domingo, 10 de abril de 2016

(106) Benyito Pitú - Año: 1401. Suceso: comienza a construirse la...

(106) Benyito Pitú - Año: 1401. Suceso: comienza a construirse la...

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Benyito Pitú ha añadido una foto nueva al álbum Sobre arte: arquitectura.
Año: 1401.

Suceso: comienza a construirse la Catedral de Sevilla sobre el solar
que quedó tras la demolición de la antigua Mezquita Aljama.

- La
catedral de Santa María de la Sede de Sevilla es la catedral gótica
cristiana con mayor superficie del mundo. La Unesco la declaró en 1987,
junto al Real Alcázar y el Archivo de Indias, Patrimonio de la Humanidad
y, el 25 de julio de 2010, Bien de Valor Universal Excepcional. La
edificación se realizó en el solar que quedó tras la demolición de la
antigua Mezquita Aljama de Sevilla, de la cual se conservan el alminar
(la Giralda) y el Patio de los Naranjos. En 2008, la investigadora de la
Universidad de Cantabria, Begoña Alonso Ruiz, encontró el plano más
antiguo que se conoce de la Catedral de Sevilla en el Monasterio de
Bidaurreta de Oñate (Guipúzcoa), el cual fue realizado alrededor de
1490. Este plano ha aportado importantes datos sobre la construcción del
edificio.
El templo acoge los restos mortales de Cristóbal Colón y
de varios reyes de Castilla: Pedro I el Cruel, Fernando III el Santo y
el hijo de este, Alfonso X el Sabio.
La última obra de importancia
fue en 2008 y consistió en la sustitución de 576 sillares que
conformaban uno de los pilares que sustentan el templo, por nuevos
bloques de piedra de características similares pero con mucha mayor
resistencia. Este difícil trabajo fue posible gracias al empleo de
novedosos sistemas tecnológicos que demostraron que el edificio sufría
diariamente unas oscilaciones de 2 cm como consecuencia de la dilatación
de sus materiales.

Durante la administración musulmana, el
califa almohade Abu Yacub Jusuf ordenó la construcción de una gran
mezquita en Sevilla en los terrenos que actualmente ocupa la catedral.
Los trabajos se prolongaron entre abril de 1172 y marzo de 1198. Poseía
17 naves adornadas con arcos de herradura y un amplio patio. La actual
puerta del Perdón daba acceso al recinto. Tras la conquista de la ciudad
por los cristianos el 23 de noviembre de 1248, la mezquita mayor fue
consagrada, pasando a ser catedral de la archidiócesis con una Capilla
Real donde se enterraron monarcas y familiares.
Los cristianos
utilizaron durante más de 150 años el edificio musulmán. A partir de
1401 se pensó en un nuevo templo de formas totalmente cristianas, por lo
que con el pretexto de que la mezquita se encontraba en estado ruinoso,
se procedió a demolerla.
El cabildo catedralicio decidió en 1401
construir un nuevo templo, pues la antigua mezquita se encontraba mal
conservada después del terremoto ocurrido en 1356.
En 1507 tuvo
lugar la consagración del templo, aunque quedaron pendientes algunas
obras por concluir. Cuatro años después, falló uno de los enormes
pilares y se produjo un derrumbe que afectó al cimborio que cubría el
crucero, todo al parecer causado por el peso excesivo de la estructura.
El arquitecto Juan Gil de Hontañón, siguiendo el marco estilístico
inicial, diseñó una nueva cúpula que se completó en el año 1519. Este
cimborio se desplomó 370 años más tarde, el 1 de agosto de 1888,
volviéndose a reconstruir por el arquitecto Joaquín Fernández con igual
forma, tal como se ve en la actualidad.
En 2010 fue el monumento de
la ciudad que recibió mayor número de visitas, 1 305 000 personas, lo
que representa 7.76 % más que el año anterior. Más del 99 % de los
turistas que visitan Sevilla están interesados en conocer el templo. La
situación del edificio en la Avenida de la Constitución, principal vía
de acceso al centro histórico de la ciudad, había provocado en las
últimas décadas un notable deterioro fisicoquímico de la piedra que se
manifestaba por la existencia de densas costras negras en los muros y
portadas, como consecuencia de la intensa contaminación del entorno
producida por los gases expulsados por los vehículos.
La catedral
está construida con piedra de más de 20 canteras, siendo la mayoritaria
una calcarenita fosilífera de grano grueso procedente de las canteras de
la Sierra de San Cristóbal del Puerto de Santa María, en la Provincia
de Cádiz.
