jueves, 21 de abril de 2016

Engaños y Desengaños - La historia real de un joven judío engañado por los mesiánicos - Familia

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Engaños y Desengaños

La historia real de un joven judío engañado por los mesiánicos




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¿Quién soy?


Me llamo Hershel (Damián) Firbank, y nací en Buenos Aires - Argentina
en el seno de una familia judía completamente liberal. Aunque asistí al
"Shule" (Colegio Judío) hasta cuarto grado, no acostumbrábamos ir a la
sinagoga a no ser por el Bat-Bar Mitzva o Jupa de algún familiar, y las
festividades para nosotros consistían en reunirnos a comer guefilte fish
en lo de mi bobe.


Cuando tenía once años mi mamá comenzó a asistir a una Iglesia
Evangélica de la "Comunidad Cristiana" en la Capital Federal, en donde
se bautizó. Unos meses más tarde ella empezó a congregarse en un Iglesia
Bautista más cerca de nuestra casa, y yo iba con ella todos los
domingos. Tres meses después acepté en mi corazón a Jesús como mi
salvador personal y otros tres meses más tarde me bauticé. Allí me
congregué durante cuatro años, asistiendo tanto a las reuniones
dominicales como a los estudios bíblicos, reuniones de oración de
jóvenes, y también integré un grupo de mimos llamado "kerigma".


Luego comencé a asistir a las reuniones de la Congregación Judía
Mesiánica llamada "Shemá Israel" de la localidad de Morón, Provincia de
Buenos Aires. Allí me involucré en el ministerio de las "Danzas
Davídicas", y también fui elegido líder de los jóvenes. Después de un
año me pasé al "Ministerio al Pueblo Elegido - J.A.M.I.", y además de
ministrar con las "Danzas Davídicas", era maestro de niños, y comencé a
dictar seminarios en varias Iglesias Evangélicas, tanto en la Capital
como en el interior del país. En el verano iba de vacaciones a Miramar
(ciudad balnearia de Buenos Aires con gran porcentaje de turistas
Judíos) a repartir en las playas y en la peatonal todo tipo de material
"mesiánico" (desde folletos acerca de Isaias 53 y demás "textos
proféticos", hasta Nuevos Testamentos en Idish). También trabajaba dos
veces por semana para el programa radial-televisivo "Shemá Israel".


Dos años y medio más tarde comencé a sentir un vacío dentro mío,
principalmente porque veía a mi alrededor que faltaba un verdadero
compromiso con lo que se creía, ya que se jugaba a dos puntas: Cuando
nuestros hermanos evangélicos nos preguntaban por qué usamos kipá, talit
o celebramos las festividades Judías, les contestábamos que los
preceptos que D-s ordenó a los Judíos eran para siempre y que incluso
Yeshua mismo (así llaman los Judíos Mesiánicos a Jesús) nos ordenó
observarlos, y citábamos varios versículos tanto del Tanaj (Levítico 23,
Números 15:37-41, etc.) como del Nuevo Testamento (Mateo 5:18, Juan
10:22).


Pero cuando los Judíos nos preguntaban por qué nosotros no observamos
todos los preceptos como se debe, les contestábamos que ya no
necesitamos hacer eso, pues estamos "bajo la gracia y no bajo la ley",
(es decir que el sacrificio de Jesús es suficiente para la salvación de
nuestras almas y que ya no hay necesidad de observar los preceptos de la
ley - es decir, de la Torá).


Tratando de definir cuál de las dos respuestas era en verdad la
correcta (ya que una contradice radicalmente a la otra), llegué a la
conclusión de que aún continuábamos obligados a cumplir los preceptos,
pero para mi decepción nadie en mi entorno lo hacía. Sobre todo, hubo un
versículo del Nuevo Testamento que me tocó muy profundo, en el cual
Jesús dice: "En la cátedra de Moisés se sientan los Escribas y los
Fariseos. Así que, todo lo que os digan guardeis, guardadlo y
hacedlo..." (Mateo 23:2-3). Es decir, que no sólo debemos observar la
ley (Torá), sino que debemos hacerlo de acuerdo a la explicación de los
Rabinos!


