domingo, 10 de abril de 2016

IGLESIA DE CRISTO - VIVIMOS EN EL NUEVO PACTO

IGLESIA DE CRISTO - VIVIMOS EN EL NUEVO PACTO

























"Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos" (Filipenses 4:7).
"...para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"
(Romanos 12:2).


























viernes, 8 de enero de 2016






El valle de los huesos secos


El valle de los huesos secos

Ezequiel 37-1-14

  
El valle de los huesos secos.  www.loswl.deviantart.com
Análisis del pasaje
A.  Una de las pistas dadas por Jehová mismo para entender esta revelación se encuentra en Ezequiel 37:11. “Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel…” ¿Qué representan todos estos huesos secos? Respuesta: “...la casa de Israel”. O sea, la nación terrenal de Israel, el pueblo electo de Dios durante la Era Mosaica.
B.  Ubicación de la profecía en la línea del tiempo. Ezequiel era “descendiente de Aarón. Su familia vino a formar la clase vigésima de sacerdotes (1 Crónicas 24:16). Hijo de Buzi ;
sacerdote y uno de los cuatro grandes profetas. Fue llevado al exilio
con el rey Joaquín el año 597 a. C., once años antes de la destrucción
de Jerusalén, y se dedicó a la labor entre los cautivos durante
veintidós años” 
(Nuevo diccionario ilustrado de la Biblia. Versión
de CD-ROM). Se trata de la destrucción de Jerusalén por los babilonios
en el año 586 a. C. y de los setenta años de cautiverio en Babilonia.
Ezequiel fue llevado cautivo a Babilonia, y estando en aquel país Jehová
le comunicó las revelaciones que componen el libro de Ezequiel.
1. 
La profecía de los huesos secos no es para el tiempo presente, ni para
los judíos esparcidos por la tierra en la actualidad, como tampoco es
aplicable al estado político de Israel constituido en el año 1949.
2. 
La profecía fue dada más de quinientos años antes de Cristo para el
pueblo de Israel esparcido por el mundo de aquel entonces, y
particularmente, para los israelitas cautivos en Babilonia.
D.  ¿Por qué escogió Dios la simbología de “huesos secos”? Evidentemente, por la forma de expresarse de los israelitas oprimidos en cautiverio. “He aquí, ellos dicen: Nuestro huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos”(Ezequiel 37:11).
Físicamente, seguían con vida, pero su condición de cautivos en país
pagano lejos de su terruño propio les llevaba a compararse a huesos
secos, pereciendo aun su esperanza de ser librados. Su lenguaje es
altamente retórico.
E. Simbólico también es el mismo valle que estaba lleno de huesos“La
mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me
puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos” 
(Ezequiel 37:1). Aquel "valle" no era real, es decir, no existía como lugar físico en la tierra; tampoco los " huesos". ...me llevó en el Espíritu” significa que Dios comunicó a Ezequiel una visión profética, en este caso, a través del simbolismo, no tratándose de lugares u objetos reales en la tierra. Experiencia de la misma índole tiene el apóstol Juan al estar “en el Espíritu en el día del Señor” para recibir las revelaciones de Apocalipsis (Apocalipsis 1:10). ¿Qué, pues, son los huesos? La respuesta divina explica muy claramente: “Todos estos huesos son la casa de Israel”. Así que, no perdamos de vista ni hagamos caso omiso a una explicación diáfanamente clara. ¿Y el “valle” de
esta visión? Obviamente, también retórico, representando los lugares
del mundo donde estaba esparcido Israel, acaso en particular el valle
del río Éufrates, del reino de Babilonia.
F.  Al profetizar Ezequiel a los huesos secos, obedeciendo la orden de Jehová, “he
aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y
miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió
por encima de ellos… y entró espíritu en ellos, y vivieron, y
estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo” 
(Ezequiel 37:7-10). Esto lo ve Ezequiel en visión. Pero,¡este evento no tomó lugar realmente en la tierra! Aquel “ejército grande en extremo” ¡nunca pisó la tierra! Todo esto es simbólico. ¿De qué? De la restauración del Israel esparcido por el mundo, y pisoteado por las naciones paganas, a Jerusalén, a sus ciudades y aldeas, a sus tierras propias. Estando en cautiverio, el pueblo lamenta: “Nuestros huesos se secaron”. A través de la visión de los huesos secos Jehová le dice, efectivamente, “Van a revivir”.
Todo el capítulo 36 de Ezequiel enfoca este mismo propósito de Dios de
restaurar a su pueblo electo, recogiendo a los dispersados de entre las
naciones, con la siguiente aclaración de parte de Jehová: “No lo hago
por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el
cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado” 
(Ezequiel 36:22).
a)  Esta misma restauración de Israel se presenta simbólicamente en Ezequiel 37:12. “He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel.” ¿Adónde los llevaría? “...a la tierra de Israel.” No
a la tierra del Israel actual, constituido estado político en el año
1949, sino a la tierra del Israel de aquellos tiempos de Ezequiel. “...abro vuestros sepulcros… y os haré subir de vuestras sepulturas” es
lenguaje netamente retórico, no tratándose de alguna resurrección
literal de los muertos de Israel sino de darle nueva vida al pueblo
yacido como muerto en el suelo seco y duro del cautiverio sofocante.
Observemos cuidadosamente: Jehová se dirige a los que decían “Nuestros huesos se secaron”, o sea, se dirige a los israelitas vivos en la carne pero que se consideraban “del todo destruidos” (Ezequiel
37:11). A estos que se conceptuaban como muertos y sepultados ya a
causa del cautiverio, pero que, en realidad, aún seguían con vida
física, Jehová dice: “...os haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel” (Ezequiel
37:12). No se lo dice a los israelitas ya literalmente muertos y
sepultados sino a los vivos. No habla a las almas en el Seol, ni a los cadáveres en las tumbas. Al decir “...os haré subir de vuestras sepulturas” , se dirige a vivos que se tenían por muertos.
b)  Igualmente retórico es el lenguaje de Ezequiel 37:14. “Y
pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre
vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.” 
¿Reposar dónde? “...sobre vuestra tierra”, o sea, sobre la de Canaán,
la misma tierra de la promesa, la misma de la cual habían sido
desterrados a causa de la multiplicidad de sus pecados y su obstinada
rebeldía contra Jehová. Muy parecido es el lenguaje de Ezequiel 36:26-28“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros… Pondré dentro de vosotros mi Espíritu … Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres …”
G.  ¿Cuándo su cumplieron estas visiones, profecías y promesas? ¿Cuándo
se juntaron y se revivieron los huesos secos? ¿Cuándo abrió Jehová los
sepulcros, dando nueva vida al pueblo de Israel y llevándolo a la tierra
de sus padres? Respuesta: se inició el cumplimiento al autorizar Ciro, rey de Persia, el retorno de Israel a sus tierras,
la reconstrucción de los muros de Jerusalén, la del templo, de las
ciudades, etcétera, y la restauración de la religión en el templo
conforme a la ley de Moisés. Después de los setenta años de
cautiverio babilónico, gran número de israelitas se enfila para su
tierra natal bajo el liderato de varones tales como Esdras, Nehemías Zorobabel. Sus notables obras de restauración se relatan en los libros de Esdras yNehemías.
H.  Conclusión. La visión profética de los “huesos secos”,
como además, la profecía sobre abrir Jehová los sepulcros de Israel, se
cumplieron hace más de dos mil cuatrocientos años. No son, pues, para
el Milenio. Tampoco tienen que ver con eventos relacionados programados
para el fin del mundo. No se trata de acontecimientos materiales
acaecidos en el mundo físico sino de representaciones simbólicas
relacionadas con la restauración de Israel. Sacar estas profecías de su contexto original, aplicándolas a tiempos aún futuros, sería cometer, a nuestro humilde entender, un error grave de exégesis.
    
