Está claramente establecido lo que se debe hacer (248 mitzvot) y lo que no se debe hacer (365 mitzvot). Esa determinación no queda a juicio de los humanos. No es el hombre el que define según su opinión el bien y el mal, estos están definidos previamente. Lo que la persona puede hacer es elegir entre cumplirlas o no una vez que las conoce. La observancia o no de las leyes o preceptos no determina la condición del judío, quien lo es por esencia y no deja de serlo, sin que eso dependa de su elección. Las leyes en el judaísmo no sólo cumplen con las necesidades sociales de organización y de orden sino que tienden a perfeccionar al hombre en su crecimiento y desarrollo, no sólo procura la protección de la persona frente a los demás, sino también frente a sí misma. Las leyes fijan un sistema de justicia pero a la vez forjan la base moral y ética del individuo. No permiten que el hombre sea esclavo de sí mismo y de sus limitaciones. Las leyes judías tienen el carácter de ser siempre vigentes ya que no están sujetas a consideraciones subjetivas ni intelectuales, a épocas, modas o lugares determinados. Sólo se puede asegurar una moral apropiada si está basada en la Torá. La evidencia histórica del nazismo y otros episodios en la historia judía demuestran que no son los hombre los calificados para determinar el bien y el mal porque pueden llegar a la justificación de las acciones más abominables. La acción, la mitzvá en el judaísmo, tiene un lugar central. El pueblo de Israel es el pueblo que en el Sinaí dijo "Naasé Venishmá" -haremos y luego entenderemos- (estudiaremos). La acción produce sus efectos aún cuando no la comprendamos racionalmente ni sean inmediatamente visibles. Están dirigidas no sólo al perfeccionamiento individual sino también al mejoramiento y elevación de este mundo en general. No es suficiente "sentirse judío" ya que no alcanza la intención de sentirse judío sin actuar como tal, es como mostrarse ante otros como persona decente pero sin actuar decentemente. Los preceptos tanto de hacer como de no hacer se dividen en tres grandes categorías: Edut -testimonios- preceptos que rememoran eventos pasados como el Shabat que es testimonio de la Creación del mundo y de la salida de Egipto, así como Pésaj y Sucot; Mishpatim -leyes- los que tienden a manterner un mundo civilizado y son propias de la naturaleza humana, por ejemplo no matar, no robar; y Juquim -leyes- decretos, son aquellos ordenados por D-os sin que tengan explicación desde el punto de vista lógico o racional como por ejemplo: Cashrut, Shatnez. Los diferentes tipos de preceptos deben ser cumplidos por igual, no porque nos parezca más o menos lógicos sino porque nos son ordenados por D-os para nuestro bien aún cuando a veces no tengamos la capacidad de entenderlos. Para realizar una acción prescrita no es necesario que previamente la comprendamos a perfección, hacerlo, sería como ponerse en la situación de una persona que hasta tanto no entienda a cabalidad todos los complicados mecanismos de digestión y descomposición de los alimentos, decidiera no comer -si lo hiciera así- se debilitaría y le sería imposible entender el mecanismo. Si en cambio come, el mismo acto de comer le ayuda a la comprensión de la totalidad. La acción tiene una dimensión insustituible, lo mismo sucede con el ejercicio de Torá y Mitzvot. Existe para cada mitzvá de la Torá Escrita información relevante para su correcto cumplimiento en la Torá Oral. La revelación de la Torá en el Monte Sinaí configura el puente de unión entre D-os y el hombre y permite que la persona mediante su acción pueda convertirse en socio de la Creación. [regreso al índice]
D-os ordena a Moshé la construcción del Mishcán, primer santuario móvil en el desierto, con la contribución de todos los judíos. El Santuario simboliza la presencia divina. Cuando D-os ordena su construcción dice: "Me harán un Santuario y moraré en ellos", utilizando el plural para indicar que habitará en cada uno de los judíos y no sólo en el Santuario, caso en el cual sería expresado en singular. La presencia divina mora en cada alma, y aún cuando físicamente no esté representada en una construcción siempre acompaña a la persona. Los quince materiales utilizados en la construcción del Mischcán fueron seleccionados por D-os, cada uno relacionado con algún mérito, o para elevar determinada condición del pueblo judío. Entre los materiales se pueden mencionar: oro, plata, cobre, seda, lana azul, mármol y madera entre otros. El Santuario y sus componentes son la representación en un microcosmos de todo el universo, lo cual crea un paralelo entre la grandeza del universo y la del Mishcán y su construcción. Las cortinas superiores e inferiores equivalen al cielo y la tierra; el agua del Kiyor al agua en el universo; el altar en el cual se hacían los sacrificios equivale a los animales; otro altar representa a todas las demás especies; el candelabro simboliza el sol y la luna y sus siete brazos las constelaciones que aluden a todos los eventos naturales que suceden en el universo: "Siv´a a Kojvai Lejet". También existe un paralelísmo entre la estructura del Mischcán y sus componentes, con el cuerpo humano y sus órganos. El arca -Arón- que contenía las Tablas de la Ley se corresponde con el corazón, los ángeles que estaban encima del arca, a los pulmones, la Mesa simboliza el estómago; el candelabro -Menorá- a la mente humana y así sucesivamente. De todos los elementos del Santuario, el arca fue lo primero que se construyó, porque representa la Torá. Así como la Torá precede a la creación, así el Arón fue hecho antes de los demás elementos. Betzalel fue el constructor del Mischcán. La mesa era una estructura vertical con doce compartimientos que contenían los doce panes horneados cada viernes y que se mantenían frescos hasta el viernes siguiente.