No pasó mucho tiempo hasta que, gracias a la "Hashgajá Pratit" o
"Providencia Divina", recibí una revista de Jabad Lubavich. Esta
"Hashgajá Pratit" consistió en que el hermano de una amiga evangélica de
la anterior Congregación (Shemá Israel), recibió, "por error", en el
trabajo la revista de Jabad, y esta amiga se la prestó a mi mamá, y yo
luego de leerla, me suscribí.


A través de esta revista comencé a entender más sobre las mitzvot y
sobre mi propio pueblo, y esto produjo un gran impacto en mí. Poco a
poco fui tomando decisiones como dejar de comer cerdo; luego de un
tiempo dejé de mezclar carne con leche, y más tarde, a pesar de que
comía carne no-casher, ponía la carne un rato en sal y otro en agua para
sacarle la sangre.


No obstante, el vacío espiritual siguió creciendo en mí y así estuve
por más de un año, hasta que semanas antes de Janucá me di cuenta de que
no podía seguir así, por lo cual pensé en dos opciones: O seguía con mi
vida (Trabajo, Universidad, etc.) aquí en el mundo y que D-s siga "Su
vida" en el cielo o, probaba con el Judaísmo. Como no sólo yo creía en
D-s, sino también en que Él nos creó con un propósito, me decidí por la
segunda opción.


Con esta decisión fui al Acto del Encendido de la Janukiá que Jabad
hacía en una plaza de la Capital Federal, y allí un Rabino se me acercó,
y luego de hablar conmigo, me invitó a las actividades de su comunidad.


En este evento percibí una clara manifestación de la "Hashgajá
Pratit", ya que si bien los dos años anteriores también había asistido
al mismo evento, nadie se acercó a hablarme, y recién en el tercer año,
justo cuando yo me sentía con ese vacío y antipatía espiritual, fue
cuando el Rabino se acercó para hablar conmigo.


Al mes siguiente comencé a asistir al Kabalat Shabat, y luego del
servicio el Rabino invitaba a todos a la casa a disfrutar de una cena
sabática. Esto fue precisamente lo que produjo que mi alma estallara de
felicidad. Los cantos, las historias, las palabras de Torá y ese
ambiente de Shabat fueron suficientes para sentir que ese era mi lugar.
En este tiempo fue cuando comenzaron a surgir en mí dudas acerca del
mesianismo de Jesús.


Seguí yendo a la comunidad de Jabad por otro mes - y también
continuaba asistiendo a las reuniones de los Judíos Mesiánicos. El
Rabino me invitó para ir al campamento de la Yeshivá; y el vivir inmerso
en el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot me cautivó, y
al terminar el campamento decidí ingresar a la Yeshivá. Pero, no
obstante, mi creencia en Jesús continuaba, lo cual producía en mí una
gran lucha interior, razón por la cual tomé la decisión de ir a estudiar
a la Yeshivá unos cuantos años, y si luego de ese tiempo seguiría
creyendo en Jesús, entonces regresaría a los Judíos Mesiánicos.


Como un mes después de haber regresado del campamento llegó a mis
manos el libro del Rabino Arie Kaplan llamado "El Verdadero Mesías", que
comenzó a contestar algunas de mis dudas acerca de por qué Jesús no era
el Mesías. Y así fue que libro tras libro, y luego de estudiar el Tanaj
en Hebreo, llegué a la conclusión de que el Judaísmo, sin ningún tipo
de "agregados" ("Mesiánicos"), es el único y verdadero camino.


¿Qué Son Los Mesiánicos?


El movimiento Judío Mesiánico no es otra cosa más que una estrategia
misionera para convertir Judíos al Cristianismo. A lo largo del tiempo
los Cristianos han intentado convertirnos a la fuerza a través de sus
constantes ataques antisemitas como las Cruzadas, la "Santa"
Inquisición, los pogroms y finalmente, el Holocausto. Pese a todo esto,
nuestro Pueblo se mantuvo firme y no cedió, es por eso que los
Cristianos han implementado un método más "amistoso", y al mismo tiempo
más efectivo llamado: "Judaísmo Mesiánico".