La Giralda es la torre y el campanario de la Catedral de
Sevilla. Destaca por su altura de 104 m, lo que la hace visible desde
gran parte de la ciudad. Su base cuadrada se sitúa a 7,12 m sobre el
nivel del mar, teniendo 13,61 m de lado. Fue construida a semejanza del
alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech (Marruecos). A raíz de un
terremoto ocurrido en 1365 se perdió la antigua esfera original de cobre
que la coronaba. En el siglo XVI, se añadió el cuerpo de campanas a
cargo del arquitecto Hernán Ruiz, que además fue encargado por el
cabildo catedralicio, para que el nuevo cuerpo tuviera un remate en
forma de estatua que representa La Fe. La estatua fue instalada en 1568.
La palabra giralda proviene de «girar» y significa «veleta de torre que
tiene figura humana o de animal». Con el paso del tiempo, ese nombre
pasó a denominar a la torre en su conjunto, comenzándose a conocer a la
figura que la corona como «el Giraldillo».
El Patio de los Naranjos
era primitivamente el patio de abluciones de la mezquita almohade. Su
forma es rectangular, midiendo 43 m por 81 m. Los lados menores estaban
originalmente constituidos por siete arcos gemelos y los mayores
contaban con trece arcos, formando dos tandas de seis con un gran arco
central. Las obras de construcción se realizaron entre 1172 y 1186.
Inicialmente se utilizó para las actividades típicas de los patios de
abluciones musulmanes (sahn). Tras la conquista de Sevilla por los
cristianos en 1248, se empleó como cementerio, celebración de las ferias
anuales de la ciudad y lugar de predicación. En la actualidad, el Patio
de los Naranjos es uno de los anexos más importantes de la Catedral de
Sevilla y está totalmente integrado en ella. A partir del siglo XV fue
perdiendo poco a poco su connotación cultural, siendo hoy un recinto sin
actividades religiosas.
La Iglesia del Sagrario es un templo
integrado en la catedral en junio de 1618 en estilo barroco. Se
encuentra ocupando la galería oeste del patio de los Naranjos, tiene
planta de cruz latina y el crucero está cubierto por una bóveda con
linterna. Consta de cuatro puertas: dos por el patio de los Naranjos,
una desde el interior de la catedral y otra que da directamente al
exterior. Su interior está ricamente decorado, destacando el retablo
mayor.
El exterior de la catedral presenta tres portadas en la
fachada de los pies, una en cada brazo del crucero y dos en la cabecera,
también presenta otra puerta que da al patio de los naranjos,
denominada del lagarto y otra que comunica con la iglesia del sagrario, y
finalmente la Puerta del Perdón, que es la puerta de acceso al patio de
los Naranjos desde la calle de los Alemanes. En la fachada oeste de los
pies se encuentra la Portada del Bautismo, es la situada más a la
izquierda, fue construida en el siglo XV, se encuentra decorada con la
representación del relieve del Bautizo de Cristo. También se encuentran
esculturas de los obispos de Sevilla, San Leandro y San Isidoro, de
Santa Justa y Rufina.
La Portada principal o de la Asunción, es la
situada en el centro de la fachada y permaneció sin realizarse hasta el
siglo XIX, cuando el cardenal Cienfuegos y Jovellanos encargó su
decoración escultórica, entre la que destacan las figuras de los
apóstoles.
La Portada de San Miguel o del Nacimiento, llamada así ya
que en la portada se incluye la representación del Nacimiento de
Cristo. Fue construida en el siglo XV y se encuentra decorada con
esculturas de terracota entre las que destacan las de San Laureano, San
Hermengildo y los cuatro evangelistas. Ésta es la vía de acceso actual
de las procesiones de Semana Santa al templo catedralicio en su
recorrido por la carrera oficial.
En la fachada del norte se encuentran:

Puerta de la Concepción (1895-1927), se abre sobre el patio de los
Naranjos, y fue construida imitando el estilo gótico para armonizar con
el resto del edificio.
Puerta del Lagarto, comunica con la parte
cubierta del Patio de los Naranjos, cuya galería recibe este nombre por
un lagarto colgado del techo con motivo de un antiguo exvoto, es la de
más simple decoración.
Puerta del Sagrario, da acceso desde dentro
de la catedral a la iglesia del Sagrario. En la parte alta se encuentra
una escultura representando a San Fernando, a un lado Santa Justa con
San Isidoro y al otro lado Santa Rufina con San Leandro.