La Menorá o candelabro es descrita en todos sus detalles como la orden de fabricarlo, el material a usar, su forma, peso, tamaño, ubicación, consagración, modo de encendido y mantenimiento de las luces. Fue realizado de una sola pieza de oro macizo. El número siete representa la perfección del mundo físico. Todo el universo fue creado en seis días y descansando el séptimo día, D-os completó y perfeccionó su Creación dándole a todo un propósito central. Los siete brazos de la Menorá equivalen a los siete días de la Creación y derivan de una sola fuente que es la Unidad. La Menorá representa la fe del judío quien no ve los poderes del universo como entidades separadas sino como brazos de una totalidad, lo cual implica que D-os es fuente de todos los poderes y fuerzas. Las treinta y nueve actividades necesarias para la construcción del Tabernáculo comprenden todas las áreas de actividad humana existente y son las que conforman los 39 actividades que no pueden ser realizadas en Shabat.
El Mishcán fue erigido en el año 2.449 desde la Creación en el calendario judío y 1.312 a.e.c. del calendario gregoriano. Desde la construcción del Santuario y por 479 años, hasta la construcción del Primer Templo, el Arón HaKodesh -Arca Sagrada- fue guardada en el Mishcán. Los Leviim transportaron el Arca por 39 años en el desierto. Al llegar a Israel estuvo en: Gilgal por 14 años, en Shilo por 369 años, en Nov por 13 y en Giveon por 44 años. La inauguración del Templo fue en el año 2.928 del calendario judío. [regreso al índice]
En esta Parashá D-os ordena la utilización del aceite de oliva para el encendido de la Menorá -Candelabro del Santuario- el mismo que se utilizará posteriormente en el Bet Hamikdash -Templo. El aceite era aportado por toda la comunidad. Se utilizaba el aceite de mayor pureza que se obtiene con las primeras gotas extraídas de las aceitunas. El Talmud nos explica que ese aceite representa la pureza del estilo de vida basado en la Torá como expresión divina, representa la luz interior, la espiritualidad y testimonio de la Presencia Divina en el mundo. Un milagro especial ocurría en relación a una de las luces de la Menorá "ner maaraví", aún cuando se le ponía la misma cantidad de aceite que a todas las demás luces esta permanecía prendida por mucho más tiempo. Cuando el Cohén limpiaba por las mañanas encontraba encendida esta luz y con ella prendía por la tarde todas las demás. Esto fue indicación de la presencia de la Shejiná -Providencia Divina- y duró hasta la muerte de Shimón HaTzadik -Simon el Justo.
Aharón y sus cuatro hijos: Nadav, Avihú, Eleazar e Itamar fueron escogidos por Hashem para ser Cohanim -Sacerdotes. Aharón, hermano de Moshé es el primer Cohén Gadol. Moshé en cambio, quien estaba supuesto a ser Cohén es designado por D-os como Levita por su negativa en un primer momento a ir a Egipto y liderizar a B´nei Israel cuando D-os se lo ordenó.
Los sacerdotes tenían que usar vestiduras especiales para el servicio en el Santuario. Todas estaban hechas de lino blanco y constaban de una camisa, pantalones, cinturón y turbante. El Cohén Gadol además usaba las llamadas vestimentas de oro pectoral -efod, manto y tzitz -banda de la cabeza. El Cohén Gadol se ponía ocho vestimentas en total, número que representa un nivel de trascendencia, de conexión con lo extramundano. Cada prenda de vestir estaba relacionada con la expiación de las distintas faltas que pudieran ser cometidas por el pueblo. Estas vestimentas tenían un profundo significado místico y espiritual y por tanto debían ser elaboradas según las instrucciones sagradas y por personas sabias conocedoras de la Torá. El pectoral estaba formado por doce cuadros, cada uno con una piedra preciosa que representaba a cada una de las distintas Tribus. Las letras de los nombres de Abraham, Itzjak, Yaacov, y Shivtai Yeshurún, estaban distribuídas de tal modo que en cada piedra preciosa había seis letras, lo que totalizaba todo el alfabeto que era necesario para la combinación de los mensajes de "Urim ve Tumim". Las matriarcas estaban representadas en las cuatro filas. Las seis letras en cada Tribu simbolizaban la creación del mundo en seis días. El total de letras -72- corresponden a las 72 letras que componen el nombre de D-os y que sostuvieron la creación durante la formación del mundo. A la vez están relacionadas con el Pasuk "Olam Jesed Yibané": el mundo se sostiene en base a la bondad y misericordia -jesed- que también tiene el valor numérico de 72. Los Urim ve Tumim eran pergaminos en los cuales Moshé había escrito las 72 letras del nombre de D-os y que hacían que el pectoral se alumbrara para dar respuesta a través de las distintas combinaciones de letras a las consultas o decisiones que afectaban a todo el pueblo de Israel o un Tribunal -Beit Din- para la obtención de una sentencia definitiva. Estas vestimentas utilizadas por Aharón y luego por el Cohén Hagadol en el Templo fueron las mismas que se llevó Nabucodonosor a Babilonia como botín después de la destrucción del Primer Templo. Son las que el Rey Ajashverosh -Asuero- se puso en el festín que daba para consolidar su poderío y del cual surge toda la historia de Purím que celebramos el 13 de Adar. [regreso al índice]
D-os ordena a Moshé que cuente al pueblo de Israel. Este es el tercer censo que se realiza al día siguiente de Yom Kipur después del pecado del becero de oro, en el primer año de su estadía en el desierto. El primer censo fue realizado cuando Yaacov y su familia compuesta de setenta personas bajaron a Egipto. El segundo se realizó cuando los judíos salieron de Egipto y eran 600.000 los varones mayores de 20 años. El método seguido para el conteo era el de la entrega del medio "shékel".