Estimado lector, no pretendemos poder explicar acertada y
satisfactoriamente todo detalle de todas las visiones y profecías de los
profetas de Israel. A estas alturas, tan lejos de aquellos tiempos,
lugares y circunstancias, nos cuesta apreciar perfectamente todo el
contenido de ellas. Además, dificultan la interpretación tipos de
simbología y lenguaje retórico tal vez extraños para nosotros, aunque a
lo mejor fácilmente entendidos por los hebreos de aquellos tiempos
antiguos. Ojala arroje alguna luz este breve estudio.
Su servidor, Homero Shappley de Álamo

lunes, 4 de enero de 2016






Se abre el Cuarto Sello. “He aquí un caballo amarillo.”


La muerte viene montada sobre el caballo amarillo del cuarto sello de Apocalipsis.

APOCALIPSIS

Capítulo Tres de

 Análisis de las profecías y visiones

Los siete sellos

Sección II
Los cuatro caballos
4_horses
Parte 4
Se abre el Cuarto Sello. “He aquí un caballo amarillo.”
Sellos -Caballo amarillo
“El Cordero desata el Cuarto Sello. He aquí un caballo amarillo,
y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía.”
Pintura por Ted Larson. Derechos reservados. Permiso de uso obtenido. No copiar. theoson@earthlink.net
Apocalipsis 6:7-8
IV.  El Cuarto Sello"Cuando
abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía:
Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba
tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad
sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre,
con mortandad, y con las fieras de la tierra"
 (Apocalipsis 6:7-8).
A.  "Un caballo amarillo..." Al abrir el Cordero el Cuarto Sello, toma forma ante los ojos del apóstol Juan otro caballo, con su jinete. “Amarillo” es el color de este cuarto caballo.
1.  No siendo subido o fuerte el color "amarillo",
lo asociamos a menudo con la flojera, lo debilitante, pestilencias,
plagas o enfermedades tales como la hepatitis, el cáncer, la
desnutrición severa o la lepra (Levítico 13:29-30), las que hacen
volverse amarillenta la piel. “De color semejante al del oro, la
flor de la retama, etc. Es el tercer color del espectro solar. Dicho de
una persona: Pálida a causa de una enfermedad o un susto.” 
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.) "Se aplica al color, falto de la rojez que da la afluencia de la sangre, de las personas enfermas" (Diccionario de uso del español, Tomo 1, Página 158).
2.  Se asocia con la muerte misma. De hecho, el jinete del "caballo amarrillo" se llama "Muerte".
B.  "El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía."
1.  El jinete del "caballo amarrillo" se llama "Muerte".
a)  Tiene "potestad... para matar" la "cuarta parte" de
los seres humanos. ¿Quién le concede este poder? Dios. ¿Por qué? Para
seguir llevando a cabo la sentencia de castigo sobre los humanos fijada a
causa de su rebeldía espiritual e impenitencia.
b)  Su temeroso nombre “Muerte” se deriva de su misión y acción principal, a saber, ¡matar! Matar al 25% de los seres humanos.
2.  El "Hades"es
el lugar adonde van las almas de las personas que mueren. En la sombría
proyección visual que contempla el apóstol Juan, el Hades se
personifica, siguiendo a Muerte. 
a)  Ya
que el Hades sigue a Muerte, en el cuadro del Cuarto Sello figura, por
inferencia razonamos, otro caballo que lleva a Hades en sus lomos. Este
jinete “Hades”  va recogiendo las almas que moraban en los cuerpos físicos cuya vida material fue segada por "Muerte" (2 Corintios 5:1-10).
b)  Esta escena armoniza perfectamente con los demás textos del Nuevo Testamento donde se trazan los temas de la"Muerte" y del "Hades" (Lucas 16:19-31; Hechos 2:27, etcétera).
c)  Cristo enseña que el Hades se compone de dos partes, a saber: el "Paraíso" para los que "mueren en el Señor" (Lucas 23:43-44; Apocalipsis 14:13) y el "Tártaro"("lugar de castigo") para los que mueren sin haberse preparados para heredar la vida eterna (Lucas 16:19-31).
(1)  ¿A cuál región van las almas de los seres segados por el jinete del "caballo amarrillo"? No se revelan detalles al respecto en la visión del Cuarto Sello.
(2)  Las víctimas del jinete “Muerte” fallecen
prematura y violentamente. De encontrarse entre ellas cristianos
auténticos, estos son llevados al Paraíso. En cambio, los pecadores
terminan en el Tártaro.
(3)  El hecho de que el Hades sigue, según esta visión, a “Muerte”, prueba que el Hades no dejó de existir cuando Cristo resucitó. Los siguientes textos también sostienen esta conclusión:
(a) 
Según la visión de Apocalipsis 1:18, el Cristo resucitado y glorificado
se presenta entre las siete iglesias, teniendo en su haber las "llaves de la muerte y del Hades". Claramente,
se implica que el Hades sigue existiendo después de la glorificación de
Cristo. De no existir el Hades después de la glorificación de Cristo,
¿por qué afirmar el Señor mismo poseer las “llaves… del Hades”“…mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las laves de la muerte y del Hades.”
(b)  Según Apocalipsis 20:13, el Hades no entrega sus muertos hasta el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que habían en ello; y fueron juzgados cada uno según sus obras.”
(c) 
Según Apocalipsis 20:14, el Hades deja de ser cuando es lanzado al lago
de fuego, evento que ocurre después de la Segunda Venida de Cristo. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” Así que, el Hades es destruido eternamente al conquistar Cristo a su último enemigo, la muerte. “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26).
B.  "...la cuarta parte de la tierra..."
1.  La "potestad... para matar" que recibe el jinete del "caballo amarrillo" es limitada al 25% de los habitantes de la tierra.
a)  "La cuarta parte" se entiende simbólicamente, representando, a nuestro entender, una "parte" sustancial de los seres humanos pero no una mayoría.
b) 
Abundantes evidencias tanto del pasado como del presente confirman que
más o menos el 25 % de los seres humanos mueren por las causas señaladas
en el Cuarto Sello, a saber: espada, hambre, mortandad y el acoso de
criaturas salvajes.
2.  "...de la tierra..." De
toda la tierra, es decir, de toda la población del planeta, y no de
alguna porción limitada, tal como Israel o el Imperio Romano.
C.  "…para matar con espada…"  
1.  “Espada”, o sea, todo instrumento de guerra o crimen.
2.  Al jinete del "caballo bermejo" le fue dada "una gran espada" (Apocalipsis 6:4). El jinete del "caballo amarrillo" también recibe una espada, pero la suya no se describe como "grande".
D.  "...para matar... con hambre..."  Dejar a muchos seres humanos sin el alimento necesario para conservar la vida del cuerpo físico.
E.  "…para matar... con mortandad…"
1.  "MortandadGran número de muertes, ocasionadas, por ejemplo, por una epidemia o en una batalla(Diccionario de uso del español, Tomo 2, Página 459).
2.  En
toda época de la historia humana, no exceptuándose la Era Cristiana,
pestilencias, plagas y epidemias han causado la muerte de muchos, muchos
millones de personas, y siguen brotando aun en el presente, a pesar de
impresionantes avances científicos. Ejemplos:
