InfoCatólica / Reforma o apostasía / Categoría: Castidad
14.03.14
(263) Castidad –6. en el matrimonio por los métodos naturales
–Si no recuerdo mal, dijo usted que «en breve» publicaría este artículo. Hay que cumplir lo que se dice.–«Yo no soy profeta ni hijo de profeta» (Am 7,14). «El hombre propone y Dios dispone».
Un último intento. De la paternidad responsable ya he tratado en los tres artículos precedentes (260-262). En éste de ahora no me dirijo ya a –los matrimonios «malos», que la rechazan y practican malamente la anticoncepción. Tampoco hablo a –los matrimonios «buenos» que reciben plenamente esta enseñanza de la Iglesia. Me dirijo en un último intento a –los matrimonios «buenos» que no acaban de entender o de aceptar la doctrina de la Iglesia sobre la regulación de la fertilidad.
5.03.14
(262) Castidad –5. en la paternidad responsable
–Miércoles de Ceniza. Comenzamos la Cuaresma.En relación a la doctrina de la Iglesia sobre la paternidad responsable se pueden distinguir tres actitudes. Vamos a estudiarlas con precisión y con paciencia.
–Puede ser una ocasión excelente para que haga usted un poco de penitencia leyendo este artículo hasta el final.
* * *
I.–Los cristianos rebeldes a la doctrina de la
Iglesia sobre el matrimonio tienen como ideal vivir según la voluntad
propia, atendiendo, quizá, las orientaciones morales del cristianismo;
pero sin fanatismo, se entiende. «Tendremos los hijos que queramos
nosotros, no los que pueda querer Dios, entre otras razones porque es
imposible saberlo. Y para ello, cuando sea preciso, usaremos
anticonceptivos. Son muchos los teólogos moralistas actuales que
justifican plenamente nuestra actitud».
27.02.14
(261) Castidad –4. en la regulación de la fertilidad
–O sea que cuantos más hijos tengamos, tanto mejor.–La cantidad nunca es un factor decisivo para el
discernimiento. Ir a Misa dos veces al día no es el doble mejor que ir
sólo a una. Ni dar cien euros de limosna es necesariamente mejor que dar
cincuenta. La cantidad nunca decide el discernimiento.
El matrimonio y el amor conyugal «están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y a la educación de los hijos» (Vat. II, GS 50).
Por su propia naturaleza. Dios Creador de la naturaleza, Creador del
hombre y de la mujer, Creador del matrimonio, es el que ha creado el
matrimonio con esa finalidad fundamental. Lo sabemos desde el Génesis:
«sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla» (Gén 1,28).
Por su propia naturaleza. Dios Creador de la naturaleza, Creador del
hombre y de la mujer, Creador del matrimonio, es el que ha creado el
matrimonio con esa finalidad fundamental. Lo sabemos desde el Génesis:
«sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla» (Gén 1,28).
23.02.14
(260) Castidad –3. en el matrimonio
–Yo pensaba que propiamente, dentro mismo del matrimonio, no había ya cuestión de castidad.–Sus palabras confirman mi convicción de que
usted, en muchas cuestiones de la vida cristiana, «no distingue un toro
de una vaca»; o si prefiere otra expresión, «está más perdido que un
perro en Misa».
El matrimonio en el mundo está en gran medida degradado, y especialmente en el ejercicio de la sexualidad conyugal. No solamente está degradado de hecho, sino antes y más está falsificado en teoría,
en la misma idea que de él tienen las culturas paganas. Y esta
perversión doctrinal y práctica llega a su extremo, como es previsible,
en las naciones que han apostatado del cristianismo. Perdiendo la fe,
han perdido en gran medido el uso de la razón, viniendo a dar en
situaciones peores que las de muchas naciones paganas. Por otra parte,
sepamos que este maleamiento de la unión conyugal viene desde el
principio de la historia humana, desde el pecado original. Así lo
explica el Catecismo:
en la misma idea que de él tienen las culturas paganas. Y esta
perversión doctrinal y práctica llega a su extremo, como es previsible,
en las naciones que han apostatado del cristianismo. Perdiendo la fe,
han perdido en gran medido el uso de la razón, viniendo a dar en
situaciones peores que las de muchas naciones paganas. Por otra parte,
sepamos que este maleamiento de la unión conyugal viene desde el
principio de la historia humana, desde el pecado original. Así lo
explica el Catecismo:
17.02.14
(259) Castidad –2. en la virginidad
–La virginidad… Eso ya sé lo que es.–Perdone, pero conociendo sus grandes
limitaciones personales, me permito suponer que las nociones que usted
tiene acerca de la virginidad son extremadamente escasas y no todas
verdaderas.
José María Iraburu
(Pamplona, 1935-), estudié en Salamanca y fuí ordenado sacerdote (Pamplona, 1963). Primeros ministerios
pastorales en Talca, Chile (1964-1969). Doctorado en Roma (1972), enseñé Teología Espiritual en Burgos,
en la Facultad de Teología (1973-2003), alternando la docencia con la predicación de retiros y ejercicios
en España y en Hispanoamérica, sobre todo en Chile, México y Argentina.
Con el sacerdote José Rivera (+1991), cuyas “virtudes
heroicas” (Venerable) fueron ya declaradas por el Papa en octubre de
2015,
escribí Espiritualidad católica, la actual Síntesis de espiritualidad católica.
Con él y otros establecimos la Fundación GRATIS DATE (1988-).
He colaborado con RADIO MARIA con los programas Liturgia de la semana, Dame de beber y Luz y tinieblas (2004-2009).
Y aquí me tienen ahora con ustedes en este blog, Reforma o apostasía.
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