D-os advierte a Moshé que el conteo no puede hacerse en forma directa, lo que nos enseña que cada persona tiene su propio valor y además que ninguna persona está completa si está sola. Solo se puede lograr la espiritualidad y hermandad cuando se coopera y se une con los demás.
Después de la entrega de la Torá Moshé permaneció 40 días estudiando Torá directamente de Hashem. Sólo al completarse ese período fue premiado con la habilidad de retener todo lo que había aprendido. Las dos tablas de la ley sobre las cuales estaban tallados los Diez Mandamientos, eran de safiro azul. Los mandamientos podían ser leídos de ambos lados y las letras "mem" y "samej" que tienen forma de cuadrado y círculo sin puntos de apoyo en su zona central, se sostenían milagrosamente sin caerse.
El becerro de oro fue realizado por los hijos de Bilam -connotado brujo egipcio- cuando el pueblo por error en el conteo de los cuarenta días pensó que Moshé no regresaría. La iniciativa para su elaboración fue del llamado "airev rav" que era la multitud de egipcios que acompañaron a los judíos en el éxodo de Egipto. Las mujeres no contribuyeron con la realización del becerro de oro pero sí lo hicieron al dar sus joyas para la construcción del Santuario que comenzó poco tiempo después. Por esta actitud sobrevivieron hasta la llegada a Eretz Israel y además por su mérito les fue dedicada la festividad de Rosh Jodesh -principio del mes- durante la cual existe la costumbre de que las mujeres se abstengan de trabajar. [regreso al índice]
Con la lectura esta semana de dos Parashiot (llamadas mejubarot -unidas-) se finaliza el libro de Shmot -Exodo. Ambas hacen referencia a la transmisión de la orden de construcción del Santuario que da Moshé al pueblo. Anteriormente, en Terumá y Tetzavé se hizo referencia a la orden de D-os dada a Moshé en relación al Santuario y a sus componentes así como a las vestimentas de los Sacerdotes. Aún cuando los acontecimientos referidos al becerro de oro, relatados en Ki Tisá -Censo- se interponen entre ambas Parashot, la orden de ejecución sobre la construcción del Santuario igualmente se cumple y la Providencia Divina se posa sobre el mismo.
Cuando el pueblo de Israel, acepta la Torá diciendo "naasé venishmá" -haremos y luego entenderemos- adquiere el nivel de Adam antes del pecado lo que los hace inmortales. Luego del pecado del becerro de oro la Presencia Divina se aleja y de nuevo pasan a ser mortales. El pecado del becerro de oro, primero del pueblo de Israel, evidencia que aún a partir de los comienzos de nuestra historia como pueblo existieron grupos que distorsionaron el verdadero sentido de la Torá, sin negar ni rechazar su judaísmo, tal como sucede a lo largo de la historia hasta nuestros días. Las "reinterpretaciones", supuestas modernizaciones, innovaciones y modificaciones de los elementos esenciales del judaísmo con la excusa de hacerlo más atractivo o confortable, producen una falacia. El contenido espiritual y transcendente del judaísmo, centrado en la divinidad de la Torá como premisa central tiene carácter de permanencia y eternidad no sujeto a modas, opiniones o nuevas morales. No necesita ser actualizado y puede ser ejercido en cualquier lugar del mundo. Los métodos de transmisión de la tradición de generación a generación, la explicación adecuada sobre los significados, contenido y acción judía, forman una sólida identidad que no requiere de simples modificaciones rituales para hacer parecer el judaísmo más entretenido. Vivir el judaísmo como se ha hecho desde hace miles de años tiene sentido y propósito. El ejercicio de esa particularidad y la historia que nos ilustra la corta vida de todos aquellos movimientos, tendencias y sectas modernizantes, hace que entendamos que si las excusas de progreso intelectual o el avance científico, sirven para distraernos del propósito central de trascendencia que por medio de acciones específicas nos lleva a cumplir con nuestra misión de traer la paz al mundo, sin cometer el error de caer en idolatría.
La tribu de Leví, los Tzadikim -piadosos- y los Nesiim -líderes- no contribuyeron para la realización del becerro de oro. En Parashat Vayakehel Moshé reune al pueblo y lo instruye sobre el Shabat como día de descanso dedicado a D-os. Día en que Hashem, luego de finalizar la Creación dedicó a armonizar su obra y contemplarla en su totalidad. Aún las labores del Mishcán fueron interrumpidas en Shabat lo cual evidencia su importancia y el carácter testimonial que tiene como prueba en la creencia en D-os. Moshé, esta vez en su rol de recaudador pide a cada uno de los miembros del pueblo su contribución voluntaria para la construcción del Tabernáculo. A pesar de la disposición y el entusiasmo inicial, en diversas oportunidades privó la adhesión a las posesiones materiales de las cuales las personas no se querían desprender. Sin embargo, la insistencia de Moshé como recaudador de fondos estaba en la calidad y no la cantidad, en la voluntariedad y la disposición para dar, a diferencia de los métodos de presión y a veces de coerción que se utilizan hoy en día para el logro de las metas estipuladas. Sin embargo es necesario recalcar que existía una contribución obligatoria igual para todos los judíos -medio shekel- para asegurar el funcionamiento básico, solo las contribuciones para el embellecimiento y glorificación del Tabernáculo eran dejadas a la discreción individual. Moshé, en Parashá Pikudei rinde cuenta de la recaudación obtenida en oro, plata y cobre para la construcción del Tabernáculo y los objetos sagrados. Dicen nuestros sabios que no pueden haber bendición en las cosas que pueden ser contadas, medidas o numeradas, sino en aquellas que no están a la vista. [regreso al índice]
LIBRO VAYIKRA: LEVITICO
Esta semana comienza la lectura del tercer libro de la Torá, que marca la mitad del Pentateuco. Comúnmente se traduce como "Levítico" aún cuando su traducción literal es la que encabeza esta Parashá que lleva el mismo nombre: "Y llamó". Este libro a diferencia de los anteriores, Bereshit -Génesis- y Shmot -Exodo- que tenían un carácter básicamente narrativo, contiene una gran cantidad de Leyes -Halajot- y Preceptos -Mitzvot- relacionados con las ofrendas, pureza, festividades y otras prescripciones éticas. Cuando el niño judío a los tres años empieza oficialmente su estudio judaico (entrada al Jéder) lo hace a partir de Vayikrá. La primera palabra de este libro -Vayikrá, termina con una letra alef más pequeña que el resto de las letras que la forman. El verso "Vayikrá et Moshé" hace referencia al llamado especial que le hace D-os a Moshé para que entre al Mishcán. Sin embargo Moshé con la humildad que lo caracterizaba pidió a D-os que se redujera esa letra porque consideraba que no era apropiado que D-os en su grandeza hiciera una deferencia tan especial en llamarlo.