Puerta del
Perdón. A principios del siglo XVI se realizaron obras, decorándola con
esculturas de terracota del escultor Miguel Perrin, destacando el gran
relieve de la Expulsión de los mercaderes sobre el arco de entrada.
En la fachada este de la cabecera encontramos:

Puerta de Palos, también llamada Puerta de la Adoración de los Magos,
por el relieve con este tema que se encuentra en su tímpano.
Puerta
de Campanillas, nombrado así porque en la época de su construcción era
desde donde se tocaban las campanillas para llamar a los obreros. Las
esculturas renacentistas, así como el relieve del tímpano que representa
La entrada de Cristo a Jerusalén, fueron realizados por Miguel Perrin a
principios del siglo XVI.
La catedral posee cinco naves que se
distribuyen, mirando hacia Levante. La nave central aloja dos
edificaciones: el Coro, flanqueado por grandes órganos; y la Capilla
Mayor rodeada por altas rejas. Entre ellas se sitúa el crucero, cuyas
bóvedas son las más altas del templo y alcanzan los 37 m de altura. Por
detrás del Coro se encuentra el Trascoro y en línea con todo lo anterior
la Capilla Real.
La Capilla Mayor, situada en la nave central, está
delimitada en los laterales y en el frontal por rejas de hierro dorado,
de estilo renacentista. El retablo de esta capilla constituye una de
las obras más destacadas de la historia del arte. Destaca la escultura
de un crucificado, denominado del Millón, obra gótica del siglo XV.

Los muros del presbiterio están decorados exteriormente por una serie
de esculturas de diversos santos en bulto redondo y barro cocido sobre
repisas y bajo doseles. El total de esculturas es de 59, las cuales
componen un conjunto de indudable belleza, aunque no pueden apreciarse
bien por la altura en que se hallan. Son esculturas de carácter gótico,
renacentistas y manieristas, resultado de la sucesión de artistas que
intervinieron en la ejecución. Destaca entre todas la Virgen del Reposo,
bella imagen de la Virgen con el Niño dormido sobre su pecho atribuida a
Miguel Perrin, la cual está situada enfrente a la reja de la capilla
Real y antaño tuvo gran devoción entre los sevillanos. La devoción se
difundió vinculada a la solicitud de las embarazadas por tener un buen
parto, apoyado en una vieja tradición según la cual cada día pasaba por
los pies de esta imagen de la Virgen un judío que diariamente recitaba
una ofensa contra la Virgen por ser origen de Jesús. Pese a ello se
produjo su conversión al cristianismo, y arrepentido por las anteriores
blasfemias contra la imagen de la Virgen, dedicó el resto de su vida a
difundir la devoción a la Virgen del Reposo, convencido de que había
sido el origen de su conversión y consecuente Salvación, por ello pasó a
ser considerada protectora de los partos de la Fe y simultáneamente de
los partos naturales, por ello se le conoció popularmente como Nuestra
Señora de Bienpariese, amparadora de los buenos partos.
El órgano
actual fue construido por Aquilino Amezua en el año de 1901 y restaurado
por Gerhard Grenzing en 1996. Sustituyó a otro más antiguo de Jordi
Bosch i Bernat que resultó destruido en el derrumbe de 1888 y estaba
considerado uno de los mejores órganos que se había construido en
España.
Las Capillas de los Alabastros se llaman así por el material
en el que están construidas. Son cuatro pequeñas capillas situadas en
los muros laterales del coro. Fueron realizadas a partir de 1515.

Capilla de la Inmaculada: fue por fin inaugurada el 8 de diciembre de
1631 y está considerada una obra de excepcional valor. Popularmente se
la conoce como La Cieguecita por su mirada baja con los párpados apenas
abiertos.
La Cieguecita está realizada en madera de cedro, mide 164
cm., y se trata de una Virgen niña con una larga melena que cae sobre
la espalda. Viste larga túnica ceñida con un cíngulo que simboliza su
doncellez y un manto sobre los hombros que se recoge con el brazo
izquierdo produciendo numerosos pliegues. La cabeza se adorna con una
corona de 12 estrellas que aluden a las doce tribus de Israel. En la
peana aparecen los rostros de tres ángeles sobre un dragón que
representa el pecado.
Capilla de la Encarnación: en el banco del
mismo existen relieves de San Juan Bautista, San Juan Evangelista, Santo
Domingo, San Francisco y San Antonio.
Capilla de la Virgen de la
Estrella: debe su nombre a una imagen renacentista de la Virgen que se
cree fue realizada por Nicolás de León en 1530.