En el Nuevo Testamento, no aparece en ningún lado el nombre de
"Judíos Mesiánicos", como así tampoco aparece el "Grieguismo Mesiánico" o
los "Griegos Mesiánicos". Por el contrario, el Nuevo Testamento declara
que no hay entre los seguidores de Jesús ni Griego ni Judío: "y
revestido del nuevo [hombre], el cual conforme a la imagen del que lo
creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni
Judío, circuncisión, ni no-circuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni
libre, sino que Cristo es el todo, y en todos" (Epístola a los
Colosenses 3:10-11). "Porque todos los que habéis sido bautizados en
Cristo, de Cristo estéis revestidos. Ya no hay Judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno
en Cristo Jesús" (los Galatas 3:27-28) .


El Apóstol Pablo, o "Rabi Shaul" como lo llaman los Mesiánicos, en su
primera epístola a los Corintios 9:20-21 declara: "Me he hecho a los
Judíos como Judío, para ganar a los Judíos; a los que están sujetos a
ley [Torá] (aunque yo no esté bajo ley) como sujeto a la ley, para ganar
a los que están sujetos a la ley. A los que están sin ley, como si yo
estuviera sin ley (no estando yo sin ley de D-s, sino bajo la ley de
Cristo), para ganar a los que están sin ley".


Aquí Pablo está fijando una de las bases del misionerismo, el
concepto de "identificación", ya que cuando el misionero habla "de igual
a igual", es decir igual cultura, forma de vestir, lenguaje, etc. el
Evangelio es más fácilmente transmitido; como explica un Pastor Judío
Mesiánico acerca del objetivo de los "Centros Judíos Mesiánicos": "En el
Centro Judío Mesiánico se lleva al Judío de lo que le es familiar
[Judaísmo] a lo que le es desconocido [Jesús]". Es por eso que estas
"Sinagogas" están adornadas con la estrella de David, las Tablas de la
Ley y el Arca, y los varones visten kipot y talitot. Tampoco faltan las
canciones en hebreo, para que así el Judío pueda sentirse "como en
casa"; y al estar en este ambiente familiar, es más fácil presentarle el
Evangelio.


Recuerdo que cuando hice mi Bar-Mitzva en el Ministerio al Pueblo
Elegido - J.A.M.I., mis familiares Judíos no Mesiánicos quedaron
impactados ya que no encontraron ninguna cruz o algo que identifique al
lugar con el Cristianismo, y por el contrario, estaba "adornado" con
símbolos Judíos. Pero como pudimos ver del Nuevo Testamento, esto no es
más que una farsa, ya que para los creyentes en Jesús ya no existe
Griego o Judío.


La Obsesión de Convertir Judíos


Desde siempre los Cristianos han estado obsesionados con la
conversión de Judíos, y esto puede verse reflejado en que, por ejemplo,
si bien existe la organización "Judíos para Jesús", con un presupuesto
anual de millones de dólares, no existe una organización paralela
llamada "Budistas para Jesús", o si bien existen los "Judíos Mesiánicos"
no ocurre lo mismo con los "Hinduistas Mesiánicos".


Existen tanto razones teológicas como psicológicas para explicar esta
obsesión. En el Nuevo Testamento encontramos la orden de Jesús a sus
discípulos: "A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones,
diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos
no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel"
(Mateo 10:5-6). "Él [Jesús] respondiendo dijo: No soy enviado sino a las
ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mateo 15:24). Pablo en su
epístola a los Romanos (1:16) dice que el Evangelio "es poder de D-s
para salvación de todo aquel que cree; al Judío primeramente, y también
al Griego".


Muchos fundamentalistas Cristianos creen que la "Segunda Venida" de
Jesús depende de la conversión del Pueblo Judío, basándose en las
palabras que Jesús dijera a los Judíos de su época: "Porque os digo que
desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el
nombre del Señor" [es decir, Jesús] (Mateo 23:39).


Por otro lado, la creencia en la venida del Mesías fue desde siempre
una creencia Judía. El Pueblo Judío hasta hoy en día espera "el brotar
del retoño de David", y es esto lo que los Cristianos no pueden
entender: si Jesús fue Judío y él mismo se consideraba el Mesías de
Israel, ¿cómo puede ser que los Judíos (que son los que desde siempre
esperan al Mesías y saben los requisitos que debe cumplir) lo hayan
rechazado?