El servicio a D-os en el Santuario móvil del desierto comenzó el primero de Nisán. Ese mes es el primero del año y el conteo de todos los demás meses se hace en relación a éste tal como el conteo de los dias se hace en relación al Shabat. El primero de Nisán es uno de los cuatro años nuevos y lo es con respecto a cinco aspectos: conteo de los años de reinado de los Reyes de Israel, cálculo de los años bisiestos, conteo de los meses para las Fiestas de Peregrinaje y para la entrega del "shékel". El estudio de las leyes relativas a las ofrendas -korbanot- a los que se refiere esta Parashá tiene importancia aún en la actualidad porque se volverán a practicar cuando sea construído el Tercer Templo.
Existían cinco tipos principales de sacrificios que podían ser ofrecidos por el individuo: Olá, consumido totalmente por el fueto del altar; Minjá, a diferencia de los demás que consistían de animales, tenía el caráctrer de regalo y era de harina; Shlamim, forma de expresar agradecimiento a Hashem en ocasiones alegres; Jatat, ofrecidos para expiar algunos pecados cometidos sin intención y Asham, presentado como penitencia por la comisión de algunos actos impropios. Sólo tres animales casher podían ser ofrecidos como sacrificios: el buey, la oveja y el carnero, todos ellos animales que pueden ser cazados por otro. Ningún tipo de pez podía ser llevado al altar para ser sacrificado. Los pollos no eran aceptados como ofrendas. El equivalente actual de los sacrificios son las plegarias que sustituyen a los tres sacrificios diarios. Esta es la manera de acercarse a D-os ya que a través de las letras del alfabeto hebreo que son sagradas se produce la comunicación espiritual. Es una línea directa de la persona con D-os a quien puede pedir ayuda porque reconoce que está en todas partes y es Creador Absoluto de todo lo existente. [regreso al índice]
Las ofrendas descritas en esta Parashá son aquellas que especialmente tenían que ofrecer los Cohanim -Sacerdotes- y por eso comienza cuando D-os le dice a Moshé: "Ordena a Aharón y a sus hijos...". Estas ofrendas eran para expiar el pecado del becerro de oro ocurrido antes de la construcción del Mishcán -Santuario- en el cual había participado Aharón. El Cohén Gadol tenía la obligación de ofrecer un sacrificio diario de sus propios recursos lo cual nos enseña que primero la persona tiene que mejorarse a sí misma para después poder guiar a las demás. El Cohén pedía perdón a D-os por los pecados cometidos por el pueblo pero del mismo modo tenía que pedir primero perdón por sus propios actos. El sacrificio del Sacerdote incentivaba al resto del pueblo a presentar sus ofrendas sin avergonzarse por sus pecados. La ofrenda del Cohén estaba compuesta por aceite y harina como la traída por aquellos que tenían recursos escasos, para que de ese modo no se avergonzaran. La ofrenda de agradecimiento -Hashlamei Todá- era presentada por aquellas personas que se habían salvado de un peligro. En la actualidad se reemplaza por Bircat Hagomel -bendición que se hace durante la lectura de la Torá. Esta escrito que en el futuro serán eliminadas todas las ofrendas menos la de agradecimiento ya que el hombre dejará de pecar pero deberá seguir agradeciendo por su buena fortuna.
Se prohibe comer la grasa animal sin que pase por el proceso de Nikur -limpieza de las grasas prohibidas. En el judaísmo no se permite el consumo de sangre animal ya que se considera que esta es la esencia de la vida. La importancia del desarrollo de las cualidades de sensibilidad, bondad y compasión en la persona hace que exista esa prohibición. Lo físico actúa sobre la esencia espiritual de la misma influyendo en su desarrollo. La interrelación entre cuerpo y alma se hace perceptible en las enfermedades ya que el estado de ánimo influye sobre el organismo causándole una enfermedad física y a la inversa, el malestar físico provoca cambios en el estado de ánimo, lo que en realidad confirma que no existe dualidad mente-cuerpo sino que el hombre es una unidad.
El alimento se convierte en carne y sangre de la persona que lo ingiere. El pueblo judío fue instruido con la revelación de D-os que en los alimentos prohibidos existe una fuerza negativa que se ejerce sobre el alma espiritual y por eso le ordenó evitar su consumo.