a)  En el Siglo VI de la Era Cristiana, la "peste bubónica" causó cien millones de
muertes en Europa, el Próximo Oriente y Asia. Esto sucedió en un tiempo
cuando había quizá menos de mil millones de seres humanos en la tierra,
comparado con más de seis mil millones a principios del Siglo XXI. 
(Enciclopedia Groliers, CD-ROM, 1994).
b)  En el Siglo XIV, una plaga similar dejó un saldo de aproximadamente setenta y cinco mil miles de muertos en Europa.“En términos generales, murió alrededor del tercio de la población de Europa entre el 1346 y el 1351 d.C.” (Atlas histórico del mundo medieval. John Haywood. Barnes & Noble. New York. 3.10.)
c)  “La peste es
conocida desde hace al menos 3.000 años. En China se han registrado
epidemias desde el año 224 a.C. La enfermedad aparecía en pandemias
amplias que destruían la población de ciudades enteras a lo largo de la
edad media. En el siglo XIV esta enfermedad mató a un tercio de la
población europea. Desde entonces, no ha desaparecido completamente del
planeta y existe en Asia, África, América del Sur y Australia. La peste
causa entre 100 y 200 muertes anuales. La última gran pandemia comenzó
en China en 1894 y se extendió a África, Islas del Pacífico, Australia y
América. En 1994 una epidemia mató a más de 800 personas en la India.” 
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)
d)  A través de los tiempos, la viruela causó más muertes que todas las demás plagas, hasta el descubrimiento de una vacuna. “En
1967 la Organización Mundial de la Salud (OMS) promovió una campaña de
vacunación contra la viruela a escala mundial; en esa época, la
enfermedad afectaba al 60% de la población mundial y mataba a uno de
cada cuatro afectados. Gracias al éxito de la campaña, la enfermedad
quedó confinada al continente africano, hasta llegar al último caso
natural, registrado en 1977 en Somalia.”
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)
e)  “Desde
el siglo XVI se han descrito más de 31 pandemias (epidemias de
amplísima extensión). La epidemia más devastadora de la era moderna tuvo
lugar en 1918, y se calcula que provocó la muerte de unos 20 millones
de personas.”
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)
f)  Hoy día, la plaga del "SIDA” está segando anualmente muchos millones de vidas.
(1)  Estadísticas para el año 2001. “En
el informe presentado, a finales de 2001, por ONUSIDA (programa de las
Naciones Unidas para combatir la enfermedad) y la Organización Mundial
de la Salud (OMS) se estimaba que, a finales de 2001, unos 40 millones de personas en todo el mundo estaban infectadas con
el virus VIH; una tercera parte de esas personas tenían entre 15 y 24
años. Desde 1981, cuando los primeros casos fueron detectados, hasta
finales de 2001, más de 60 millones de personas se han visto infectadas por el VIH, de las cuales 20 millones han muerto. En Europa oriental el crecimiento de las infecciones ha sido muy rápido y en el África subsahariana el SIDA se ha convertido en la principal causa de muerte;
se calcula que en 2001 unos 28 millones de personas estaban infectadas
con el virus en esta región y más de 2,3 millones de africanos murieron
como consecuencia de la enfermedad. En América Latina y el Caribe
alrededor de 1,8 millones de adultos y niños estaban viviendo con el
VIH. En España, según estimaciones realizadas por el Ministerio de
Sanidad y Consumo, se produjeron, en 2001, 2.300 nuevas infecciones.”
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)
(2)  Huérfanos del SIDA. En
el año 2004, hubo catorce mil miles de huérfanos cuyos padres murieron
del SIDA. Para el año 2010, se calcula que habrá veinticinco mil miles 
de huérfanos a consecuencia de la plaga del SIDA. 
(Estadísticas tomadas de la revista Christianity Today.)
F.  “...para matar... con las fieras de la tierra." Las "fieras" abarcan
todas las criaturas capaces de matar al ser humano, desde las más
grandes y feroces, tales como el tigre, el león, el oso o el
rinoceronte, hasta la culebra y el mosquito.
1.  Comenzando en el Edén, al hombre le fue dado señorío sobre los peces, las aves y "todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Génesis 1:28).
2.  Sin
embargo, a causa de la introducción del pecado y la resultante maldición
sobre la tierra, un número considerable de seres humanos ha perdido la
vida a consecuencia de "las fieras de la tierra", particularmente
en las épocas cuando se dependía de la caza para sustento y cuando no
había vacunas para combatir las terribles enfermedades y plagas causadas
por algunos insectos o roedores tales como la rata. “Las pulgas de las ratas de los trópicos y Europa, son importantes portadores de la peste bubónica.”
(Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.)
3.  A continuación, algunos datos tomados del libro Las estructuras de la vida cotidiana. Civilización y capitalismo en los Siglos XV, XVI, XVII y XVIII,
por Fernand Braudel. Traducción del francés al inglés por Sian
Reynolds, y del inglés al español por HSA. Harper and Row. Páginas
64-67.
a)  “Dondequiera
haya pocos habitantes humanos, los animales salvajes se multiplican,
aun en los terrenos que parecen ser infértiles o de ninguna utilidad.
Los cuentos de viajeros están repletos de bestias salvajes. Un reportaje
del Siglo XVII describe cómo los tigres merodeaban villas y pueblos de
Asia, y nadaban en el delta del Río Gangas, asechando a pescadores
dormidos en sus barcos. Hasta el día de hoy, en el Lejano Oriente talan
la vegetación alrededor de las pequeñas villas montañosas para mantener a
la raya a los devoradores de hombres.”
b)  “Había
leones en Etiopía, África del Norte y Persia, cerca de Basra, y a lo
largo de la ruta desde el noroeste de India a Afganistán. En los ríos de
las Filipinas había gran cantidad de cocodrilos, y jabalíes en las
llanuras costeras de Sumatra, India y las altiplanicies persianas…”
c)  “Toda
Europa, desde los montes Urales hasta el Estrecho de Gibraltar, era el
dominio de lobos, y en todas sus montañas corrían osos acá y acullá. En
el 1420, conjuntos 
(de lobos) se internaron en París a través
de una brecha en las murallas o portones no vigilados. Se presentaron de
nuevo en Septiembre del 1438, en esta ocasión atacando a personas fuera
de la ciudad. En el 1620, lobos entraron a Besancón, comiendo a niños
encontrados por los caminos.”
4.  Sin
duda, no existe en la tierra peor fiera que el ser humano depravado,
desalmado, sin moral o conciencia. Con todo, ya que "espada", "hambre", y "mortandad" se tienen por literales, lógicamente “fieras” también se interpreta literalmente, y no como alusión retórica al hombre criminalmente agresivo, belicoso y destructor.
G.  ¿Qué tiempo cubre
la profecía del Cuarto Sello? Desde el tiempo cuando fue dada hasta la
Segunda Venida de Cristo, opinamos. A través de los siglos de la Era
Cristiana, el "caballo amarrillo" viene a todo galope. Hoy día, continúa segando las vidas de multitudes, y el Hades lo sigue, recogiendo las almas.
H.  Las lecciones que tiene este sello para la iglesia y para los inconversos son las mismas que se enseñan mediante los Sellos Dos y Tres.