La Capilla de San
Gregorio se llama así por una escultura de San Gregorio colocada en una
hornacina. El santo porta un libro en el que se encuentra la firma de su
autor Manuel García de Santiago (siglo XVII).
En cuanto a las capillas de la iglesia, podemos mencionar:

Capilla de San Pedro: en el muro izquierdo se encuentra el mausoleo del
Obispo de Sevilla, Diego de Deza, recordado por ser el gran defensor de
las teorías de Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos. El retablo de
esta capilla está dedicado a San Pedro. En el banco del retablo existen
diferentes escenas relacionadas con San Pedro, Cristo y San Pedro sobre
las aguas, Cristo entregando las llaves a San Pedro y San Pedro curando
al paralítico. En el primer cuerpo La Visión de San Pedro, San Pedro
Papa y El arrepentimiento de San Pedro. En el segundo cuerpo San Pedro
liberado por el ángel, La Inmaculada y Quo Vadis. En el ático aparece
una pintura del Padre Eterno,
Capilla Real de la Catedral de
Sevilla: hace las funciones de cabecera de la catedral. En dicha capilla
está ubicado el panteón con la urna de plata del rey San Fernando
realizada por Juan Laureano de Pina de estilo barroco, así como los
sepulcros de Alfonso X de Castilla y de su madre, la reina Beatriz de
Suabia. En la cripta de la Capilla Real están sepultados el rey Pedro I
de Castilla y su esposa, la reina María de Padilla, entre otros miembros
de la realeza. En un altar de esta cripta se encuentra la imagen de la
Virgen de las Batallas. En el retablo principal de la Capilla Real, del
siglo XVII, está colocada la imagen gótica de la Virgen de los Reyes,
patrona de la ciudad y de la archidiócesis de Sevilla.
Capilla de la
Concepción: sirvió primitivamente como lugar de enterramiento a los
caballeros que acompañaron a San Fernando en la conquista de Sevilla.
Actualmente sus restos se encuentran en el muro de la izquierda tras una
losa sepulcral con el escudo de armas de los Sepúlveda según diseño del
pintor Juan de Valdés Leal. En la reja de la capilla, terminada en
1668, también se puede contemplar el mismo escudo. En el muro derecho se
encuentra un sepulcro de mármol en estilo neogótico realizado en 1881,
en él está enterrado el que fuera arzobispo de Sevilla Cardenal
Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos, que estuvo al cargo de la
diócesis de Sevilla desde 1824 hasta su destierro en Alicante por
motivos políticos el 18 de febrero de 1836. Hasta 1810 estuvo expuesto
en esta capilla una de las mejores obras de Murillo, El nacimiento de la
Virgen. Este cuadro fue objeto de un robo perpetrado por el mariscal
francés Soult durante la Guerra de la Independencia y actualmente se
encuentra en el Museo del Louvre en París..
Capilla del Mariscal:
consta en total de 10 tablas. En el banco o parte inferior, a la
izquierda retratos de Diego Caballero, su hijo y su hermano Alonso, en
el centro Jesús entre los doctores, a la derecha retratos de Leonor de
Cabrera (esposa de Don Diego) y su hermana doña Mencia (esposa de
Alonso) con sus hijas. En el cuerpo principal la tabla central es La
Purificación de la Virgen, a su derecha Santo Domingo (arriba) y
Santiago en la batalla de Clavijo (abajo), a su izquierda La imposición
de la casulla a San Ildefonso (abajo) y La estigmatización de San
Francisco (arriba). En el ático La Resurrección y más arriba en el
remate El Calvario. La tabla principal también es conocida como la
Presentación de Jesús en el Templo. Según la ley de Moisés todos los
judíos debían consagrar a sus hijos en el templo, pero la parturienta se
consideraba impura y solo se le permitía la entrada en la Casa de Dios
40 días después del alumbramiento, por eso esta festividad se celebra 40
días después del 25 de diciembre, es decir, el 2 de febrero. La tabla
tiene unas dimensiones de 330 cm por 240 cm. En primer plano aparece un
invalido en el suelo que extiende su brazo mientras que un niño le
ofrece una fruta, detrás la Virgen y Simeón con el niño en brazos, una
serie de figuras femeninas envuelven la escena, cada una de ellas es una
alegoría de las diferentes virtudes de la Virgen. La figura de La
Caridad tiene dos niños en sus brazos, detrás La Templanza con una
jarra, La Justicia con una balanza, La Fortaleza con la cabeza de un
león en un broche, La Prudencia con un espejo, La Fe con una cruz en la
mano y La Esperanza que inclina la cabeza hacia arriba.