Pésaj es la primera de las Fiestas de Peregrinaje y las otras dos: Shavuot y Sucot, son consecuencia y continuación de ésta. La primera vez que fue ofrecido el sacrificio de Pésaj -Korbán Pésaj- sucedió cuando D-os ordenó al pueblo judío tomar un carnero que significaba una deidad en Egipto, tenerlo en sus casas desde el 10 al 14 de Nisán y posteriormente sacrificarlo para manifestar públicamente su fe en el D-os único y negar la idolatría, no sólo en su corazón sino también públicamente. Posteriormente al existir el Beit Hamikdash, de todas partes del país y del mundo llegaban los judíos para ofrecer el sacrificio pascual que sólo podía hacerse en el Templo de Jerusalem. El el Séder de Pésaj se rememora esa ofrenda con el "zroa" -cuello o ala de pollo asado directamente al fuego siendo el único de los elementos que no se ingiere y que se coloca en la Keará -Plato de Pésaj. [regreso al índice]
Las dos Parashiot (mejubarot -unidas) que se leen esta semana hacen referencia a las leyes de pureza e impureza de la mujer que concibiere y a aquellas relativas a quienes contraían "tzorá" -especie de lepra- por la comisión de ciertos pecados. Se describen los distintos tipos de lepra y el proceso de purificación que se deben hacer al haber sufrido esta aflicción.
A simple vista pareciera que la lepra connota únicamente impureza, es decir lo negativo, pero no es así. No tan sólo alude desorden y mala condición de la piel, sino también puede verse lo positivo en su esencia. Incluso Mashíaj al estar en el Galut -exilio- varias veces es denominado como leproso por el Talmud, como está descrito: "Mashíaj sufre por nuestras acciones y nuestras enfermedades son de él". Siendo obvio el hecho de que Mashíaj no connota mal de ninguna forma. Mashíaj como sabemos, existe en cada generación y por lo tanto debe pasar por todos los sufrimientos del exilio junto a Am Israel. De qué manera sufre Mashíaj? Lepra, como aclara Jasidut, es la situación que afecta la piel del cuerpo, es una infección de la capa externa que no se relaciona de ningún modo con los órganos internos. En resumen, la lepra representa a una persona que internamente está refinada e intacta y lo único que le falta es purificar su cáscara exterior. En el caso de Mashíaj la "cáscara" consiste de todas las debilidades de los judíos. Y en nuestras manos cae el deber de purificarnos para que el Mashíaj pueda liberarnos del Galut. Según lo antedicho es muy obvia la relación entre la Metzorá -lepra- y Mashíaj, por lo cual se entiende que las leyes están relacionadas con el proceso de la revelación de Mashíaj y el proceso de refinamiento por el cual los judíos tienen que pasar en el momento de su revelación, pues Mashíaj espera impacientemente por el día en el cual su sufrimiento cesará y D-os traerá la redención final.
A partir de la segunda noche de Pésaj y hasta la víspera de Shavuot todas las noches se cuenta el Omer -ofrenda que se llevaba al Templo de Jerusalem. Cuando Moisés informó al pueblo judío de su liberación de la esclavitud también le dijo la finalidad de esa redención que era el recibimiento de la Torá en el Sinaí. Por ello inmediatamente después de la salida de Egipto los judíos empezaron a contar los días y las semanas a la espera del recibimiento de la ley divina. Estas siete semanas -cuarenta y nueve días- se considera un período de crecimiento espiritual. También señala el gran potencial para el cambio que tuvo el pueblo ya que pasó en un tiempo muy corto, de un nivel máximo de impureza cuando se encontraba en Egipto a uno de máxima pureza al recibir la Torá.
Se recalca la importancia de la concepción y de la maternidad. En los primeros cuarenta días de la concepción se decide el futuro de la persona. D-os determina su sexo, su salud, su grado de inteligencia, su apariencia y sus posibilidades físicas y mentales así como su destino. Lo único que no es decidido es si será buena persona -tzadik- o mala persona -rashá. El grado de su observancia de la Torá depende del esfuerzo que haga. Cuando el niño está en el vientre materno se le enseña toda la Torá, se le muestra una visión del Gan Edén -Paraíso- y del infierno -Guehinom- y el ángel encargado de ello le aconseja a ser un tzadik y no un rashá. Cuando el niño nace el ángel toca sus labios provocando el olvido de toda la Torá que haya aprendido. Sin embargo este conocimiento queda registrado a nivel subconsciente.
El bebé humano es el único de los animales que succiona de la parte superior del cuerpo de su madre -cerca de su cabeza- demostrándonos la atención que D-os dispensa a la dignidad y santidad -kedushá- del género humano. En el principio, el nacimiento se producía inmediatamente después de la concepción y sin dolor. La situación actual es producto del pecado cometido por Eva. Sin embargo en el futuro se volverá a la situación original tal como se prevé en la profecía de Yeshayahu -Isaias.