Rinoceronte negro, con su cría.  www.bing.com
“Un
adulto pesa de 800 hasta 1,400 kilogramos (1,800 a 3,100 libras). El
cuerno delantero más grande mide, típicamente, 50 centímetros (20
pulgadas) de largo, y en casos excepcionales, hasta 140 centímetros (55
pulgadas).” Estos animales son “muy veloces”, pese a su tamaño, “alcanzando hasta 56 kilómetros por hora (35 millas por hora)”www.wikipedia.org
Artículo “Black Rhinoceros"
Tigre Raja. www.latam.com



Ángel plantea que el diezmador no pone en peligro su salvación


Ángel plantea que el diezmador no pone en peligro su salvación, y que los que piden y administran diezmos darán cuenta a Dios.
Intercambio

“Te doy las gracias por
haberte tomado el trabajo de hacer todo este estudio y trabajo bien
elaborado, pero solo una pregunta ronda por mi cabeza después de leer
todo esto y te la voy a hacer tal y como la estoy pensando ahora: SI YO
DIEZMO Y OFRENDO POR AMOR A DIOS Y A SU OBRA pero en realidad estoy
errado (según tus análisis) no creo que eso sea algún tropiezo en mi
relación con Dios o en mi crecimiento espiritual ya que NO CREO QUE ME
PUEDA IR AL INFIERNO O TENER ALGUN ATRASO ESPIRITUAL POR DARLE A DIOS
MIS DIEZMOS.”
-Mi comentario al respecto. Estimado Ángel, si usted diezma y ofrenda solamente “por amor a Dios y a su obra”,
haciéndolo voluntariamente, y no por obligación, sin imponer su
criterio personal a otros cristianos, sin enseñar el diezmo como deber
de todo cristiano, sin someterse al dictamen de algún pastor que exija
diezmos, sin pretender hacer algún “contracto con Dios” y no teniendo
usted el propósito de obedecer mandatos del Antiguo Testamento, entonces
este servidor tampoco cree, citando sus palabras, “que eso sea algún tropiezo” en su “relación con Dios” o en su “crecimiento espiritual”.
Pero, si usted diezma, apoyándose en mandatos del Antiguo Testamento, o
en ejemplos de la Era Patriarcal y la Era Mosaica, mi percepción es que
en tal caso estaría usted judaizando, y judaizar, es decir,
justificarse por la ley mosaica o enseñar la ley mosaica en la iglesia,
sí es un pecado con graves consecuencias, según Gálatas 5:4 y varios
textos parecidos. “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.”
-Si usted quisiera circundarse solamente “por amor a Dios y su obra”,
como acto puramente personal, aplicarían las mismas consideraciones que
acabamos de expresar. Pero, si lo hiciera con el propósito de guardar
la ley mosaica, ya estaría judaizando. “He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo” (Gálatas 5:3). Inequívocamente, la expresión  “de nada os aprovechará Cristo”, enseña carencia de salvación.
-¿Permiten los recursos materiales suyos que usted
aporte más del diezmo? De ser así, ¿con qué justificación limitarse a la
décima parte?
-De todos modos, las directrices del Nuevo Testamento de
Cristo están claramente establecidas en textos tales como 1 Corintios
16:1-3 y los Capítulos 8 y 9 de la 2 Corintios. “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado…” La ofrenda “será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene”.

“¿PERO QUE PASARIA SI TU ESTAS ERRADO Y TUS
ANALISIS DE ACUERDO A LA PALABRA NO SON CORRECTOS? TE ESTARIAS YENDO
TOTALMENTE EN CONTRA DE DIOS Y NO QUISIERA ESTAR EN TUS ZAPATOS YA QUE
ESTAS INFLUENCIANDO A MUCHA GENTE A QUE NO DIEZME Y NO SE QUE LE
RESPONDERIAS TU A DIOS SI ALGUN DIA LO TUVIESES FRENTE A FRENTE. Al
menos yo le diría que si lo hice por amor y obediencia a él, pero tú,
¿que le responderías?”
-Mi respuesta. Dice usted que diezma “por amor y obediencia” a Dios, y por consiguiente, se deduce que usted diezma no solo “por amor a Dios y su obra” sino
también por entender que diezmar es un mandamiento en vigor para los
cristianos durante el Era Cristiana. Lógicamente, le corresponde probar
que la ley del diezmo dada por Dios a través de Moises para el
sostenimiento de la tribu sacerdotal de Leví no fue abrogada cuando todo
el Antiguo Testamento fue clavado en cruz, según Colosenses 2:14-17, 2
Corintios 3:6-17 y muchos textos adicionales que enseñan lo mismo. “Cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” (Hebreos 7:12).
O probar que un nuevo mandato de diezmar para el sostenimiento de
“pastores” fuese dado por Dios a la iglesia, cosa que ningún defensor de
diezmos haya podido lograr hasta la fecha.
-¿Qué este servidor se equivocara en su análisis del
diezmo y del cambio de sacerdocios y leyes hecho por Dios mismo? Pues,
de cierto, no estoy exento a equivocarme, siendo falible. Con todo, mi
sagrado deber es usar “bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15), y lo puedo cumplir solo por medio de leer y estudiar asiduamente la Palabra, teniendo “cuidado” de mi mismo “y de la doctrina” (1 Timoteo 4:13-16). Quien no distinga entre el “antiguo pacto” de Moisés, al cual atañen los estatutos sobre diezmos para Leví, y el “nuevo pacto” de Cristo, con sus nuevas ordenanzas para el sostenimiento de la obra del Señor, ¿cómo es posible que use “bien la palabra de verdad”?
Más bien, lo que hace es confundir estatutos de dos pactos dados en
distintos tiempos a distintos pueblos, y por ende, confundir grandemente
a sus oyentes o lectores.
-Inevitablemente, tendré que dar cuenta a Dios de mis
enseñanzas, lo mismo que usted y todo cristiano que se atreva a enseñar
en el nombre del Señor Jesús. En lo concerniente a la abolición de
diezmos y el cambio de leyes o pactos espirituales, estoy confiado ante
Dios, pues ninguno ha podido mostrar satisfactoriamente que este
servidor haya errado en lo enseñado al respecto.
-Referente a mis aportaciones personales a la obra de
Cristo, Dios las conoce. Y conoce que mi norma personal es superar el
diezmo. Se lo digo sin sombra de jactancia, ya que a Dios se lo debo
todo. Y me consta que muchos cristianos que no diezman, ¡dan más del
diezmo!, haciéndolo voluntariamente, sin esperar de modo alguno que Dios
multiplique diez veces su aportación.
-En cuanto a “zapatos”, sincera y respetuosamente, yo no quisiera estar en los suyos, pues usted diezma no solo “por amor” sino también “por obediencia”.
¿Obediencia a quién y basándose en cuál ley? Por su ejemplo, si bien no
por enseñanza explícita, usted influencia a otros creyentes a diezmar, y
por ende, a guardar preceptos abolidos en la cruz, lo cual equivale a
judaizar.

“¿Sabes algo? Muchas veces me pregunto que harán
en realidad muchos pastores con los diezmos pero la única respuesta que
obtengo es esta: ALGUN DIA DIOS LES PEDIRA CUENTA A ELLOS, POR COMO
ADMINISTRARON LOS DIEZMOS, O SI ERA CORRECTO O NO PEDIRLOS. Y A MÍ SOLO
ME PREGUNTARA: ¿DISTE LOS DIEZMOS? ¿SI? ¿O NO? ESO ES TODO y tanto yo
como ellos daremos cuentas de nuestras propias acciones sin cabida a
justificación alguna ya que su palabra es muy clara: CUIDANDO CADA UNO
SU SALVACION CON TEMOR Y TEMBLOR.