Capilla de
San Andrés: El elemento artístico más importante de este espacio es el
Cristo de la Clemencia (1603), una escultura de madera también llamado
Cristo de los Cálices, por el lugar en que antes se encontraba en la
catedral, es una obra cumbre de la escultura barroca. Tiene la
particularidad de estar unido a la cruz con 4 clavos en lugar de los 3
habituales. A la derecha se encuentran cuatro sepulcros góticos de gran
antigüedad que fueron realizados alrededor del año 1400. En ellos están
enterrados Alvar Pérez de Guzmán, su padre, su esposa, Elvira de Ayala y
su hijo. Cuelgan también dos cuadros de gran interés atribuidos a
Lucas Jordán que fueron pintados alrededor de 1700, en el primero se
representa El traslado del Arca de la Alianza y en el segundo El Cántico
de la profética María, es decir la escena en la que la hermana de
Moisés canta acompañada de otras mujeres israelitas en acción de gracias
por haber podido atravesar el Mar Rojo. En la parte superior está
colocada una copia del Martirio de San Andrés, el original se encuentra
en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Capilla de los Dolores: a
través de esta capilla se accede a la Sacristía de los Cálices, dentro
de sus elementos artísticos, destaca una imagen de la Virgen de los
Dolores situada en el banco del retablo. En el muro frontal se encuentra
el sepulcro del que fuera arzobispo de Sevilla y cardenal Marcelo
Spínola, el cual está representado en actitud de oración. En la parte
superior cuelga una soberbia pintura de Valdés Leal, se trata de Los
Desposorios de la Virgen y San José, fechada en 1657.63 Otros cuadros de
interés que adornan esta capilla son La Negación de San Pedro y El
Entierro de Cristo, obras francesas anónimas del siglo XVII, y Jacob
bendiciendo a sus hijos, pintura flamenca también del XVII.
Capilla
de la Virgen de la Antigua: según la leyenda, antes de la conquista de
Sevilla por los cristianos, un ángel condujo al Rey San Fernando al
interior de la mezquita principal de la ciudad, donde detrás de un muro
que se hizo transparente, pudo ver la imagen de la Virgen de la Antigua
que permanecía allí oculta desde hacía siglos. Pocos días después se
rindieron las fuerzas musulmanas y San Fernando entró triunfante en la
ciudad el 22 de diciembre de 1248. La capilla actual está presidida por
un retablo en cuyo centro hay una imagen pintada al fresco de la Virgen
de la Antigua, realizada según los historiadores en el siglo XV, sobre
un muro de la antigua mezquita que ocupaba el espacio de la actual
catedral. La Virgen sostiene a su hijo con la mano izquierda y con la
derecha una rosa, mientras que el Niño sujeta un pájaro. Sobre su cabeza
dos ángeles mantienen en el aire una corona que fue realizada en 1929
con motivo de la coronación canónica de la imagen y más arriba otro
ángel muestra la inscripción Ecce Maria venit. Otro elemento destacado
son las numerosas lámparas de plata del siglo XVIII que adornan la
capilla.
Capilla de San Hermenegildo: este fue el lugar elegido por
el Cardenal Juan de Cervantes para descansar eternamente. Lorenzo
Mercadante de Bretaña labró en 1458 el magnífico sepulcro gótico
realizado en alabastro blanco que persiste aún en la actualidad y
estampó su firma. En la parte frontal destaca el escudo de armas del
cardenal sostenido por ángeles, arriba la estatua yacente de un enorme
realismo sobre un catafalco.
Capilla de Santa Ana o del Cristo de
Maracaibo: en el banco del retablo aparecen distintas escenas de la
Pasión de Cristo, Flagelación, Camino del Calvario, Crucifixión,
Descendimiento y la Piedad. En el primer cuerpo pinturas de varios
santos que corresponden a Santiago el Mayor, San Blas, San Bartolomé,
San Nicolás y San Sebastián. En el segundo cuerpo dedicado a María están
representados San Juan Bautista, Santa Ana, La Virgen con el niño,
Santa Marta y San Miguel Arcángel.