Generalmente se usa el término "tzorá" como lepra y "metzorá" como leprosos, pero debe tenerse en cuenta que se trata de un tipo especial de lepra mandada por D-os, que sólo afectaba a los judíos en tiempos del Beit Hamikdash -Templo. Existían algunas faltas o pecados (idolatría, blasfemia, inmoralidad, asesinato) por las cuales la persona podía ser atacada con la enfermedad de tzorá: "Lashón Hará" -hablar mal, chismosear- era considerado uno de los pecados más graves y aún lo es en nuestros días. De todos los órganos del cuerpo, la lengua es la que se mueve con menos dificultad y a mayor velocidad, por eso el pecado que se comete con mayor frecuencia es el de Lashón Hará. Debemos darnos cuenta que las palabras dichas no se evaporan sin antes dejar una marca que no puede ser borrada ni recogida. La lengua es un arma muy potente, lo hablado por una persona puede perjudicar a otra que se encuentre a gran distancia, incluso en otro continente, cosa que no puede hacer un revólver o un puñal, además el lashón hará liquida a tres personas simultáneamente: al que habla, al que escucha y aquel sobre el que se habla. Para ser salvados del chisme diariamente le pedimos a D-os en nuestras plegarias que impida que hablemos mal de otros. Cada persona debe ocuparse de sus propias fallas y limitaciones para superarlas. Las imperfecciones que uno ve en los demás generalmente son proyección de las propias. [regreso al índice]
Ocho -por encima de la naturaleza. Si colocamos vasos iguales, uno de ellos en el centro y el resto alrededor, el número de vasos que completarán el círculo alrededor del vaso central será siempre de seis. En esa formación hay siete vasos y no queda lugar siquiera para una pequeña copita, así será también con cualquier tamaño del círculo. Este hecho está explicado por los sabios de Israel de acuerdo a la regla que dice que el número siete enseña acerca del cierre del círculo en los ciclos de la naturaleza. El ordenamiento del tiempo en semanas que como se sabido fue fijado por el Creador y no por los seres humanos, también está compuesto por siete días cuyo centro es el Shabat. Después del Shabat no continuamos contando ocho y sucesivamente, sino que se vuelve a un principio para formar otro ciclo, un nuevo círculo. Ese ejemplo es uno de los tantos que expresan la perfección de la naturaleza -sistema formado por unidades de siete. Sabemos también acerca de la ley judía que obliga a descansar en el séptimo año del trabajo de la tierra, el campo, el huerto o la viña. A partir del séptimo año y al concluir la cuenta de siete años por siete veces consecutivas, completamos un sistema más amplio que abarca cuarenta y nueve años, después de los cuales será el año del "Iovel" -jubileo- que tiene muchas leyes particulares que lo regulan.
La inauguración del Tabernáculo duró siete días. El octavo día, primero de Nisán del año 2.449 después de la Creación se reveló la Presencia Divina y Aharón asumió por primera vez su función como Cohén Gadol. El número siete está relacionado con la naturaleza del mundo, con la parte exterior y limitada de la Creación. El número ocho en cambio expresa lo que está más allá del orden natural, muestra la revelación espiritual, la divinidad que está por encima de la naturaleza. Por ello sólo después de los siete días de consagración tuvieron los judíos el privilegio de presenciar la Gloria de D-os. Parashá Shminí comienza: "... y fue en el octavo día que llamó Moshé..." e inmediatamente surge la pregunta: por qué llama la Torá a ese día "el octavo día", si una vez que los siete días de consagración concluyeron la cuenta...? No debería comenzar el ciclo nuevamente ? La explicación concuerda con lo que se explicó anteriormente. Los siete días de consagración concluyeron cerrando el círculo. Más el día que los siguió, día en que se inauguró el Altar, no sólo no fue un día común sino que fue un dia de gran importancia. Eso significa que hay sucesos excepcionales en los que se revelan fuerzas que rompen con las limitaciones de la naturaleza y que están representadas en el número ocho. Por eso, al finalizar con la descripción de lo que sucedió en ese día la Torá relata (Lev.9:23): "... y se mostró la Gloria de D-os a todo el pueblo..." tan sólo en el octavo día. Después de los siete días de consagración tuvieron los hijos de Israel el privilegio de tener la revelación de la Presencia Divina que está por encima de la naturaleza.
Aharón es considerado como la personificación de la paz ya que la amaba y hacía todo lo que estuviera a su alcance para conseguirla. La primera palabra de la Parashá es Vayehí: y pasó. Para algunos de nuestros sabios cuando se usa este término, se alude a algún acontecimiento trágico como lo fue en este caso la muerte de dos de los hijos de Aharón: Nadav y Abihú, quienes poseían un alto nivel espiritual. Su muerte se produjo por exceso porque trataron de asumir una cercanía a D-os por encima de la permitida y por tanto fueron castigados con severidad aún cuando sus intenciones eran puras.
En Yom Kipur en la Lectura de la Torá -Ajarei Mot Vaykrá 16:7- se menciona también el fallecimiento de los hijos de Aharón haciendo un paralelo entre un tzadik y Yom Kipur. Así como el día de Yom Kipur expía nuestros errores y pecados trayendo perdón, así también el fallecimiento de un tzadik trae perdón a su comunidad.
D-os instruye a Aharón sobre algunas de las leyes que deben ser cumplidas por los cohanim entre las cuales se destacan la prohibición de estar en contacto con un cadáver, salvo que se trate de sus familiares más cercanos: padre, madre, hermanos, hijos o esposa. El Cohén tampoco podía hacer el Servicio en el Templo después de haber tomado alguna bebida alcohólica ya que la intoxicación produce sueño y disminución de la claridad mental. En la actualidad esta regla sigue vigente para aquellos que deben juzgar una decisión según la Halajá. El carácter de una persona puede ser evaluado según tres criterios: Bekosó -en su copa- observando sus hábitos en la bebida; Bekisó -en su bolsillo- al observar su forma de trabajar, negociar y dar tzedaká (caridad); y Bekaasó -al enojarse- según como maneje su enojo y temperamento.