CUIDATE. ¡QUE DIOS TE BENDIGA!”
-Observaciones nuestras. Lo que hacen “muchos pastores con los diezmos” es del todo evidente: ¡se enriquecen! Viven como reyes. Casas lujosas. Automóviles costosos. Unos pocos aun con aviones privados. No
todos, pero muchos sí. Y con el diezmo de usted. De centenares de miles
de humildes creyentes sometidos a las demandas de pastores avaros, los
cuales “no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios
vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los
ingenuos”
 (Romanos 16:18).
También con amenazas fulminantes de “blasfemia contra el Espíritu
Santo” para quien no diezme. ¿Se atreve usted a continuar apoyando
económicamente a un sistema tan descaradamente materialista y corrupto?
-Soy responsable de asegurar que mis ofrendas se utilicen para el sostenimiento de obras netamente bíblicas y de obreros dignos de salario (1 Timoteo 5:18). No debo lavarme las manos de esta responsabilidad. ¿Sostener a “asalariados” que “toman la piedad como fuente de ganancia” (1
Timoteo 6:3-6? ¡Inconcebible! ¡Totalmente inaceptable! Haciéndolo,
sería mal administrador de los bienes que Dios me da, y me haría
copartícipe en las “malas obras” de quienes traen doctrinas y prácticas contrarias a “la doctrina de Cristo” (2 Juan 9-11).
-Este terrible y vergonzoso mal de la mercadería religiosa, traída durante las últimas cinco décadas mayormente por pentecostales, estádesprestigiando grandemente al cristianismo en general. Se cumple al pie de la letra la profecía: “Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2:1-3).
-Según mi entendimiento de cuál pacto está en vigor para el pueblo cristiano, Dios jamás preguntará a usted: “¿Diste los diezmos?” Por la sencilla razón de que usted no es israelita regido por el “antiguo pacto” de Moisés, sino ser humano que vive durante la Era Cristiana, y el pacto divino en vigor durante esta Era es el “nuevo pacto” sellado con la sangre de Jesucristo. Recalcamos: en este “nuevo pacto” se
encuentran nuevas leyes para el sostenimiento de la nueva obra de
Cristo, y no en definitiva, los estatutos sobre diezmos dados
exclusivamente para la tribu sacerdotal de Leví. Así que, más probable
es que Dios le pregunte algo como sigue: “¿Comprendiste que cambié el
sacerdocio y la ley? ¿Ofrendaste generosamente según mis instrucciones
en mi nuevo pacto? ¿Te cuidaste de no aportar para el vientre de falsos
pastores avaros? ¿De no hacerte partícipe en sus malas obras?”
Estimado siervo Ángel, le rogamos encarecidamente
prestar su respaldo a la supresión de la mercadería religiosa rampante
en nuestros días y a la proclamación del evangelio no adulterado de
Jesucristo, evangelio libre de intereses egoístas, motivaciones
materialistas, lisonjas engañosas e imponencias duras de pastores y
evangelistas que sirven a Mamón.
Su servidor, Homero Shappley de Álamo




"tenían en común todas las cosas".


Muchos millares de cristianos en Jerusalén "tenían en común todas las cosas".

¿Por qué? ¿Por cuánto tiempo?

Modelo
del "Pórtico de Salomón". Escala de 40:1. Parte del modelo completo,
creado por Hans Krock, del Monte Templo, el que cubría 144,000 metros
cuadrados (Catorce hectáreas, o treinta y cinco acres). Este pórtico fue
construido conforme a las instrucciones de Herodes el Grande.   