Con el propósito de convertir Judíos, los Judíos Mesiánicos les
enseñan a sus hermanos Evangélicos cómo "testificar" al Judío
"eficazmente", lo que aumenta el número de Judíos a los que se puede
alcanzar, ya que estos Cristianos Evangélicos los podemos encontrar en
lugares públicos como colegios, universidades, hospitales o hasta en el
trabajo o en nuestra propia casa (como empleadas domésticas o de
mantenimiento).


En estos "cursillos" se les enseña a los Evangélicos a utilizar un
lenguaje más apropiado, usando en lugar de palabras "muro" (es decir que
cuando son pronunciadas el Judío levanta una "pared" en defensa),
palabras "puente":


PALABRAS MURO PALABRAS PUENTE


Cristo Mesías


Jesús Yeshua


Iglesia Templo


Cristiano Creyente


Culto Servicio


San Mateo Mateo


Bautismo Mikve


San Pablo Rabi Shaul


Convertirse Completarse*


*(los Judíos Mesiánicos enseñan que un Judío no se convierte al Cristianismo, sino que "completa" su Judaísmo con Jesús)


Luego se les da un par de consejos prácticos para hacer más efectivo
el intento de conversión. Entre estos "consejos útiles" podemos
encontrar:


1. No hable al principio nada acerca de Jesús o del Cristianismo.


2. Trate de brindar una "amistad sincera", ya que el Judío está
acostumbrado a la persecución Cristiana, y de esta forma se estará
neutralizando este sentimiento.


3. Interésese por sus problemas, ofrézcale orar por sus necesidades.
Si el Judío acepta que usted ore por él, recuerde empezar su rezo
dirigiéndose al "D-s de Avraham, de Itzjak y de Iaacov" y concluir "en
el nombre del Mesías de Israel" o de "Yeshua HaMashiaj".


4. Pregúntele por alguna comida típica, pídale la receta, y luego de prepararla invítelo a probarla.


5. Comente con él las últimas noticias acerca del Estado de Israel, o de la Comunidad Judía en la Diáspora.


1. Pero sobre todo recuerde en todo momento mostrarse paciente; sepa
que el "testificar" al Pueblo Judío puede llevar un largo tiempo.


También se ofrecen un par de preguntas para confundir al Judío que sabe poco de su religión, como ser:


PREGUNTA: ¿Quién es en verdad Judío? Ya que el Judaísmo no es una
raza (existen Judíos Azquenasitas, Sefaraditas, Falashas, etc.), ni una
religión (ya que existen Judíos no religiosos).


RESPUESTA: "Pues no es Judío el que lo es exteriormente, ni es la
circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es Judío
el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en
espíritu, no en letra." (Romanos 2:28-29). Es decir que el verdadero
Judío es el que ha aceptado a Jesús en su corazón.


Además de esto, al misionero se le ofrece material gratis (acerca de
las "profecías mesiánicas" que supuestamente Jesús cumplió), así como
asistencia telefónica, y la posibilidad de concretar un encuentro con
algún líder Judío Mesiánico, si el Judío acepta.


De esta forma los grupos Judíos Mesiánicos logran mover a las "masas"
evangélico-protestantes para sus propósitos, hasta tal punto que en
1996 la Convención Bautista tomó la resolución de poner como prioridad
la conversión de Judíos.


En conclusión: El Judío que recibe sobre sí la fe mesiánica, además
de cometer idolatría, ya que los "Mesiánicos" creen que Jesús es D-s
encarnado, a pasado a ser un ex-Judío, pues se convirtió a otra religión
y ha perdido toda vinculación con su pueblo. Lo único que le queda como
Judío es la obligación de hacer teshuvá, es decir, retornar a D-s y a
Su Torá.


Hoy ya han pasado casi cuatro años desde que comencé a estudiar en la
Yeshivá, y cada vez creo con más fuerza que si bien el Mashiaj aún no
ha llegado, está pronto por hacerlo en nuestros días. Amen.


Por Hershel Firbank
Hershel vive con su esposa y sus dos hijos
en Israel, y trabaja continuamente para evitar que más judíos sean
engañados por los misioneros.
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