En esta Parashá se establecen las señales que diferencian a los animales que son casher de aquellos que no lo son. Para que un animal sea considerado casher debe tener dos características: pezuña hendida (completamente) y ser rumiante. Existen cinco clases de animales que sólo tienen una de estas características, y por lo tanto no pueden ser ingeridos. Ellos son: el camello, el conejo, la liebre, los animales llamado sh´sua que son rumiantes pero que no tienen la pezuña hendida, y el cerdo que tiene la pezuña hendida pero no es rumiante. Los animales casher son: gacela, corzo, antílope, búfalo, cabra montés, gamuza, bisonte, toro, oveja, cabra, carnero, ciervo. Los peces casher son los que tienen aletas y escamas. La Torá lista 24 aves que no son casher entre las cuales se mencionan: águila, buitre, cisne, alcatraz, cigueña, cuervo, halcón, buho y gaviota. las demás a excepción de las listadas en la Torá pueden ser consumidas y entre ellas encontramos: pollo, gallina, gallo, pato, ganso y pavo. Todas las especies animales están mencionadas en la Torá. No hay ninguna especie que se haya descubierto con posterioridad. [regreso al índice]
Durante el período que se extiende de Pésaj hasta Shavuot (costumbre sefaradí) o hasta Rosh Hashaná para los ashkenazis, se lee cada Shabat antes del rezo de Mishná: "Pirkei Avot" -Etica de los Padres, uno de los tratados contenidos en el Tomo de Nezikim, uno a su vez de los seis que componen la Mishná. Contiene una serie de reglas, pensamientos, principios de conducta y aforismos atribuidos a sesenta sabios que vivieron hace aproximadamente 2.000 años (desde 330 a.e.c. hasta 200 e.c.) Los principios morales y éticos que se desprenden de estas enseñanzas difieren de aquellos expresados por sabios de otras naciones porque las del judaísmo están inspiradas en la Torá y por tanto no son el resultado de la reflexión, análisis o sabiduría personal como sucede con otros pueblos. Los preceptos de vida contenidos en Pirkei Avot se leen en esta época del año después del invierno, para canalizar las pasiones que renacen en primavera, a fin que la persona no tenga la impresión de que todo depende de ella y está bajo su poder. También se considera como parte de la preparación espiritual a la cual nos tenemos que dedicar en este período de "Sefirat HaOmer" -conteo del Omer- que culmina con el recibimiento de la Torá en Shavuot.
Después de la muerte -ajarei mot- de los hijos de Aharón, D-os instruye detalladamente a Moshé sobre el servicio especial y los sacrificios del día de Yom Kipur que sería llevado a cabo por Aharón en su carácter de Cohén Gadol, quien solo entraría al Kodesh HaKodashim -el lugar más santo del Templo- en esa única ocasión. Esta Parashá también explica que al ser Eretz Israel la tierra más santa del mundo, sus habitantes deben observar una conducta de alta moralidad pues de lo contrario la tierra los expulsaría y quedarían exilados. [regreso al índice]
D-os estipula el carácter de Santo -Kedoshim- del pueblo judío en su doble acepción, como santo en el sentido de los altos parámetros de moralidad que le son exigidos a través del cumplimiento de las mitzvot y como separados de los demás pueblos y de todas aquellas cosas que estén en contradicción con la Torá. Se advierte al pueblo judío que no debe emular a los demás pueblos. Aún en la actualidad debemos estar alerta a nuestro modo de vida observando los preceptos según nuestros cánones de restricción y moralidad porque tal como decía Rabí Schneur Salman de Liadi: "Todo lo que está prohibido no se permite, pero mucho de lo permitido no es esencial" por lo cual debemos en todo caso actuar con moderación y autenticidad.
El pueblo judío tiene un compromiso con D-os de actuar como modelo de ética y moral para las demás naciones, para demostrar en la práctica la posibilidad de una sociedad deseable. Ese compromiso no implica superioridad con respecto a los demás pueblos ni impunidad en las acciones, ni privilegios especiales, sino obligaciones y responsabilidades de aquellos que están destinados a servir al mundo, aportando una luz a las naciones como servidores, más no amos.
Parashiot Kedoshim, colmada de mitzvot -aproximadamente 70- fue transmitida a todo el pueblo reunido en Asamblea porque en ella se incluyen los preceptos equivalentes a los Diez Mandamientos y además principios fundamentales tales como "amarás a tu prójimo como a tí mismo" que consagra la unidad de la nación donde cada judío es considerado como parte del gran cuerpo que es el pueblo entero. También se incluyen leyes de prohibición de la idolatría de cualquier culto o filosofía que contradiga a la Torá, la prohibición de cruzar especies animales o realizar injertos de especies diferentes, la de usar shatnez -mezcla de lino y lana en la ropa, la de comer la fruta del árbol durante los primeros tres años -orlá- y la de dedicarse a ciencias ocultas -magia- entre muchas otras. Aún cuando se indica al pueblo que debe ser santo, es necesario advertir que nunca será como la santidad propia de D-os que es de carácter trascendente. En términos humanos la referencia a kedushá -santidad- alude a la búsqueda constante e interminable de niveles espirituales que conduzcan a la autenticidad de la persona en su conexión con D-os. [regreso al índice]
Moshé estableció que el estudio de las leyes relativas a cada una de las festividades debe comenzar treinta días antes de su celebración y continuar en el mismo Yom Tov. En esta Parashá además de establecer las mitzvot relativas a las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot (fiestas de peregrinaje a Jerusalem en tiempos del Templo) que son las tres festividades mencionadas en la Torá, se hace referencia también a Sefirat HaOmer y al Shabat. El Shabat, el único ritual que aparece en los Diez Mandamientos es el más mencionado en la Torá. Le son dedicados dos tomos del Talmud, dos del Shulján Aruj -código de leyes judías en 200 capítulos- y muchas otras referencias en el Midrash, Profetas y otros escritos.
El Judaísmo clásico no reconoce divisiones como las de Ortodoxos, Conservadores y Reformistas. Básicamente se habla de dos grupos, los que respetan Shabat -Shomer Shabat- y los profanadores del mismo -Mejalel Shabat, siendo la institución central del judaísmo. Los sabios asumen que quienes lo profanan lo hacen por ignorancia porque de lo contrario no renunciarían a este privilegio, a este regalo que D-os concedió al pueblo judío. Algunas personas proclaman que para ser "buen judío" basta con observar los Diez Mandamientos pero no se dan cuenta que si no observan el Shabat están dejando de cumplir uno de ellos. Además producen la contradicción de exigir el cumplimiento de determinado mandamiento a conveniencia, por ejemplo el de "Honra a tu padre y a tu madre" cuando al mismo tiempo no cumplen con el Shabat. Si no se cumple uno de los Mandamientos, en qué hay fundamento para exigir el cumplimiento de otro?