 “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:44-45).
“Y la
multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y
ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
… Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que
poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo
vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada
uno según su necesidad” 
(Hechos 4:32, 34-35).
A.  ¿Cuáles cristianos “tenían en común todas las cosas”? Específicamente, los que fueron añadidos a la iglesia en Jerusalén, comenzando en el día de Pentecostés (Hechos 2). Los textos de Hechos citados arriba describen circunstancias particulares de la iglesia en Jerusalén, o sea, las de todas las personas que, estando en Jerusalén, obedecieron el evangelio predicado por los apóstoles, bautizándose “para perdón de los pecados” (Hechos 2:38). No describen las condiciones de ninguna otra congregación. De hecho, según el relato del historiador Lucas, autor de Hechos de Apóstolesla congregación en Jerusalén era la única existente durante el tiempo cuando “todos los que habían creído… tenían en común todas las cosas”. No hay referencia alguna a otra ni implicación que existiera otra.
1.  Corrobora, circunstancialmente, esta conclusión el detalle histórico anotado en Hechos 5:16. “Y
aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo
enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.” 
A las “ciudades vecinas” de Jerusalén llegaron noticias de lo que estaba ocurriendo en la capital de Israel, y de ahí que “muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos…”. Más sin embargo, ni se intima la existencia de congregaciones en aquellas “ciudades vecinas”.
2.  También apoya esta conclusión la observación del sumo sacerdote que reconvino a los apóstoles, diciendo: “¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina…” (Hechos 5:28). “…a Jerusalén” sí, pero aún no a las “ciudades vecinas”.
3.  Además, la "gran persecución" desatada después del martirio del diácono Esteban fue "contra la iglesia que estaba en Jerusalén" (Hechos 8:1). No se mencionan otras iglesias hasta en Hechos 9:31. "Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria..." Estas fueron establecidas después de la dispersión de la iglesia en Jerusalén por los que "fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles" (Hechos 8:4).
B.  ¿Hasta cuándo tenían aquellos hermanos en Jerusalén “todas las cosas en común”Hasta el día cuando “fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria”. Martirizado Esteban (Hechos 7:54-60), “…en aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles” (Hechos 8:1).
1.  Esparcidos todos, ya no estaban todos “juntos” en la ciudad de Jerusalén.
2.  Esparcidos todos “salvo los apóstoles”, es axiomático que después de aquel evento estremecedor ya no se hacía la “distribución diaria” (Hechos 6:1), “según la necesidad de cada uno”, de los valores, o recursos, depositados a los pies de los apóstoles.
3.  Perseguida “la iglesia que estaba en Jerusalén” y esparcidos todos sus feligreses, “salvo los apóstoles”finalizó la etapa de tener los cristianos en aquella ciudad “todas las cosas en común”. Este es un hecho muy significante.
4.  ¿Cuánto tiempo después del establecimiento de la iglesia en Jerusalén “fueron esparcidos” todos los feligreses en Jerusalén, “salvo los apóstoles”De dos a tres años después,
según tres fuentes (en inglés) consultadas en el Internet.
Sencillamente, no existen datos suficientes para fijar el tiempo con más
precisión.
5.  ¿Durante cuánto tiempo tenían los miembros de la iglesia en Jerusalén “todas las cosas en común”Por más o menos dos años, quizás hasta cerca de tres.
Aunque se dice, comúnmente, que la iglesia fue fundada en el año 33 d.
C., la fecha más correcta sería el año 29, o el año 30, d. C., según la
cronología más exacta desarrollada posterior a la publicación del
“calendario gregoriano” en 1582. Originada, pues, la iglesia en
Jerusalén en el día de Pentecostés del año 30 d. C., los cristianos en
aquella ciudad “tenían todas las cosas en común” hasta el año 32 d. C., tal vez aun hasta el año 33.
C.  ¿Cuántos cristianos tenían “todas las cosas en común” por un espacio de entre dos y tres años? ¡Muchos miles! Quizás hasta veinticinco mil, o aún más. Consideremos la información al respecto revelada en Hechos.
1.  Primero, Hechos 2:44 dice que todos los que habían creído… tenían todas las cosas en común”“TODOS…” Se refiere a las “como tres mil personas” bautizadas
en el día de Pentecostés, el día inaugural de la iglesia que Cristo
fundó. Así que, comenzamos con la cifra de aproximadamente tres mil.
2.  Luego, “…el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (Hechos 2:47). Esto quiere decir que “cada día” crecía más y más la iglesia en Jerusalén. Fueron bautizados “como tres mil” en Pentecostés. Entonces, “cada día” subsiguiente, ¡había más bautismos!
3.  Sanado el cojo de nacimiento en la puerta Hermosa del templo judío en Jerusalén, “todo el pueblo, atónito, concurrió” a los apóstoles “al pórtico que se llama Salomón” (Hechos 3:11). Allí, el apóstol Pedro les explica que el milagro había sido hecho “por fe en el nombre” de Jesús (Hechos 3:16), es decir, por la fe que los apóstoles tenían en Jesús, y enseguida, les proclamó el evangelio. De repente, “vinieron sobre” Pedro y Juan “los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos”, echándoles en la cárcel. Pese a esta acción, “muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil” (Hechos 4:4). ¡Cinco mil varones convertidos! Y por implicación, quizás también un gran número de damas.
4.  Cinco
mil varones, más, probablemente, un número considerable de mujeres,
añadidos a los tres mil bautizados en Pentecostés, sumadas además todas
las personas añadidas “cada día” entre Pentecostés y el encarcelamiento de Pedro y Juan –todos estos hacen una gran multitud de cristianos en Jerusalén. De hecho, asimismo se presentan en Hechos 4:32. “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma…” Para esta fecha, estimamos ¡de doce a quince mil cristianos en Jerusalén! De toda esta “multitud” también se dice que “tenían todas las cosas en común” (Hechos 4:32). Y el número sigue creciendo vertiginosamente, conforme a las siguientes dos entradas.
5. 
Ananías y Safira, miembros de la iglesia en Jerusalén, venden una
propiedad, trayendo una porción del dinero a  los apóstoles, pero
mienten al Espíritu Santo, alegando haber entregado todo el precio.
Ambos cayeron muertos (Hechos 5:1-11). Siguen predicando y haciendo milagros los apóstoles (Hechos 5:12-13), resultando sus labores en crecientes cosechas de almas. “Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres” (Hechos 5:14).
6. 
Encarcelados los apóstoles, fueron liberados milagrosamente, y haciendo
caso omiso a las amenazas de los gobernantes judíos incrédulos, “…todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5:17-42). Habiendo sido elegidos siete diáconos para la iglesia en Jerusalén (Hechos 6:1-6), seguía creciendo “la palabra de Dios, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hechos 6:7). ¿En dónde? “…en Jerusalén…”
7.  Hasta
Hechos 4:32, calculamos en unos quince mil el número de cristianos en
Jerusalén. Entonces, tomando en cuenta el gran crecimiento adicional
indicado en Hechos 5:14 y Hechos 6:7, nos parece razonable proyectar, para el año 32-33 d. C., hasta veinticinco mil cristianos en Jerusalén antes
del esparcimiento de la iglesia ocurrida al sufrir martirio el
elocuente Esteban. Aun este número pudiera resultar conservador. Y estos
muchos miles “tenían en común todas las cosas”.
8. 
Veinticinco mil personas convertidas en Jerusalén durante los primeros
dos o tres años después del establecimiento de la iglesia en Pentecostés
del año 30 d. C., comenzando con aproximadamente “tres mil” en
aquel Pentecostés. Por impresionante que sea este número, no resulta
extraordinariamente grande cuando comparado con la cantidad de
israelitas –de cinco a siete millones, tal vez más- que había en el
Imperio Romano durante el tiempo de Cristo y los apóstoles, antes de la
Guerra romano-judía de los años 67-70 d. C.[1] Ni tampoco cuando comparado con las enormes multitudes que llenaban a Jerusalén cada año para la celebración de la Pascua, y cincuenta días después, la fiesta de Pentecostés. A continuación, datos al respecto.
a) 
“Josefo [Flavio Josefo, sacerdote judío durante el Siglo I, general de
tropas israelíes en Galilea al principio de la Guerra romano-judía, e
historiador de los judíos, patrocinado, después de capturado, tanto por
el emperador Vespasiano como por su hijo el emperador Tito] nos informa
que el gobernador sirio Cestius Gallus pidió al sumo sacerdote que
tomara un censo de Jerusalén, siendo la móvil convencer a Nerón de cuán
importantes eran aquella ciudad y la nación judía. El sumo sacerdote se
valió del método de CONTAR el NÚMERO de CORDEROS SACRIFICADOS en la Pascua,