Capilla de San Laureano: fue la
primera parte de la catedral que se construyó. Contiene el sepulcro del
arzobispo Alonso de Egea que fue enterrado en 1417, y el del Cardenal
Joaquín Lluch y Garriga fallecido en 1882. El retablo dedicado a San
Laureano es de autor desconocido, consta de dos cuerpos, en la hornacina
central se representa a San Laureano vestido de obispo con un cuchillo
en la mano que simboliza su martirio, a su derecha se representa al
Santo orando, y a la izquierda la aparición del ángel que le indicó que
partiera de Sevilla. La bóveda de la capilla fue decorada por Lucas
Valdés, pero estas pinturas se perdieron. Actualmente cuelgan cinco
cuadros de Matías de Arteaga y Alfaro realizadas entre 1700 y 1702 que
representan las siguientes escenas: La resurrección de un joven en
Marsella por intervención de San Laureano, San Laureano en Roma ante el
Papa Virgilio, La curación de un enfermo en Roma por la intervención de
San Laureano, El martirio de San Laureano, La entrega de la cabeza de
San Laureano al clero de Sevilla.
Capilla de San Isidoro: en su
interior se sitúa un retablo realizado por Bernardo Simón de Pineda con
esculturas de autor desconocido que representan a San Isidoro, San
Leandro, San Francisco y San Diego de Alcalá. La reja exterior fue
realizada en Amberes en 1660.
Capilla de los Jácomes: el nombre
procede del apellido de sus primitivos patrones, los Marqueses de
Tablantes, aunque también se la conoce por Capilla de Nuestra Señora de
las Angustias.
Capilla de San Antonio: es la Capilla Bautismal de la
catedral, en el centro se sitúa una magnífica pila bautismal
renacentista del siglo XVI realizada en mármol blanco. Al fondo
enmarcado por una moldura tallada de Bernardo Simón de Pineda, se
encuentra el cuadro La Visión de San Antonio. Esta obra de grandes
proporciones data de 1656 y es una de las creaciones cumbre de Murillo.
En la parte inferior del cuadro, San Antonio en medio de la penumbra con
los brazos extendidos dirige su mirada a la parte superior del lienzo
donde se representa al Niño Jesús en el centro de una intensa luz y
rodeado por nubes y numerosos ángeles. Este cuadro ha sufrido diversos
avatares a lo largo de la historia, en 1810 estuvo a punto de ser robado
por el mariscal Soult del ejército de Napoleón, el cabildo de la
catedral consiguió hacerlo desistir entregándole a cambio El Nacimiento
de la Virgen también de Murillo que actualmente se encuentra en el Museo
del Louvre. El 4 de noviembre de 1874, unos desconocidos mutilaron la
obra para apoderarse de la figura de San Antonio, afortunadamente un
anticuario de Nueva York se hizo con el fragmento y lo devolvió a la
catedral Sevillana. Tras un proceso de restauración, volvió a exponerse
en el año 1875. Capilla de Scalas: debe su nombre a Baltasar del Río,
que fue canónigo de la catedral y durante uno de sus viajes a Roma
consiguió que el papa León X le nombrara obispo de la modesta diócesis
de Scalas en el Reino de Nápoles. En 1517 el cabildo sevillano le cedió
una capilla libre de patronato para que pudiera construir su mausoleo,
el cual fue terminado durante su vida como se contempla aún en la
actualidad. En 1540 en su testamento especificó su deseo de ser
enterrado allí, desgraciadamente falleció poco después en Roma el 1 de
enero de 1541 y la tumba quedó vacía para siempre. Detrás del sepulcro
se ubica un retablo de mármol en el que se representa la venida del
Espíritu Santo enmarcada por dos columnas corintias. En el banco
diversas escenas talladas, el milagro de la multiplicación de los panes y
los peces, el obispo en actitud de oración y su escudo de armas. Otra
obra importante conservada en esta capilla es el relieve de la Virgen de
la Granada. Representa a la Virgen con el niño acompañada por San
Sebastián, San Francisco, Santa Casilda y Santo Domingo. Entre los
lienzos, destaca La Adoración de los Pastores, única obra firmada por su
autor, el pintor Francisco Antolínez.
Capilla de Santiago: lo
primero que llama la atención de esta capilla es un cuadro de grandes
dimensiones pintado por Juan de Roelas en 1609 en el que se representa a
Santiago combatiendo contra los musulmanes en la Batalla de Clavijo,
donde según la tradición su apoyo fue fundamental para que las tropas
cristianas lograran la victoria. También se encuentra el sepulcro gótico
esculpido en alabastro en 1401 del arzobispo Gonzalo de Mena. Sobre el
sepulcro un precioso relieve realizado en barro vidriado de la virgen
con el niño que se conoce como La Virgen del Cojín, por encontrarse el
niño apoyado sobre un cojín.