Shabat es el testimonio de dos eventos fundamentales: la creación del mundo por D-os y el éxodo de Egipto. Si una persona dice que cree en D-os pero no cree que El es el creador del mundo y todo lo que hay en él, esta persona no cree o no entiende realmente el concepto judío de D-os.
D-os además no es una abstracción, tiene injerencia directa en la vida de las personas y del pueblo cosa que quedó demostrada en el éxodo cuando El se reveló a todo un pueblo en un evento histórico único. El día de Shabat D-os no mandaba el Maná, sino que el pueblo recibía una doble ración el viernes -razón por la cual hasta el día de hoy ponemos dos Jalot en la mesa de Shabat- desde entonces y por más de tres mil años se observa fielmente el Shabat. Su concepto está ligado con el descanso de D-os después de haber terminado la Creación. Se podría pensar que muchas de las cosas prohibidas como encender una luz, marcar un teléfono o manejar un auto no requieren mayor esfuerzo, pero lo que es diferente es el sentido del descanso. D-os descansó cuando dejó de crear y de interferir en el mundo y lo mismo hacemos nosotros cuando en Shabat dejamos de ejercer nuestro poderío sobre la naturaleza. En Shabat en vez de seguir cambiando el mundo D-os armonizó con lo creado -armonía entre D-os y el universo que comparten quienes observan el Shabat, cuando no ejercen ningún acto de dominio sobre la naturaleza. Shabat le da a la persona la oportunidad de tener todo un día para hacer una mitzvá sin ningún esfuerzo al liberarla de la esclavitud de la actividad semanal dándole la posibilidad de estar en armonía y paz con el mundo. [regreso al índice]
A todo judío le corresponde estudiar Torá por igual. Nadie puede invocar derechos preferentes ni por el contrario sentirse exonerado de su estudio, pues la Torá es herencia de Israel y frente a ella todos tienen igualdad de responsabilidades. Sea cual fuere el nivel espiritual de la persona ésta tiene el potencial de revelar su conexión con la Torá para ejercerla en su vida diaria. Cuando los judíos estudian Torá la Shejiná desciende y el lugar es protegido, cosa que no sucede si en determinada ciudad no hay Talmidei Jajamim -estudiosos- quienes son considerados benefactores de la humanidad porque protegen al resto de las personas y a la vez garantizan la existencia contínua y la prosperidad del mundo. El nombre de la Parashá: Bejar -monte- hace referencia al Sinai, al mismo lugar en donde D-os entregó la Torá a Israel. Nuestros Sabios explican que D-os escogió esta montaña por ser más baja que las demás, lo que alude al atributo de humildad pero en vez de escoger un valle, eligió esa montaña porque es una elevación, la que también necesita tener la persona con su autoestima para poder enfrentar los retos y las pruebas espirituales. Poco antes de la entrada del pueblo judío a Israel, se le ordena guardar el séptimo año para el descanso de la tierra, un descanso dedicado a D-os después de seis años de trabajo: Año Sabático -Shmitá. Ese año el agricultor está libre del trabajo del campo y todas sus preocupaciones, su sustento en ese período deriva de la cosecha obtenida del sexto año que será duplicada y por tanto alcanzará para la manutención de la persona y su familia en el séptimo. El año sabático es un recordatorio para el ser humano de que todas sus propiedades, tierra, dinero, o casas son posesiones temporales que le son otorgadas por D-os para que sean utilizadas para el bien. Perder de vista esa temporalidad es no darse cuenta de la omnipotencia de D-os y su intervención en todos los acontecimientos del mundo y de las personas. Después de siete ciclos de años sabáticos, el Sanhedrín proclama el quincuagésimo año como el Año del Jubileo en el cual existía toda abstención de trabajo agrícola, al igual que el año anterior (el 49°). Se sonaba el Shofar para recordar la libertad de todos los esclavos judíos y además la devolución de todas las tierras a sus dueños originales.
El número siete tiene carácter especial para D-os, cosa que podemos observar en los siguientes ejemplos: el mundo se divide en siete regiones: Eretz, Adamá, Arká, Gal, Tziá, Neshiyá Taivail; y la última: Eretz Israel, que por su santidad es considerado el centro del mundo. Nuestros Sabios explican que el mundo se compone de un tercio de área habitada, un tercio de desierto y un tercio de océanos. Los tres primeros términos aluden a las áreas civilizadas, las siguientes a las desérticas. El séptimo día fue declarado santo -Shabat. El séptimo mes -Tishrei- es especial porque en él fue creado el mundo y cada año se juzga a toda la humanidad en esta fecha. De los patriarcas y fundadores del pueblo judío, el séptimo -Moshé- tuvo el mérito de recibir la Torá; de los siete hijos de Ishaí, el séptimo -David- fue elegido rey. [regreso al índice]
Con esta Parashá finaliza el tercer libro del Jumash. Se enumeran todas las bendiciones y recompensas que recibirá el pueblo de Israel si cumple estrictametne las mitzvot de la Torá, especialmente las que componen la categoría de Jukim -estatutos- aquellos que no tienen explicación racional pero que deben ser cumplidos porque son expresión de la Voluntad Divina, como por ejemplo el Cashrut.
También se enumeran las maldiciones, enfermedades, derrotas y exilios a los cuales serán sometidos los judíos cuando no cumplan con los preceptos que le son ordenados por la Torá. Se recalca el camino de la observancia de las mitzvot para que el pueblo judío pueda cumplir con su misión de elevar el nivel espiritual en el mundo tanto desde el punto de vista general como individual. [regreso al índice]
Continuación con el Libro Bamidbar

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