a saber, 256,500. Entonces, multiplicó el número por 10, el número
promedio de personas que participaban de cada cordero. Aplicando la
computación MÍNIMA de DIEZ personas por cordero, el resultado sería una
población de 2,565,000, o como lo expresa el propio Josefo, 2,700,200 personas. (Flavio Josefo, Guerras judías 6, 9, 3).
En una ocasión anterior, Josefo computó el número de judíos presentes
en Jerusalén para la Pascua en no menos de 3,000,000 (Flavio Josefo, Guerras judías 2, 14, 3).” (Los festivales de Dios, Parte 1, Los festivales de primavera. Por el Dr. Samuele Bacchiocchi. Citado por Keith Hunt , en su artículo ¿Cuántos corderos fueron sacrificados en la Pascua? 
www.keithhunt.com)
b)  “Al
comprender nosotros que los corderos pascuales fueron sacrificados en
PRIVADO por grupos pequeños de personas (como, por ejemplo, lo hicieron
Jesús y sus doce discípulos al celebrar Jesús su última Pascua en la
tierra), al INICIO del día 14, o sea, en la tarde del día 14 del mes de
Nisán, NO HACIÉNDOLO mediante rito alguno en el templo, una parte del
cual ejecutaría un sacerdote, entonces podríamos entender
que Josefo pudiera haber acertado al decir que la población de
Jerusalén, en el día de la Pascua (el día 14 de Nisán), alcanzara, para algunos años, hasta 3,000,000 personas” (¿Cuántos corderos fueron sacrificados en la Pascua? Por Keith Hunt. 
www.keithhunt.com)
c)  “Deseando el rey Agripa saber el número de la población durante la Pascua, dispuso que los sacerdotes colocaran aparte los riñones de las víctimas sacrificadas [es decir, de los corderos] (t. Pesah., 4:15). Se contabilizaron seiscientos mil pares. Asumiendo que hubiera no menos de diez participantes en cada haburah pascual
(una asociación voluntaria de adultos), el cálculo arroja un total de
seis millones [de personas que tomaran parte en aquella Pascua]. Se dice
que aquella fue llamada ‘la Pascua abarrotada’, tan abarrotada que no
cabía la gente en el MonteTemplo[2]. Observamos de nuevo que,
aunque estas cifras sean infladas grandemente, confirman que Jerusalén
se desbordaba de peregrinos pascuales” (Una Pascua judía del Siglo I
www.bu.nb.ca)
[1.  Según James Carroll, los judíos constituían el 10 % de la población total del Imperio Romano. Carroll, James. Constantine's Sword (Houghton Mifflin, 2001) ISBN 0-395-77927-8 p.26. Cita tomada del artículo Jews, www.wikipedia.org]
[2.  “El
actual Monte Templo fue construido por Herodes el Grande, comenzando en
el año 20 a. C. La construcción continuó durante ochenta y tres años,
hasta el año 64 d. C., cuando se paró el proyecto y fueron cesanteados
dieciocho mil trabajadores (lo cual resultó en motines). El Monte Templo
constituye la sexta parte de la presente Ciudad Antigua, cubriendo
treinta y cinco acres. La construcción de la plataforma rectangular
requirió que se llenara gran parte del Valle Central.” 
www.bibleplaces.com Treinta
y cinco acres equivalen a más o menos catorce hectáreas. Teniendo una
hectárea diez mil metros cuadrados, el área total ocupada por el templo
propio, patios –de mujeres, de gentiles, de levitas, etcétera-, pórticos
–como el de Salomón-, claustros, etcétera, en el tiempo de Cristo y los
apóstoles, era de 144,000 metros cuadrados. El Monte Templo también se
llama Monte Moría.] El Monte Templo era un “cuadrangular irregular:
la muralla del sur = 281 metros; la del oeste = 488 metros;  la del
norte = 315 metros; la del este = 466 metros. Circunferencia total =
1,550 metros. Área total = c. 144,000 metros cuadrados” 
(Judaism, por E. P. Sanders, Páginas 57-58).
D. 
¿Estaban obligadas todas las personas que se convirtieron a Cristo en
Jerusalén, desde Pentecostés del año 30 d. C. hasta la dispersión de la
iglesia en el año 32-33, a vender todas sus propiedades y bienes, y a
poner a disposición de los apóstoles todo el dinero recibido? Negativo.
Al respecto, el reproche dirigido por el apóstol Pedro al “cristiano”
mentiroso Ananías es contundente. “Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder?” (Hechos 5:4).
Así que, Ananías y Safira no estaban obligados a vender su heredad, o
vendiéndola, no estaban obligados a entregar todo el precio a los
apóstoles. Esto no quiere decir que no debieran aportar generosamente,
de alguna manera, dentro de sus posibilidades, al fondo administrado por
los apóstoles o cooperar para socorrer a los necesitados.
E.  ¿Por qué comenzaron los convertidos en Pentecostés a vender sus posesiones materiales, continuando la práctica los que fueron añadidos a la iglesia en Jerusalén hasta su dispersión en el año 32-33?
1.  ¿Acaso les mandara Dios a hacerlo? Considerando la explicación dada por el apóstol Pedro a Ananías y Safira, obviamente no lo hizo“Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder?” De
haber Dios ordenado, por el Espíritu Santo, a aquellos cristianos a
vender sus propiedades, heredades, casas o bienes materiales, el
mandamiento hubiese sido aplicable a todos por igual, y la venta, pues,
obligatoria.
2.  Entonces, ¿por qué? Escudriñemos dos textos claves.
a)  Hechos 2:44-45. “…vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Interesantemente, Lucas no dice: “…lo repartían a todos los necesitados según la necesidad de cada uno” sino “lo repartían a todos según la necesidad de cada uno”.
(1)  Razonamos que este “todos” abarcara,
efectivamente, tanto a los que vendieron sus posesiones como a los
pobres que no contaran siquiera con lo básico para el diario vivir. “Todos… tenían en común todas las cosas…” La forma más equitativa de tener “todos… en común todas las cosas” sería que todos y cada uno –toda familia, todo soltero, toda viuda, todo viudo- recibiera del fondo común una porción justa, “según la necesidad de cada uno”. Los que vendieron sus posesiones, también tendrían “necesidad”. En cambio, los que no vendieran sus posesiones, quizás no tuvieran “necesidad”, y no teniéndola, se supone que no fueran recipientes de lo repartido.
(2)  Pero, supongamos que “todos” se refiriera solo a los “necesitados” convertidos
a Cristo –hambrientos, desnudos, gente sin trabajo, sin casa.
Naturalmente, surge la pregunta: ¿Había acaso entre los que obedecieron
al evangelio en Jerusalén tantísimos pobres de esta categoría, tantos y tantos que fuese necesario vender gran cantidad de propiedades y bienes a fin de satisfacer sus necesidades? Tal vez. Suponiendo esto el caso, ¿qué les pasaría a tantos pobres al ser “esparcidos” todos los cristianos en Jerusalén, “salvo los apóstoles” (Hechos 8:1-3?
b)  Hechos 4:32-35. “Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían y traían el precio” a los apóstoles. “…que no había entre ellos ningún necesitado” no
implica, necesariamente, que los únicos beneficiados del fondo
administrado por los apóstoles fueran los pordioseros convertidos a
Cristo. Por las razones abordadas en las partidas anteriores.
c)  Estas
consideraciones nos inducen a procurar más entendimiento sobre esta
iniciativa de comenzar los primeros cristianos a vender,
voluntariamente, sin mandato divino, sus posesiones materiales.
3.  Por
cierto, algunas circunstancias de lo acaecido en el día del
establecimiento de la iglesia –Pentecostés del año 30 d. C.- acaso
indiquen otra razón, a saber, la probable permanencia en Jerusalén de judíos provenientes de “todas las naciones bajo el cielo”, convertidos a Cristo.
Añadidos estos a la iglesia, ¿volverían enseguida a sus países de
origen? Quizás algunos sí, pero otros no. O tal vez se quedaran todos en
Jerusalén para recibir amplia instrucción de los apóstoles antes de
regresar a sus hogares en tierras lejanas. Suponiendo este el caso,
¿cuántos de ellos contarían con los recursos necesarios para costear su
estadía extendida? Teorizamos que sus gastos los cubrirían los fondos
devengados mediante la venta voluntaria de propiedades y bienes poseídos
por los cristianos radicados en Jerusalén y sus cercanías.
4. 
Proponemos todavía otra razón, a saber, la necesidad de afianzarse
completamente en su nueva fe todos aquellos miles y miles de cristianos
convertidos en Jerusalén, consolidándose, uniéndose estrechamente,
aprendiendo a adorar todos juntos, “unánimes, a una voz” (Romanos 15:6),
a trabajar juntos en la grandiosa obra espiritual que se estaba
iniciando, formando una congregación grande y preparándose para salir
por el mundo entero, predicando el evangelio de Cristo. ¿Cómo lograr
todo esto aquellos miles de judíos nuevamente convertidos a Cristo, en
medio de una enorme multitud de compatriotas incrédulos y hostiles en
grado sumo? Postulamos que, para lograrlo, lo indicado fuese separarse
casi completamente del mundo material, entregándose del todo al
aprendizaje de la nueva “doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42) y de la “nueva vida” (Romanos 6:3-9)
en el Señor Jesucristo. Esto lo harían ellos, vendiendo muchas
posesiones, creándose así un fondo administrado por los apóstoles que