Capilla de San Francisco: destaca en el
retablo el cuadro de 1657 de Francisco Herrera el Mozo, La apoteosis de
San Francisco y en el remate la pintura de Valdés Leal de 1661 que
representa La imposición de la casulla a San Ildefonso.
Capilla de
las Doncellas: fue la sede de una cofradía dedicada a socorrer a las
doncellas carentes de recursos económicos para casarse. Fue fundada por
Micer García de Gibraleon en 1535. Está iluminada por una vidriera
realizada en 1543, que representa en su parte superior La Asunción de la
Virgen y en la parte inferior La Virgen de la Misericordia protegiendo a
las doncellas. Dentro de la capilla destaca un retablo realizado por
José Rivera en 1771, en la hornacina central del mismo se representa La
Anunciación de la Virgen, flanqueada por pinturas de San Bartolomé, San
Pedro, Santo Tomás y Santiago el Menor. En el ático del retablo se
retrata una representación del Calvario flanqueada por San Ambrosio y
San Agustín.
Capilla de los Evangelistas: el elemento principal de
esta capilla funeraria es el retablo central que contiene 9 tablas
dispuestas de la siguiente forma: en el banco Santa Catalina con Santa
Bárbara, San Sebastián con San Juan Bautista y San Antonio y Santas
Justa y Rufina. En el fondo de esta última tabla, entre otros detalles,
puede verse La Giralda tal como era antes de su última reforma. En el
primer cuerpo La misa de San Gregorio flanqueada por San Marcos y San
Lucas. En el segundo cuerpo La Resurrección de Cristo en el centro y a
sus lados San Juan y San Mateo.
Capilla de la Virgen del Pilar: esta
capilla perteneció primitivamente a los caballeros aragoneses que
acompañaron al Rey San Fernando en la conquista de Sevilla. Desde
principios del siglo XVI la dotó el mercader genovés residente en
Sevilla Francisco Pinelo, sirviendo de enterramiento a su familia. Tiene
dos altares, el principal de estilo barroco fechado a finales del siglo
XVII posee una escultura de excepcional valor que representa a la
Virgen del Pilar. El segundo retablo también de finales del XVII tiene
en su centro una escultura de San Antonio Abad flanqueada por las
imágenes de Santa Inés y San Antonio de Padua.
Las obras llevadas a
cabo en su solería en los siglos XIX y XX eliminaron, de paso, el
concepto de templo como cementerio de eclesiásticos, cofradías,
fundadores de capillas o seglares adinerados, habida cuenta que desde el
último tercio del siglo XVIII se publicaron ordenanzas reales
prohibiendo la inhumación en iglesias, aunque el clero continuó
ejerciendo sus derechos consuetudinarios. El canónigo Juan de Loaysa,
seguido por Félix González de León, anotó a fines del siglo XVII cuantos
epitafios y laudas sepulcrales informaban sobre la identidad y demás
circunstancias de los enterrados en este templo. Sus trabajos
compilatorios, más los de Alonso Morgado, Antequera Luengo y anotadores
anónimos dan un total de 627 enterramientos, cifra incompleta debido a
la existencia de bóvedas de inhumación colectiva.
El 30 de mayo se
celebra el día dedicado a Fernando III de Castilla, con tal motivo se
realiza una ceremonia religiosa en la que participa el Cabildo de la
Catedral y una representación del Ayuntamiento. En el transcurso tiene
lugar una procesión en el interior de la Catedral hasta la Capilla Real,
donde está el féretro en el que se encuentran los restos mortales del
Rey. Durante las primeras horas de la mañana, permanece abierta la urna
mortuoria, para que todo aquel que lo desee pueda contemplar la momia
del monarca. Como patrón del Arma de Ingenieros se celebra también
durante la mañana una misa con asistencia de las jerarquías militares y
una compañía de honores que llega hasta la Capilla Real desfilando por
el interior de las naves catedralicias.
Los seises son un grupo de
10 niños que vestidos con trajes de pajes propios de siglo XVI, ejecutan
una serie de danzas sagradas en el presbiterio situado delante del
Altar Mayor de la Catedral, a la presencia del Santísimo Sacramento
expuesto. Es un acto solemne que se realiza en tres ocasiones anuales:
durante la Octava del Corpus, la Octava de la Inmaculada Concepción
(entre el 8 y el 15 de diciembre) y en el Triduo de Carnaval que tiene
lugar durante los tres días previos al Miércoles de Ceniza.