los permitiría disponer de lo necesario para la vida cotidiana, sin
tener que volver enseguida a sus trabajos seculares. Del fondo,
recibirían “según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:45;
4:35). Por cierto, escudriñando cuidadosamente el relato de Lucas, se
sobrentiende que algo parecido pasara. Consideremos.
a)  “Todos los que habían creído estaban JUNTOS...” (Hechos 2:44). “Todos…” Si bien este “todos” sea,
en parte, retórico, no significando “todos en absoluto”, ciertamente
quiere decir “la gran mayoría” o “casi todos, con pocas excepciones”.
b)  ¿Dónde estaban “todos… juntos”“Y perseveraban unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos 2:46). ¿Dónde? “…en el templo, y… en las casas…” ¿Cuándo? “…cada día…” ¿Por cuántos días? Bastante
más adelante en el relato de Lucas, y por ende, en la línea del tiempo,
en Hechos 5:12, encontrarnos a aquellos cristianos todavía “todos unánimes en el pórtico de Salomón”.
c)  ¿Cómo podían aquellos millares de cristianos permanecer “juntos… unánimes cada día en el templo… en las casas… en el pórtico de Salomón” y,
a la vez, dedicarse a negocios, profesiones, oficios, fincas, etcétera?
Nos inclinamos a pensar que se desligara la mayoría de ellos de tales
compromisos materiales, recibiendo solo lo necesario del fondo
administrado por los apóstoles. ¿Qué opina usted, estimado lector?
F.  ¿Cuán grande era el fondo administrado
por los apóstoles en Jerusalén entre Pentecostés y la dispersión de la
iglesia? Dejándonos llevar por los datos y estadísticas recopilados en
este estudio, deducimos que cientos de personas, quizás hasta miles,
vendieran sus propiedades, heredades, casas o bienes, trayendo “el precio de lo vendido” y poniéndolo “a los pies de los apóstoles” (Hechos 4:34-35).
Sin duda, las sumas recaudadas de día en día mediante estas ventas
alcanzarían cifras comparativamente altas. De los fondos acumulados así
se hacía una “distribución diaria” (Hechos 6:1).
1.  Se
asume que entre los muchos miles de convertidos hubiera un porcentaje
que no vendiera nada por no poseer propiedades o bienes.
2. 
Además, es lógico pensar que un porcentaje de los convertidos,
particularmente de los que fueron bautizados en el día de Pentecostés
del año 30 d. C., lo compusieran judíos que habían venido de muchos
lugares lejos de Jerusalén para la celebración de la fiesta (Hechos 2:5-13).“Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo (Hechos 2:5).
De estos, quienes poseyeran propiedades en otras provincias o países
difícilmente las venderían al convertirse de repente en cristianos, ya
que no contaban con teléfonos celulares, computadoras, transferencia
electrónica de valores o medios rápido de viajar.
3.  Todos los que poseían heredades o casas, las vendían y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles…” (Hechos 4:34-35).
a) 
¿Todos y cada uno, hasta el último, sin excepción? Dudoso. Ya hemos
visto que Ananías y Safira no estaban obligados a vender su heredad.
b)  ¿Toda propiedad y todo bien (Hechos 2:45)?
¿Hasta la casa de familia, muebles, utensilios, camas, negocios,
herramientas, o sea, lo básico para vivir? Tal vez. Pero, aun la
expresión “tenían en común todas las cosas” acaso
indique que muchos retuvieran en su posesión al menos lo más necesario
para la vida material. Dispuestos sí a compartir aun esto, pero no
vendiéndolo necesariamente. También la expresión “…y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (Hechos 4:32). De haberlo vendido, ya no sería suyo para compartir; ya no lo poseería. Mas, aun poseyéndolo, no lo reclamaría como “suyo propio” sino que lo pondría a disposición de otros miembros de la iglesia. “Mi casa es su casa.”
c)  ¿Dónde comían aquellos miles y miles de cristianos? “…partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón…” (Hechos 2:46). “Perseveraban unánimes cada día en el templo”, pero comían “en las casas”. ¿Cuáles casas? Pues, ¡las no vendidas! Las
que aún pertenecían a miembros de la iglesia, pero que se compartían
libremente con los demás cristianos, disponiéndolas los dueños como si
no fueran “suyo propio”. O, tal vez en casas alquiladas o arrendadas. O, quizás en los tres tipos de casa.
d)  ¿Dónde dormían aquellas muchedumbres de creyentes en Cristo? Por inferencia lógica, en las casas. Comían “en las casas”, también durmiendo en ellas, y no en el templo, los huertos o las calles de la ciudad de Jerusalén.
G.  ¿Era la iglesia en Jerusalén, de aquellos dos años antes de su dispersión temporal (Ver la “Partida H”), una “comuna comunista”? De modo alguno. Por las consideraciones que acabamos de desglosar. Adicionalmente, por lo siguiente:
1.  Los
apóstoles no utilizaron los fondos acumulados para comprar terrenos,
industrias o negocios en los que trabajaran sin sueldo los cristianos.
2.  Los
convertidos a Cristo no fueron forzados a abandonar sus casas o
terrenos, trasladándose todos a vivir todos juntos en alguna “comuna
central”.
H.  Dispersados todos los feligreses de la iglesia en Jerusalén en el año 32-33, “salvo los apóstoles”,
al tiempo aquella primera congregación se repuso, al menos en parte, y
esto lo sabemos porque Saulo de Tarso, convertido también a Cristo, al
regresar de Damasco a Jerusalén, intenta “juntarse con los
discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
Entonces, Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstolos…” 
(Hechos 9:26-27). Así que, Saulo encuentra en Jerusalén a “discípulos”, incluso a Bernabé, y los “apóstoles”. Amenazado Saulo de muerte porque “hablaba denodadamente en el nombre del Señor”, sabiéndolo los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Troas” (Hechos 9:28-31).
Justamente en este punto del relato histórico de Lucas se mencionan por
primera vez congregaciones en adición a la de Jerusalén. “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (Hechos 9:11). Estas congregaciones son el fruto de las labores de “los que fueron esparcidos”, que “iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hechos 8:1-4).
1.  Los cristianos que componían estas “iglesias” en
Judea, Galilea y Samaria, ¿tenían todas las cosas en común?
Reponiéndose la iglesia en Jerusalén, ¿volvieron los discípulos allí a
tener en común todas las cosas? Hasta donde alcance nuestro
conocimiento, después del esparcimiento de la iglesia en
Jerusalén en el 32-33 d. C., no existe evidencia alguna de que los
cristianos continuaran la práctica de vender sus posesiones y tener “en común todas las cosas”
.
2.  Establecida la iglesia en Antioquía de Siria, al enterarse de una hambruna que afectaba a los cristianos en Judea, “los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía,
determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo
cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y
de Saulo” 
(Hechos 11:29-30). “…cada uno conforme a lo que tenía…” Nada
de “vender propiedades, heredades, casas o bienes” los cristianos en
Antioquía. Nada sobre “tener en común todas las cosas”.
3.  De hecho, esta norma de dar “según lo que uno tiene, no según lo que no tiene” (2
Corintios 8:12) es la que se establece para las iglesias (1 Corintios
16:1-3; 2 Corintios 8:1-24; 9:1-14), y no la de “vender todo cristiano
sus posesiones y tener todos los cristianos todas las cosas en común”.
4.  A resumida cuenta, vender los cristianos en Jerusalén sus posesiones y tener “en común todas las cosas” durante
los primeros dos o tres años de su existencia, eran prácticas que
respondieron a las circunstancias muy especiales de aquella primera
iglesia, no asentándose precedente para toda congregación en todo el mundo durante toda la Era Cristiana. No se le reveló a aquella congregación “toda la verdad” (Juan 16:13)
de todo el Nuevo Testamento durante aquel lapso de tiempo. Más bien, el
Espíritu Santo siguió cumpliendo su encomienda, la de revelar“toda la verdad” a los apóstoles, hasta el año 95 d. C., fecha en la que el apóstol Juan recibe las visiones de “Apocalipsis”. No tomar en cuenta esta revelación progresiva bien puede dar por resultado el entendimiento incorrecto de la “voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)
para su iglesia en todos los lugares durante todas las fases de la Era
Cristiana. Igualmente, no comprender, o no aceptar, que esta revelación
progresiva de la voluntad divina terminó en el año 95 d. C., también
resulta en toda un plétora de falsas doctrinas.





Escudriña las Escrituras










Dios levantó a Jesús por Salvador

Requisitos básicos para salvación
El
sexto paso. Al tomar usted los primeros cinco, el Señor le perdona todo
pecado pasado, añadiéndole a su iglesia. Para heredar la vida eterna,
es necesario ser "fiel hasta la muerte" (Apocalipsis 2:10), tema muy abarcador que se trata en otros mensajes y estudios disponibles en esta Web




Proclamando el mismo mensaje de amor, gracia, perdón y reconciliación eterna








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