A
primera hora de la mañana del 15 de agosto, se realiza todos los años
una procesión por los alrededores de la Catedral con la imagen de la
Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla. Se trata de una talla de origen
francés que según la tradición fue regalada por Luis IX de Francia a su
primo Fernando III de Castilla. La imagen puede contemplarse durante
todo el año en la Capilla Real, y el día de la procesión se coloca sobre
un paso adornado con ramos de nardos, saliendo del templo catedralicio a
través de la Puerta de Palos para recorrer durante dos horas las calles
circundantes.
Tradición de las lágrimas de San Pedro: data de
1403, aunque se interrumpió en los periodos 1839-1865 y 1961-1986.
Consiste en la interpretación de unos toques de clarín desde el
campanario de la Giralda a las 12 de la noche del 28 de junio y a las
9.30 y 12 de la mañana del 29 de junio, festividad deSan Pedro y San
Pablo. Los toques se llaman Lágrimas de San Pedro en recuerdo de las
lágrimas que derramó el apóstol después de negar en 3 ocasiones que
conociera a Jesucristo, según relatan los evangelios. La melodía se
interpreta 3 veces consecutivas en cada una de las cuatro caras del
campanario por miembros de la Banda de cornetas y tambores Nuestra
Señora del Sol.
La procesión del Corpus Christi alcanza gran
esplendor en Sevilla y se continúa celebrando en jueves para mantener la
tradición. La comitiva parte de la Catedral a las 8:30 horas de la
mañana y cuenta con las representaciones de todas las hermandades y
otras asociaciones e instituciones. El cortejo culmina con la Custodia
de la Santa Espina y la Gran Custodia de Arfe, una de las obras de arte
de mayor valor que conserva el templo. Se intercalan diferentes pasos en
los que se transportan imágenes de santos sevillanos: Santa Ángela de
la Cruz (obra de José Antonio Navarro Arteaga), Santas Justa y Rufina
(Pedro Duque Cornejo, 1728), San Isidoro y San Leandro (Pedro Duque
Cornejo, 1741), y San Fernando por Pedro Roldán (1671). También La
Inmaculada Concepción de Alonso Martínez y una escultura del Niño Jesús
obra de Martínez Montañés que se encuentra durante el resto del año en
la Iglesia del Sagrario.
El 23 de noviembre, día de San Clemente,
tuvo lugar la entrada del Rey Fernando III de Castilla en Sevilla. La
ciudad volvió de esta forma a manos cristianas y se incorporó a la
corona de Castilla. Con motivo de este hecho, el rey Alfonso X el sabio
instituyó en el año 1255 la llamada procesión de las gradas, también
conocida como procesión de la espada o de San Clemente. Esta tradición
se ha mantenido hasta nuestros días y anualmente se celebra en el templo
un acto religioso y una procesión en la que participan el Cabildo y
representantes del Ayuntamiento de Sevilla. Durante la ceremonia se
porta una reliquia de San Clemente, el Pendón de San Fernando y su
espada Lobera. Esta última debe ser transportada por el asistente de la
ciudad, suspendida verticalmente y sustentada por la hoja y no por el
mango.
Tiene la catedral una gran colección compuesta por más de
ochenta vitrales, desde el siglo XIV hasta el XX. Entre los artistas más
destacados se encuentran de la época gótica: Arnao de Flandes, Arnao de
Vergara y Enrique Alemán y del renacimiento Carlos Brujes y Vicente
Menardo.
La Sacristía Mayor del templo es una construcción
renacentista que fue realizada en el siglo XVI. Consta de una planta de
cruz griega de brazos cortos. Sobre la que se construyó una cúpula
sostenida por cuatro pilares con pechinas, donde se representa de manera
escultórica el Juicio Final en tres anillos circulares. Está rematada
por una linterna donde penetra la luz exterior que ilumina la sala junto
con las ventanas elípticas de las bóvedas abanicadas situadas en las
brozas que forma la cruz griega de la planta. Alberga en su interior
algunas de las mejores obras de arte de la catedral.

La
Biblioteca Colombina, obtiene sus fondos por la suma de la Biblioteca
Colombina, donada por Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, la
Biblioteca Capitular y el Archivo Capitular. Su valor documental e
histórico es incalculable y contiene gran número de manuscritos, entre
ellos el original del Libro de las Profecías escrito por Cristóbal Colón
en 1504, el Cancionero de la Colombina y el Liber de promissionibus et
predictionibus Dei de finales del siglo IX. Entre los incunables se
encuentran La Imago Mundi dePierre d'Ailly o la Gramática castellana de
Antonio de Nebrija. Está situada en el ala nordeste del Patio de los
Naranjos.
Foto de Benyito Pitú.
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Alberto Sanchez Sanchez
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